Los rostros de la heroína
Juana Asurdui, imagen con IA difundida por el Banco
Unión, Bolivia (2025). La composición la muestra extremadamente joven, con
un muy sobrio uniforme. El aura que rodea su cabeza la destaca como una suerte
de beata[1]
cívica.
Por Miguel Carrillo Bascary
La reciente nota sobre la heroína que publiqué en este Blog despertó comentarios deseosos de conocer más sobre su iconografía de esta singular mujer
(https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/07/juana-asurdui-la-heroina-no-la-apocrifa.html) Con esta y con la nota que la seguirá intento cumplir lo solicitado, al par que resulta oportuno dedicar este breve ensayo pictórico al Lic. Manuel Belgrano, en ocasión de su cumpleaños (17.7.2025), sirva la presente de cordial salutación y reconocimiento por su incesante labor.
Lo primero a señalar es que no se conserva ningún retrato suyo, si es que alguna vez pudo haberlo.
Por eso les aporto una serie de imágenes que de ninguna manera agotan la
temática. y que puede merecer mayor precisión ya que sobre algunas de ellas no
he podido encontrar la identidad de sus autores ni el lugar donde se encuentran
sus originales.
En esta Primera parte del estudio se a abordarán particularmente las que
utilizan la técnica del retrato y
otras que la definen como el elemento casi absoluto de la obra.
Los invito entonces a una interesante
recorrida por las diversas formas con que los artistas concibieron a quien
américa conoce como “la guerrillera de la Libertad”, la “madre de la Patria
boliviana” o, simplemente como la generala, Juana Asurdui.
Autor anónimo, Museo Histórico Nacional
(Argentina) donado en 1895
por Antonio Estrada. La heroína viste un muy sencillo uniforme y sus manos
descansan sobre la espada.
Autor anónimo, “Salón de Espejos” de la
Alcaldía de Padilla (Bolivia). Es innegable la semejanza
con la primera, circunstancia que se trasladará a otras representaciones de
principios del siglo XX.
En su pecho luce dos condecoraciones cuyas cintas
remiten a Bolivia y Argentina.
Autor: “Hans”. Revista “Caras y Caretas”
(Nº294, 21 de mayo, 1904), fragmento.
Autor anónimo. Revista “Caras y
Caretas”, Nº1918, 6 de julio, 1935
R. Viola, grabador. Sello impreso por la Casa
de Moneda,
para el Correo Argentino (1967)
Autor anónimo.
Impreso en G. Bretaña por Thomas De La Rue and Co. Ltd. (1982)
Carlos Sanz, Museo “Casa de la
Libertad” (Sucre)
Original perspectiva, que
aborda a Doña Juana con cierta edad.
Se la representa con un
lujoso uniforme, de características poco creíbles, atento la modestia en el
vestir propia de aquellos tiempos.
El rojo del uniforme marca una tendencia que se irá
imponiendo poco a poco, hasta las más recientes idealizaciones. Esta
característica resulta inexplicable, ya que la mayoría
de las tropas rioplatenses y alto peruanas usaban el azul.
Autor anónimo, 1876 -Archivo General de
la Nación (Argentina)
Composición clásica para la época. Muestra a Doña
Juana montando de lado, una posición a todas luces inadecuada para batallar. En
sí misma, la imagen sugiere un despreocupado paseo ya que la chaqueta militar
no alcanza para caracterizar el rol de militar propio de la homenajeada.
Mario Miguez, 2016, en la “Casa de la
Libertad” (Sucre)
Intenta representar a Doña
Juana tras haberse apoderado del estandarte realista, en la absoluta soledad de
su victoriosa empresa. No resulta creíble que en combate haya usado un aguayo
sobre sus hombros. La composición contrasta con todas las expuestas, en tanto
que la retratada no viste uniforme militar sino ropas civiles, bien que la
espada en su mano la recuerda como una guerrera. El vexilo recuerda a un
estandarte de los que empleaba la caballería realista en 1816 pero sus características
son totalmente arbitrarias.
Autor no identificado. (Casa de Moneda, Argentina,
emisión 2016). Composición
absolutamente anacrónica, absolutamente
inaceptable por contradecir la verdad histórica, ya que muestra a Doña Juana
como participando del primer izamiento de la Bandera Nacional (Rosario, 1812). Obviamente,
se tomó la figura elaborada por Mario
Miguez , aunque en en la viñeta el personaje viste una casaca militar
(ver las mangas y el cuello).
Cristian Laime Yujra, 2020
El realismo de la imagen es
particularmente notable, aunque la pechera se confunde con el cuello,
empastando el sector. Doña Juana se muestra con una faja celeste, lo que indica
su grado de oficial jefe[2].
El panorama nuboso confiere a la composición un innegable misticismo. La
serenidad del cielo contrasta notoriamente con el oscuro caos que sugiere una
batalla en el marco de las serranías alto peruanas.
