Un tema
de permanente actualidad
Por Miguel Carrillo Bascary
En este Blog traté reiteradamente la cuestión del sentido con que se deben llevar este
tipo de bandas, pero considerando el interés que siempre despierta al aproximarse
las Fiestas Patrias en Argentina, reproduzco el dictamen que presenté recientemente,
a pedido del Instituto Nacional
Belgraniano, donde se resumen los principales interrogantes sobre estos dos
accesorios de las banderas de ceremonia y que también esclarece sobre las que
cargan los niños que prometen a la Bandera.
Un poco
de historia
Estos elementos remiten a los correajes utilizados por quienes portaban espada en la Antigüedad,
lo cual no era privativo de los militares ya que también la llevaban
cotidianamente los civiles que podía costearle[1].
Obviamente que por razones de practicidad se confeccionaban en cuero, pero tratándose de espadines
ceremoniales podía ser de alguna tela fuerte.
En la actualidad los tahalíes deben ser cuero forrados
con “tela de iguales características y
colores que la bandera”, así lo ordena el Decreto Nº1.650/ 2010, a través de la Norma IRAM –DEF D 7675 2003,
en su ítem 3.3[2].
Como la mayoría de las personas son diestras, la espada contenida en su vaina se llevaba a
la izquierda de la cintura, para desenfundarla cómodamente con la mano derecha.
Por esto, el
tahalí (también llamado tiracuello), que es el nombre de tal correaje, pendía y penden[3]
del hombro derecho, cruza el pecho y la
espalda y termina sobre la izquierda de la cintura.
Bandas de los escoltas de banderas
Estas recuerdan los tahalíes que portaban quienes
tenían la misión de defender la vida de los abanderados y de evitar que la
enseña cayera en manos de quienes lo atacaban procurando apoderarse del paño
como trofeo de guerra. Estos adminículos no
están reglamentados, usualmente son del mismo ancho y forma que los tahalíes
de los abanderados, pero sin la cuja, y se suele confeccionar con una simple tela.
Sobre el
tahalí de los abanderados
Se lleva a la inversa,
ya que pende del hombro izquierdo, de manera que la cuja en la que se encastra
el asta de la bandera queda sobre la derecha de su cintura. Es decir, va a la
inversa que la banda de los escoltas.
Esto se justifica en que la bandera debe ir siempre a la derecha de su portador, según lo
determinan las reglas del Protocolo, por ser esta la posición de honor según se reconoce en todas las culturas.
Las
bandas de los promesantes
En las últimas décadas se ha hecho costumbre que los
escolares que se aprestan a realizar la promesa a la Bandera, se identifiquen
con bandas con los colores argentinos.
Es una forma de resaltar su protagonismo
en el trascendental acto, lo que contribuye a la autoestima de los pequeños.
Este uso no está reglamentado pero lo explicado
justifica su difusión; aunque todavía no es general la tendencia parece ir en aumento, a juzgar por lo que se observa
en este tipo de ceremonias.
También hay otros grupos de alumnos que utilizan otros signos distintivos, por ejemplo:
grandes escarapelas, pañuelos, corbatines, lazos en el brazo izquierdo o
cordones[4].
Este tipo de bandas remite a las utilizadas por los
escoltas de la bandera, lo que indica la ficción de que, si llegara a ser
necesario, sus portadores están prestos
a reemplazar a los titulares en la defensa del lábaro.
Por ende, el sentido
de colocación será, desde el hombro derecho hasta el lado izquierdo de la
cintura.
Anticipando
cuestionamientos
Desde una perspectiva
ideológica que podríamos llamar “pacifista”, “new age” o “de izquierda”,
algunos han planteado que “es inadmisible
imponer que los escoltas lleven la banda de izquierda a derecha ya que carece
de sentido referenciar el anacronismo del uso de espada, máxime tratándose de
escolares” (sic) lo que se manifiesta de esta forma o con otras expresiones
similares.
