lunes, 29 de mayo de 2017

CODE /2017

2º Congreso  Internacional de Comunicación y Organización de Eventos

Resistencia, provincia del Chaco (Argentina)

10 y 11 de julio de 2017

Una oportunidad dedicada a la reflexión y el debate sobre la evolución de los formatos, contenidos y conceptos comunicacionales en eventos oficiales y privados.

Un desafío será vivir un evento diferente.

El protocolo se recicla permanentemente según las necesidades del mundo moderno, por esto resulta esencial que sus profesionales exploren nuevas creatividades y se adecuen a las tecnologías disponibles.

La admisión es libre, abierta a la participación de profesionales de la materia e interesados en los tópicos a tratar.
Para asistir es necesario inscribirse rellenando un formulario y abonar el costo de la inscripción. Arancel bonificado para  estudiantes, jubilados y personas con discapacidad.

Mayor información:

@congresocode

TEMAS:

La comunicación imagen institucional a través de los eventos oficiales y diplomáticos - Carlos Fuente (España)

La industria de las emociones en los eventos corporativos - Gloria Campos (España)

Ceremonias originarias de América; unidos bajo un mismo cielo - Dora Fafutis (México)

Control de calidad para un wedding planner - Leonardo Artigas (Uruguay)

Hacia un liderazgo institucional basado en el ejercicio moderno de las relaciones públicas - Antonio Di Génova (Bs. Aires, Argentina)

La integración de los discapacitados en la evolución de los eventos - Natalia Olivieri (Bs. Aires, Argentina)

Ética del profesional, el ser y el parecer - Daniel Svenson (Chaco, Argentina)

El adiós a nuestros seres queridos - Analía Barboza (Corrientes, Argentina)

Convocatoria y difusión de eventos en tiempos modernos - Nicolás Sotelo (Bs. Aires, Argentina)

Normas y uso correcto de las banderas argentinas - Miguel Carrillo Bascary (Rosario, Argentina)

Ceremonial del municipio - Catalina Navarro (Tucumán); Norberto Martínez (Rosario) y Juan Fernández Xifra (Corrientes; Argentina)

Panelistas

           



La nave del Monumento a la Bandera

Alegoría de barco - Homenaje a la Bandera argentina 
(sobre  el Monumento Nacional a la Bandera)

Foto: Municipalidad de Rosario

Por Miguel Carrillo Bascary

En todo el mundo hay numerosos monumentos a las banderas de los pueblos que se sintieron llamados a concretar esta particular forma de honrarlas. La mayoría son grandes mástiles; algunos de altura colosal; pero en la ciudad de Rosario se yergue un testimonio de características singulares, nacido de la decisión de quienes quisieron recordar el día en que nuestra Bandera batió por primera vez los aires; en aquél caluroso 27 de febrero de 1817.

Esta resolución cobró su primer impulso a inicios de la década de 1870, cuando Rosario sacudía su modorra provinciana para lanzarse hacia un desarrollo que todavía espera dar sus mejores frutos. Fue un grupo de rosarinos y de otros hombres allí afincados aunque habían nacido en otras tierras. Cuatro generaciones debieron pasar; muchos fueron los esfuerzos empeñados; varias las ilusiones que se frustraron, hasta que el 20 de junio de 1957 se inauguró el “Monumento Nacional a la Bandera” que culminó los desvelos de tantos. Fue el triunfo de la decisión de sus mentores y el manifiesto de un entrañable cariño por el símbolo flameante que el general Belgrano legó a los argentinos de todas las épocas.

Cada año, centenas de miles de visitantes recorren sus diversos planos; ascienden al Mirador para gozar de una vista irrepetible y se adentran en la penumbra de la Cripta que rinde homenaje al Prócer; así como en la “Galería de Honor” donde las banderas de América confraternizan en la esperanza de un futuro común, en paz y concordia.

Quien visita al Monumento, con sus más de 10.000 metros cuadrados de superficie, experimenta una vivencia muy emotiva. Por lo general, los monumentos son construcciones destinadas a ser vistas, admiradas desde una distancia adecuada para gozar de sus expresiones plásticas; pero el erigido en Rosario tiene una dinámica que lo hace único, ya que no solo puede sino que, más aún, invita a recorrerlo descubriendo perspectivas estéticas donde el visitante se transforma en protagonista, en un mudo diálogo con las formas marmóreas y broncíneas que realzan el vuelo de la enseña celeste y blanca de la nacionalidad.

