domingo, 31 de mayo de 2015

Ceremonial práctico: un detalle secreto

Contrapesos 

Accesorios para banderas de izar

Por Miguel Carrillo Bascary

Las banderas de izar deben incorporar un contrapeso en su esquina inferior del lado del mástil para evitar que el paño se "embolse" por el efecto aerodinámico de un viento fuerte. Lo que desmerece mucho la presentación.

El peso puede colocarse con un mosquetón o bien coserse en forma disimulada a la vaina de la bandera, a manera de esquinero, lo que es mucho más estético. 

Se la recubre con una tela blanca que la contiene y la disimula; además tiene la ventaja de no golpear contra el mástil.
En todos los casos se aconseja que la pieza adicional sea de plomo, debido a su peso específico y porque no se altera mayormente por efectos del agua o el sol. 

El peso de esta pieza debe ser adecuado a la fuerza habitual del viente en el lugar; a las dimensiones y peso del paño y a la capacidad de la driza.



Contrapeso fabricado especialmente


El dispositivo armado



martes, 26 de mayo de 2015

Historia de un símbolo

La Bandera Nacional de la Libertad Civil; el día después ... 

El 25 de mayo del año 2015 Jujuy rindió homenaje a la Bandera legada por primera vez desde que fuera reconocida como "símbolo histórico nacional", al par que celebraba un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.
Esta vez los tradicionales actos fueron doblemente emotivos y aquella bandera belgraniana volvió a ser paseada por las calles jujeñas como ocurriera el 25 de mayo de 1813, cuando hizo su primera aparición por expresa decisión del general Manuel Belgrano.

Unos días antes el Instituto Belgraniano de Jujuy realizó una jornada de divulgación que estuvo a cargo de dos de sus miembros, la periodista Irene Ballatore y el concejal Miguel Tito. Por gentileza de este último se me pidió el inesperado honor de preparar unas líneas para ser leídas en el encuentro. Son las mismas que reproduzco seguidamente.

"Hermanos de Jujuy:

Desde esta ciudad de Rosario, cuna de la Bandera nacional, donde vivo, quiero hacerme presente en el afecto, enormemente conmovido por el justo reconocimiento de la Bandera de la Libertad Civil como bandera histórica de nuestra nacionalidad.

Ella es una muy merecida reivindicación a los sacrificios de todo el Norte argentino en las luchas por la Emancipación nacional y un particular testimonio de gratitud para el pueblo de Jujuy que supo preservarla por más de 200 años.

Es también una reivindicación por tanto dolor y por tantas privaciones derivadas de la cruda  decisión de llevar adelante el ideal de Libertad, en procura de establecer al Estado de Derecho.

La sanción de la reciente ley culmina un complejo proceso que se inició con la humilde iniciativa del subscripto. Estaba convencido de la justicia de tal reconocimiento. Más tarde contribuyeron muchos otros, principalmente de Jujuy. La sanción de la ley por el Congreso Nacional el pasado 29 de abril es solo la primera etapa en el proceso necesario para divulgar su significado en todo el país.

Corresponde a los hijos de Jujuy el protagonismo principal en este esfuerzo.
Es necesario que la Bandera de la Libertad Civil se conozca desde La Quiaca hasta el Polo Sur; desde la enormidad del Mar argentino hasta las cimas de los Andes.

Es necesario que cada jujeño la enarbole con legítimo orgullo en las escuelas; en las fábricas; en los surcos; en el comercio y en cada oficina. Que flamee en los estadios; en las plazas; en los festivales y recitales. Donde haya un solo jujeño allí debe estar nuestra Bandera.

Cada argentino debe saber porqué el general Belgrano la entregó con todo amor y agradecimiento a los jujeños.

Corresponde también a Jujuy generar un ámbito digno donde pueda ser exhibida a los miles de argentinos que vendrán a visitarla. Allí deberá preservarse en mejores condiciones que donde se encuentra. La masividad de las peregrinaciones patrióticas que vendrán a homenajearla demanda un recinto acorde a las modernas técnicas de preservación patrimonial.

Por esto me permito sugerir que la Bandera Nacional de la Libertad Civil debería ser el núcleo fundamental de un centro de interpretación histórica que Jujuy merece y que Jujuy espera para que todos los visitantes puedan valorarla.

