miércoles, 31 de julio de 2019

Más sobre banderas y el Apolo 11

Las otras banderas que llevó 
Apolo 11


Por Miguel Carrillo Bascary

Una de mis últimas entradas en este Blog, http://banderasargentinas.blogspot.com/2019/07/bandera-del-apolo-11-y-otras.html suscitó diversos comentarios, por lo que resolví ampliar la información.

Además de la bandera de los Estados Unidos y del banderín del Club Independiente que Amstrong y Collins llevaron a la superficie de la Luna, el módulo Eagle del Apolo 11 transportó 135 enseñas de otros países. Más abajo se consignan sus nombres.

La idea era asociar a la Humanidad en la trascendental empresa, aunque obviamente se trató de una etapa más de alta política internacional. Paralelamente se dejaría en la Luna un testimonio con mensajes de buena voluntad de numerosos mandatarios y una placa alusiva.

Una decisión política

La iniciativa había sido anunciada por el presidente Nixon en enero de 1969 y tuvo un cuidadoso desarrollo. Vemos entonces, que la decisión fue netamente política, lo que privó por sobre las perspectivas científicas del mando de la NASA.

En febrero de 1969, para definir lo pertinente la NASA creó el “Comité de Actividades Simbólicas”, con la misión de establecer: los elementos que se llevarían a la Luna; los que se dejarían allí y aquellos que se traerían de regreso.

Un primer análisis consideró tomar las banderas como referencia. Se sugirió plantar: la que representaba a la ONU, la de los Estados Unidos; o bien, un conjunto de enseñas de todos los países del mundo, además de depositar alguna placa o testimonio del logro.

Para resolverlo se pidió un asesoramiento plural, que incluyó al Comité Histórico de la NASA; al Instituto Smithsoniano, a la Biblioteca del Congreso, al Archivo de los E. Unidos, al Consejo Espacial y a diversas comisiones del Congreso. Finalmente, la recomendación fue la de colocar una bandera estadounidense y una placa conmemorativa que quedaría adosada a una de las patas del módulo de alunizaje, así se haría finalmente.

En consecuencia, se llevaron a la superficie selenita numerosas las banderas de diversos estados, pero no se izaron. Luego se trajeron a la Tierra. Como veremos, les estaba reservado un curioso destino.

La decisión de colocar una bandera de los Estados Unidos no dejó de despertar alguna polémica. Se objetó que la opinión pública mundial podía interpretarlo como un acto que revelara la intención de apropiarse de la Luna. A esto se contestó que tal parecer carecía de sustento por cuanto ya estaba vigente el “Tratado internacional sobre el Espacio Exterior” que eliminaba toda reclamación de soberanía sobre los cuerpos del espacio. Para desalentar definitivamente todo cuestionamiento, en noviembre de 1969 el Congreso de Estados Unidos sancionó una ley especial, que consagró el compromiso de no realizar reivindicaciones territoriales, a la par que rechazaba todo acto similar que protagonizara algún otro país.

En lo concreto, llevar estos elementos al suelo lunar no fue una cuestión menor. Por humildes que parezcan, su trasporte privó de espacio para equipos técnicos y, además, incrementó la masa, con lo que se agregó una nueva complicación al despegue del módulo desde el Mar de la Tranquilidad.

Algo más sobre la bandera de los Estados Unidos

La que sí se instaló en la Luna fue la enseña de Estados Unidos, cuyo despliegue aportó una de las fotografías más significativas de la Historia.

Kinzler y el boceto del mástil y bandera lunar

Cuentan las crónicas que originalmente se había planeado pintar una bandera de los E. Unidos en la sección inferior del Módulo Lunar, que permanecería en suelo selenita, pero el ingeniero vinculado a la NASA, Jack Kinzler (1), sugirió, disponer de un mástil telescópico con una barra transversal horizontal que iría insertada en un dobladillo sobre el borde superior de la bandera; el paño correría como si fuera una pequeña cortina. Ambos elementos del mástil estaban construidos con dos tubos de aluminio anodizado de 2,54 cm (1 pulgada), lo que insumió un costó de u$s 75. El conjunto pesaba menos de 10 libras (4,3 kg). El “paño”, que en realidad era de nylon, tenía 0,91 x 1,52 metros y fue adquirido de la fábrica de banderas Annin & Co. A un precio de u$s 5,50; como ya se informó en otra entrada de este Blog.

