sábado, 29 de julio de 2023

Las Repúblicas de La Boca y sus banderas/ Parte 1

El período mítico

Banderas de la República de La Boca (período primigenio) 

Por Miguel Carrillo Bascary

Nota: considerando la difusión internacional que posee este Blog, es imprescindible circunstanciar varios aspectos que sin duda son ampliamente conocidos para los lectores argentinos.

Referencia

Para el adecuado desarrollo que merece la temática del presente estudio, distinguiré entre el “período mítico de la República de La Boca”, que comienza a fines del siglo XIX, donde se abordarán sus orígenes, y el “histórico”, que abarca desde los comienzos del siglo XX hasta la actualidad.

Introducción

El apelativo de “La Boca” evoca un verdadero multiverso anclado en un preciso lugar de la ciudad de Buenos Aires. Cuando se habla de “La Boca” inmediatamente surgen imágenes y emociones que remiten a sus características casas multicolores con paredes de zinc corrugado y a los conventillos, transformados en verdaderos crisoles de razas (por usar una remanida expresión), un paisaje urbano en que “Caminito”, su calle[1] más famosa trasciende las vivencias barriales hasta convertirse en una atracción turística internacional[2]. Pero, La Boca es mucho más que eso, lo veremos cuando nos adentremos en el análisis.

Una vista de Caminito

En el empedrado de las calles de La Boca y en sus patios aún parece resonar el sempiterno bandoneón, los violines y guitarras, dando raíz a la milonga y al tango, en una constelación de cultores donde Carlitos Gardel “cada día canta mejor[3i]”. Al caer la noche, en sus esquinas y arboledas habitan las sombras de guapos, minas y madamas que aún alternan con estibadores, carreros, contrabandistas, marineros e inmigrantes venidos de lejanas naciones. La Boca también se expresa en los sabores de la pizza, la fugazza y el mate; en la torta frita, las empanadas y el postre vigilante[4].

Por supuesto, que en la memoria y el presente de este barrio porteño también tiene su espacio el múltiple campeón de futbol, Boca Juniors que tiene su sede en el estadio, de “La Bombonera”, donde luce los trofeos de 74 títulos[5], comenzado por el de liga, que obtuvo el 4 de enero de 1920, y que incluye las copas ecuménicas de los años 2000 y 2003. Este es el club, cuya legendaria camiseta azul franjada en oro[6] se inspiró en los colores de la bandera de Suecia, según cuentan las sagas. Hasta tal punto llega la identificación de la pasión futbolera que hablar de La Boca es hablar de Boca y de la emoción que alienta al equipo argentino con mayor hinchada.

Geografía física

Precisamente, el nombre de La Boca alude a la confluencia del Riachuelo[7], curso fluvial que integra la cuenca del río Matanzas. Su ribera Norte albergó en 1536 a la primera fundación de Bs. Aires, que desapareció por acción del hambre, la hostilidad de las tribus vernáculas y la propia desesperación de sus pobladores. Antes de llegar al Plata el Riachuelo forma la Vuelta de Rocha, postrer meandro que con su rudimentario muelle dio cabida a la humilde pero heroica escuadra que comandó el almirante Guillermo Brown[8].

Más tarde fue un acogedor centro portuario del que partían lanchones que llevaban mercadería hasta los barcos surtos en aguas más abiertas. Esto marcó para siempre la impronta del barrio. Periódicamente gran parte de su extensión se inundaba con las aguas marrones del Río de la Plata, mientras que el Riachuelo, año tras año, se iba convirtiendo en una cloaca a cielo abierto a despecho de las hipócritas iniciativas que se encararon para intentar recuperarlo.

Cuenta la historia que en 1817 la Orden de Santo Domingo vendió a James (Diego) Brittain una fracción de tierras ubicadas entre lo que hoy es el Parque Lezama y el curso del Riachuelo[9]. Este súbdito inglés era un comerciante y armador que llegó al Río de la Plata hacia 1812. Tras su muerte, que ocurrió en 1830, la propiedad se parceló y debido a su muy bajo precio se fueron radicando ahí familias de inmigrantes, muchas de ellas provenientes de la Liguria (Génova), jornaleros, sirgadores[10], obreros que trabajaban en los saladeros cercanos, carpinteros navales, los infaltables pulperos, vendedores ambulantes y muchos otros tipos sociales. Las construcciones eran paupérrimas, muchas con estructura de palafitos[11], en un intento de afrontar las periódicas sudestadas que anegaban grandes zonas.