El Monumento, como familiarmente lo llaman los argentinos, es fruto de la inspiración del arquitecto Ángel Guido, quien sumó el genio de su colega Alejandro Bustillo y de los escultores Alfredo Bigatti; José Fioravanti y Eduardo Barnes, quienes aglutinaron sus saberes y talentos para regalarnos el producto que supieron concebir.

Foto: Municipalidad de Rosario

Está enclavado en el "parque nacional a la Bandera" (1) que también contiene el cenotafio a los caídos en la guerra de Malvinas (2). A poco que se observe al Monumento es fácil desentrañar que tiene una forma de barco; un navío que recuerda a los que surcaron el mar Mediterráneo en la Antigüedad clásica. En él embarca la Nación. Su proa abre las aguas que aluden al Océano Atlántico y al Río Paraná. Se orienta hacia el Este, hontanar donde cada día amanece el Sol que campea en el centro de nuestra Bandera. La alegoría de la Patria, luce bravía; intemporal caracterizada como una mujer “gaucha” de trenzas y hojotas, cubierta por un pileo, símbolo de la libertad. Porta la Enseña nacional que despliega desde una telúrica lanza de caña tacuara.
Más atrás se alza la gran “Torre” (3), remedo del mástil y velas del navío; en cuyo medio campea la figura del Sol. En su base se advierten los elementos físicos del territorio nacional: “Los Andes” y “La Pampa”, corporizados en sendos bronces, magníficos. Las estatuas de los puntos cardinales ornamentan las esquinas, singularizadas con atributos característicos de cada región. 
Un ámbito recóndito alojado en la base de la Torre es la “Cripta de Belgrano”, que honra al creador de la bandera y que señala el punto en que se izara por primera vez en 1812.

El recorrido continúa en el gran “Patio Cívico” (4), escenario de reuniones populares; conciertos; recitales; celebraciones y tranquilos paseos; este espacio está destinado a contener al pueblo; ese pueblo que navega por el mar de la eternidad en la nave de la Patria.
A medida que se asciende suavemente, el visitante se impresiona con la magnitud de la pirámide mesoamericana que cierra el trayecto. Sobre la misma se levanta un templo de líneas clásicas, pero de columnas planas; es el “Propileo” (5) que contiene en su interior una gran olla de bronce bizantino donde arde la flama “del soldado desconocido”, héroe anónimo pero presente que dio su vida por la libertad de la Patria. Es imposible sustraerse a la emotividad de este sector; para más, la vista permite abarcar la majestuosidad de todo el Monumento y percibir de qué manera se recorta la “Torre” sobre el horizonte vital que forman el Paraná, las islas y el celeste del cielo inagotable.

Foto: Miguel Carrillo Basary

Tomando una posición contraria, el visitante goza de otra perspectiva, más concreta, pero no menos significativa. Allí verá abrirse el “Pasaje Juramento” (7), vínculo entre el Monumento y la ciudad de Rosario, que transcurre sobre un espejo de aguas salpicado por las estatuas obra de Lola Mora, la más grande escultora argentina; para perderse luego entre las moles de la Catedral dedicada a “Nuestra Señora del Rosario” y el “Palacio de los Leones”, sede del gobierno municipal de Rosario.

Bajo el “Propileo” se encuentra otro espacio que lamentablemente muchas veces pasa desapercibido para el visitante apresurado; es la “Galería de honor de las banderas de América” (6). En realidad este sector no perteneció al proyecto original del Monumento; se agregó en fecha tardía, hacia 1956, cuando poco faltaba para su inauguración. Fue por iniciativa de Guido, que bregó hasta lograr que la Comisión oficial que controlaba las obras autorizara a construir este verdadero homenaje a la hermandad continental. Consta de tres naves subterráneas, centrada en una gran vitrina donde lucen los símbolos de la Nación: Bandera; Escudo e Himno; acompañados por otros testimonio de argentinidad: la flor nacional del ceibo; una réplica del sable de Belgrano; una urna con turba extraída del cementerio de Darwin (donde reposan decenas de argentinos caídos en combate) y la mismísima bandera que ondeaba en el patio de la gobernación, en Puerto Argentino en 1982. Ella fue preservada en heroicas circunstancias y se considera que en un futuro, que esperamos próximo, será reinstalada en su emplazamiento original, cuando las Islas Malvinas puedan recobrarse.