La Bandera Nacional de la Libertad Civil tiene un potencial enorme como nuevo símbolo nacional y como emblema de los derechos humanos respetados por un Estado que actúe según la ley y no a su antojo. También podrá dar trabajo a los jujeños, al impulso del turismo

Es principal tarea de cada jujeño impulsar estos conceptos en todas las oportunidades posibles y, por sobre todo demandar a su Gobierno que se ponga a la cabeza del reclamo para solicitar el apoyo de la Nación para ver construido este centro y contribuir en todo lo mucho que puede aportar Jujuy.

Me despido de Uds. con el legítimo orgullo de contar entre mis ancestros a ese primer historiador que fue mi bisabuelo, Joaquín Carrillo y a su hijo Miguel, que supo transmitir a su descendencia el orgullo de las tradiciones de Jujuy.  Nuestra familia, como las de Uds.; vieron sus vínculos desgarrados y sus patrimonios empobrecidos por las luchas por la independencia y por la organización nacional.
Con la satisfacción de haber podido ser fiel a esta herencia, les hago llegar un caluroso abrazo.                      


Miguel Carrillo Bascary

Joaquín Carrillo Graz  (1852 - 1935)   
Magistrado - Autor de "Jujuy, apuntes para su historia civil" 1877                      



  Miguel Carrillo Echenique (1901 -1976)
                                                                  Juez de la Cámara Federal de Rosario

lunes, 25 de mayo de 2015

Los 25 de Mayo de finales de mandato

Los 25 de Mayo de finales de mandato


El diario "La Capital" de Rosario publicó hoy un artículo de fondo que me permito recomendar está firmado por el doctor Miguel De Marco (hijo), académico de la Historia y periodista 
La publicación lleva el título que preside este post. A continuación se transcribe su reseña.
Recuerdos y crónica de una fecha clave. El autor relata en qué situación vivieron la fiesta patria, durante el último año de ejercicio de su función, los presidentes argentinos electos democráticamente. Anécdotas y detalles. Puede accederse desde:
 http://www.lacapital.com.ar/ed_impresa/2015/5/edicion_2377/contenidos/noticia_5060.html#

domingo, 24 de mayo de 2015

Historia y conmemoraciones

25 de mayo – Celebración del Primer grito de Libertad y “Día de nuestra Bandera Nacional de la Libertad Civil”

25 de mayo de 1813: El Ejército del Norte y el pueblo de Jujuy frente al Cabildo
(Fotomontaje elaborado por Joaquín Carrillo Castellanos)

Se aproximaba el 25 de mayo de 1813 y la Asamblea General instituyó su conmemoración con carácter de fiesta cívica. Se quería resaltar el significado de igual fecha de 1810 en que la autoridad colonial fue desplazada por el que la Historia llama: Primer Gobierno Patrio.

Hacía pocas semanas que aún se combatía en las calles de San Salvador de Jujuy, que fue recuperada por la fuerza de las armas luego de la batalla de Salta. La ciudad estaba destrozada. Los sufridos jujeños recién estaban volviendo para intentar reconstruir sus vidas sobre los escombros y los campos desolados.
En estas circunstancias el Cabildo de Jujuy pidió a Belgrano que tuviera la amabilidad de facilitarle la bandera de su Ejército triunfador para centralizar en ella las celebración de las Fiestas Mayas.
Nuestro general accedió, pero con un gesto que enaltece su sensibilidad y lo demuestra como un motivador incesante de las ideas revolucionarias, sumó un reconocimiento histórico para los méritos patrióticos acumulados por Jujuy. Mandó confeccionar la protobandera de nuestra soberanía que anticipaba la independencia por la que bregaba la principal autoridad de las Provincias Unidas.
Para ello mandó comprar un paño enteramente blanco e hizo pintar allí el escudo que pocos días antes había oficializado la Asamblea General. Nació así la Bandera Nacional de la Libertad Civil, que entregó al Cabildo de Jujuy para que acompañara a la victoriosa insignia de su ejército.

Los actos se cumplieron con un entusiasmo impresionante, en aquellos duros trances que antecedieron a nuestra formal independencia nacional. Luego de la ceremonia religiosa en la iglesia matriz; con el ejército formado y la presencia de los jujeños, ambas banderas fueron libras a la expectación pública en los balcones de la Casa Capitular.

Poco después se registró la donación de esta enseña en el libro de actas del Cabildo que la recibía en nombre de ese pueblo al que representaba por propia decisión de aquél.