El conjunto que se llevó a la Luna

Kinzler, dispuso de solo tres meses para cumplir la tarea. El mástil y la bandera se adosaron en el lado izquierdo de la escalera del módulo Eagle, dentro de un contenedor de acero y aluminio, para preservar el paño del calor causado por la ignición de los cohetes de desaceleración al momento del alunizaje, donde era previsible que se generara una temperatura estimada en 2.000 grados Fahrenheit (unos 1.090 grados centígrados). El conjunto pesó 9 libras y 7 onzas (4,3 kg). Lo curioso fue que su compleja protección insumió varios cientos de dólares, monto muy superior al costo del mástil y la bandera.

Para clavar la pieza en el suelo lunar se usó un martillo de muestreo de minerales; mientras que el otro tripulante desplegaba la sección traversa y adosaba la bandera; que seguidamente hizo correr por la canaleta. La operación no fue sencilla debido a las dificultades operatorias que presentaban los trajes espaciales. De esta manera se consumó el primer izamiento sobre la Luna.

Presentes de buena voluntad

Meses más tarde, cuando el éxito había coronado la Misión Apolo 11 el gobierno de Estados Unidos mandó a preparar unos testimonios destinados a cada uno de sus 50 estados, Puerto Rico y otros territorios, así como a países con los que mantenía algún especial vínculo (ver su nómina al final)

Básicamente consistieron en exhibidores de madera que contenía: una pieza de acrílico donde estaban incluidos cuatro pequeños fragmentos de roca lunar (0,05 gramos) y, en su caso la correspondiente bandera que se llevaron a la Luna, a lo que se sumó un mensaje del gobierno norteamericano que rezaba:

“Presentado al Pueblo de ___ (se incluía aquí el nombre del estado destinatario) ______ por Richard Nixon, Presidente de los Estados Unidos de América.

Esta bandera de tu nación fue llevada a la Luna y luego traída de regreso por Apolo 11 y este fragmento de la superficie de la Luna fue traído a la Tierra por la tripulación de ese primer aterrizaje lunar tripulado”.

La dedicatoria que acompañó el testimonio destinado a la Argentina. 
Fuente: Planetario Galileo Galilei

El éxito de la iniciativa fue tan significativo que sería reproducido más tarde como forma de evidenciar los éxitos de otras etapas del Proyecto Apolo (2).

Las minúsculas rocas lunares

La bandera roja que viajó a la Luna

Cabe señalar que Estados Unidos envió como presente de “buena voluntad” un exhibidor similar a su archirrival en la carrera espacial y adversaria en el marco de la Guerra Fría, la U.R.S.S. La entrega la concretó Neil Amstrong ante el premier Alexéi Kosyguin (http://photo.bondareff.ru/18092010.htm)

 

Sin dudas que debió ser un duro golpe al orgullo soviético, pero Kosyguin, procuró no evidenciarlo. El testimonio se muestra hoy en el “Museo de la Cosmonáutica” de Moscú; acompañado por un traje espacial norteamericano, tal como puede verse en la foto expuesta. Fuente: https://danielmarin.naukas.com/2011/03/20/la-bandera-sovietica-del-apolo-11)

Una bandera olvidada

Curiosamente, cuando la NASA se abocó a preparar los testimonios que Estados Unidos entregaría a los países representados por las banderas que transportó a la Luna el Apolo 11, se verificó que inadvertidamente no ocurrió así con la enseña de Venezuela. En su lugar se entregó una enseña alusiva a la misión.

A la distancia puede aventurarse que los encargados de preparar las piezas la hayan confundido con las banderas de Ecuador o Colombia y que esto fue la razón de la exclusión.

El presente entregado a la Argentina


 La donación del gobierno de Estados Unidos a nuestro país se concretó el 16 de abril de 1970 en una ceremonia oficial realizada en la “Casa Rosada” (sede del Gobierno), por conducto de su embajador, John Davis Lodge y fue recibida por el presidente de facto Juan C. Onganía.