Tal criterio evidencia un verdadero desprecio a las tradiciones y al
concepto de sacrificio personal por la comunidad. La prueba que desnuda la
falacia del razonamiento se evidencia en el uso de la banda presidencia, que
como es de público dominio se porta de derecha a izquierda. Justamente, la
banda de los primeros mandatarios y de otros jefes de estados y de gobiernos
son imagen de la hipotética espada que éstos llevan no como elemento de
agresión sino como arma que se esgrime en defensa del pueblo que les ha sido
confiado.
Aún los jefes
de estado y gobierno más caracterizados con la izquierda, de revestir
bandas, la portan desde sus hombros derechos hasta la izquierda de sus
cinturas.
El hecho que se trate de menores de edad tampoco es
óbice, la psicología evolutiva y el simpe sentido común enseñan que los niños asumen roles sociales desde su
más tierna edad, como parte de sus procesos de socialización, con todo lo
que ello implica.
Podría abundar respecto a esta cuestión, pero entiendo
que con lo vertido es suficiente.
Efectivos
de las Fuerzas Armadas y de Seguridad
Los portadores de las banderas de guerra utilizan tahalíes con los colores nacionales, a
los que se adiciona un escudo nacional
bordado que aparece sobre sus pechos.
Los
escoltas castrenses no utilizan bandas, tampoco los efectivos que prestan juramento a la
bandera, ya que el atributo no está contemplado en los reglamentos militares.
Esto se justifica en que los correajes del equipo de combate y uniformes de
gala están específicamente indicados como de uso obligatorio y las bandas
implicarían un atributo sobreabundante.
Es muy
lamentable
La praxis cotidiana permite observar que las bandas y
aún el tahalí de los abanderados se utilizan en forma incorrecta. Cabe entender que su pobre e irregular regulación
conspira contra lo que debe ser, quizás por falta de conocimiento o porque no existe la debida atención de los
responsables que no reparan en la importancia que implica la adecuada
consideración del símbolo al que complementan.
Inexplicablemente, en algunas provincias la normativa local contradice el sentido
de colocación de las bandas, prescindiendo de los usos y costumbres no solo
nacionales sino, también, de los que rigen en todo el mundo.
En
conclusión
Los tahalíes
con que los abanderados soportan la bandera cuando debe colocarse en la cuja se
llevan pendientes del hombro izquierdo. Las bandas de los escoltas y las que distinguen a los promesantes, a la
inversa. No se distingue en favor de las personas zurdas.
Lo expuesto se fundamenta en los usos y costumbres universales, que también son una fuente de
Derecho reconocida en nuestro país.
En la eventualidad de que se constate un apartamiento de las posiciones tradicionales destaca en forma muy notoria en los actos y demás ceremonias, por lo que cualquier eventualidad genera conflictos que inciden sobre el símbolo, que debería ser prendas de unidad para el sentir de argentinos.
[1] Siempre y cuando les estuviera
permitido, ya que en algunos lugares existían prohibiciones en razón de
pertenecer a ciertas clases sociales, etnias, sexo, ocupaciones y otro tipo de
condicionantes.
[2] Para los adultos la banda será de 1,50 metros de largo y de 9 centímetros de
ancho, a la que se adiciona la cuja. que debe tener 5 cm de diámetro y 9 de
largo, se confecciona en cuero forrado. Para niños pequeños las dimensiones son de un metro por 6 cm y la cuja
de 3 por 6 cm. Todas estas medidas son indicativas.
Cabe señalar que pueden seguir usándose aquellas que hoy están en servicio, hasta
que sea factible su reemplazo por otras de características acordes a la
legalidad. Queda sobreentendido que los tahalíes de uso civil no deberán llevar
ninguna aplicación. Ref.: http://banderasargentinas.blogspot.com/2023/04/normas-tecnicas-sobre-la-bandera_22.html
[3] Aún se usan espadas en ciertos uniformes.
Estimado Miguel: un comentario, hace mas de 100 y mas también , si bien había zurdos, pero era practicamente imposible que la usaran, porque la tradición lo hacia dificil. Los niños zurdos eran reprimidos y castigados, algunos eran atados por su brazo izquierdo y eran obligados a usar la derecha para escribir. Desde los años 60, esa norma se fue relajando. hoy no existe, por suerte.
ResponderEliminarSaludos
Es así, Rodolfo, el mundo parece estar hecho para derechos
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