lunes, 29 de junio de 2020

Banderas y protocolo en Presidencia de la Nación

¿Cuántas banderas usar?

Serie: Problemas de Ceremonial


Foto 1

Por Miguel Carrillo Bascary

Disposición de banderas en la Residencia Presidencial

Por diversos conductos me han llegado consultas sobre la colocación de banderas en la Residencia de Olivos donde el Presidente de la Nación desarrolló algunas conferencias de prensa en las últimas semanas. Para esto me acompañaron algunas fotografías entre las que selecciono varias.

La ocasión se presta para un análisis detenido, ya que abarca diversas temáticas de manera que las conclusiones que se obtengan permiten desarrollar criterios aplicables a circunstancias similares.

Como hipótesis de trabajo me referiré específicamente al uso de banderas nacionales, lo que permitirá limitar la amplitud del análisis ya que si nos ponemos a considerar la presencia de enseñas de otro tipo el análisis debería incorporar otras variables que exceden de mi propósito presente.

En definitiva, las objeciones que motivan las consultas y esta entrada giran en torno al número de las banderas de posición que se observan en las tomas, el que a criterio de mis consultantes daría lugar a que el símbolo nacional aparezca usado como elemento decorativo o no.

El axioma comprometido podría formularse diciendo que la Bandera Nacional no debe usarse como elemento decorativo, un precepto que se repite mucho en el ámbito del Ceremonial público.

Cabe señalar que a nivel internacional es acentuando el empleo reiterativo de banderas nacionales, tendencia que se presenta en el Ceremonial de las principales potencias mundiales y de otros estados, lo que al parecer es un efecto que deriva de la ambientación propia de los usos televisivos. Hasta hace cierto tiempo Argentina sostenía una conducta austera y por eso se usaba una sola Enseña nacional pero las evidencias indican que esta posición ha venido mutando, lo que da lugar a las consultas a las que hacía referencia.

La razón de una presencia

La colocación de una bandera junto a una autoridad política expresa un doble mensaje:

En primer lugar, ella representa a nuestra Nación, con todo lo que ello significa.

En segundo, evidencia la autoridad que inviste el funcionario, resultante de la elección popular que se funda en la forma democrática de gobierno, que en el caso de Argentina se manifiesta en el Artículo 1º de su Constitución. Se vivencia así que el funcionario representa al pueblo que lo ha elegido; donde el ejemplo más claro radica en el Presidente de la Nación. En la eventualidad de que el funcionario no haya sido electo, la Bandera expresará a una autoridad delegada por un superior que cuente con este aval. (Ej.: un ministro, que es designado por el Presidente de la Nación). En cambio, si consideramos a una monarquía, la bandera sobreabunda, en tanto que la autoridad del rey no deviene del pueblo.

Lo expresado define que basta que acompañe a la autoridad una sola Bandera nacional; el usar varias en forma indiscriminada constituye una verdadera tautología e implica la posibilidad de que el símbolo pierda consideración y se transforme en parte del decorado. Por otra parte, es innegable que la presencia de la bandera tiene aporta contenido estético a la ambientación.

Requisitos

En las fotografías que sustentan el comentario vemos varias banderas de ceremonia, usadas como “banderas de posición” (vale la redundancia). En estos casos los ejemplares que se empleen en una situación ceremonial deberán cumplir ciertas condiciones:

La pieza y sus complementos debe ser legítimos; es decir que tienen que adecuarse a la normativa que los define.

Ejemplifico esto tomando como referencia a la Bandera Oficial de la Nación argentina, la que deberá corresponder al modelo reglado por el Decreto Nº 1650/ 2010, que en lo general remite a la Norma IRAM –DEF D 7674 (ítems 3 y 4.2) y, en lo particular, a la Norma IRAM-DEF D 7675 y D 7679.

Estas normas definen:

- La forma; proporciones; materialidad y coloración del paño.

- El diseño del Sol.

- Las dimensiones y materialidad del asta; su lanza y el regatón.

- Su presentación debe ser impecable; tanto en lo que hace a su higiene; como a su integridad material (sin roturas); tampoco serán admisibles las que evidencien arrugas o dobleces.

- Lo mismo vale para la corbata; cuyos flecos deben presentarse en perfectas condiciones.

- La forma del pie soporte.