En aquellos primeros años La Boca y la zona inmediata, denominada Barracas, formaron parte de las parroquias (barrios) de San Telmo y Santa Lucía, de los que fueron separados en 1853[12]. En 1870 se deslindaron entre sí[13], lo que marcó el nacimiento de la identidad boquense, como se verá más adelante. Hoy La Boca es parte de la Comuna 4 de la Ciudad Autónoma de Bs. Aires[14].

La Boca y su ubicación respecto de la ciudad de Bs. Aires

El barrio hoy tiene una superficie de 3,38 km2 y su población ronda los 50.000 (2019) habitantes. Limita con el partido bonaerense de Avellaneda, así como con los barrios de Barracas, San Telmo y Puerto Madero.

Geografía social

Como centro de actividad portuaria la Boca es dueña de una complejísima historia demográfica donde se entremezclaron diversas culturas, con predominio de los habitantes de origen ligur, hasta el punto en que por décadas su dialecto dominó en el uso cotidiano.

Durante el auge de la inmigración, fines del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX, impulsados por un instinto de conservación y un ánimo de progreso, los recién llegados se afirmaron en sus vínculos de origen y buscaron de mantener su identidad dando pábilo a un fenómeno social que se prolongaría por más de dos generaciones.

La población boquense tiene netas características populares, como se usa decir, término que encubre el drama del desarraigo, la miseria, el trabajo duro y el afloramiento de un sincrético perfil cultural. El lento proceso de inculturación con el entorno tuvo por escenario a los astilleros, barracones, corralones, saladeros y talleres de todo tipo; a los bares, pulperías, pensiones y prostíbulos.

La identidad de La Boca se estructura en los sedimentos que se reseñan, pero aflora también en múltiples emprendimientos sociales que el tiempo confundió. Así, la leyenda se mezcla con las verdades y la fantasía con la realidad, como lo veremos seguidamente. 

Un origen difuminado en el tiempo

Con la perspectiva del presente podemos identificar cuatro “repúblicas de La Boca”, aunque la historiografía suele dejar en la nebulosa a la que surgió primero y prefiere centrarse en las posteriores, identificándolas como los adjetivos de Primera, Segunda y Tercera. Por mi parte me permitiré expresar la secuencia, en otros términos, comenzando por:

1.- La primigenia “República Independiente de La Boca”

Cuenta cierta tradición que en 1882 surgió en La Boca un conflicto obrero que el accionar policial disolvió a planazos de sables. Al respecto Blas Vidal, periodista de la muy popular revista “Caras y Caretas”, dio a conocer una nota al respecto bajo el título "La República Independiente de La Boca[15]".

Una fatigosa búsqueda me permitió verificar la publicación y acceder a su contenido[16], a la que muchos cronistas referían como fuente, pero ninguno la precisaba. En esta circunstancia constaté la inexactitud de ciertas citas. Por ejemplo, desde nuestro punto de interés, se omitía nada menos que la descripción original de la bandera que se izó durante aquellos hechos. La trascripción parcial de su contenido empobrecía las circunstancias y hasta las alteraba.

 

"Caras y Caretas", Nº288 (1904)

El periodista refiere allí que un conjunto de vecinos encabezados por José Invierno, Rómulo Vernengo, Bartolo Cafferata y Carlos Blanco, entre otros, formaron un “Comité de Defensa” para solicitar a las autoridades que La Boca fuera erigido como un barrio autónomo, escindido de las jurisdicciones de San Telmo y Santa Lucía. Sin embargo, esta afirmación es anacrónica ya que el objetivo se había logrado doce años antes, como quedó explicado más arriba[17]. En la data referida por Vidal, 1882, coincide Antonio J. Bucich en su libro “La Boca del Riachuelo en la Historia Argentina[18]”. Otra versión de los hechos recogida por italiano Ignazzio Weiss en su libro "Gauchos, Gesuiti, Genovesi. Storie dei Rio de la Plata", remonta el hecho relatado al año 1876, lo que también es posterior a la autonomía boquense.