En abono de su honra, Jujuy supo guardar esta Bandera. Hoy, 25 de mayo de 2015, a doscientos doce años de aquellos hechos, la Bandera Nacional de la Libertad Civil, ha sido reconocida por ley del Congreso en su condición de bandera histórica; de hecho, el cuarto símbolo nacional argentino.

Ella testimonia los méritos del pueblo llano en las luchas por la Emancipación; la vigencia del Estado de Derecho y de los derechos humanos; simboliza también el ideal de integración continental asentada en la contribución de los pueblos originarios a la historia común americana.

domingo, 17 de mayo de 2015

El cuarto símbolo argentino

La "Bandera Nacional de la Libertad Civil"; nuevo símbolo de argentinidad

La enseña que Belgrano entregó a los jujeños - Aspecto que hoy presenta

El 29 de abril del corriente año (2015) el Congreso Nacional convirtió en ley el proyecto que reconoce a la Bandera Nacional de la Libertad Civil como “símbolo histórico nacional”.
Fue entregada por el general Belgrano al pueblo de Jujuy como reconocimiento por el heroico sacrificio del Éxodo de 1812 y su desempeño en el curso del combate de Las Piedras y las batallas de Tucumán y Salta. Cuando se celebró el 25 de Mayo en Jujuy, en el año 1813, Belgrano hizo pintar en una tela blanca un escudo basado en el que había oficializado poco antes la Asamblea del Año XIII y se la entregó al Cabildo de Jujuy explicando sus razones; por eso se dice que es una bandera probadamente belgraniana. En el acta oficial de recepción se dejó constancia de la denominación que recibió. Desde entonces fue guardada por los jujeños con enorme cariño y cuidado. Hoy puede verse en el “Salón de la Bandera” de su Casa de Gobierno. Es una de las reliquias históricas más importantes de nuestro rico legado nacional.

Simboliza los esfuerzos y sacrificios del pueblo llano en las luchas por la Emancipación y, en particular, los méritos del pueblo jujeño en tan graves momentos. El concepto de “libertad civil” alude a lo que nosotros conocemos como “estado de derecho”, esto es; que las autoridades deben someterse a la vigencia del principio de legalidad y respetar cabalmente los derechos humanos de todos los ciudadanos. Este nuevo símbolo tiene una importancia superlativa y una notoria actualidad. Al mismo tiempo es una reivindicación enorme del protagonismo de los pueblos del Norte en la lucha por la Independencia; incluso del aporte de los originarios, que está representado en la particular forma del gorro (mascaypacha) que lleva el escudo. De esta forma representa el ideario americanista que alentaba Belgrano y muchos de sus contemporáneos, tal como se puso en evidencia en 1812 cuando el Prócer tomó juramento a sus tropas al izar por primera vez la Bandera en Rosario y en 1816, cuando se declaró la independencia de las “Provincias Unidas en Sudamérica”.

Esta bandera no sustituye obviamente a nuestra querida Celeste y Blanca, como enseña histórica podrá usársela en conjunto con la Nacional y precediendo a todas las provinciales. Algo similar a la forma en que Uruguay utiliza la bandera de Artigas, como segundo símbolo de este país.

Su dibujo normalizado que puede verse sobre un lateral de esta página fue confeccionado por el diseñador y vexilólogo Francisco Gregoric y constituye una excelentísima copia digitalizada del diseño de esta Bandera. Su aporte fue fundamental para el desarrollo de esta iniciativa.

Sobre la ley sancionada. En 1995 el Dr. Miguel Carrillo Bascary (*) obtuvo que el Gobierno de Jujuy la reconociera como símbolo oficial de esa provincia. En el año 2012 presentó ante el Congreso Nacional la iniciativa de dictar la ley que acaba de ser sancionada. Complementariamente el Instituto Belgraniano de Jujuy publicó el libro de su autoría, “La Bandera Nacional de la Libertad Civil; su historia y su pueblo”, gracias al generoso patrocinio de uno de sus miembros, Miguel Tito; allí se fundamentó extensa y documentadamente las razones que avalaban este reconocimiento. Con el apoyo de los legisladores de Jujuy pertenecientes a diversos partidos políticos, el proyecto finalmente quedó convertido en ley en el día expresado.