Sobre el lateral derecho hay tres mástiles: el central porta la “Bandera Nacional de la Libertad Civil”, símbolo patrio histórico que representa al estado de derecho y a las libertades públicas (Ley Nº27.134 de 2015); fue creada por el general Belgrano y entregada al pueblo jujeño como agradecimiento por su heroico desempeño en las luchas por la Emancipación; el segundo corresponde a la enseña oficial de la provincia de Santa Fe, aprobada en 1822 y, el tercero, muestra la blanca divisa de la ciudad de Rosario, con su escudo bordado en el centro.

Las naves laterales están flanqueadas por otras vitrinas que contienen enseñas históricas y los símbolos nacionales de todos y cada uno de los estados de América; con la sumatoria de aquellos que representan a España, madre común, y de Italia, de donde vino el caudal inmigratorio más numeroso de todos los recibidos por nuestra tierra. En esta “Galería de Honor”, a lo largo de todo el año, el día de sus respectivas fiestas nacionales, concurren los representantes de los estados amigos de Argentina para rendir homenaje a la Bandera nacional y a las de esas otras tierras.

Más atrás se encuentra un espacio que despierta no poco interés a los visitantes que lo recorren. Se trata de la “Sala Antártida” que como lo indica su nombre destaca el protagonismo de Argentina en aquella desolada región. Se habilitó en el año 1975 con una muestra de banderas históricas que habían ondeado en diferentes expediciones antárticas en manos de los pioneros argentinos. Con el tiempo se refuncionalizó el mensaje para expresar otros valores y realidades. Así, hallamos una vitrina dotada con una gran infografía, que marca cómo se difundió el ideal de libertad en el Nuevo Continente, jalonado por las diversas banderas histórica. Hay otras vitrinas que expresan el ideal de hermandad del género humano; la multiforme presencia de Argentina en la Antártida y sus derechos sobre las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur. Lo que posiblemente despierta mayor curiosidad en los niños es ver la maqueta de la Base “Marambio”, principal establecimiento argentino en el sector; mientras que a los mayores sin dudas que los impactarán los restos de la bandera batida por los crueles vientos antárticos, que en 1965 ondeó en el Polo Sur llevada por los miembros de la “Operación 90” conducida por el general Jorge Leal. La muestra de diversos bocetos del Monumento en los que trabajó Guido para dar forma al proyecto que encabezó, completan la visión del conjunto. Al salir puede observarse una pequeña urna que contiene: un ejemplar del contrato que se suscribió para ejecutar el Monumento y una humilde estampilla de diez centavos que entre 1936 y 1943 adquirían los niños de todo el país como forma de contribuir a la construcción del Monumento Nacional a la Bandera.

En este majestuoso símbolo que tributa homenaje a la Enseña nacional se refleja la historia patria y se sintetizan los anhelos de todos los argentinos unidos, más allá de toda diferencia, unidos bajo los colores celeste, blanco y celeste. ¡Todos bajo UNA MISMA BANDERA!


Nota: el presente es una acción que integra el "Programa Rosario Cuna de la Bandera" de la Municipalidad de Rosario


domingo, 28 de mayo de 2017

Discapacidad y servicio de abanderados

Abanderados con discapacidad

      Por Miguel Carrillo Bascary

En estas semanas mayo a julio, donde los argentinos celebramos nuestras principales fechas patrias se reiteran las consultas sobre el ceremonial de las banderas. Hoy quiero compartir algunas imágenes y reflexiones al respecto.

Toda persona, repito: TODA PERSONA que merezca el honor de ser abanderado o escolta tiene el derecho de poder cumplir con estos roles. Queda en claro igualmente que si por alguna razón el interesado no desea cumplir estas honrosas comisiones es absolutamente libre de hacerlo, nada lo obliga y la propia Constitución nacional respalda su libre albedrío.

Es una actitud equívoca, altamente errónea, marginar a quién por azar del destino tiene una capacidad física diferente o a los que transitoriamente están afectados por un avatar que los limita.