A esto se le sumará el expansor, dispositivo que permite presentar el paño extendido en su parte media para que el Sol no quede parcialmente oculto por los pliegues.

Además, corresponderá considerar el uso de una cenefa lo que posibilitará resaltar el conjunto con relación al/los físico/s del/ los funcionarios. La praxis indica que el Sol ha de ubicarse por arriba del plano que definan los hombros de esta/s persona/s formando un continuo aproximado con su/s rostro/s. La falta de consideración de este punto es más común de lo que se supone, lo que genera un escaso lucimiento del emblema.

Disquisición de importancia

La praxis del Ceremonial indica que muchas veces se constata el uso de banderas que por diversos motivos no se corresponden con los modelos legítimo. Lo más común es que el Sol no sea coincidente; otras veces la lanza es diferente; también hallamos diversas tonalidades de celestes; en otras oportunidades las diferencias radican en las corbatas o el asta. Esto evidencia poco profesionalismo.

Es obvio que todo gira en torno a la norma de referencia, el Decreto Nº 1650/ 2010 La hermenéutica jurídica nos señala que cuando se analiza disposición debe tenerse presente lo que ella ordena, pero también sus silencios. La advertencia nunca es más apropiada que para el caso que nos ocupa.

Vemos así que el Artículo 2º del Decreto Nº1650/ 2010 definió:

Las reparticiones y organismos nacionales, provinciales, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipales deberán regularizar las Banderas Nacionales a ser utilizadas en los mástiles antes del 9 de julio de 2016”.

El precepto buscaba que para el bicentenario de la independencia nacional se hubieran superado las evidentes diferencias entre el modelo reglado y los que se encontraban en uso al momento de dictarse el Decreto; un loable propósito que en muchos casos no vemos logrado a la fecha, pero que no es materia de este comentario.

Me detengo para destacar que la disposición trascripta alude a las enseñas de izar, ya que solo ellas se sirven de un mástil; las de ceremonias usan astas. La distinción es de importancia.

Sobre las banderas de ceremonia el Decreto nada dispone, este silencio señala que fue voluntad del legislador no obligar al cambio de los ejemplares que no se correspondan con las características definidas por la norma, en consecuencia, un criterio de economía y razonabilidad indica que podrán seguir utilizándose hasta el término de su vida útil, sin que haya obligación para su recambio. En forma complementaria y coherente, queda implícito que los ejemplares que deban adquirirse para nuevos usos o para reemplazos deberán adecuarse al Decreto.

Sin embargo, entiendo que las banderas de ceremonia, destinadas al acompañamiento de las autoridades del más alto nivel, necesariamente deben corresponder al Decreto Nº 1650/ 2010 como un mandato lógico e inexcusable. Eventualmente podría flexibilizarse el criterio hasta que llegue el momento que puedan reemplazarse los conjuntos en uso de las autoridades que invisten un menor grado en la escala jerarquía, como ser: titulares de oficinas; reparticiones de inferior jerarquía o de un establecimiento educativo, por ejemplo.

Para asegurar la correspondencia entre los nuevos ejemplares y los procedimientos de adquisición he fijado posición en el anteproyecto de “LEY SISTÉMICA DE SÍMBOLOS NACIONALES, EMBLEMAS Y SU CEREMONIAL”, que presenté al Congreso Nacional, cuyo Artículo 75. 1 establece que para la adquisición de banderas por parte de la Administración pública, deberá estarse a lo siguiente:

Condición de la oferta. Los pedidos de cotización; concursos de precios y licitaciones para la compra de banderas; escudos y de sus elementos accesorios, que realicen las reparticiones oficiales; entes descentralizados y las empresas con participación estatal, especificarán que esos productos deben ajustarse a los diseños y características definidos por esta Ley, bajo causal de nulidad de la oferta.

De esta forme se evita que la entidad oficial adquiera ejemplares inadecuados, so pretexto de que estos son más baratos que otros que cumplen con las regulaciones pertinentes.

Posición

La Bandera Oficial de la Nación siempre irá a la derecha de la autoridad, posición de honor que tiene reconocimiento universal. Al respecto, cuando en televisión se hagan planos medios sobre los funcionarios, la bandera debe quedar comprendida en la toma, para que se mantenga la mutua referencia.