Principales referentes del movimiento

Vidal señala también que la ocasión fue aprovechada por un grupo de vecinos italianos que generaron una suerte de movimiento separatista, hasta el punto que algunos afirman que por iniciativa del genovés León Pancaldo emitieron un manifiesto y que se llegó a escribir al entonces rey Humberto I, informándole que habían proclamado la hipotética “República Independiente de La Boca”, la que se identificó con una bandera particular. Sigue afirmando Vidal, que éste vexilo tenía “dos franjas con los colores argentinos y sobre ellas un escudo rojo con la cruz blanca de los Saboya, con un gorro frigio encima”.

Viñeta y título de la nota firmada por Vidal

Bandera de la Primigenia República de La Boca (recreación)


Versiónes modernas, especulativas, divulgadas en Internet (*)

Según otra fuente de aquella poco documentada intentona, se izó la bandera de Génova  en el frontis de la “Sociedad Italiana de La Boca”. Como es sabido esta enseña es la que se identifica con San Jorge[19].

Bandera de Génova

Quienes estudiaron el acontecimiento confiesan no haber encontrado rastro documentado sobre esa eventual “República de La Boca”, ni en los diarios de la época ni en los registros policiales; menos aún en los archivos itálicos. Como se verá, tampoco coinciden en la fecha en que ocurrió. De esto podría deducirse que “el imaginario haya magnificado uno de los habituales conflictos que surgían por ese entonces en el barrio”. Por mi parte afirmo que, si no fuera cierto es bien probable, como se suele decir.

Más allá del diseño que pudo adoptar el vexilo, parece que el significativo izamiento mereció la atención del gobierno argentino ya que las fuentes señalan que quien fue dos veces presidente de Argentina, el general Julio A. Roca[20], escoltado por algunos efectivos del Ejército, se hizo presente en el barrio. Allí increpó a los levantiscos y mandó arriar la enseña implicada. La tradición consigna que admirados por la valentía de Roca[21] de apersonarse en el núcleo de la sedición, los boquenses resolvieron dar su nombre a una de las calles del conglomerado[22]. Vidal indica que quien intervino en la ocasión fue el caudillo barrial José (Pepe) Fernández[23] que convenció a los genoveses de deponer su actitud y que éstos, a título de ofrenda conciliadora procedieron a nominar “Roca” a la calle de referencia.

La influencia política extranjera en La Boca quedó demostrada con toda claridad en el año 1904, cuando fue electo como diputado local al Congreso Nacional el Dr. Alfredo Palacios[24], de esta manera se convirtió en el primer funcionario electo propiciado por el Partido Socialista que hubo en América.

El peculiar republicanismo que pudo haberse evidenciado en La Boca a fines del siglo XIX no es más que una tardía manifestación de la fuerte personalidad vecinal plasmada en los burgos comerciales itálicos a lo largo de los siglos. En algunos casos formaron estados poderosos, con factorías distribuidas en el litoral marítimo del Mediterráneo, como lo fueron Venecia y Génova, hubo otros de menor desarrollo como Pisa, Florencia y Milán. Este tipo de organización de alguna manera subsiste en la República de San Marino; también eclosionó a lo largo del territorio de Italia durante y poco después de finalizada la II Guerra Mundial. El espíritu que inspiró la manifestación política referenciada en La Boca se reflejó también en la ciudad de Rosario, segunda ciudad del país[25].

Más allá de la anécdota de las banderas, por entonces, la elite nacional abrigaba crecientes reparos hacia la autonomía cultural que exhibían algunas comunidades extranjeras, particularmente las de origen itálico y suizo. Se suma a ello que desde Europa se alentaban los vínculos con sus emigrados operando en el ámbito de la economía, el mutualismo, del incipiente pero ambicioso movimiento sindical y en otras múltiples expresiones.

Hasta tal punto fue su importancia que desde el gobierno dominado por la elite nacional se vio la necesidad de apelar a un rígido sistema educativo que permitiera integrar a los hijos de esos inmigrantes con la población local. Para esto se dio especial énfasis a una visión conductista de la historia local, resaltando como paradigmas a sus próceres y símbolos; al par que se desalentaron aquellas expresiones que exponían la diversidad de orígenes.