Es cierto que en un lejano pasado, cuando las banderas participaban de acciones militares en pleno frente de combate, era lógico que los abanderados y escoltas fueran seleccionados entre los miembros de elite de los ejércitos y, como tales, debían gozar de un físico en plenitud, pero no es menos cierto admitir que aquellos tiempos han quedado atrás, hoy son otros los valores y percepciones.

En la actualidad aquellas personas que presenten capacidades diferentes, permanentes o transitorias, tienen el derecho de integrarse plenamente a las actividades de su grupo social, sin que ninguna autoridad u otra persona pueda hacerlos sentir distintos. Por esta razón no deben ser marginados, todo lo contrario su esfuerzo de superación y ejemplo tiene que estimular a todos. Si es necesario se los podrá ayudar, pero solamente en aquello que sea estrictamente imprescindible (ej.: un ciego demandará alguien que lo guíe en un desfile; quién tenga un problema en sus brazos podrá recibir ayuda para portar la bandera).

La Convención internacional sobre los derechos de las personas con discapacidad”; aprobada por Argentina como Ley Nº26.378 y reconocida con jerarquía constitucional por la Ley Nº27.044; aclara debidamente el concepto cuando señala:
“Las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.

Sirva el presente post como un sentido homenaje al esfuerzo, tesón y sentido de superación que testimonian todos aquellos que desde su realidad son un ejemplo a seguir.

Las siguientes fotografías, recopiladas de diversas fuentes a los largo de varios años justificarán lo expuesto.


Ulises Martin (Uli, para los amigos), es el abanderado 2016 del Jardín de Infantes Común N° 1 del Distrito Escolar 2, dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Padece parálisis cerebral.


Lamentamos no contar con la identidad de este abanderado de una escuela secundaria de la provincia de San Luis.


Milagros Rocío Paz, segunda escolta de la escuela “Julia de León”, Rivadavia, provincia de San Juan, alcanzó un promedio de 9,63; año 2014.


Valentín Rojas tiene 23 años, con un promedio de 9,67 fue designado abanderado 2003 del Instituto Primario y Polimodal “Esperanza”, al que concurre en la ciudad de Godoy Cruz, provincia de Mendoza. Al ser entevistado declaró: “Estoy muy contento, todos me felicitaron. Ahora, mi próxima meta es seguir con mi amor, con Luli que es mi novia desde hace siete años. Ella también tiene síndrome de Down y juntos hacemos patín artístico. Creo que el esfuerzo es importante, pero más importante es el amor y el interior de cada uno”. 


Candela Sandoval
, abanderada de la escuela “General Rudecindo Alvarado”, de Tunuyán, provincia de Mendoza (2012). Pese a estar afectada por síndrome artrogriposis múltiple obtuvo un promedio de 9,63.


Gisela Ruiz, abanderas de la escuela “General Las Heras” (9,76 de promedio), remontando su ceguera. Al ser entrevistada afirmó: “Yo creo que hay que sacrificarse en la vida para obtener resultados y, también, hay que sortear los obstáculos. Estudiar siempre me gustó y trato de hacer lo mejor posible en la escuela para tener un buen futuro”.


No hemos podido verificar la identidad de este niño ciego, escolta del 4to. Grado de su escuela, en oportunidad de concurrir al Monumento nacional a la Bandera (Rosario) para prestar promesa de fidelidad a la Enseña nacional.  

Axel Salomón, escolta de la bandera del colegio “Comodoro Moisés Echegoyen”, de Córdoba y premio al mejor compañero. Manifestó: “Sufro parálisis cerebral. Soy un chico especial, pero no porque camino con dificultad o me cueste decir palabras o me sea difícil comer. Si bien esto lo padezco, tengo sueños iguales a los tuyos… sufro las mismas penas”, y pidió “no discriminar, porque eso es una barrera hecha por mediocres”.


Luciana Pavani, abanderada 2014 de la Escuela Nº408 del barrio Faldeo del Velasco, provincia de La Rioja.


Lamentamos no disponer de mayores referencias sobre la identidad de esta abanderada.
  