Autor desconocido. Viñeta variante del
anterior.
Muestra la observación corregida, destacando bien el
cuello, pero el sable carece de correajes y muestra una guarnición imposible,
por arriba del gavilán, a la izquierda de la empuñadura, lo que revela falta de
asesoramiento en este punto.
Mario Miguez, Museo “Casa de la
Libertad”
Doña Juana mostrada al desenvainar su espada, una
postura alejada de la perspectiva heroica y que resulta anodina, pese a los
trazos vigoroso, al buen manejo de la luz y del color, excepto en la zona del torso,
donde la falta de detalle desnuda una falla en la técnica de ejecución. La
presencia del caballo sobre el fondo es un ícono en el que coinciden varias de
las imágenes que se presentan en esta nota, una faceta que indicaría que la
heroína combatía como elemento de la caballería.

Juan Riviere, óleo sobre tela (2025)
La dureza de la mirada
otorga a la composición un particular aire castrense. La condecoración de la
izquierda es totalmente anacrónica, por tratarse de la “Cruz de la Nación
Argentina al heroico valor en combate” que se creó en 1982 por Ley Nº22.607, (ver
detalle). La empuñadura del sable corresponde al corvo usado por el general San
Martín (ver detalle). Aparentemente el autor se tomó licencias, referenciando
la acción de la heroína con quienes combatieron en Malvinas y con el Libertador
general San Martín, nada menos. Obvio que estas relaciones solo destacan a la
vista de los expertos. Plantea así un muy interesante diálogo entre el autor y
los que aprecian su obra.
Enrique
Valda del Castillo, 1988. El biotipo del rostro se
corresponde con el de muchas mujeres bolivianas. Es notable la energía que contiene
la mano que sostiene el arma. La trenza ha desaparecido. Cabe señalar el detalle
de la figura ecuestre que se recorta sobre el fondo, casi mimetizándose con las
nubes del entorno.
María Cristina Agüero, 2012
Es obvia la referencia que
plantea con el retrato elaborado por Valda del Castillo. Fue donado al Reg. de
Infantería de Monte 28 “Gral. Juana Azurduy de Padilla” (2022). Las condecoraciones referencias el vínculo de la
heroína con las naciones de Argentina y Bolivia.
Otra imagen inspirada en la de Valda
del Castillo, usada por el Banco Central de Bolivia, emisión de mayo 2019. Obsérvese
que la heroína antecede a los bustos de otros próceres bolivianos: Alejo
Calatayud (líder revolucionario de comienzos del s. XVIII) y Antonio de Sucre
(primer mandatario boliviano), plasmando así el carácter de “madre de la
Patria” con que se la distingue en esa nación.
Autor desconocido. Proyecto de billete que no
circuló (2022), basado en la obra de Cristina
Agüero, 2012. Sobresale el
aire de modernidad, particularmente en la cabellera. Muestra precedencia respecto de quien fue su jefe, el
general Martín Güemes, una característica que obedece al propósito de
reivindicar el aporte de la mujer al proceso independentista.
Hernán Navarro, Museo “Casa de la
Libertad” (Sucre)
En esta versión se muestra a la heroína con un
semblante sereno, de uniforme, con larga trenza, revestida de un poncho,
posiblemente de vicuña, apoyada en su victoriosa espada. La mirada reviste una
profunda melancolía. Un icónico caballo, sobre una sierra admite diversos
significados.
Autor
desconocido. Otra reciente hipótesis de su
aspecto aparece en el video “Juana, la guerrera olvidada” (YouTube[3]).
Destaca la originalidad de los rasgos y el entorno. La chaqueta no muestra ningún
atributo que revele su condición de oficial, un demérito evidente de la obra,
atento su protagonismo en la guerra por la Independencia. La hoja sobre el
pecho, sin una representación simétrica en el otro lateral no es propia de la
época.
Un maravillosa e hiperrealista idealización nos ofrece
Ramiro Ghigliazza, utilizando la IA
(2022). Esta vez la heroína no viste el uniforme con que aparece en las
imágenes anteriores.
Cerrando esta sección del
estudio presento un carboncillo,
obra de “Tato”
(2010). Como peculiaridad, en lugar de una
escarapela, la figura lleva un jazmín, lo que recrea el verso de la canción de Ariel
Ramírez y Félix Luna que dice: “… la revolución, viene oliendo a jazmín…”
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[1]En la Iglesia Católica suele representarse a los bienaventurados, uno de
los primeros pasos hasta la santidad, con su cabeza rodeada por un resplandor. Una vez declarado santo la iconografía los muestra con un halo.
[2] En su tiempo los oficiales superiores se distinguían con fajas y
bandas celestes y no con galones o estrellas. Más tarde se agregaría el blanco.
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