sábado, 19 de julio de 2025

Vexilología Arqueológica

Desarrollo de la terminología 

Cultura samnita, fresco de Paestrum, ca. IV a. D. (Museo de Nápoles)

Por Miguel Carrillo Bascary

En enero del año 2024 di a conocer “Subdivisiones de la Vexilología. La riqueza de la diversidad[1]”, donde ensayo una taxonomía de la disciplina. En particular caractericé a la Vexilología Arqueológica como aquella “rama que trata de los vexilos preservados en yacimientos y objetos de culturas desaparecidas”. Hoy considero que esa visión debe ampliarse en los términos que concreto seguidamente.

Para esto partiré de la forma con que el Real Diccionario de la Lengua Española (RAE) ilustra sobre el término “arqueología” diciendo que es la “Ciencia que estudia lo que se refiere a las artes, a los monumentos y a los objetos de la antigüedad, especialmente a través de sus restos[2]”.

Aplicando ese concepto, la Vexilología Arqueológica tendría como objeto de conocimiento “los vexilos producidos por las sociedades del pasado y sus culturas, a través del análisis de sus vestigios, obtenidos a todas las fuentes posibles, particularmente las que constan en textos e imágenes y de las piezas materiales que subsisten”.

Su método consistiría en la reflexión a través de la inducción y la deducción de sus caracteres culturales, materiales y funcionales.

En este punto hay consenso en la comunidad erudita de la especialidad de que el hito inicial de la Vexilología fue el 1º de octubre de 1961[3] cuando se publicó el primer número del “Flag Bulletin” concebido por Whitney Smith en colaboración con Gerhard Grahl. Tal como lo definió la “Federation of Vexillological Associations” (FIAV)

Sin soslayar la subjetividad de tal fecha, la trayectoria seguida por el estudio de los vexilos admitirá que hay un antes y después que la sistematización inspirada por Smith, dio origen a la disciplina, tal como hoy se la conoce y que tomó como nominativo a los vexillum de la Antigua Roma.

 
"Vexilo Pushkin", ca. s. III a. D.

Por esta causa, entiendo que desde entonces (1961) comenzó el período histórico de la disciplina, mientras que el anterior bien puede calificarse como su etapa pre-histórica, que abarcará los vexilos sin mayor conexión con aquellos que trascendieron de la fecha bisagra. Para intentar ser más claro presentaré algunos ejemplos característicos.

-    Será materia de la Vexilología histórica el estudio de las banderas que, de una u otra manera, mantienen una presencia real desde 1961 hasta el presente, lo que incluye a sus precedentes, la normativa, las imágenes y las costumbres vinculadas. Los ejemplos típicos son las enseñas de los estados que componen la comunidad internacional.

-   Se encuadrarían en la Vexilología Arqueológica el análisis de los vexilos emanados de las manifestaciones culturales previas a 1961, es decir los que no guardan relación con el presente, ni con el pasado cercano, y que, por lo tanto, sus fuentes son imperfectas, su trayectoria no es clara o presenten imágenes disociadas, descripciones parciales, trazos o colores dudosos, y otras características similares. Por ejemplo: los pertenecientes a estados y dinastías extintos antes de la fecha de quiebre.

Empero, más allá de la disquisición planteada la distinción nunca puede dogmática, habrá cantidad de oportunidades donde un vexilo podrá caracterizarse como un vexilo-arqueológico cuando se lo haya olvidado o sobre cuyo conocimiento solo haya mínimas referencias. Para un ejemplo ver: “Antigua bandera corporativa de la IAME. Un vexilo que no fue[4]”.

Como toda disciplina que se nutre del pasado las conclusiones que aporte la Vexilología Arqueológica serán netamente inestables, ya que cualquier hallazgo tendrá el potencial de cambiarlas. Además, la perspectiva de estudio se verá influida por la cultura del intérprete, con sus múltiples implicancias, estos factores lo acercarán a las realidades, materiales y conceptuales, del vexilo cuyos restos o rastros sea objeto de análisis.

Estimo que los párrafos reseñados bastan para introducir la temática en el amplio mundo de las visiones que nos ofrece esta particular rama de la Vexilología. 

Queda propuesto y esbozado el concepto, al par que invito a los colegas vexilólogos a considerarla como una herramienta del saber propio de la temática.

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