Bianca (la fuente no indicó su apellido) es abanderada de la Escuela Nº 12 “Tomasa Garraza de Quiroga”, de Villa Mercedes, provincia de San Luis. El síndrome de Bridas Amnióticas provocó que naciera sin tibia y peroné en ambas piernas y con los dedos de las manos más pequeños; esta dificultad no pudo con ella.
  

Sirur Maluf, a sus 22 años es el abanderado 2016 de la Escuela de Deporte Adaptado de la asociación Niken, a la que concurre en San Luis. A sus 19 años quedó cuadripléjico al zambullirse en Villa Gesell y golpear de cabeza con el fondo. Con posterioridad alcanzó logros deportivos son notables y también se desempeña en un cargo de la Secretaría de Deportes de la provincia. Como no puede portar la bandera con sus brazos él mismo se transforma en asta para lucirla cuando corresponde.

sábado, 27 de mayo de 2017

Cambio climático, cumbre y banderas

El cambio climático y las banderas de una ilusión

 Por Miguel Carrillo Bascary

El 26 de mayo de 2017 el Grupo de los 7 países más desarrollados del mundo se reunió en la bella Taormina (Italia) para considerar los efectos del calentamiento global; el desarrollo humano y el comercio internacional. Fue uno de los tantos encuentros inspirados en estos motivos que terminó como siempre, con muchas palabras y escasísimos resultados. No debe extrañarnos; sino preocuparnos, despertar nuestra reacción de simples seres humanos ante la miopía de nuestros principales dirigentes políticos y de los grandes grupos económicos, incapaces de consensuar una agenda mundial realista que permita augurar una mayor esperanza a nuestra descendencia.

Como introducción está todo dicho, hoy quiero compartir con ustedes una ilusión, que solo fue una hermosa esperanza. Me hallaba en un café, como tantos, cuando a la comodidad de consumir un desayuno se sumó la lectura del diario de la fecha. En una realidad donde la imagen es todo, lo primero que atrajo mi mirada fue una fotografía donde los líderes del G-7 posaban con el espectacular fondo del paisaje italiano. Detrás de cada uno lucían las banderas de la Unión Europea, acompañando las de Canadá; Alemania; Estados Unidos; Francia; Italia; Japón y el Reino Unido.

Mis ojos entrenados en la apreciación de las banderas se abrieron de asombro ante el verde omnipresente en esa formal fotografía. Dicen que la mente es más rápida que los ojos y lo que percibí, por un instante me hizo alentar la esperanza de que un súbito cambio de actitud manifestada en las banderas de la foto contuvieran un mensaje de unidad que augurara acciones concretas respecto al cambio climático.

Sabemos que el verde es el color de la Naturaleza y que también se lo identifica con la esperanza. Su presencia en todas las banderas que veía fue un flash que literalmente me sacudió. Por su parte, todos los dirigentes llevaban vestiduras, también verdes. Una coincidencia que anunciaba una verdadera opción. Fue entonces que pensé para mi fuero íntimo: qué alegría que los intereses de esas naciones hayan cedido un instante hasta el punto de modificar sus propias banderas y de vestir de verde, como forma de expresar la coincidencia alcanzada para reivindicar el equilibrio ecológico en el marco de las preocupaciones por el desarrollo económico.

Sin embargo, la lectura de la noticia me golpeó fuerte y la desilución arrasó la expectativa recién nacida. Veamos el titular: "El cambio climático y el comercio muestran la brecha entre Trump y sus socios del G-7. Fracasaron los esfuerzos del grupo por convencer a E.E.U.U. de la necesidad de apoyar el Acuerdo de París.

Volví a mirar la fotografía ¿podía haberme equivocado? Un análisis más detenido me señaló una anomalía en la bandera alemana que no tenía ningún verde en su paño, mostraba sus franjas en negro, rojo y un inédito rosa; mientras que en la de Francia lucía un pálido violeta reemplazando el azul.

Fue entonces que desperté a la realidad de la ingenuidad de mi sueño, algún error en la composición incidió en la tinta del periódico que transmutó el habitual color que identifica a las banderas del G-7.

Digamos que fue una anomalía cromática causada por un defecto técnico en la gráfica, pero que por un instante me permitió avizorar un porvenir que ojalá puede concretarse, no ya en las banderas, sino en el diseño de las políticas que no solo  necesita, que también demanda la Humanidad entera.