El exhibidor que contenía la bandera argentina que cumplió tan excepcional destino y los fragmentos lunares, se destinaron al planetario “Galileo Galilei”, ciudad de Bs. Aires. Este centro de investigaciones y de difusión de la ciencia astronómica acababa de ser inaugurado y por entonces era el sumun. Las piezas pueden verse hoy, en el primer piso del edificio, destinado a su museo interactivo. https://planetario.buenosaires.gob.ar/rocas-lunares

El Planetario de Buenos Aires y su logo


Otro fragmento de mayor tamaño, contenido también en una esfera acrílica, fue expuesto durante unos 15 días en el Teatro Municipal General San Martín (Bs. Aires), donde se formaron largas filas de curiosos y de inquietos porteños de todas las edades. La presentación era parte de una gira promocional que Estados Unidos organizó en diversos países (https://www.lanacion.com.ar/sociedad/la-roca-lunar-fue-muy-visitada-pese-a-la-tarde-de-sol-nid171522


La imagen nos muestra un diseño de Sol que no es el de uso oficial (Decreto Nº10.302/ 44), pero que sin embargo era muy usado por las banderas comercializadas en aquellos años.

Las 135 pasajeras

Esta es la nómina de los estados cuyas banderas fueron transportadas por Amstrong y Collins hasta la superficie lunar:

Afganistán, Alemania (Occidental), Alto Volta, Argelia, Andorra, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Austria, Barbados, Bélgica, Bután, Bolivia, Botswana, Brasil, Birmania, Burundi, Camerún, Canadá, Camboya, Centroafricana, Rep., Costa de Marfil, Chad, Chile, Colombia, Congo (Brazaville), Congo (Kinshasa), Corea del Sur, Costa Rica, Chipre, Dahomey, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, Etiopía, Finlandia, Filipinas, Francia, Gabón, Gambia, Ghana, Grecia, Guatemala, Guinea, Guinea Ecuatorial, Guyana, Haití, Honduras, Islandia, India, Indonesia, Irán, Iraq, Irlanda, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Jordania, Kenia, Kuwait, Laos, Líbano, Lesoto, Liberia, Libia, Liechtenstein, Luxemburgo, Madagascar, Malawi, Malasia, Maldivas, Malí, Malta, Mauritania, Mauricio, México, Mónaco, Mongolia, Marruecos, Mascate y Omán, Nauru, Nepal, Nueva Zelanda, Nicaragua, Níger, Nigeria, Noruega, Países Bajos, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Reino Unido, República Dominicana, Ruanda, San Marino, Senegal, Sierra Leone, Singapur, Somalia, Sudáfrica, España, Sudan, Sri Lanka, Suazilandia, Suecia, Suiza, Siria, Taiwán, Tanzania, Tailandia, Togo, Trinidad y Tobago, Túnez, Turquía, Uganda, Uruguay, Vaticano, Vietnam del Sur, Samoa Occidental, Yemen, Yemen del Sur, y Zambia.

Por razones políticas también se incluyeron las correspondientes a la URSS, como ya se destacó y a sus estados satélites: Albania, Cuba, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Rumania y Yugoslavia.

A esta nómina se agregaron las banderas de los 50 estados de la Unión; del estado libre asociado de Puerto Rico y de los territorios de: Guam, Islas Marianas del Norte y Samoa Estadounidense. También se transportó el pabellón de las Naciones Unidas.

Display correspondiente a California
Notas:

(1) Kinzler también diseñó la placa conmemorativa instalada en el Módulo Lunar. Construida en acero inoxidable incluía facsímiles de las firmas de todos los astronautas de la misión y del presidente de los Estados Unidos, junto con una representación del hemisferio oriental y occidental de la Tierra. La placa del Apolo 11 incluía la inscripción: "Aquí los hombres del Planeta Tierra pisaron la Luna por primera vez. Julio de 1969 DC. Llegamos en paz para toda la humanidad". Además se le debe a Kinzler el diseño de los seis palos de golf con la que el astronauta del Apolo 14, Alan Shepard, realizó sus dos famosos juegos en la Luna. Posteriormente tuvo a su cargo el proyecto del escudo antifricción del Skylab (1973)



 
Facsímil de la nota citada

lunes, 22 de julio de 2019

Costumbres particulares

Izamientos y aplausos al comenzar las sesiones

Fachada de la Cámara

Interior del recinto de sesiones

Por Miguel Carrillo Bascary

Si bien el Ceremonial de banderas tiene sus reglas generales y muchas son compartidas por toda la comunidad internacional, existe un amplísimo margen en el que las manifestaciones locales dan lugar a costumbres enriquecedoras.

