miércoles, 28 de marzo de 2018

Los flecos en las banderas/ Parte 2

Su ausencia en las de Argentina

Bandera argentina empleada por el gobernador de Tucumán
José Frías Silva (19099 - 1913)
Hoy en el Museo de La Banda (Tafí del Valle)
Una de las pocas enseñas nacionales con flecos (plateados)

Por Miguel Carrillo Bascary

Nota: con este post continuamos con la publicación realizada hace unas semanas http://banderasargentinas.blogspot.com.ar/2018/03/los-flecos-en-las-banderas-su-ausencia.html

Los flecos como muestra de poder

Durante muchos siglos la confección de banderas implicó bordarlas con materiales preciosos y hasta aplicarles pedrería, como forma de realzar su valor simbólico y venal, tengamos en cuenta que estas enseñas se identifican con la autoridad o grupo social al que pertenecían y por esto, si tenían alto costo, evidenciaban el poder de su titular.

Es el caso de muchas banderas medievales; tanto de señores feudales como de burgos y gremios. La usanza se extendió en muchas regiones hasta bien entrado el siglo XIX y, aún, a principios del XX. También se dio en las unidades castrenses donde en muchos casos eran sus propios efectivos los que gustosamente contribuían económicamente para ornamentar la enseña que los singularizaba.

Es así que los flecos en las banderas pueden asimilarse a un emblema de poder y de riqueza; en definitiva, son una forma de ostentación. En la mentalidad occidental, donde predomina la democracia como forma de gobierno, la ausencia de flecos señala el valor de la austeridad.

Cuestiones prácticas

Es evidente que el uso de flecos implica un mayor costo en la construcción de banderas; lo que se multiplica si deben utilizarse gran número de piezas. Por otra parte, es muy fácil que con el uso los flecos se dañen, particularmente si son metálicos; lo que acorta la vida útil de la bandera. Razones de más para desaconsejar este ornamento. Un ejemplo de estos daños podemos verlo en esta bandera de la República de Texas (1836):


Por paradoja, cuando los daños sufridos por la bandera han sido muy importantes y/o cuando las malas condiciones de preservación la han degradado es factible que los flecos sea lo único que resta de la enseña, particularmente si tienen un componente metálico. Veamos como ejemplo uno de los muchos ejemplos que podrían citarse, el estandarte del 8º de Caballería de Filadelfia usado entre 1861 y 1864:


El ceremonial de banderas

Los usos y costumbres que rigen en la materia determinan que, si se emplean varias banderas en un ámbito ceremonial, sus dimensiones y estructura deben ser idénticas, de manera que, si alguna tiene flecos, las demás deberían incorporarlos.

Sin embargo, hay excepciones. Es técnicamente factible que la enseña de mayor jerarquía tenga flecos y que las restantes no; pero esta solución no es “políticamente correcta” ya que expresa una supervaloración que no resulta simpática en el concepto actual de las R.E.P.P.

Colocar flecos a una bandera de izar es todo un despropósito; en primer lugar, por el considerable incremento del costo de la unidad, ya que sus perímetro alcanza varios metros. En segundo, porque los flecos adicionados a una bandera enarbolada en un mástil o en un espacio externo, generalmente son poco visibles debido a la altura en que flamea (como vemos con la enseña croata y con la dominicana que aparecen en las siguientes fotografías). En tercero, porque la acción de los vientos; el agua; el sol y la contaminación ambiental degradan los flecos sobremanera.
     


Flecos de varios colores

También es factible componer flecos de esta forma, lo que puede tener agradables efectos. Veamos un ejemplo:


Cuando el movimiento olímpico adoptó su bandera que lució originalmente en la ceremonia inaugural de los juegos de 1922, el blanco paño con sus característicos anillos apareció ornamentado con flecos de sus cinco colores. El efecto visual de la divisa es muy lucido y contribuye a realzar el emblema.


Esta composición con flecos en dos o más colores tiene antecedentes en banderas del pasado, como resulta de la siguiente, que perteneció a los “Dragones de Caravajillo” un regimiento realista que combatió en Chile durante las luchas por la independencia de esta nación.


Otra curiosidad resulta de la imagen que nos presenta un ejemplar de la “bandera de la raza” difundida en Latinoamérica a mediados del siglo XX, en donde vemos flecos en las aristas del vuelo:


Presencia en las enseñas del imperio español

El régimen monárquico que rigió a la mayor parte de América durante tres siglos hizo amplio uso los flecos en los estandartes reales y en las banderas de sus unidades militares. Los americanos se acostumbraron a ver flecos en las enseñas más jerarquizadas que se usaban en su realidad. Así lo demuestran las muchas que se conservan en los museos e iglesias del continente.