Para cerrar, no sin reiterar mi desilusión les dejo otra foto, la misma pero distinta, la que corresponde a nuestra realidad:







martes, 23 de mayo de 2017

GESTA DE MALVINAS, 14 de junio de 1982

A 35 años de una honrosa capitulación 


Por Héctor Gustavo Pugliese
Coronel ( R ) del Ejército Argentino
Veterano de la Guerra de Malvinas

La GESTA DE MALVINAS no deja de crear y desarrollar publicaciones, hipótesis, reflexiones, enseñanzas, etc, que nos introducen analíticamente en la Estrategia y en la Historia; así, con mayúsculas, de nuestra Patria. 

El paso de los 35 años, desde su ocurrencia cronológica, a un veterano de guerra, no hace mas que motivarlo en la investigación permanente de esta gesta, vivida por nuestros hombres de armas, acompañados por todo el pueblo argentino y por que no, por amigos extranjeros de todas las latitudes que siguieron esta hazaña como si fuera propia. La heroica gesta, ejecutada con valor y patriotismo, por un puñado de argentinos, no logró alcanzar los objetivos políticos deseados por la conducción superior del estado y provocó la perdida de muchas vidas gloriosas, que creo, debieron ser evitadas. Es por ello que la GESTA DE MALVINAS debe considerarse con mayúsculas, por su significado legítimo y genuino de hazañas o conjunto de hechos memorables, heroicidad, hombrada, saga, valentía, heroísmo, proeza. Los cantares de gesta son poemas medievales que cuentan las hazañas de los héroes.

El soldado argentino más condecorado, Oscar Poltronieri

Es así, que se debe rendir homenaje a todos los que participaron en esta gesta actual, que se asemeja a las del pasado heroico del siglo pasado. A los que murieron por sus convicciones, a los heridos, a los veteranos y a todos los argentinos que en esa oportunidad se ofrecieron como voluntarios para participar  en la justa batalla. Evoquemos algunos hechos y sentimientos vividos en esa gesta, hoy recordemos la honrosa rendición.

Para un soldado tener que rendirse es una de los escenarios más difíciles que le toca estar. Es el momento donde brotan la angustia, las lágrimas, la zozobra y el desasosiego, debido a que su formación y cultura profesional lo han llevado siempre a aspirar a la victoria. Se considera a priori que la derrota debe ser siempre para el enemigo. Y esto no pasa sólo en los extremos de la guerra. Sucede también en contextos normales rutinarios, como perder un encuentro deportivo, no aprobar un examen, no obtener un trabajo, etc.

Pero en esta rendición del 14 de junio de 1982 había otros ingredientes que la hacían mas dura, aunque no por eso menos ineludible, fatal e irremediable. Los que estábamos en las irredentas islas no éramos mas que una pequeña parte del pueblo Argentino, que en su mayoría hubieran querido estar, resueltos y dispuestos para defender a la Patria y el honor recuperado, después de tantos años de ocupación colonial Británica. Y por ser pocos para afrontar semejante compromiso, la carga y la responsabilidad asumido eran mayores. Estábamos representando a todo el pueblo de la Nación Argentina y también a sus banderas. Éramos los elegidos, distinguidos y favorecidos por una situación o realidad que la Patria nos mandaba y obligaba a vivir. (No olvidar que aun continua la ocupación Inglesa y que la Comisión Europea ratificó su soberanía sobre Malvinas , argumentando que en el texto de la Constitución se mantiene el criterio vigente desde hace años,  en el que figuran, entre los "territorios de ultramar", las islas Malvinas bajo soberanía de Gran Bretaña. Constitución Europea o Tratado Constitucional firmado en Roma por los jefes de gobierno de los países que forman la Unión Europea el 29 de octubre de 2004)

Ese 14 de junio de 1982 nos enteramos de la rendición, primero por un silencio sepulcral que parecía extraño, chocante, excepcional y también  insoportable, en contraposición con el intenso combate luchado y vivido los días previos, que era lo normal para nuestros sentidos. El fragor del combate, el tronar de la artillería propia y enemiga, la iluminación del campo de batalla durante la noche, el rugir de las explosiones de las bombas de la aviación enemiga, que por la superioridad aérea total inglesa no dejaban de caer en todo el día, ya nos resultaban familiares, así como el persistente, tenaz, sistemático y metódico bombardeo naval o el ataque terrestre de los paracaidistas, guardias e infantes de marina británicos con el apoyo de fuego de morteros de varios calibres y ametralladoras livianas y pesadas. Todo ello hacía de los días previos algo cercano al Apocalipsis según lo imaginamos los cristianos. Entonces lo primero que anunció el principio del fin fue el insólito y repentino silencio.