El principio básico es que esas particularidades no disminuyan la consideración que se debe a los símbolos oficiales. Calificación donde provisoriamente caracterizamos a los emblemas que representan a:
- Estados nacionales
- Organizaciones internacionales de estados
- Entidades políticas sub-nacionales, entendiendo por tales a: los estados integrantes de uno de mayor entidad, provincias, departamentos, oblast, distritos, gobernaciones, condados, entidades de ultramar, unidades administrativas, prefecturas, voivodías, krais, autonomías, cantones, emiratos, circunscripciones y otras denominaciones.
- Regiones y otras entidades que agrupen a varias de menor desarrollo territorial.
- Gobiernos municipales en sus diversas graduaciones (ejs.: ciudades autónomas; municipalidades; ciudades; áreas metropolitanas)

También se les asignan consideraciones propias de banderas oficiales, aunque no lo son, a las que representan a organizaciones que gozan de especial reconocimiento por la comunidad internacional. El ejemplo clásico es la Soberana Orden de Malta; pero con mayor amplitud podría extenderse al Comité Internacional de la Cruz Roja.

Tras estas aclaraciones entiendo que es factible sumar o desarrollar expresiones particulares relativas a las banderas oficiales a condición de que no se desnaturalicen las pautas generales del Ceremonial vexilológico.

Un ejemplo

En mi reciente visita a la provincia de Misiones pude apreciar una costumbre singular durante la apertura de sesiones de su Cámara de Representes. Se trata del acompañamiento continuo del izamiento de banderas con aplausos.

El izar la bandera del país en un recinto parlamentario tiene un profundo simbolismo, particularmente en los estados democráticos, por cuanto ella hace presente al pueblo, titular de la soberanía o autonomía vernácula. Dicho de otra manera, indica que el pueblo asiste al desarrollo de las sesiones, en donde sus representantes debaten para legislar en procura del bien común. El gesto evidencia uno de los principios fundamentales de toda república: la publicidad de los actos de gobierno.

Como es usual en otros órganos deliberativos de Argentina (1), en el primer mástil que se ubica en el lugar de precedencia (la derecha de la presidencia) se dedica al izamiento de la Bandera Oficial de la Nación. El segundo (colocado a la izquierda del punto de referencia), se aplica a levantar la enseña de la provincia de Misiones, la tricolor que otrora fue divisa del comandante general Andrés Guacurary Artigas, hacia 1815.

El protocolo vigente dispone que, como primer acto en el desarrollo de la sesión, el presidente de la Cámara anuncia el inicio dando cuenta del número de legisladores presentes.

Seguidamente invita por sus nombres a los legisladores designados para izar las banderas y se dirige a los presentes pidiéndoles que se pongan de pie para participar del acto. Cabe aclarar que, pese a su cotidianeidad, esta designación es una verdadera distinción para los nominados, hasta el punto en que merece un lugar en el Diario de Sesiones; en consecuencia, los citados reciben el aplauso de sus pares y se dirigen a tomar posición junto a los mástiles.

Las banderas aprontadas en sus mástiles

Ambas enseñas se encuentran endrizadas, en la base de sus respectivos mástiles.

Comienzo del izamiento de la Bandera nacional

Al comenzar el izamiento los legisladores, acompañados por los demás asistentes, inician un aplauso que se extiende con regularidad mantenida, hasta que ambas banderas llegan a sus topes, mientras suena la tradicional canción “Aurora”. 

Los legisladores aplauden el izamiento

Como es lógico, en primer lugar lo hace la Bandera nacional, instantes después ocurre lo propio con la que representa a la provincia. A tal fin se coordinan los movimientos de las personas encargadas de la operación.

 
Las banderas al tope de sus mástiles
Nota:
(1) Según tengo registrado y salvo mejor información (cosa que mucho agradeceré que me hagan conocer), la instalación de mástiles en los recintos se sesiones fue formalmente aprobada por primera vez en el país por decisión de la Cámara de Diputados de la Nación, mediante la Resolución sin número de su presidencia, fechada el 16 de septiembre de 1948. Desde allí se multiplicó la práctica, extendiéndose al Senado y a otros recintos legislativos del país.