 

En base a este antecedente, fue natural que los revolucionarios identificaran a las banderas con flecos como una característica propia de la colonia. Si a esto unimos los escasos recursos que contaron las fuerzas criollas, es lógico que en la percepción general la falta de flecos tuviera connotaciones democráticas y republicanas. Así resulta de la realidad histórica predominante.

¿Con flecos o sin flecos?

Teniendo presente lo antedicho, la pregunta siempre tendrá respuestas subjetivas. Además, su uso dependerá de muchas variables. Como un aporte al análisis presentamos las siguientes fotografías de la bandera de Oman, donde se evidencia el efecto visual que produce su presencia o su falta:
 

¿En lo personal? Entiendo que las banderas evidencian su plena individualidad sin que los flecos establezca un parámetro uniforme.

Los flecos en las banderas de Argentina

El extraordinario relevamiento de los especialistas Juan Manuel Peña y José Luis Alonso; difundido en su obra “Las banderas de los argentinos. 200 años de historia” (Bs. Aires, 2009) confirma que el uso de flequillo fue excepcional en nuestro país.

La más antigua que incorpora esta característica es en realidad una banderola de lanza usada por el comandante Juan Pascual Pringles (ca. 1820). Luego nos presentan cuatro estandartes federales posteriores a 1835; otros dos que pertenecieron a las fuerzas del caudillo Justo José de Urquiza (ca. 1831/ 1852); el correspondiente al Regimiento “1º de Mayo” (1858). Más adelante, nos presentan otros pocos ejemplares.

Podrían agregarse el estandarte usado por el general José María Paz en la batalla de Caa- guazú (1841), ocasión donde también se vio la empleada por la unidad al mando del general correntino Benjamín Virasoro, que tiene su paño orlado de flecos azules y blancos, segmentados.

Esto demuestra que, en la tradición predominante en Argentina, de cualquier naturaleza que sean las banderas, no llevan flecos en su contorno, ni aún las de ceremonias.

Tal pauta fue sabiamente recogida por el Decreto Nº 1650 del año 2010, que reguló en detalle y bajo Normas IRAM la composición de las banderas nacionales. En su consecuencia, como la Bandera oficial de la Nación no lleva flecos, la norma implícitamente dispone que ninguna otra podrá incorporar los, ya que hacerlo implicaría una distinción desmedida a esta última en detrimento del emblema principal del país. Un ejemplo lo ilustrará:

Si en una recepción es previsible que la dueña de casa no luzca joyas en su atuendo ería un despropósito que una invitada utilizara una pieza esplendorosa; no sería una simple falta de etiqueta, sino que podría considerarse hasta un insulto para con su anfitriona.

Cabe señalar que cuando alguna autoridad oficial o delegación argentina visita otras naciones puede ocurrir que el gobierno anfitrión disponga que su bandera se presente con flecos, en consecuencia también la nuestra deberá tenerlos, un aspecto que corresponde disimular como una cortesía. En este blog nos hemos referido expresamente a estos casos, como podrá verse en http://banderasargentinas.blogspot.com.ar/2015/08/las-banderascon-flecos-la-costumbre-de.html

 

Los flecos en las corbatas

Donde sí aparecen estos adminículos en Argentina es en las cintas que componen la corbata reglamentaria de las banderas oficiales de ceremonias. Así lo dispone el Decreto Nº 1650/ 201, que remite a la Norma IRAM-DEF D 7675; apartado 3.2. En cuanto a los flecos en concreto se ordena:

“Ambas cintas deben llevar, como ornato, en la parte inferior, flecos de 70 mm de largo, confeccionados con hilo tipo “lurex” dorado, u otra fibra similar que simule hilo metálico de oro”

Más adelante se indica que, en las corbatas usadas en las banderas para niños, los flecos serán de 50 mm (apartado 3.2.4)

 

La costura que se deberá emplear para fijar los flecos al paño está determinada en la Norma IRAM-DEF D 7674, cuyo apartado 4.2.4. define que:

“Las cintas deben llevar cosidas, en la parte inferior, flecos, utilizando la costura 3.05.03” (que grafica en el Anexo A)

martes, 27 de marzo de 2018

Una experiencia social: Moderndonia

Moderdonia


Por Miguel Carrillo Bascary

La conectividad de los últimos años aporta fenómenos curiosos, como el de esta nación virtual nacida de un grupo de humoristas españoles.

