lunes, 21 de julio de 2025

Las 500 Indy y el turismo fierrero en 1955

Notable experiencia con formato a nostalgia

Publicitando el viaje a la edición 1955 de la clásica competencia

Por Miguel Carrillo Bascary

Con la llegada de Franco Colapinto a la F1 y la coyuntura económica que de alguna manera favorece el viaje de los argentinos al exterior, se multiplicaron las ofertas de paquetes turísticos para concurrir a alguno de los Grand Prix que restan en el calendario 2025 de la categoría magna.

Ya ocurrió algo similar en algunas de las temporadas en que Carlos Alberto Reutemann compitió en el máximo torneo (1972 a 1982), aunque los altos costos reservaban excursiones turísticas-deportivas a una muy escasa cantidad de connacionales.

Para contraste, no ocurrió igual cuando Juan Manuel Fangio y una legión de argentinos compitió en los Campeonatos Mundiales de Conductores durante la década de los años cincuenta. Esto obedeció a varios motivos: las pocas facilidades que existían para los viajes en avión, las restricciones cambiarias y, por, sobre todo, por la falta de promoción de actividades turísticas destinadas a conformar una oferta especializada.

Aun así, hubo un pequeño nicho de mercado formado por quienes podían darse el lujo de viajar para asistir a los grandes eventos del automovilismo. El caso detectado de que da cuenta el anuncio que abre esta nota, estuvo centrado en las 500 Millas de Indianápolis de 1955, una competencia que integró el programa del Campeonato Mundial de Conductores entre los años 1950 y 1960.

En la ciudad de Bs. Aires la empresa EVES (Entidad de Viajes Educativos y Sociales) supo organizar viajes a los estados unidos, el Canadá y Cuba, estratégicamente armados para que los pasajeros pudieran asistir a la que se promocionaba como “la carrera más famosa del mundo”.

La edición de 1955 fue la 39ª, lo que contrasta notoriamente con la 109ª, que se disputó en el 2025, setenta años más tarde. Las decenas de argentinos que adquirieron la excursión pudieron asistir al triunfo de Bob Sweikert, al comando de su Kurtis Kraft – Offenhauser a un promedio de 206,332 km/h, contra los 270.16 km/h que alcanzó el triunfador de la edición 2025 Alex Palou (español) del equipo Chip Ganassi- Honda.

El coche que ganó en 1955

Completaron el podio de 1955: el legendario Tony Bettenhausen (primero de la dinastía), y Jimmy Davies. ¿Sus máquinas? Kurtis- Offenhauser, ¡por supuesto! El motor Offy que dominó sin solución de continuidad desde 1946 a 1964, hasta ser destronado en el ’65 por el Lotus 38 – Ford V8 de Jim Clark, ¡el primero con motor trasero!

Los fanáticos argentinos pudieron tener en sus manos el programa oficial de las 500 y contemplar el famosísimo Trofeo Borg Warner que se disputa desde 1911.

El periplo del contingente que partió de Bs. Aires incluyó: Detroit, por entonces meca de la industria automovilística del mundo, las Cataratas del Niágara, Canadá (no consta qué ciudad/es) Nueva York, Washington, Miami y, como remate, los casinos de La Habana pre-castrista.

Interesa señalar que EVES comenzó a operar en 1928, en 1955 tenía su casas en Mendoza  Bs. Aires, Rosario y Santa Fe. También supo ofrecer tours por Europa, posibilitando la asistencia a los Grand Prix en los que participaba el Quíntuple, Juan Manuel Fangio. 

La empresa se retiró del mercado en el año 2020De no ser así, seguro que estaría ofreciendo viajes para los argentinos que quisieran seguir a Colapinto.

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