jueves, 27 de marzo de 2025

Emblemas que no son símbolos. Nota 2

Nuevas propuestas

Imagen alegórica (artista: Jorge García)

Por Miguel Carrillo Bascary

Advertencias: 

Continuamos con el desarrollo de la temática, la primera parte de esta nota podrá verse en https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/03/emblemas-que-no-son-simbolos.html

Esta nota toma en cuenta la realidad argentina, por lo que su desarrollo puede no coincidir con lo que ocurre en otros países.

¿Futuros emblemas nacionales?

En el sentir popular existen otros elementos que la sociedad acepta como tales, aunque de momento la normativa no permita caracterizarlos como “emblemas de argentinidad”. Cada uno cuenta con sólidos fundamentos, por lo que me limitaré a referenciarlos ligeramente, ya que la bibliografía ampliatoria es robusta.

a) Elementos naturales

El hornero (furnarius rufus), es considerado como el “ave nacional”, aunque ninguna norma lo haya establecido. Le otorga este carácter una larga tradición que surgió en el año 1928, oportunidad en que el periódico “La Razón” realizó una encuesta popular de gran éxito, contando con el aval de la “Asociación Ornitológica del Plata”. El laborioso pájaro superó en la consideración general al cóndor, al tero y al ñandú y a otros plumíferos.

Oportunamente se postuló al puma (puma concolor) como “felino nacional”. La iniciativa no prosperó, habida cuenta de ser un depredador lo que torna impopular entre los ganaderos. Sin embargo, para quienes gustamos del rugby, la referencia que implica respecto del seleccionado de la especialidad otorga una particular simpatía a la iniciativa.

Seguramente que quienes gustan de los caninos procurarán definir de qué raza será el “perro nacional”. Al respecto no hay muchas opciones ya que universalmente se identifica al país con el dogo argentino, desarrollado en la provincia de Córdoba por el Dr. Antonio Nores Martínez.

Por ahora tampoco concitó suficiente consenso calificar como “insecto nacional” a la mariposa bandera argentina (morpho epistrophus argentinus), también llamada panambí y morotí. Su hábitat es la zona mesopotámica y aún el Litoral. Debe su nombre al color celeste de sus alas y a que en 1907 fue capturado en el país el ejemplar que originó su clasificación. 

La Entomología señala otro insecto como “argentino”, es la hormiga linepithema humile, originaria del Noreste del país, pero sin dudas que no tendrá suerte, desde el momento que es una plaga que se ha extendido por todo el mundo con negativos efectos sobre otros sistemas naturales.

Avanzando en la escala zoológica ¿por qué no identificar al “pez nacional”? En este casillero sería factible ubicar al dorado (salminus brasiliensis), que cuenta con raíces entrañables en la tradición local. Para su pesca deportiva llegan aficionados de todo el mundo, de allí que destaque netamente. 

Por su parte, encontraría competencia en el surubí o manguruyú (pseudoplatystoma), de los que hay diversas variedades, es la mayor presa ictícola a que se puede aspirar en ríos y lagunas argentinas, al punto que algunos ejemplares pueden superar los 100 kilogramos de peso.

Infografía: Warpath

Algunos pueden pensar que es un delirio referenciar a un dinosaurio con Argentina. Otros lo harán calurosamente. La Paleontología señala que hay varios candidatos para llevarse la distinción y que un nuevo descubrimiento puede sumar otros postulantes. Si se considera su designación marcha a la cabeza el Argentinosaurio (Argentinosaurus huinculensis), herbívoro que vivió hace más de 90 millones de años, durante el Cretácico superior, mediría entre 30 y 35 metros de longitud y pesaría entre 65 y 80 toneladas. Sus primeros vestigios fueron descubiertos en 1987. Otro sería el Carnotaurus (Carnotaurus), enorme carnívoro del Cretácico superior que habitó en la Patagonia hace unos 70 millones de años, sus restos miden entre 7,5 y 8 metros de longitud y se estima que pesaba entre 1,3 y 2,1 toneladas. Fue descubierto en 1984. Y aún podrían sumarse más especies desenterradas exclusivamente en nuestro territorio.

Desde hace muchos años se reconoce informalmente que la rodocrosita rosada (carbonato de manganeso, MnCO3), formación mineral semipreciosa, conocida popularmente como “rosa de los Incas” o "piedra del amor", debería ser considerada como “piedra nacional argentina” ya que en el país hay extensos yacimientos y diversas variedades. Por ahora los proyectos no alcanzaron aprobación.