Es una manifestación más de la infinita diversidad que anticipó Alvin Toffler en la década del 70 desde su fundamental obra “El shock del futuro”, donde nos anticipa y caracteriza a la sociedad post industrial.

Moderdonia parece marcar una tendencia arrolladora en España, pero su influencia trasciende sus fronteras. Su nombre deriva del programa humorístico satírico, “La Vida Moderna”.

Este verdadero experimento artístico surgió en el 2014 y sus protagonistas originales fueron y son: David Broncano, Ignatius Farray y Quequé. Así lo informa la página oficial del estado: https://moderdonia.org/

Su forma de estado es el de una “dictadura democrática” que conduce a una “sociedad clasista liderada por los ricos”.

En su origen pudo llamarse “Cebrianalia”; “Nueva Granadilla”; “Echeniquesville” o “Nueva Ordera”. Afortunadamente privó su nombre actual “Moderdoni” que por diversas razones aparece como mucho más acertado que las restantes opciones.

Para los curiosos les recomiendo una nota publicada en el diario “El País” del 22 de marzo: https://elpais.com/cultura/2018/03/22/television/1521730557_447014.html

Su bandera

Sin embargo, el motivo de este post se vincula lógicamente con la bandera de Moderdonia que reúne varias virtudes desde el punto de vista de la Vexilología, más allá de que su estética pueda gustar o no. En esto último el juicio de quienes toman contacto con ella también será de perspectiva infinita. Veamos:

         - El magenta o fucsia, color elegido como base marca su impactante presencia. Su uso es verdaderamente excepcional en Vexilología. En Wikipedia se apuntan las de la comuna de Cartago (Colombia) y la del Lábaro cántabro, símbolo cultural de la región que se inspira en un estandarte de romano usado antiguamente. Cumplimos en presentarlas, pero apuntamos que también se registra en otros símbolos.


         - Con la elección del magenta la enseña logra una identidad propia y suma un efecto ligado a la memoria que está indudablemente logrado. Resultará muy difícil olvidar esta bandera.

     - Además, el magenta está indisolublemente ligado a la modernidad de la realidad virtual, ya que de hecho este color es uno de los básicos del sistema de la cuatrictomía que permite para componer los millones que reproducen las computadoras y sus correspondientes impresoras.

       - Este color se obtiene a partir de la fucsina, una sustancia descubierta en 1858 según se refiere en la literatura técnica. En Francia se lo denominó como “magenta” en una dramática referencia a la sangre vertida por los combatientes en la batalla de este nombre (4 de junio de 1859) donde hubo unos 12.000 muertos entre ambos bandos en pugna.

       - La estrella blanca es un símbolo universal que en el contexto de esta nueva “nación” señala la chispa de la inteligencia con que pretenden identificarse los promotores y sus miles de miles de seguidores.

     - Su ubicación, sobre el cantón derecho, en la posición de privilegio del plano, permite destacar la figura aunque el paño no sea mecido por la brisa.

      - La letra “M”, es el emblema principal de la composición. Su referencia con el nombre materializa todo lo que es y representa el concepto “Moderdonia”.

      - Es universal también la identificación del blanco como representación de: la paz; la pureza; la inocencia; la luz; el minimalismo; la asepsia; la unión; etc.

     - Por otra parte, el blanco implica la fusión de todos los otros colores, lo que implica la unidad en la diversidad; representada en la idiosincrasia del programa humorístico que sirve de base a esta nación imaginaria.

       - La fina franja blanca que termina el diseño obra como un subrayado del mensaje que entraña la estrella.

Como vemos, la bandera de Moderdonia tiene sus valores, hasta el punto que le auguramos una amplia estela de reproducciones en todo tipo de objetos y materiales (remeras; bolsos; tazas; mochilas; etc.; etc.) Por de pronto, ya se comercializa desde diversos portales de ventas on line.

El entusiasmo de los cultores de Moderdonia es envidiable. Como una reacción de hartazgo por la polémica que sacude a españolistas; catalanes y otros separatistas, la enseña magenta se apropia de balcones y ventanas.

   
El notable éxito de estos deportistas indica que su difusión no conoce de límites. ¿Participará Moderdonia en la próxima Eurocopa o en el Mundial de Qatar 2022?