 
Logo de la Cámara

Más info:

En https://youtu.be/vC1g2JArA2k podrá apreciarse lo expuesto durante los primeros minutos de la sesión desarrollada el 14 de junio 2018.

Una aproximación a las instalaciones de la Cámara de Representantes de Misiones puede verse en su web oficial: https://youtu.be/68Y6IrDcJws

sábado, 20 de julio de 2019

Fabricantes de banderas

Un tradicional gremio 


Por Miguel Carrillo Bascary

Quienes gustamos de las banderas no solemos considerar el enorme esfuerzo de producción comprometido en su fabricación y comercialización.

Como un homenaje a los/las trabajadores/as del gremio y también como un reconocimiento a los industriales y distribuidores comprometidos en esas tareas, quiero brindarles estas breves referencias que demuestran que las banderas son un producto de alta demanda en la realidad actual.

A titulo de ejemplo centralizo esta entrada en la trayectoria de Annin & Co. que acredita ser la más antigua empresa de su ramo en los Estados Unidos ya que su constituida en 194, en Nueva York.

 


No he podido realizar una búsqueda intensiva al respecto, pero también es factible señalar como otras antiguas empresas especializadas a:

- Flagmakers & Co., establecida en el Sur de Londres por George Titil, en 1837, quien a partir de conseguir un contrato para proveer banderas a la Royal Navy en 1872, se convirtió en uno de los principales proveedores del mundo (https://www.flagmakers.co.uk)

- Evans & Evans, fundada en 1877 en Melbourne, Australia es otro antiguo productor de banderas (https://evanevans.com.au)

El fundador de Annin fue Alexander Annin quien comenzó su desarrollo a partir de una empresa dedicada a la provisión de los barcos de la época. No ha perdido sus características de empresa familiar y hoy es propiedad de los Beard y Dennis. En conjunto acredita seis generaciones en el rubro.

Su primero y muy modesto establecimiento estuvo sobre la calle Fulton (NY) esquina William, en el Manhattan Sur, donde persistió hasta 1920, aunque las necesidades del marketing impusieron que en 1910 abriera un local de ventas y producción sobre la Quinta Avenida.

Fulton y Williams

La expansión de Annin se dio durante la Guerra de Secesión de los Estados Unidos, cuando proveyó a las dos facciones beligerantes. Otro gran impulso comercial fue durante la II Guerra Mundial y más recientemente durante el periodo de exaltación patriótica que implicó el bicentenario de la independencia de los Estados Unidos (1976). Desde la empresa se indicó que las ventas cayeron significativamente durante la guerra de Vietnam.

Con los años Annin se trasladó a Roseland, Nueva Jersey. Hoy provee a gobiernos, organizaciones internacionales y lógicamente al público que gusta de emplear banderas por diversos motivos. Cuenta con laboratorios propios y severos controles de calidad. Además, posee plantas en Cobbs Creek; South Boston (Virginia) y Coshocton, Ohio.

Instalaciones de Roseland

Annin menciona en su web que en esta última fabrica manufactura unas 50.000 banderas por día, a razón de más de 5.500 piezas por hora o 93 banderas de Estados Unidos por minuto.

 
Panorámica de un taller

Como forma de difundir la calidad de sus productos Annin recuerda que sus banderas se han empleado en acontecimientos históricos tan significativos como:
  • La inauguración del puente de Brooklyn (NY), en 1883.
  • El arribo del comandante Pearry al Polo Norte en 1909.
  • La llegada del contraalmirante Byrd al Polo Sur, en 1928.
  • La toma del monte Suribachi en Iwo Jima, 1945.
  • El alunizaje del Apolo 11 en el Mar de la Tranquilidad, 1969.
  • El homenaje a las victimas del 11S.
Interesa señalar que como consecuencia de la matanza que provoco un fanático en la iglesia de Charleston, Carolina del Sur en 2015 dejó de producir banderas confederadas. Un gesto de sensibilidad verdaderamente simbólico.

Manos en la obra

Otro rasgo significativo en la trayectoria de Annin es la producir banderas empleando mano de obra estadounidense y, por supuesto la avanzada tecnología. Su red de comercialización es de alcance internacional.