Si eventualmente corresponde colocar una segunda bandera (por ejemplo, la enseña provincia, si se trata de un gobernador de provincia) aconsejaría hacer uso de la disposición en diagonal, de forma que el plano medio propio de las tomas televisivas abarque a las dos enseñas conservando la precedencia debida.

Siempre será un principio a cuidar que ningún funcionario de francamente su espalda a una bandera, salvo que la necesidad de presentar un gran número haga permisible esta posición. 

Ejercicios de aplicación

Hechas las consideraciones previas, me referiré ahora a los dispositivos armados en la Residencia Presidencial de Olivos que son el origen de las consultas.

Cabe señalar que el distanciamiento social determinado por las pautas profilácticas del Covid -19 exige una gran separación entre los funcionarios implicados lo que condiciona la ubicación de las banderas.

Además, es indudable que cuando se emplea una pluralidad de banderas se incrementa la complejidad del dispositivo ceremonial, esto acentúa las dudas y eventualmente puede dar lugar a comentarios críticos.

También es fundamental señalar que Argentina es un estado federal compuesto por un gobierno central; los gobiernos de sus 23 provincias y el de la Ciudad Autónoma de Bs. Aires. Esto resulta de los Artículos 1º; 5º y 129 de la Constitución Nacional, de donde resulta que estos últimos elementos políticos participan plenamente del Gobierno dispuesto por dicho régimen legal. Por esto resulta válido que tanto el gobernador como el jefe de gobierno implicados tengan pleno derecho de estar flanqueados por la Bandera Oficial de la Nación, sin desmedro de las enseñas locales que correspondan.

En cambio, si se trata de un estado unitario en puridad, un gobernador departamental no tienen derecho per se de usar la enseña nacional.


Análisis de la FOTO 1, que abre esta entrada

En cuanto a la disposición protocolar de las autoridades políticas, es evidente que el lugar jerárquico, el centro, corresponde al Presidente de la Nación quien, además, actúa como anfitrión. La posición relativa entre el gobernador de la provincia de Bs. Aires y el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Bs. Aires merece ciertas consideraciones cuyo tratamiento excede al objeto de este análisis; pero, como hipótesis de trabajo cabe aceptar la ubicación dispuesta por el Poder Ejecutivo Nacional y aceptadas por las otras dos autoridades citadas.

En cuanto a las banderas de posición las vemos a cada lado del sitial presidencial; haciendo un total de cuatro. Corresponde destacar que estos ejemplares aparentemente cumplen con los requisitos de legitimidad, aunque la resolución de la toma no permita certificar que los soles son los reglamentarios. Es muy correcta la altura, de manera que sus soles quedan alineados con los rostros de los funcionarios; pero apunto una observación negativa, el largo de las corbatas no es simétrico; un detalle que no escapará a ningún ojo entrenado.

En mi criterio hubiera correspondido emplear solo tres banderas idénticas, colocándolas a la derecha de cada uno de las autoridades, de manera que cuando la TV les hace una toma de medio plano, cada funcionario aparecerá con una enseña a su derecha, de esta manera se expresará la representatividad que les corresponde.

Marginalmente apunto como un detalle de buen gusto institucional las líneas austeras de la mesa, cuya coloración se ilumina hacia el centro, lo que contribuye a destacar la figura presidencial y la sobria leyenda que identifica la posición. Otro punto positivo es que, para el fondo se prefirió respetar los múltiples verdes de la arboleda lo que da naturalidad al ambiente y contribuye a descontracturarlo en forma acorde a la imagen de lugar de trabajo con que el titular del Poder Ejecutivo ha venido presentándose ante la opinión pública.

Análisis de la FOTO 2

  
En la toma vemos que la figura central es el Presidente de la Nación, lo que es correcto; a su derecha se ubica el Jefe de Gabinete; a su izquierda, otro de sus ministros y a cada uno de los lados de la tríada se posicionan el Jefe de Gobierno de la CABA y el gobernador del Chaco.

También aquí vemos que las banderas son reglamentarias y que, igual que en la Foto 1, se presentan sobre elevadas con lo que los soles se alinean con los rostros de los funcionarios.

En mi parecer, el uso de tres banderas ceremoniales de posición parece ser sobre abundante. De hecho, definen una tautología escénica que les otorga un protagonismo propio de un ornato, lo que en la sensibilidad de algunos ceremonialistas es inadecuado.