  
Sería muy interesante conocer el proceso que llevó a formar esta bandera. Quizás sea una improvisación más de sus creadores o quizás haya sido resultado de arduas maquinaciones de un equipo de publicitarios.

¡Al fin y al cabo, en Moderdonia cualquier cosa parece ser posible!

jueves, 22 de marzo de 2018

Una nación transestatal

La Nación  Misionera y su bandera


PoMiguel Carrillo Bascary

La historia del continente americano nos revela un extraordinario experimento social que en su momento tuvo enorme fruto y que aún se presenta como ejemplo de aculturación con valorización de la realidad étnica previa.

Se conoce al fenómeno como las “misiones jesuíticas”, un sistema original creado por la Orden Ignaciana que según algunos puede asimilarse a una república teocrática, dentro del Imperio español, lo que a la postre determinará su expulsión durante el reinado de Carlos III (1767)



Símbolo de la Orden, la Compañía de Jesús

El territorio abarcó una extensa región en Sudamérica, que hoy se dividen Argentina, Paraguay y Brasil. Sus protagonistas fue el pueblo guaraní y sus vectores los misioneros de la Compañía de Jesús que fundaron cerca de cincuenta establecimientos, aunque los que lograron afianzarse solo fueron unos treinta.

Croquis del territorio que abarcaron las Misiones

Durante muchos años la región fue saqueada por los bandeirantes que llegaban desde las costas del Brasil, que esclavizaban a los indígenas en gran número. Como referencia basta citar que entre 1628 y 1631 se vendieron unos 60.000 guaraníes.

Para resistir esta dura realidad los jesuitas armaron y organizaron a sus discípulos, que elegían a sus propios jefes y utilizaban banderas como emblemas.

El punto culminante de estas tensiones fue la batalla de Mborore, el 8 de marzo de 1641, donde los misioneros derrotaron ampliamente una superior fuerza atacante, con lo que desde entonces se alcanzó cierta estabilidad, que esta nunca fue completa.

La posterior expulsión de la Orden desquició el sistema de las misiones que sufrieron nuevos ataques desde el Brasil y lentamente se fueron despoblando. Los gobiernos criollos no fueron capaces de sostener este esfuerzo. En Argentina no fue sino hasta 1953 que se organizó la provincia de Misiones.

Las raíces étnicas y la cultura mestizada son una realidad y basta como evidencia citar el uso del idioma guaraní, aún en mayor medida que el castellano o el portugués.

Los nuevos tiempos de integración regional desde la firma del tratado del Mercosur alentó un franco intercambio entre los descendientes de aquellos pueblos misioneros.

Surgió así un movimiento cultural, la Nación Misionera, lo que marcó el inicio de una serie de actividades destinadas a fomentar la identidad regional, proteger el patrimonio ancestral y el turismo con base histórica.


En este contexto, el 29 de diciembre del año 2013, cuando se celebraban los 404 años de la fundación de san Ignacio Guazú los impulsores comprometidos en tan significativo esfuerzo adoptaron como símbolo una bandera que identifica a la “Nación Misionera”. El paño fue bendecido el provincial de la Orden Jesuita del Paraguay, el padre Cristóbal Alberto Luna.

Origen de la bandera


Según los promotores del movimiento el diseño de esta bandera se inspira en la que usaron las tropas guaraníes en la batalla de Caiboaté (10 de febrero de 1756) que libraron contra las tropas coaligadas de España y Portugal (Guerras Guaraníes 1754 – 1756) en cumplimiento del Tratado de Madrid, llamado también “de Permuta” (1750), que dispuso la desolación de las siete misiones jesuitas emplazadas al este del río Uruguay por haberse convenido una nueva frontera entre ambos reinos. En este conflicto los jesuitas habrían alentado la lógica rebelión de sus discípulos.

La enseña adoptada tiene un paño bermejo que alude a la sangre derramadas en las guerras que mancharon esta la tierra y que también es el color del suelo de la región, ya que posee un alto contenido ferroso.

En su centro luce una “cruz de Caravaca” cuyo origen que se mezcla con la leyenda y que según tradición oral se remontaría al 1232.

Básicamente consiste en un pequeño relicario con forma de cruz patriarcal, también llamada arzobispal; que contenía algunas astillas de la “vera cruz de Cristo” recuperada por Santa Elena durante su peregrinación a la Tierra Santa. Muchos años más tarde los jesuitas establecieron en cercanías de Caravaca un colegio y convento; dese allí divulgaron la devoción a todos los lugares a que iban.