En base a otras consideraciones hay entre los “monumentos naturales argentinos[1]”, algunas especies animales cuya declaración les otorga especial protección. Son ellos: la ballena franca austral (eubalaena australis), el yaguareté (panthera onca), el huemul (hippocamelus bisulcus) y la taruca o "venado andino" (hippocamelus antisensis).

b) Elementos culturales

"Malambo", F. Molina Campos

Otra manifestación de la identidad vernácula sindica al tradicional malambo como “coreografía criolla nacional”, ya que es innegable su arraigo telúrico. Hay registros de que los primitivos gauchos lo practicaban en la zona pampeña desde el siglo XVI. Consiste en un fuerte y veloz zapateo, originalmente estaba reservado a los hombres y se ejecutaba en solitario, aunque en la actualidad pueden ser varios quienes lo protagonicen.

Ponchos, Museo de Arte Popular "José Hernández"

Algunos países han definido su vestimenta nacional, que expresan diversos perfiles de su cultura. Sin dudas que de llegar a hacerlo Argentina elegirá al poncho, claramente identificado con las tradiciones vernáculas y con el tipo humano idealizado del gaucho. Se trata de una prenda de uso generalizado tanto por la mujer como por el hombre, sin distinciones de edad, región ni clase social. Eso sí, entiendo que la enorme variedad de diseños y de colores impedirá que se consagre alguno en particular.

Volvemos sobre el futbol, al que muchos consideran como el deporte argentino por excelencia. Creo sobreabundante fundamentar las razones de esta preferencia, basta señalar que Argentina acredita sobrados méritos, como lo evidencian las tres copas mundiales que obtuvo, sin siquiera entrar a considerar los innumerables trofeos alcanzados a nivel de selección o de equipos. Obsta a la procedencia de la declaración que en 1953 se privilegió con este título al pato[2]. Empero, no creo lejano el día que se apruebe una ley que consagre al futbol como “deporte popular argentino”, lo que incluye una adjetivación que superará el cuestionamiento. Sin dudas que una cerrada ovación de acompañará la decisión.

Fangio y el Torino 380W en Nurburgring

Lo que alguna vez fue un producto más de la industria automotriz, con el correr de los años se transformó en un verdadero emblema de argentinidad. ¡Me refiero al Torino! Seguramente que los seguidores de Ford y Chevrolet no coincidirán, pero es indudable que "el Toro" es orgulloso exponente de la industria nacional desde que alcanzó su cenit en las 84 hs. de Nurburgring de 1969, bajo la dirección del múltiple campeón Juan Manuel Fangio, "El Mago" Oreste Berta, en la preparación técnica, y la conducción de una pléyade de pilotos nacionales. Aun hoy, un slogan de marketing aparecido en aquella época mantiene toda su vigencia: "Torino, el gran auto argentino".

Releyendo lo expuesto se verán algunas omisiones significativas. Por ejemplo, no se ha definido cuál es la “comida nacional”, aunque presumiblemente sería el asado en todas sus formas, quizás agregándose la empanada. 

Tampoco está determinado cuál podría ser declarado como “juego argentino”, en donde seguramente se destacarán el truco y, eventualmente, la taba (aunque en este caso postulo designarla como "juego campero"). 

En cuanto al postre favorito de los argentinos la tradición indica que correspondería identificar al dulce de leche. Podría intentarse también señalar al instrumento musical característico, que a mi juicio sería la guitarra.

Estados Unidos se identifica por un personaje emblemático el "Tío Sam", Francia con "Asterix".  Si hubiera que definir uno similar para Argentina quizás la decisión sea difícil pero, en lo personal me inclinaría por "Patoruzú", la genial creación del dibujante Dante Quinterno, que apareció en 1928 y que se identifica con muchas formas del ser argentino. 

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En este panorama no pueden dejarse de mencionar que la mayoría de las provincias se identifican con elementos naturales y culturales, un tema que me reservo abordar en otra ocasión.

Concluyendo. La temática permite generar interesantes debates. En definitiva, tratándose de emblemas nacionales la cuestión está abierta.

PS: se admiten otras propuestas, en forma de comentarios, o escribiendo a seminariodesimbolos@gmail.com

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