Eran las 09.00 hs. aproximadamente de una mañana sombría y triste del 14 de junio. Además estaba nevando y todo era blanco. El hospital de Puerto Argentino estaba lleno de heridos de todas las clasificaciones, de leves a intensamente graves. Los muertos quedaban en las trincheras y en las posiciones defensivas que gallardamente preservaran los infantes del Ejército y de la Armada hasta minutos antes.

Todos los muertos y heridos que yo pude socorrer, ayudar o tan sólo ver, al visitar el hospital, y dejarles el apoyo de una oración, estaban lastimados en la cara, pecho, abdomen o parte anterior de las piernas o brazos es decir condecorados por su valentía contra un enemigo que avanzaba con dolor, sufrimiento, apuro y dificultad. Estos bravos de la guerra, oficiales, suboficiales y soldados, pese a su edad cronológica, fueron héroes maduros y verdaderos protagonistas de lo que la Patria y la gente les mandó cumplir.

Recordemos aquí que el teatro de guerra era netamente aeronaval, que después del hundimiento del crucero General Belgrano, la Armada Argentina disminuyó su  participación en las operaciones. La Fuerza Aérea Argentina pese a la tenacidad, valentía, coraje, empeño y porque no, temeridad de sus pilotos, no había logrado obtener la superioridad aérea sobre las islas. Y por consiguiente los buques y aviones enemigos nos atacaban constante y eficazmente. Como ejemplo, en la zona que ocupaba mi Regimiento, en la península del aeropuerto, recibimos aproximadamente una cantidad de 100 toneladas de proyectiles, misiles y bombas en el primer mes de combate. Y si no hubiera sido por la protección de la Nuestra Señora del Rosario esto habría producido una masacre. El terreno era un lodazal helado, las trincheras estaban anegadas de nieve y barro, los caminos intransitables y la temperatura era de varios grados bajo cero.

En la noche del 13 al 14 de junio desde el puesto de comando del Regimiento de Infantería 25, en el cual yo servía con el grado de Capitán, se veía todo lo anteriormente mencionado, la proximidad de lo inevitable, se advertía la situación insostenible y se insinuaba la ineludible capitulación. En ese contexto, con lágrimas en los ojos, le comento a mi jefe de regimiento, el entonces teniente coronel Mohamed Alí Seineldín, "La batalla está perdida, preparémonos para lo peor, el plan de destrucción lo tengo listo para ejecutar cuando usted lo ordene", el Teniente Coronel también lagrimeando me contestó "no todo está perdido, el combate continúa, la desigualdad es evidente. Tenga el plan a mano y no se olvide de los Pucará que están  operables todavía, la Virgen nos protegerá". No había que dejar nada que sirviese al enemigo, esa era mi misión.

En Buenos Aires la visita del Papa Juan Pablo II sirvió para preparar los espíritus y dar ánimo al pueblo argentino. Trajo un mensaje claro, sereno y consistente de Paz. Bendijo a toda la Nación y le dio fuerzas para aceptar con resignación cristiana la previsible derrota.

Luego, del particular silencio, se recibieron varias comunicaciones radiales, en las cuales los ingleses decían que los Argentinos habían combatido con valor, que el coraje de las tropas había quedado demostrado y que era hora de negociar un alto el fuego y terminar con la batalla. No se hablaba de rendición ni de capitulación. El silencio continuaba. Las unidades de primera línea se replegaban ordenadamente hacia Puerto Argentino. Los soldados ingleses habían acatado el tácito y sobrentendido alto el fuego. Los argentinos que aún mantenían sus posiciones y que no eran pocos, también.

