¿Es necesario un límite?
Por Miguel Carrillo Bascary
Por supuesto que el tema
no es nuevo, para nada. Desde que la Humanidad empezó a expresarse surgió
la tentación de poner límites a la libertad de creación. No incursionaré en
esta polémica que jamás podrá ser respondida con satisfacción. Prefiero atenerme
a los temas que me resultan familiares y en este sentido les comparto una imagen que me envió un gran amigo.
Nunca sabremos a ciencia cierta cuál fue el diseño primigenio de
nuestra Bandera nacional. Sí nos consta que el general Belgrano dejó escrito de su puño
y letra que la hizo “blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela
nacional”. La incógnita autoriza a plantear las más diversas hipótesis pero, resulta
evidente que la disposición que vemos puede ser calificarse como “peculiar”, es
decir que resulta privativa de quien la compuso.
Objetivamente, la representación no está bien, ni está mal,
por la sencilla razón de que no conocemos como fue en origen. Es indudable que la imagen llama
la atención por sí misma ¿será esto lo
que buscaba su autor o autora?
La lámina integraba una
semblanza relativa al “día de la Bandera”
y la publicó una conocida revista escolar destinada a niños de primaria. Esta
referencia es la que da pie para cuestionarla, ya que introduce una imagen que
no se corresponde con las tradiciones y que por ende se transforma en un factor disruptivo en el contexto del
proceso de enseñanza-aprendizaje. ¿Es
positivo? ¿No lo es? La respuesta deberían darla los educadores. Dejo planteada
la cuestión.
En lo personal, cumplo en presentar esta curiosidad vexilológica,
pero desde mi perspectiva histórica, me resulta harto cuestionable. Quizás me
equivoque, pero me causa un rechazo liminar. Sinceramente.
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