Estas observaciones negativas podrían haberse evitado si se hubiera colocado una sola bandera, a la derecha del primer magistrado; de esta manera hubiera reforzado su autoridad en el imaginario social. Las otras dos banderas, que en la toma quedan a la derecha de ambos ministros les otorga un protagonismo que compite con el del Presidente, lo que a todas luces es desproporcionado ya que su autoridad deviene de la designación que aquél les discernió al nombrarlos (Ref. Artículos 99 y 100 de la Constitución Nacional)

Análisis de la FOTO 3


En este caso, es obvio que el Presidente está bien colocado, el centro de la mesa, a su derecha se sienta el Jefe de Gabinete y a su izquierda una de sus ministras; de donde el orden protocolar es el que corresponde

Sin embargo, la posición de las banderas luce desacompasada ya que a la derecha presidencial se observan dos y una tercera a su izquierda. No hay razón alguna que avale esta disposición.

Análisis de la FOTO 4


En esta toma la posición de los funcionarios no responde a ninguna lógica, increíblemente el Presidente ha cedido el sitial de precedencia al Ministro de la Producción; de donde la bandera de posición aparece respaldando a este funcionario y no al primer mandatario; para colmo la leyenda “Argentina” queda sobre el ministro, otro factor que desluce al presidente. 

El tercer lugar jerárquico correspondería a la senadora presente y, por último, a quien se identifica como interventor de una empresa quien debió ocupar el cuarto sitial, obviamente.

Un variante a considerar

Eventualmente, considero que en todas las fotografías en vez del ejemplar de posición podría haberse colocado a la derecha del Presidente de la Nación un ejemplar de bandera presidencial, insignia del cargo cuyo uso ha sido introducida en la praxis del Ceremonial del primer mandatario desde hace algunos años.

Ella señala al Presidente de la Nación como titular del Poder Ejecutivo Nacional y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la República Argentina.

Su diseño, forma y colores son idénticos a los de la Bandera Oficial de la Nación en su versión de ceremonia, tal como se define en el Anexo I b) Norma IRAM – DEF D 7675; pero lleva bordado en su anverso; sobre la franja superior; formando un arco convexo; la expresión “REPÚBLICA ARGENTINA” y, en la franja inferior; en arco cóncavo, la leyenda “PRESIDENCIA DE LA NACIÓN”; con letras de oro o doradas, mayúsculas; a lo que suma sus accesorios, que son acordes a los dispuestos por el Anexo I b); de la Norma IRAM – DEF D 7675.

En la actualidad conozco que hay dos ejemplares de esta pieza; una en el despacho presidencial y la otra se traslada a otros recintos según sea necesario. Bien podría haber otra en la Quinta de Olivos.

Con esto se habría jerarquizado netamente la presencia del primer mandatario de la Nación.

La bandera presidencial en el "Salón Blanco" de "Casa Rosada"

jueves, 25 de junio de 2020

La Bandera Argentina en el espacio

Operación de prensa; desmemoria y realidad

Un aspecto de la ceremonia cumplida

Por Miguel Carrillo Bascary


El pasado 30 de mayo se difundió con gran despliegue que el titular de nuestra embajada en China había recibido “la primera bandera argentina de tela que viajó al espacio ultraterrestre en el lanzamiento de ensayo del LM-5B, el 5 de mayo pasado”.

La ceremonia se presentó como “una expresión de gratitud de China por el apoyo brindado por la Argentina al Programa Chino de Exploración Lunar”. (Fuente original: https://www.cancilleria.gob.ar/es/actualidad/noticias/entrega-de-una-bandera-argentina-tras-su-travesia-espacial)

Sabido es que los argentinos nos caracterizamos por nuestra poca memoria histórica, pero no es cuestión de aceptar todo lo que se nos presente.

En este punto se me hace un deber hacer recordar que la noticia no se corresponde con la verdad objetiva. 

NO SE TRATÓ DE LA PRIMERA BANDERA NACIONAL EN IR Y VOLVER AL ESPACIO ULTRATERRESTRE, en el Planetario de Bs. Aires se expone la pieza que el Apolo 11 llevó a la Luna y trajo de vuelta, en 1969.