(Advertencia: la publicación de la segunda parte de esta nota se concretará en unos pocos días, quienes estén interesados harán bien en revisar cotidianamente este Blog para poder completar la información del caso)


[1] En realidad, es un pasaje peatonal de unos 150 metros, originalmente corría en su traza un arroyo que posteriormente fue cubierto para que instalar una vía ferroviaria. En 1950 el pintor Quinquela Martín impulsó su transformación y nueve años más tarde fue oficialmente declarado como “calle-museo”.

[2] Se afirma que es uno de los diez lugares más fotografiados del mundo.

[3] Cantante, compositor y actor reconocido como el máximo exponente del tango como canción y producto cultural, fallecido en 1935.

[4] Así se denomina a una lonja de queso complementada por otra de dulce de membrillo en barra, eventualmente suplido por una batata. Debe su nombre a que antaño era una suerte de tentempié que se ofrendaba a los agentes de policía que estaban de ronda.

[7] Por lo que el correcto nombre del paraje debería ser “La Boca del Riachuelo”, aunque el uso popular apocopa la designación.

[8] Precisamente, este prócer edificó su hogar familiar en el predio llamado “Casa Amarilla”, en plena Boca.

[10] Estos operarios arrastraban las embarcaciones desde la costa del Riachuelo hasta los muelles ubicados en sus riberas.

[11] Tipo de construcción erigida sobre pilotes, intentando escamotear las habitaciones del aumento de nivel de las aguas en épocas de inundaciones.

[12] Por medio de la Ley Nº591 de la provincia de Bs. Aires, del 30 de agosto de 1853: https://normas.gba.gob.ar/documentos/xpOqdhP0.pdf.

[13] Por Ley Nº654 del 23 de agosto de 1870: https://normas.gba.gob.ar/documentos/B1145hzB.pdf

[14] Según Ley Nº1.777 del 1 de septiembre de 2005 – Orgánica de Comunas, Anexo: http://www.ciudadyderechos.org.ar/derechosbasicos_l.php?id=673&id2=682&id3=5144

[15] Caras y Caretas” (Buenos Aires), Nº288. 9 de abril de 1904 https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=0ddfbded-0a12-4fc8-96c1-502ea97c1065&page=40

[16] Expreso acá mi emocionado agradecimiento a la “Biblioteca Nacional de España”, depositaria de la colección digitalizada de tan característica revista argentina.

[17] WEISS, Ignazio. De Luca Ed. Buenos Aires. 1955

[18] Buenos Aires. 1986.

[19] Ver en este Blog mi nota: “La extendida familia de banderas de la Cruz de San Jorge”: https://banderasargentinas.blogspot.com/2020/04/la-extendida-familia-cruz-de-la-cruz-de.html

[20] Presidente entre 1880/ 1886 y 1898/1904; también fue Ministro del Interior en 1890/1891 y de Guerra entre 1878 y 1879, oportunidad en que condujo la así llamada “Campaña del Desierto”.

[21] El arrojo de Roca era proverbial, como que durante la Guerra contra el Paraguay galopó frente a las líneas enemigas sobre su caballo blanco, desafiando los disparos que se le hacían. Una escena similar puede verse en la película “Danza con lobos” dirigida por Kevin Costner (1990).

[22] No he podido constatar que exista alguna arteria en La Boca que lleve el nombre de Roca, pero como la nomenclatura ha variado con los años bien podría haber ocurrido con antelación. A la fecha en la ciudad de Buenos Aires con el nombre de “Julio A. Roca” existe una importante avenida en el centro de la urbe.

[23] Fernández respondía al liderazgo de Roca y que más tarde llegaría a ser diputado nacional por el Partido Autonomista Nacional, que institucionalizaba la influencia de este último.

[24] Nacido y fallecido en Bs. Aires (1878/ 1965), abogado y legislador afiliado al Partido Socialista.

[25] Por entonces Rosario registraba cerca de un 40% de población no argentina.

(*) A: todobanderas.com B: Wikipedia (AnFederalist)

lunes, 24 de julio de 2023

Más sobre el paraguas invertido

Sus curiosas propiedades

Por Miguel Carrillo Bascary

A consecuencia de una reciente nota (1) recibí varias consultas sobre el paraguas invertido, lo que me indujo a brindar alguna mayor información.