Fue usual que, en la plaza mayor de cada una de las misiones guaraníes, los jesuitas levantaran una gran cruz de Caravaca. Esto justifica la identificación de las antiguas misiones con el símbolo cristiano.

Cruz emplazada frente a la antigua Misión de San Miguel (Brasil)

Luego de ser venerado por 800 años en la principal iglesia de Caravaca (Murcia) la reliquia fue profanada en 1934, durante la Guerra Civil española. Nunca fue posible recuperarla y hoy se venera una reproducción.

 Imagen actual de la reliquia reproducida

Sin embargo, puede apuntarse una divergencia sobre el origen del diseño ya que se indica que las banderas tomadas en Caiboaté como trofeos llevaban la cruz de Borgoña, mientras que otras utilizaban imágenes de santos.

Entendemos como factible que estas últimas hayan sido los clásicos pendones de las parroquias y cofradías, que por toda lógica llevaban los indígenas como emblemas de pertenencia a identificación del grupo.

En cuanto a la bandera con la cruz, personalmente entiendo que debió/eron ser del tipo miliciano, ya que los pobladores de las misiones estaban organizados como tales, en cumplimiento de las normativas militares de la Colonia. Ver al respecto la clásica “Historia del Paraguay desde 1747 a 1767”, del padre Domingo Muriel, SJ (edición 1919) quién en su página 335 escribe que las tropas regulares de España y Portugal tomaron como trofeos “dos banderas que se solían emplear en sus fiestas”; https://archive.org/stream/historiadelparag00muri/historiadelparag00muri_djvu.txt

Antigua bandera miliciana capturada por las tropas patriotas

Nota: Para quién se interese en el tema podemos recomendarle vivamente la monografía de Carlos Bedoya, 2009, que Puede leerse desde: http://www.academia.edu/5046785/Una_interpretaci%C3%B3n_de_la_historia_de_las_Misiones)

lunes, 19 de marzo de 2018

Flecos y ornamentos

Ornamento para banderas de ceremonias


Por Miguel Carrillo Bascary

Quienes habitamos en países herederos de la cultura hispánica hemos incorporado la costumbre de que las lanzas propias de las banderas ceremoniales se adornen con “corbatas” formadas por un moño con sus cintas, un tema al que prometemos dedicarle el debido espacio en el futuro cercano.

Sin embargo, la usanza no está generalizada, los ceremoniales de otros estados prevén diversas soluciones.

En algunos no se emplean adornos y en otros prevalece se colocan diversos elementos de pasamanería.

Cuando el ceremonial impone la presentación de varias banderas que pertenecen a distintos estados, la ornamentación las iguala creando un agradable efecto que supera y realza los diseños de sus paños.

En las imágenes analizamos la solución empleada en sendos encuentros entre autoridades de Portugal,  Canadá y Corea del Sur, donde este último país actuó como anfitrión; se colocó el complejo moño de galones terminado con dos borlas de largos flecos que caracteriza al país del Asia.

lunes, 12 de marzo de 2018

Los flecos en las banderas/ Parte 1

Su ausencia en las de Argentina


Por Miguel Carrillo Bascary
Nuestro tema

Antes de hablar de una ausencia hay que tratar sobre una presencia; una nada no se define. En consecuencia, las preguntas que tomamos para analizar el tema son:

¿qué son los flecos?

¿qué función cumplen en el Ceremonial de banderas?

Concepto y características

Los flecos (fringes, en inglés) son un tipo de ornamentos usados desde la Antigüedad. Consisten en hilos o tientos (finas porciones de cuero) sueltos o trenzados, generalmente de una idéntica longitud, que se fijan por un extremo al borde de una pieza de tela o cuero, que cuelgan por efecto de la gravedad y se balancean con el impulso del aire o cuando se mueve el elemento al que están adheridos.

También se los llama “flequillo”, porque su aspecto los asocia a este corte de cabello. Para referirse a ellos otros usan el término “galón” un elemento muy empleado en mercería, que pasó a los usos castrenses para indicar los grados de autoridad.

Para no desviar la atención del lector nos excluiremos a los flecos de cuero, ya que estos no se utilizan como ornamento de las banderas, al menos en la actualidad.
Otra observación, es que no deben confundirse los flecos con el “desflecado”, propio de un textil cuya trama distendida proyecta hebras, como evidencia de su incipiente degradación.