En este Blog dediqué una entrada completa para referenciar la presencia argentina en nuestro satélite natural que podrá versa en su totalidad a partir del siguiente link: http://banderasargentinas.blogspot.com/2019/07/mas-sobre-banderas-y-el-apolo11.html

Es obvio que Estados Unidos montó una excepcional campaña de relaciones públicas con el gesto que tuvo en 1970; pero no es menos cierto que China intentó reproducirlo a su escala y beneficio cincuenta años más tarde, como resulta patente.

Reproduzco la parte pertinente:

Las otras banderas que llevó Apolo 11
(…)


La donación del gobierno de Estados Unidos a nuestro país se concretó el 16 de abril de 1970 en una ceremonia oficial realizada en la “Casa Rosada” (sede del Gobierno), por conducto de su embajador, John Davis Lodge y fue recibida por el presidente de facto Juan C. Onganía.

El exhibidor que contenía la bandera argentina que cumplió tan excepcional destino y los fragmentos lunares, se destinaron al planetario “Galileo Galilei”, ciudad de Bs. Aires. Este centro de investigaciones y de difusión de la ciencia astronómica acababa de ser inaugurado y por entonces era el sumun. Las piezas pueden verse hoy, en el primer piso del edificio, destinado a su museo interactivo. Ver:  https://planetario.buenosaires.gob.ar/rocas-lunares


La imagen nos muestra un diseño de Sol que no es el de uso oficial (Decreto Nº10.302/ 44), pero que sin embargo era muy usado por las banderas comercializadas en aquellos años.


sábado, 20 de junio de 2020

Frases de Belgrano para la Historia

El Prócer en sus propias palabras

Belgrano, según Ramiro Ghigliazza

Como una adhesión al bicentenario de su paso a la Casa de Nuestro Padre recopilamos algunas de las palabras del general Belgrano que nos muestran la grandeza de su pensamiento.

“Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella”. Tucumán, 10 de octubre de 1816.

“Nadie es más acreedor al título de ciudadano que el que sacrifica sus comodidades y expone su vida en defensa de la Patria”.

“No busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la patria”. Salta, 1º de marzo de 1813.

“Siendo preciso enarbolar Bandera, y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional; espero que sea de la aprobación de V.E….” Rosario, 27 de febrero de 1812.

“Soldados de la Patria: En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excmo. Gobierno: en aquél, la batería de la Independencia, nuestras armas aumentarán las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores y la América del Sud será el templo de la Independencia, de la unión y de la libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo ¡Viva la Patria!”. Rosario, 27 de febrero de 1812.

“La vida es nada si la libertad se pierde”. Buenos Aires, 19 de enero de 1812.

“Jamás puedo mirar por glorias la efusión de sangre de mis hermanos”. Salta, 20 de febrero de 1813.

“Todos los Naturales de Misiones son libres, gozarán de sus propiedades, y podrán disponer de ellas, como mejor les acomode…”. Desde hoy los liberto del tributo; y a todos los Treinta Pueblos, y sus respectivas jurisdicciones los exceptúo de todo impuesto por el espacio de diez años”. Reglamento los Treinta Pueblos De Misiones. Tacuarí, 30 de diciembre de 1810. Reglamento los Treinta Pueblos De Misiones. Tacuarí, 30 de diciembre de 1810

“Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre, fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido”.  Autobiografía, Primera Parte.

“El camino seguro de la libertad es la lucha por la libertad social”.

“Las banderas de nuestros enemigos son las que hasta ahora hemos usado […] ¡Abajo, Excelentísimo Señor, esas señales exteriores que para nada nos han servido y con las que parece que aún no hemos roto las cadenas de la esclavitud!”. Rosario, 27 de febrero de 1812.

“Soldados, hijos dignos de la Patria, camaradas míos: Dos años ha que por primera vez resonó en estas regiones el eco de la libertad, y él continúa propagándose hasta por las cavernas más recónditas de los Andes […] el 25 de Mayo será para siempre memorable en los anales de nuestra historia, y vosotros tendréis un motivo más de recordarlo, cuando en él por primera vez, veis la Bandera Nacional en mis manos, que ya os distingue de las demás Naciones del Globo”. Jujuy, 25 de mayo de 1812.

“Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron y ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase: el bien público estaba a todos instantes ante mi vista”. Autobiografía, Primera parte.