Aproximadamente a las tres de la tarde, para conversar y parlamentar con el general de brigada Mario Benjamín Menéndez, gobernador militar y comandante de las tropas, arribaron en helicóptero al puesto de comando, con una sábana blanca como bandera de parlamento, el jefe de las fuerzas especiales inglesas (Special Air Service - SAS) coronel Mike Rose y su intérprete, capitán Rod Bell, quien vivió en Costa Rica, hablaba español y decía conocer las costumbres latinas. El coronel Rose, cuando caminando, cruzaba una cancha de fútbol, vio el hospital de la isla y como había gente preguntó por la médica Alison Bleaney y al encontrarla le agradeció por el buen trabajo que ella había hecho, al recibir en su radio las comunicaciones británicas que trataban de lograr un cese el fuego y transmitirlas a los argentinos. Las conversaciones entre Menéndez y Rose duraron casi 2 horas, en las cuales uno requirió proceder a seguir al teniente general Leopoldo Galtieri y el otro  solicitó lo mismo al mayor general Jeremy Moore (embarcado en el transporte Fearless) y éste, a su vez, a Margaret Thatcher, en Londres.

Cerca de las nueve de la noche, en medio de una tormenta de nieve, llegó a Puerto Argentino el general Moore, con el documento de la rendición. Aproximadamente 2 horas después se firmó el documento. El capitán Bell comenta "la firma del escrito fue una breve y simple ceremonia, y se hizo en una oficina del primer piso de la gobernación. Ambos firmantes fueron muy cordiales y civilizados. Obviamente, había gran placer y felicidad  en uno y sufrimiento y realista  apreciación de angustia y dolor en el otro". Los generales se dieron la mano, tratándose de "sir". El general Menéndez fue llevado como prisionero de guerra al buque Fearless e instalado provisoriamente en el camarote del capellán.

Gesto del teniente 1º Carlos Domínguez Lacreu al ser enfocado 
por una cámara inglesa cuando era conducido prisionero 

En Buenos Aires, al día siguiente, el general Galtieri citó a la población a Plaza Mayo, con la intención de anunciar la rendición. La plaza se volvió a llenar, pero en esta ocasión para repudiar al gobierno y también reprochar la irresponsable evaluación internacional, y la insensata planificación y conducción de la guerra. Los partidos políticos, peronistas, radicales y sectores de izquierda hicieron responsable al gobierno de haber manipulado la justificación del conflicto para frenar las presiones sociales y mantenerse en el poder. El 15 de junio, la congregación frente a la Casa Rosada finalizó con una fuerte represión policial contra la multitud presente.

En Puerto Argentino, se transmitió la orden de deponer las armas y se estableció como lugar de reunión de todo el personal el área del aeropuerto. Allí estaba mi regimiento, que mantuvo a su personal en sus posiciones respectivas. El teniente coronel Seineldín, recibió la orden de hacerse cargo de la situación  de las tropas que se replegaban, dándoles alojamiento y seguridad.

El 16 de junio la situación estaba bajo control y con mucha tristeza se inicia la evacuación al continente en barcos propios y del enemigo.

Muchos oficiales y algunos suboficiales y soldados seleccionados quedamos como prisioneros de guerra en San Carlos y luego en el buque "ferry" St. Edmund. Regresando al continente a Puerto Madryn el 14 de julio. De esta manera concluye aquella honrosa rendición y el dolor ocasionado queda en la memoria y evocación de todo argentino de ley.

La guerra, como sabemos, es un estigma que persigue a la especie humana desde su nacimiento. Como una maldición, pesa sobre las espaldas de cada uno de sus integrantes y no admite explicación que permita comprender y mucho menos justificar, los múltiples horrores y espantos que provoca.

Y en estos momentos que aunque lejana, la vivimos a diario a través de los medios de comunicación social, no podemos dejar de pensar en todos los combatientes argentinos y británicos, que en esta nuestra gesta de Malvinas, dieron hasta sus vidas, para defender lo que sus patrias les mandaba.


Y así rendir un sentido, respetuoso y emocionado homenaje a nuestros oficiales, suboficiales y soldados, que con poco y en situaciones de inferioridad, combatieron mucho y con valor, siendo un verdadero ejemplo para las futuras generaciones de argentinos. Argentinos que aman su Nación y que juntos y unidos  pueden solucionar cualquier problema, de la naturaleza que sea, orgulloso de ser criollos, apasionados por su Patria y de ser ARGENTINOS. 

VIVA LA PATRIA CARAJO!!!!!!!!!!