Los flecos pueden ser de escaso desarrollo o relativamente largos, como podemos comparar en las siguientes piezas; la primera fue usada en los primeros tiempos de la Unión Soviética y la segunda corresponde a un estandarte de la caballería de Estados Unidos empleado durante las guerras indias:


  
Generalmente guardarán una longitud uniforme entre sí, pero también se los verá disímiles, con lo que aumenta su efecto visual. Presentamos como ejemplo una antigua enseña militar del Perú:


La estructura de los flecos es infinita; mucho dependerá de la técnica aplicada y de la costumbre. Igual variedad se advierte en su materialidad. Para confeccionarlos se entrelazan hilos de diferentes materiales, incluso de plata y además de oro, como los que presentamos seguidamente:


También se los prepara para que parezcan bimetálicos, como este raro ejemplo que compartimos:

 

Incluso los hay de bronce y alpaca pero su oxidación al poco tiempo  los hace inadecuados .

Hoy se confeccionan en materiales sintéticos, que además de su menor costo son prácticamente inalterables y otorgan superior durabilidad:


Uso de los flecos en las banderas

Siempre se utilizaron como manifestación de riqueza y poder, bajo la excusa del embellecimiento de la pieza; cosa que resulta evidente, ya que las personas de escasos recursos difícilmente pudieron incurrir en el dispendio de colocar flecos en sus vestiduras. En consecuencia, como forma de evidenciar capacidad económica y autoridad, fue natural que se incorporaran fleco a las banderas.

Los vexilos romanos llevaban flecos en su lado inferior, como se observa en esta recreación fundada en antiguos frisos:


Otras escenas de la Antigüedad también muestran banderas con estos adminículos, es el caso de este fresco samnita:


El flequillo realzaba el paso de la bandera en desfiles y formaciones ceremoniales, pero cuando debía marcharse a una campaña bélica, el simple flamear en condiciones ambientales poco propicias afectaba la integridad de los flecos que insensiblemente se deshacían hasta el punto en que debían ser retirados para la bandera no presentara condiciones de miseria.

Conviene destacar que los flecos no son parte sustancial de una bandera, sino un complemento se los aplica con el decidido propósito de embellecer o jerarquizar la pieza.

Sin embargo, es factible, aunque excepcional, que la reglamentación de algunos estados expresamente establezca el uso de flecos, en cuyo caso deben reconocerse como parte de la divisa. Bien lo destaca el vexilólogo Tom Gregg (NAVA), cuando observa que las banderas estatales de ambas Dakotas, Idaho, Louisiana, Maine, Minnesota, Mississippi, Pensilvania, Rhode Island, Utah y Wisconsin llevan flequillo en los tres lados de vuelo y que la de Montana, solo en los bordes superior e inferior; en su entender esto es consecuencia de que derivan de las antiguas enseñas militares que caracterizaron a los cuerpos milicianos de tales orígenes.
Señalamos por nuestra parte, que las banderas castrenses de los E. Unidos comenzaron a llevar flecos recién a mediados del siglo XIX una costumbre que se generalizó en tiempos de la Guerra Civil.

No es poco habitual que se usen en las banderas de ceremonias, pero resulta excepcional que aparezcan en los ejemplares que se izan en exteriores.

Hay países que hacen un uso intensivo de banderas con flecos, fue el caso de la Unión Soviética y lo es en los Estados Unidos; también abundan en el ceremonial de las casas reales de Europa (particularmente en las enseñas personales de sus monarcas y la nobleza), pero en la generalidad de los países no ocurre así.



También son comunes en las banderas de unidades militares (“regimental colours”) particularmente en los países angloparlantes; como esta, que pertenece al primer batallón del “Royal Irish Regiment” (Reino Unido):


Usualmente los flecos se cosen al perímetro del paño, exceptuando al lado de la vaina (el inmediato la driza). En forma menos frecuente se colocan en un único lateral, el que corresponde al vuelo; es el caso de el estandarte del regimiento de caballería del departamento Iriondo (provincia de Santa Fe), datado en la segunda mitad del siglo XIX, que se preserva en el Museo Histórico de Rosario (Argentina):


En otras circunstancias el flequillo se cose en los dos lados mayores del vuelo; pero más raro aún, es ver flecos en los cuatro lados del paño, como en esta antigua enseña de Estados Unidos: