La Historia presente en la identidad de un pueblo
Por Miguel
Carrillo Bascary
Esta es la cuarta
nota de la serie dedicada a las banderas
con corbatas cargadas. Un tema tan particular que
muchos ni siquiera lo consideran pero que en este Blog tiene cabida. Les
comparto los hechos recopilados y les presento mis reflexiones.
En el año 2016 publiqué una nota que analizaba el proceso histórico que llevó a la aprobación de la bandera de esta ciudad. Será de provecho leerla (Ref.: "La Quiaca, original enseña en el Norte argentino" https://banderasargentinas.blogspot.com/2016/04/la-oficial-la-ciudad-de-la-quiaca-jujuy.html). Dedicaré la presente a tratar exclusivamente lo que hace a la corbata que complementa la enseña quiaqueña en su versión de ceremonia.
Han pasado nueve años ya de aquel momento y, pese a mi intenso navegar en portales dedicados a la Vexilología no encontré algún pieza que tenga un atributo de similares características. Si lo hubiera, agradeceré que se me informe. Entretanto, sobre la base de mis estudios anteriores, considero que es válido que se reconozca a la corbata de La Quiaca como única en el mundo, tal como lo anticipa el título y como lo aventuré oportunamente, .
La peculiaridad radica en las
leyendas y en los emblemas que lleva adosados en los brazos. La Ordenanza Nº6/
2015 prevé al respecto:
“Art. 3º.- […] 2. La corbata también
se ajustará a la norma citada [1], pero se distinguirá por lo siguiente:
a) En el brazo derecho:
Hacia su extremo inferior, a unos cuatro centímetros
del comienzo de la guarnición dorada, se colocará un disco de madera de cardón
de la Puna (Echinopsis
atacamensis), de quince milímetros de espesor y
seis centímetros de diámetro, sobre el que se pintará una chakana con los
colores que se desee. Irá cosido al paño con hebras de lana de caméllido de
diversas cromía, que se pasará por cuatro incisiones practicadas en el
material.
En el centro del espacio restante se bordará en letras
doradas, de cinco centímetros de alto, con tipología libre, siempre que sea de
caracteres sencillos y legibles “7 de noviembre de 1810”, aludiendo a la
primera batalla del Ejército Argentino en la guerra de la Independencia
(Batalla de Suipacha). El primer número será el más alejada del moño.
b) En el otro brazo:
En las mismas condiciones previstas en el apartado
anterior, se fijará un disco de cerámica cocida, del material base y el color
que se desee; sobre el que se pintará un perfil de llama (lama glama) en posición erguida o “pasante” (es
decir en posición de “caminar”, con una de sus manos flexionada y las tres
extremidades restantes afirmadas sobre el suelo); de perfil; mirando hacia su
derecha (la izquierda del observador). Podrá dibujarse tanto con carga como al
natural (sin ella). Por lo demás, el trazo y los colores a emplear surgirán de
la creatividad del artista que la represente.
En el espacio restante, se bordará, simétricamente y
con iguales caracteres, la cifra “28 de febrero de 1907", recordando el
año de promulgación de la Ley Nº 134, que estableció el pueblo de La
Quiaca.
c) Las bandas de los escoltas serán de tela; en forma de “cintas argentinas” cuyos extremos terminarán en un galón con flecos dorados. La banda tendrá ciento cincuenta centímetros de largo y entre nueve y doce de ancho. Se colocarán pendiendo desde el hombro derecho hasta la cintura izquierda pues esta posición recuerda al tahalí con el que portaban espada quienes debían defender a los abanderados”.
El objetivo que presidió la redacción que propuse y que el gobierno municipal aceptó y puso en ejecución, procuró expresar el rico bagaje cultural y la historia de ese pueblo. Para esto se buscaron elementos conceptuales y materiales que mostraran la ancestral identidad local. cabe advertir que la norma habilita aportes subjetivos para conformar la enseña, por ejemplo: el color del disco de cerámica puede ser cualquiera, lo mismo que el de la chakana, la llama también puede representarse de variadas maneras. Al llegar a este punto reproduzco los términos con que analizaba la temática en mi nota previa.
Las inscripciones
Por razones que me son privativas cuando se elaboró la iniciativa se particularizaron dos efemérides para inscribir en las cintas: el “7 de Noviembre de 1810” y el “28 de septiembre de 1907”.
La inicial alude a la fecha del primer triunfo de importancia de las armas de las Provincias Unidas, la batalla de Suipacha; que se libró poco más al Norte del actual emplazamiento de La Quiaca. Es indudable que en el combate participaron pobladores de la zona, pues así lo evidencian las costumbres militares de la época.