El adminículo resulta sumamente práctico ya que cuando se cierra evita que el agua chorree, se deposita en el centro del paragua plegado, lo que eventualmente permite llevarlo hasta algún lugar apropiado y con un simple volcado se evacua el líquido. De tal manera, se elimina la molestia de mojar el piso y de salpicar las ropas de las personas cercanas, una molestia puede generar una descortesía. Esto ocurre porque sus varillas se despliegan desde abajo, justamente a la inversa que en un paragua de mecanismo tradicional.

Este sistema facilita el acceso y egreso de un automóvil evitando las clásicas mojaduras durante la manipulación.

Admite todo tipo de mangos, particularmente el que tiene forma de una letra “C”, puede calzarse sobre la muñeca, con lo que la mano queda libre para ciertas operaciones.

Cuando no se lo emplea toma la forma habitual a todo paragua.

No termina en esto su practicidad, tiene otras virtudes. Una vez plegado, su doble cubierta impide mojar todo aquello con lo que entre en contacto, lo que tampoco ocurre con un paraguas común.

También resulta muy vistoso ya que la mayoría de los ejemplares que existen en el mercado utilizan telas contrastantes, generalmente con el tradicional negro como predominante.

Dicho sea de paso, el negro en los paraguas deriva de que cuando su uso se hizo general a comienzos del siglo XX, ya que se construían de caucho, sin ningún agregado de anilinas.

El paraguas invertido es un producto desarrollado en Gran Bretaña mediante el sistema de promoción tecnológica “Kickstarter”, su nombre específico es “KAZbrella”. Ha tenido gran aceptación internacional.

Lo expuesto permite considerar que tiene gran potencial para que se extienda su uso en funciones de Ceremonial.

El diagrama muestra cómo se opera tan útil accesorio:

Nota 1: https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/07/el-paraguas-y-el-ceremonial.html

sábado, 22 de julio de 2023

Apuntes de ceremonial y etiqueta para actos oficiales / Parte 1

Grandes pequeños detalles en materia de etiqueta

Una foto oficial tomada al azar, como pudo ser cualquier otra, muestra varias de las circunstancias que se comentan en la nota

Por Miguel Carrillo Bascary

La experiencia acumulada en muchos años de concurrir a diversos tipos de actos institucionales me motiva a compartir estos apuntes que abordan algunos aspectos que conviene tener en cuenta y evitar, a lo que sumo algunos tips que podrán ayudar ocasionalmente.

He visto numerosísimas actitudes que afectan la imagen de instituciones, de conspicuos funcionarios y de diversos tipos de protagonistas. Por ende, también deprecian la consideración que merecen las investiduras o de la calificación que debería expresar la corporación a la que representan. Algunas de estas conductas u omisiones rayan con el ridículo, en otras puede motivar la sorna, las hay también que irrogan molestias a otros participantes y hasta en ciertos casos provocan incontenible e inoportuna hilaridad. Tengamos en cuenta que bien lo afirma el dicho popular: de los errores se puede volver, pero del ridículo nunca.

Con poco esfuerzo de memoria resolví preparar estos “Apuntes” con la idea de sistematizar estas vivencias, esperando que puedan servir de oportuno ejemplo y previsible guía. Sin duda mucho “quedará en el tintero”, como se decía otrora. Me encantaría que los colegas pudieran aportar sus propias experiencias, en cuyo caso tendré mucho gusto de reflejar sus anécdotas en futuras entregas de esta sección.

Los celulares, las cámaras fotográficas y los videos (aún los de seguridad) son implacables en registrar los más mínimos detalles hasta el punto en que parecen encaminados a despojar de dignidad a quienes enfoca la cámara. Lo peor es que una vez que se concreta el registro se diseminará en el universo virtual al que se incorporan definitivamente. A veces sin conciencia del protagonista, hasta que entra en pánico cuando constata que se divulgó.

En ocasiones el efecto no es inmediato, pero bien se dice que “nadie puede resistir al archivo”, de manera que los efectos perniciosos pueden tallar años más tarde, con imprevisibles consecuencias.

Sin embargo, hay personajes incombustibles y que, para peor, recaen en sus actitudes equívocas una y otra vez. En la reciente antigüedad analógica los poco numerosos observadores se limitaban a desplegar su crueldad a través de caricaturas, pero hoy, los memes afloran, con efectos mucho menos piadosos.