Lista para su distribución

 
Gigantescos telares

Nota: En la República Argentina existe varias empresas tradicionales dedicadas a la producción de banderas, pero este tema lo dejaremos para más adelante.

Advertencia: agradeceremos mucho conocer que si en la presente crónica se ha deslizado algún error se nos comunique para poder enmendarlo, igualmente valoraremos mucho obtener información sobre otras antiguas fábricas de banderas.

viernes, 19 de julio de 2019

Bandera del Apolo 11 y otras consideraciones

Cuestiones sobre la Luna y las banderas

La bandera desplegada en el Mar de la Tranquilidad

Por Miguel Carrillo Bascary

A cincuenta años del alunizaje del Apolo 11 parece válido recordar dos imágenes que hoy son patrimonio común de la Humanidad.

La primera es la huella del ingeniero aeroespacial y piloto Neil Armstrong, la primera pisada de un hombre sobre el polvoriento suelo del Mar de la Tranquilidad; más de 600 millones de personas pudieron apreciarlo “en vivo”.


La segunda es aquella donde Edwin Aldrin tributa honores a la bandera de los Estados Unidos desplegada en las inmediaciones del módulo lunar Eagle, con la profunda oscuridad del espacio como fondo, destacando sobre el desolado horizonte. Allí suspendida de un débil mástil desplegado, la tricolor norteamericana proclamó a los ojos del mundo la hazaña tecnológica y la decisión de una nación de nuestro continente, que auguraba una nueva era en el derrotero de la Humanidad que supo proyectarse desde el planeta azul que llamamos Tierra hasta su satélite natural, suspendido en el vacío a unos 384.400 kms. de distancia promedio.

Aldrin ante la bandera de su país

Mucho se ha escrito y seguirá escribiendo sobre esta última imagen, a partir de que algunos críticos expresaron sus dudas sobre si el histórico hecho se había producido verdaderamente o si se trató de un montaje propagandístico para posicionar a los Estados Unidos en la carrera a la Luna postergando a la entonces llamada Unión Nacional de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.) Hoy sabemos que las evidencias científicas que avalan la realidad del acontecimiento son abrumadoras, pero para completar esta faceta del comentario dejo a los interesados algunos de los infinitos enfoques que pueden hallarse en Internet (1)

La Vexilología y la Luna

Desde la noche de los tiempos los hombres fijaron su atención en nuestro satélite natural, al que muchos pueblos divinizaron. A su tiempo la Luna sirvió como símbolo para elaborar muchos escudos, desde ellos pasó a las banderas. Por caso la vemos hoy en las enseñas de Laos; Nepal; Palau y del Tibet; también en algunos cantones de Suiza; de otros estados subnacionales y de ciudades.

Figuró también en la primera bandera mirandina, en 1797. 


Numerosos pueblos indígenas de toda América incorporan la Luna en sus emblemas y en Argentina la vemos en las enseñas de puelches, comechingones y en guñelve de los araucanos.

Bandera del pueblo puelche

 La bandera que llevó Apolo 11

En los recuerdos de la Humanidad vale rescatar algunos datos vinculados a la segunda fotografía de la que hablamos.

La NASA informa que entre aquella toma de 1969 y la última misión norteamericana (1972), los astronautas dejaron sobre la superficie selenita un total de seis banderas de las “franjas y estrellas”.

Desplegando la bandera

La sencillez asombrosa de la bandera que colocaron Armstrong y Aldrin contrasta con el multimillonario presupuesto del Programa Apolo; solo habría costado u$s 5,50. La pieza era de nylon y había sido manufacturada por la compañía “Annin Flagsmakers” fundada en 1847, sobe la que prometemos una nota complementaria de la presente. Para conocer algo más sobre ella los ansiosos pueden remitirse a https://www.annin.com/about-us.

Saludo militar a la bandera

En el año 2012 el Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA mostró que permanecían en pie cinco astiles que habían sido usados para desplegar estas banderas. Eran los correspondientes a las misiones Apolo 12, Apolo 14, Apolo 15, Apolo 16 y Apolo 17. No ocurrió lo propio con la del Apolo 11 que se habría destruido al momento de despegar el módulo de alunizaje cuando Armstrong y Aldrin retornaron a la nave que los trajo de retorno a la Tierra.