Esta noticia es motivo de inmensa alegría para Jujuy y todas las provincias norteñas. También es una forma de tener presentes a todos aquellos que dieron su vida en aquellas dramáticas circunstancias y a los jujeños que supieron preservar esta patriótica reliquia por más de 200 años.


(*) El Dr. Miguel Carrillo Bascary es vicepresidente primero del Instituto Belgraniano de Rosario y miembro de número del Instituto Nacional Belgraniano. Desde el corriente año también preside la Junta de Historia de Rosario.

Ciclo de mesas redondas: "Hablemos de Belgrano y de la Patria"

Ciclo de mesas redondas: 

"Hablemos de Belgrano y de la Patria"


 El próximo 27 de mayo a las 19 horas, en la "Galería de Honor" del Monumento Nacional a la Bandera (Santa Fe 581) tendrá lugar una mesa redonda con la participación de todos los asistentes donde compartiremos aportes relativos a la creación de la Bandera nacional, al protagonismo que le cupo al general Belgrano y a la realidad social que evidenciaba el poblado de Rosario en 1812.
La idea es que los historiadores asistentes se refieran a diversos aspectos de la temática, motivando la participaciones de los otros asistentes.
La actividad está organizada por el Instituto Belgraniano de Rosario y el Monumento Nacional a la Bandera (Municipalidad de Rosario); cuenta con la adhesión de la Junta de Historia de Rosario.
La asistencia es libre y gratuita, no se requiere inscripción previa. Duración prevista: 90 minutos.

Durante los próximos meses se concretarán otras reuniones del ciclo abordando diversos temas.

¿Se promete o se jura?

Promesa de lealtad a la Bandera, algunos ejemplos


Por Miguel Carrillo Bascary

 Al aproximarse el "día de la Bandera" resurgen algunas preguntas sobre el tema del título que intentaremos resolver.

 ¿Se promete o se jura lealtad a la Bandera? Cuando la costumbre se radicó en el sistema escolar argentino se siguieron los precedentes llegados de otras latitudes y los niños del cuarto grado juraban fidelidad y lealtad a nuestra Bandera al par que se comprometían a defenderla. Posteriormente ese juramento fue reemplazada por la "promesa". La razón del cambio se encuentra en la naturaleza misma del juramento, un tema sobre el que nos explayaremos en otra ocasión. En el sentir general quién jura compromete formalmente una opción de vida y es tanta la seriedad que ello implica que se entiende que solo puede hacerlo una persona mayor de edad, por ello los niños "prometen".

¿Por qué los alumnos prometen a la Bandera cuando cursan el cuarto grado de escolaridad primaria? No son claras las razones que determinaron por qué la normativa estableció esta pauta que se ha mantenido con el tiempo. Mi posición personal sugiere que para ello se tomó como base la convención generalizada de que a partir de los siete años los niños cuentan con "uso de razón", como se decía antes. Pero en aquellos tiempos, donde la escolaridad a nivel general comenzaba precisamente en esa edad, los esfuerzos pedagógicos radicaban en lograr la alfabetización mínima y el dominio de las dos operaciones matemáticas esenciales. Conceptos sociales más abstractos  como los relativos a la identidad social (la Patria y sus símbolos) ya eran materia de la currícula del "primer inicial"; pero es evidente que en un grado muy incipiente. 

Los conocimientos elementales de Historia nacional y la praxis experimentada por las primeras vivencias al respecto (participación en actos cívicos; las cotidianas ceremonias de izamiento y arrío de la Bandera; asistencia a desfiles; etc.) se acentuaban en los siguientes grados de la escolaridad, hasta llegar así al cuarto, en donde los niños contaban en promedio entre 9 y 10 años. 

Con estos antecedentes traemos a colación que en las primeras décadas del siglo pasado eran numerosos los alumnos que al llegar a esa edad debían dejar las aulas para insertarse en el mundo laboral acuciados por las necesidades familiares y ciertas formas de vida que así parecían demandarlo. 

En consecuencia, el cuarto año se transformaba para muchos en la última oportunidad de manifestar su lealtad a la Bandera nacional; ello habría demandado que las autoridades educacionales adoptaran este grado.  La realidad a cambiado, elevando hoy ese umbral de quiebre de la escolaridad, al menos en la mayoría de las realidades del presente, pero el cuarto año quedó enclavado en el sentir ciudadano como una costumbre de notorio arraigo.