Los imprevistos pueden disculparse y muchas veces cabrá disimularlos, pero no la desprolijidad, la falta de soltura, lo chabacano, lo inadecuado de actitudes, gestos y vestimentas.

Quienes se desempeñan en Ceremonial, saben, muy bien de lo que escribo. A ellos les cabe que, por responsabilidad profesional, deban “educar” a los funcionarios y directivos a los que acompañan, muchas veces a riesgo de un malestar que puede no ser favorable a su estabilidad laboral. No debería ser así, todo lo contrario, sus superiores son deudores de las oportunas advertencias que los alejen del riesgo de aparecer como figurones.

Lamentablemente muchos protagonistas suelen menospreciar las consignas que les acercan sus asesores en un despliegue de soberbia pocas veces disimulado.

En esta primera entrega de la serie me dedicaré a comentar sobre la vestimenta.

Es lógico que cada persona expresa su personalidad en el vestir, no pretendo ni me corresponde, sentar doctrina en esta materia que no es la mía.

La moda depende de innúmeras variables que me son ajenas, pero hay aspectos que inexorablemente deberán tenerse en cuenta para que las personas VIP o cualquiera que asista a un acto más o menos formal no incurra en circunstancias deplorables. Nadie puede considerarse a salvo, en una actividad pública social u oficial, todos quedan comprendidos.

Así, es absolutamente elemental revisar con tiempo la vestimenta que se utilizará para asegurarse que no exista alguna mancha, rasgadura o quizás falte un botón.

Los sacos siempre se usarán abrochados lo que es absolutamente imprescindible. Si son cruzados. No es prolijo lucirlos en contrario. En cuanto a las abotonaduras, nunca deben faltar en los chalecos.

Más allá de la anécdota muchos recordarán a un longíneo ex presidente argentino que parecía hacer gala de jamás abrochar el saco cruzado que vestía.

Los zapatos deben estar bien lustrados, un “detalle” que muchas veces se pasa por alto y que destaca negativamente en el contraste de los que calce el resto de los presentes en una ceremonia. Este aspecto resulta fundamental, ni qué decir si el desprolijo es una de las principales asistentes al evento.

¿Algo más al respecto? Sí, de usar calzado con cordones, no olvidar ajustar el nudo debidamente. Agacharse para atarlos durante un acto o una recepción puede ser muy natural, pero horada la necesaria prestancia de todo funcionario.

Recuerdo el embarazo de un mandatario cuando verificó que el nudo se le había desecho cuando subía al estrado para tomarse una “foto de familia” con sus pares.

Las corbatas merecen un capítulo especial, aunque la tendencia actual en Argentina, lleve a prescindir de ellas, salvo circunstancias formales.

Su ancho y motivos demandan coherencia con el estilo que impera en el momento. Toda exageración en más o en menos resulta muy evidente. Obvio que las fantasías quedan descartas ab initio, aunque es lógico se admitan discretos detalles de rayas y aplicaciones minúsculas, según lo aconseje del buen gusto general. Su textura será acorde a la tela del traje que se viste. Descartemos usarlas tejidas si se porta un casimir, tampoco una “de noche” con un saco sport.

Así como en la antigüedad las damas acudían a expresarse con sus abanicos a los que convertían en un verdadero lenguaje social, las corbatas también tienen el suyo. Por esto, de concurrirse a un evento relacionado con una institución que se identifica con algún color en particular, será de buen gusto que la prenda tenga algún/os color/es coincidente/s. Eventualmente, si el evento corresponde a la fecha patria o efeméride de otro estado, la afinidad puede referenciarse con los colores de su bandera, aunque sea un pequeño detalle.

Cuidado con los colores, hay ideologías y conductas institucionales que los identifican con expresiones muy negativas, lo que incluso puede incomodar al anfitrión o a otro partícipe del acto.

Tengo presente a un notorio político argentino, que se presentó ante un círculo “pro vida” para pedir el apoyo a un proyecto que le interesaba sin advertir que lucía una poco discreta corbata verde. Son numeroos los casos en que algún funcionario se hizo presente en un sepelio luciendo corbata de colores vivos.

Uno de los problemas más frecuentes en materia de corbatas es llevar el nudo flojo o desviado. Esto resalta negativamente, en particular durante las entrevistas televisivas y fotos formales. Expresa una desprolijidad por demás notable.