Esto pudo verificarse a partir de fotografías tomadas por el LRO, donde se observaron claramente las sombras que los mástiles proyectaban sobre la superficie lunar; sin embargo, no se ha podido comprobar la conservación del cuerpo de esas enseñas. Las fotos referenciadas pueden visualizarse correctamente en https://es.wikipedia.org/wiki/Lunar_Reconnaissance_Orbiter. Con mayor actualidad puede consultarse: http://mouse.latercera.com/las-banderas-en-la-luna y a la misma NASA, https://www.nasa.gov

La permanencia de esos restos no ha dejado de sorprender considerando las condiciones extremas de su exposición. Se estima que las fluctuaciones de temperatura, que van desde los 120 grados Celsius sobre cero a los 140 grados bajo dicha marca; debieron incidir sobre su materialidad. Además, si se considera la intensísima radiación ultravioleta los colores de las banderas han de haberse degradado, de manera que, si conservan sus “paños” o al menos algún trozo, hoy serían uniformemente blancos. De esta manera lo representó: el portal principia.io 


Desde una perspectiva ecológica esto debería hacer reflexionar a la Humanidad sobre la supervivencia en el tiempo de los materiales con que aquellas enseñas fueron confeccionadas.

¿La bandera flameaba?

Obvio que no, ya que la Luna carece de atmósfera por lo que cualquier brisa es un imposible físico, pero los pliegues que se ven en la bandera contribuyeron a que muchos pensaran en una superchería.

Al respecto, Annie Platoff, de la Univ. de Santa Bárbara y destacada experta en la colocación de banderas del programa Apolo explica que los mástiles usados en la Luna tienen tres partes:

“… hay dos secciones verticales y luego la barra transversal horizontal con bisagras en la parte superior. Una vez que levantaron la bandera, varios factores hicieron que pareciera que estaba volando. Primero que había arrugas en ella debido a la forma en que se había guardado, por crea la ilusión de que la bandera está ondeando. Además, los astronautas no siempre consiguieron que la barra transversal horizontal se extendiera hasta el final, después de todo, estaban trabajando con trajes espaciales presurizados con guantes realmente engorrosos, lo que provocó que el cuerpo de la bandera se amontonara en algunos lugares. Eso también hizo que pareciera que se estaba moviendo”.

¿Plantar bandera es acto de soberanía?

Las banderas tienen como función marcar una posición y desde esta afirmación, de conformidad con una inveterada tradición puede decirse que representan a la soberanía del pueblo al que identifican. Es así, que durante la era de los descubrimientos la nación que colocar su enseña en una tierra vacante o, agreguemos, en aquella que estaba ocupada por civilizaciones de menor desarrollo relativo, certificaba que tomaba posesión de la misma y la incorporaba a su dominio. Con este simple acto se excluía a las apetencias de otras potencias a su altura. La Historia señala muchísimas experiencias al respecto, aunque el acto del aventurero se limitara solo a eso: “plantar bandera”, como se decía.

Colón toma posesión del Nuevo Mundo

En plena carrera espacial las Naciones Unidas auspiciaron la celebración de varios convenios internacionales vinculados con la temática. El más importante de ellos es el: “Tratado sobre los principios que deben regir las exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la luna y otros cuerpos celestes” o “Tratado del Espacio Ultraterrestre”, como también se lo conoce.

Se transcriben sus dos primeros artículos que proscriben de que algún estado pueda apropiarse de la Luna u otro cuerpo celeste:

“Artículo I.- La exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, deberán hacerse en provecho y en interés de todos los países, sea cual fuere su grado de desarrollo económico y científico, e incumben a toda la humanidad.
El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, estará abierto para su exploración y utilización a todos los Estados sin discriminación alguna, en condiciones de igualdad y en conformidad con el derecho internacional, y habrá libertad de acceso a todas las regiones de los cuerpos celestes.
El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, estará abierto a la investigación científica, y los Estados facilitarán y fomentarán la cooperación internacional en dichas investigaciones.

Artículo II.- El espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera”.