La segunda fecha, corresponde a 1907, año en que se aprobó la Ley Nº134 de la provincia de Jujuy, que reconoció oficialmente la formación de La Quiaca como centro urbano.
Originalidad de la corbata quiaqueña
1.- Estructura general
El elemento permite distinguir y afirmar la personalidad quiaqueña. Esto se logra mediante la creativa solución plasmada en el texto. Destaco que la Ordenanza no estipuló una tipografía específica para las leyendas, da libertad para emplear la que mejor se aprecie. También da considerable amplitud para establecer los detalles de las aplicaciones que se autorizan; tal como se explicará.
Son dos medallones que se colocarán en los brazos de la “corbata”: uno será de madera de cardón y el otro de cerámica cocida, preparada
con las tierras propias de la zona. Se adosarán en el espacio comprendido por
la respectiva leyenda y el galón con que termina la corbata.
La elección
de estos materiales radica en su evidente identificación con la región
geográfica, el paisaje natural y la cultura, propios del entorno donde se
asienta La Quiaca.
Tanto la madera de cardón de la Puna (Echinopsis atacamensis) como la cerámica son materiales nobles que los pueblos originarios utilizaron desde antiguo en múltiples manifestaciones. Esta pauta mantiene plena vigencia, aún en el siglo XXI.
2.- Los medallones en concreto
a.- En el primer medallón se reproduce una “chakana” (cruz andina), tradicional símbolo americano cuyo origen se remonta a las más antiguas culturas prehispánicas. Sería muy extenso desarrollar la complejidad semiótica de la chakana; su mensaje cosmológico; basta mencionar que se le atribuye el carácter de vínculo o puente con los más altos conceptos. Su interpretación no es unívoca y los estudiosos discrepan, pero puede considerarse que aludiría a la constelación de la “Cruz del Sur”, lo que añade una perspectiva continental a la realidad actual de La Quiaca, punto neural del intercambio humano y económico entre Argentina y el resto de América; un presente vigente, con promesa de impresionante dimensión de desarrollo.
La “chakana” ya identifica a La Quiaca en forma material, como lo expresa la instalación de un gran ejemplar de mampostería, en inmediaciones del trazado ferroviario, elemento de infraestructura que dio origen a la ciudad y que cimentó su progreso por décadas.
2.- a) En el disco cerámico del segundo brazo de la corbata se representa el perfil de una llama (Lama galma). Este caméllido americano tiene un simbolismo extraordinariamente rico, que permite diversas alusiones. Representa una evidente relación del Hombre con el Reino Animal y le aporta recursos para la subsistencia a partir del uso de su lana, carne y otros derivados; hasta el punto en que era jerarquizada ofrenda en los sacrificios propiciatorios del Incanato. También alude a la economía social, donde la llama es medio para el transporte de cargas. En este sentido, las tropas de llamas (junto con las de mulas) movilizaron el comercio entre el Alto Perú y las planicies del Río de la Plata, empleando la vía de La Quebrada de Humahuaca. La llama fue desarrollada como especie doméstica por los pueblos andinos, los incas explicaban su origen con un mito protagonizado por los fundadores del Imperio, esto añade mayor significado a su consideración. El texto de la Ordenanza da cierta libertad en la forma de representar al camélido, aunque también fija algunas pautas, fundadas en razones de técnica semiótica y de Heráldica, lo que permite responder a la siguiente pregunta:
2.- b) ¿Cómo debe representarse a la llama? Según dispone la Ordenanza, el animal tiene que delinearse, sin
volumen, “pasante”; es decir en posición de “caminar” (lo que expresa
dinamismo), con una de sus manos flexionadas y las extremidades restantes
afirmadas sobre el suelo (lo que implica la idea de solidez en la marcha; arraigo en el terruño);
de perfil y mirando hacia su derecha (la izquierda del observador). Así lo aconseja
la Heráldica por tradición secular. Podrá dibujarse, tanto al natural como con
alguna carga, a gusto de la entidad titular de la bandera. Por lo demás, los
colores y trazos dan libertad a la creatividad del artista que lo confeccione y a las indicaciones de quién le encargue la tarea.
3.- Forma de fijar los medallones
Para resaltar más aún los particularismos, los medallones adosados a la corbata se fijarán al paño con hebras de lana de camélido de diversos colores, que se coserán pasando por incisiones practicadas en el material de base. Se estima que de esta manera la creatividad lugareña destacará vivamente, contribuyendo a resaltar la mítica actitud del hombre andino, plenamente consustanciado con su medio ambiente, y de su vital expresión artística.
[1] Es decir, que será de fondo idéntico al que presenta la corbata de la Bandera Oficial de la Nación, celeste, blanco y celeste.
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