Cuando las damas decidan presentarse en una ceremonia oficial vistiendo alguna prenda con cierto grado de transparencia es obvio que se deberá chequear con las costumbres del país anfitrión y aún con las que imperan en ciertas regiones del propio país. Las prevenciones son obvias y trascienden el marco de una correcta perspectiva de género. Este aspecto es verdaderamente delicado en ámbitos muy apegados a las tradiciones, ni qué decir en las relaciones con las culturas islámicas y similares.

Al respecto fue muy comentada la presentación de cierta primera dama de un estado sudamericano de cuyo nombre, parafraseando al Quijote, no quiero acordarme.

En torno al vestir existe cierto conocimiento general que justifica evitar el uso de colores o cortes similares al de la anfitriona o de algúna invitada principal. En este punto los servicios de Ceremonial deben trabajar con particular habilidad para evitar potenciales conflictos. Los ejemplos negativos son numerosísimos y hacen la comidilla de las publicaciones amarillas y del corazón.

Y ya que tocamos a los funcionarios de Ceremonial y Protocolo, nunca está demás recomendar que deben vestir con el mayor decoro y neutralidad posible, procurando pasar adscribirse a los criterios más clásicos, de manera de pasar siempre desapercibidos para no competir con los mandatarios o altos mandos a los que asistan.

Todavía me dura la sorpresa que recibí cuando hace muchos años se presentó a un importante acto oficial cierta jefa de Protocolo que vestía un ceñido traje sastre ¡de color rosa chicle! Lo más significativo es que no se trataba de una primeriza. Para más llevaba un mini-sombrero de igual color. Creo que causó una impresión imborrable en todos los presentes. Cabe señalar que nunca más volví a verla en otra ceremonia.

Cuando el fría aprieta y, particularmente, si el acto se desarrolla a la intemperie, el uso de guantes se impone. Empero, puede ser particularmente engorroso ya que la educación requiere descubrir la mano derecha para corresponder a un saludo, esto último es un detalle elemental que jamás debería pasarse por alto, lamentablemente ocurre en forma cotidiana. Las señoras y señoritas quedan eximidas de esta ceremonia.

Para las damas las carteras son imprescindibles, el buen gusto demanda cuidar sus dimensiones. Aunque sean de aquellas marcas cuya unidad vale varios cientos de dólares. También en este punto destaca una ex presidente argentina.

Otra recomendación, en ciertos círculos particularmente sensibilizados con la ecología, lucir guantes o cualquier otra prenda elaborada con cuero puede generar un rechazo automático. Como me tocó ver en una oportunidad cuando una alta funcionaria osó mostrarse con un ostentoso bolso de pecarí.

Una advertencia, durante una actividad en la que hay que saludar a reiteradas personas, es factible que el usuario opte por quitárselos, en cuyo caso es imperioso colocarlos bien profundo en un bolsillo. No es poco común perder uno de ellos en las aglomeraciones del evento. El problema no radica solo en su costo, sino en la dificultad de conseguir otro par que resulte tan cómodo con el extraviado.

Si bien en los varones los sombreros prácticamente han pasado al olvido, en muchas circunstancias se reemplazan con las famosísimas gorras con visera (originalmente usadas en el béisbol). Desde ya que no es pertinente lucirlas en espacios cerrados, excepto claro está que mediante las mismas se quiera enviar mensajes a la concurrencia o que se desee expresar una identificación en particular.

Un caso muy conocido que marca tendencia en contrario es el de Donald Trump, pero bien se sabe que el personaje dista mucho de ser un dechado de elegancia.

Como se ve, muchos de estos consejos son absolutamente elementales pero dramáticamente aplicables al quehacer profesional en la materia.

Creo que no vale la pena abundar al respecto, pero siempre será recomendable una rápida revisión, particularmente antes de exponerse a los ojos de las cámaras. Una labor que debería hacerse carne en todo protagonista de un evento, la que deberá ser apuntalada y hasta suplida por los profesionales del Ceremonial o de la Organización de Eventos que lo asistan.

Podríamos seguir puntualizando otras circunstancias, pero de momento termino acá, ya habrá ocasión para seguir profundizando al respecto. Nada más por ahora.

(Esta nota continuará)