“El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente”. Salta, 5 de marzo de 1813.

“Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos”. Jujuy, 31 de marzo de 1813.

“Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen”. Buenos Aires, 15 de noviembre de 1811.

“Fundar escuelas es sembrar en las almas”. Memoria Consular del 15 de julio de 1796.

“Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”. Tucumán, octubre de 1816.

“Un pueblo culto nunca puede ser esclavizado”.

Belgrano sugiere que salario del Maestro fuera equivalente a un juez de primera instancia y que en las principales ceremonias se le debía dar “asiento al maestro en cuerpo de Cabildo, reputándosele como Padre de la Patria” (artículo 8 del Reglamento para el establecimiento de las cuatro escuelas de Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero). Jujuy, 25 de mayo de 1813.

“Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad”.

“Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizada su feracidad y holgando su industria”.

“La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte; sus principios son más dignos, y la extensión que comprenden…”. Memoria Consular del 15 de julio de 1796.

“Existiendo el contrabando y con él el infernal monopolio, se reducirán las riquezas a unas cuantas manos que arrancan el jugo de la patria y la reducen a la miseria”.  Memoria Consular del 16 de junio de 1809.

“Todas las Naciones cultas se esmeran en que sus materias primeras no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no solo el darles nueva forma, sino aun atraer las del Extranjero para ejecutar lo mismo, y después vendérselas…” Memoria Consular del 14 de junio de 1802.

jueves, 18 de junio de 2020

Las 9 banderas de Belgrano

Ideales hechos banderas

Belgrano (Cripta del Monumento a la Bandera; Fioravanti)

Por Miguel Carrillo Bascary

El general Manuel Belgrano tenía una innata percepción de la psicología social, esto le hizo comprender que solo mediante imágenes y con el ejemplo de su conducta personal podía llegar al alma de un pueblo mayormente iletrado para inspirarle el ideal de la emancipación.

La Historia afirma que Belgrano creó la Bandera Nacional, un hecho que los argentinos asumimos con mucha emoción y una verdad que afirman los eruditos.

Excepto para quienes habitan la provincia de Jujuy, es mucho menos conocido que a Belgrano también se le debe la Bandera Nacional de la Libertad Civil; símbolo patrio histórico que, de hecho, es la segunda enseña nacional. Así lo reconoció la Ley Nº 27.134 en el año 2015. Su origen y trayectoria está fundamentados en sólidos documentos. La misma es también la que identifica a esa provincia norteña.

En realidad, el Prócer fue un múltiple creador de banderas. De su inspiración y voluntad surgieron nada menos que ocho; que se individualizan y reseñan más adelante.

Las dos mencionadas alcanzaron evidente trascendencia. Sobre las otras los estudiosos no especializados caen en confusiones que se trasmiten a la sociedad y provocan no pocas contradicciones.

Como consecuencia de las azarosas circunstancias de los primeros años del período revolucionario, no se han conservado ejemplares de nuestras primeras enseñas, excepto la Bandera Nacional de la Libertad Civil. Para reconstruirlas solo contamos con descripciones de diferente tenor lo que dificulta la tarea y en algunos casos se prestan a interpretaciones disímiles.

Valga como ejemplo anecdótico que, un amigo, muy exagerado él, me señaló cierta que vez, que sobre la disposición el diseño de nuestra primera bandera ha corrido tanta tinta que su caudal compite con el río Paraná.

No deja de extrañar que Belgrano nunca se atribuyó ser creador de la Bandera Nacional, como hoy se lo caracteriza; más aún, tampoco sus contemporáneos hacen referencia a este rol. Lo propio ocurrió en las numerosas ceremonias fúnebres que se le tributaron al cumplirse el primer año de su deceso.

Si bien Belgrano dejó escrito y rubricado cómo fue la enseña que izó en Rosario, los términos con que lo hizo suscitan interpretaciones diversas. Lo mismo ocurre con otras descripciones de las banderas que se le atribuyen.

El Instituto Nacional Belgraniano, al que me honro de pertenecer, entiende que las dos banderas que aparecen en el retrato que el artista Carbonnier pintó al prócer en su presencia, son prueba suficiente de que la enseña primigenia de nuestra nacionalidad era de dos franjas horizontales, blanca la superior y celeste la inferior.