Entró en vigor el 10 de octubre de 1968, casi un año antes que el primer alunizaje. Hoy suman 107 los estados partes, entre ellos las principales potencias espaciales como Estados Unidos, Rusia, China, Japón y los miembros europeos de la Agencia Espacial Europea (ESA), así como otras potencias espaciales emergentes: Brasil, Corea; India, Israel e incluso México.  La república Argentina lo ratificó por medio de la Ley Nº17.989, de 1968 (http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/205000-209999/208688/norma.htm)

Desde esta perspectiva en 1969 la superficie lunar no era res nullis, tierra vacante, por lo que no es válido que los Estados Unidos hubieran generado derechos de soberanía territorial a partir del descenso de la Apolo 11.

Un rojo banderín

Además de lo expuesto interesa contar que la misión Apolo 11 llevó hasta la Luna otro vexilo, un banderín con mejor propiedad. Se trata de aquel que representa al Club Atlético Independiente, de Avellaneda, provincia de Bs. Aires, Argentina. Este club es un múltiple campeón de torneos internacionales de futbol (17), por lo que se lo llama "Rey de Copas". Su camiseta es roja con vivos blancos, lo que justifica que su equipo sea denominado como los “Diablos rojos”. Meses antes de la partida de Apolo 11 la dirigencia de la institución hizo socios honorarios a los tres astronautas y les envió sus correspondientes carnets y un banderín; en lo que hoy se conocería como una inspirada acción de marketing.

El carnet de asociado a Independiente

Armstrong respondió muy amablemente aceptando la distinción y cuando en octubre de 1969 visitó Argentina hizo saber que había llevado el banderín hasta la Luna, como un amuleto para la buena suerte. Ignoramos la forma que tuvo ese banderín pero aquí les presento uno, propio de aquella época:


 ¿Por que no usaron la bandera de la Tierra?

Hoy algunos critican que Estados Unidos haya desplegado su bandera en el Mar de la Tranquilidad y no la del planeta Tierra. Considero que esta manifestación es totalmente anacrónica.

En primer lugar, Estados Unidos tenía todo el derecho de hacerlo por tratarse de una verdadera empresa de ese pueblo.

En segundo, por cuanto entonces no había ninguna bandera que representara al género humano ni al planeta. Tampoco la hay en la actualidad. Es cierto que a lo largo de los años se han propuesta varios diseños como tales, pero hasta el momento ninguno logró el consenso necesario.

La más difundida es la propuesta que hizo en 1973 el pacifista norteamericano John McConnell, donde figura una imagen del planeta obtenida por la NASA.

Diseño original de McConnell

Versión definitiva

Pero también hubo intentos anteriores. Posiblemente que puede considerase como el primer emblema de la Humanidad es el que propuso otro norteamericano, el pastor metodista William Van Kirk, desde 1913 y que más tarde aprobó el “Congreso Universal de la Paz”.


Les acompaño algunos diseños, a título de ejemplo:

George Dibbern - 1940                    Jean-Sylvain Delroux - 1070

                                 James Cadleen - 1970                    Pedro Quesada López -2008

                                David Bartolomew - 1996                        María Bonet - 2011

                                   Johnn Sherrington - 2012                  Social Enterprises - 2017

  
La propuesta de la NASA

Lo paradójico de la cuestión es que en septiembre de 2015 la mismísima NASA lanzó su propuesta de “bandera para la Tierra”. Da que pensar que hubiera ocurrido si esta iniciativa hubiera existido en 1969; de todas maneras, la cuestión se actualizará cuando se concrete la llegada del primer hombre a Marte, ya que este sería el declarado propósito que inspiró al proyecto.


La idea es que todo país que llegue a un cuerpo celeste extra planetario lo haga en nombre de la Humanidad y que lo manifiesta con el empleo de esta bandera.

Fue diseñada por el artista sueco Oskar Pernefeldtm como un proyecto de graduación para la “Beckmans College of Design”, quien así explica su significado:

Centrado en la bandera, los siete anillos forman una flor, un símbolo de la vida en la Tierra. Los anillos están vinculados entre sí, lo que representa cómo todo en nuestro planeta, directa o indirectamente, está conectado. El campo azul representa el agua, que es esencial para la vida, y también cómo los océanos cubren la mayor parte de la superficie de nuestro planeta. Los anillos exteriores de la flor forman un círculo que podría ser visto como un símbolo de la Tierra como planeta y la superficie azul representaría al Universo”.


Astronauta flanqueada por banderas de la Tierra

Notas