Entre las banderas cuya creación se atribuye a Belgrano, hay una pieza casi ignorada por la Historiografía, cual es aquella que entregó a Ntra. Sra. de la Merced junto con su bastón de mando, como acción de gracias por el triunfo en la batalla de Tucumán.

Las corrientes historiográficas y las ideologías latentes, contribuyen a enturbiar el panorama. Por ejemplo: a los autores de cuño liberal les resulta poco digerible que Belgrano haya proyectado la bandera del eventual “Reino Unido de las Provincias Unidas del Río de la Plata; Chile y Perú”.

El sistema escolar promovió por generaciones un relato simplista; acrítico y hasta almibarado sobre los hechos que definieron la creación de la bandera. Se trató de presentar al símbolo como una herramienta de cohesión en el complejo proceso de integración de la masa inmigratoria llegada al país. Así, se prefirió construir un relato unidireccional, bajo una visión seudo mesiánica que en nada condice con los hechos.

Esta entrada presenta un avance sobre un estudio que tengo en pleno desarrollo. Para caracterizar las imágenes se usa el código FIVA (Federación Internacional de Asociaciones Vexilológicas) y se aporta un marco de referencia básico de cada pieza.

En consecuencia, fueron ocho banderas las que se originaron en la inspiración de Belgrano.






 
Existen además dos banderas de incierta datación que algunos autores atribuyen a Belgrano. Ambas fueron descubiertas en el año 1883 aunque el hallazgo se divulgó dos años más tard. Se hallaron en la capilla dedicada a Santa Teresa, en el paraje de Titiri, cercano al poblado de San Pedro Macha (hoy provincia de Chayanta, departamento de Potosí; Bolivia). 

En base a vagos testimonios de dos pobladores del lugar y otras referencias circunstanciales, el sacerdote que las encontró arrolladas, formando una suerte de marco a dos pinturas religiosas, interpretó que habrían pertenecido al ejército comandado por el general Belgrano quién las habría hecho esconder para evitar que fueran capturadas por tropas realistas luego de la batalla de Ayohuma. En su momento, la hipótesis fue admitida sin mayor crítica ni rigor histórico y con ello quizás se perdió la posibilidad de contar con elementos de mayor objetividad.

La primera presenta dos franjas celestes fue entregada a la República Argentina en 1896 y hoy se preserva en el Museo Histórico Nacional; durante muchos años se la sindicó como la “bandera de Ayohuma”.

A la otra se le atribuyó originalmente haber pertenecido a una unidad miliciana formada en el Alto Perú que combatía bajo las órdenes de Belgrano. Quedó en Bolivia; constituye la pieza principal del Museo “Casa de la Libertad” de Sucre y se la conoce como “bandera de Macha”. En 1957 el investigador Augusto Fernández Díaz consideró que esta era la enseña que Belgrano izó en Rosario el 27 de febrero de 1812 y que la otra correspondía a la que ondeaba en el Fuerte de Bs. Aires, que Rivadavia envió a Belgrano con orden de sustituir a la primera.

La crítica histórica no ha probado esta hipótesis, antes bien se ha desmentido que la celeste-blanca y celeste fuera la empleada en el Fuerte, ya que en éste se usaba la roji-gualda española, por tratarse de una plaza marítima. Empero, la leyenda ha divulgado estas interpretaciones, que algunos admiten sin mayores elementos de prueba.

En definitiva, no hay seguridad alguna de que estas banderas correspondan a unidades que alguna vez estuvieron bajo las órdenes de Belgrano; tampoco que hayan ondeado en la batalla de Ayohuma; ni que se las haya escondido en Titiri luego de la derrota. Menos aún que la blanca-celeste y blanca haya sido la que el prócer mandó componer e izar en Rosario. Tampoco puede negárseles todo valor; de hecho, su antigüedad evidente invita a considerarlas como reliquias históricas de data indeterminadas.

Contradice la hipótesis que Belgrano haya convocado a los dispersos en Ayohuma (14 de noviembre, 1813) agitando la bandera del ejército y que en dos cartas a San Martín fechadas el 25 de febrero y el 6 de abril de 1814, donde le encomienda emplear la que" en medio de tantos peligros" ha conservado. En consecuencia, es obvio que si la preservó no se perdió en aquella batalla.