No, es un emblema gubernamental
Por Miguel
Carrillo Bascary
En la presente semana
los argentinos nos vimos sorprendidos por una imagen que aparenta ser una nueva versión del Escudo nacional. Más
allá de su composición en forma de isotipo[1],
en blanco y sobre fondo de un azul profundo, las diferencias con el modelo
vigente del símbolo nacional son evidentes. La novedad merece este análisis,
pero antes es necesario proporcionar alguna información adicional.
¿Qué significa un escudo nacional?
Desentrañarlo implica
remontarse en el tiempo hasta llegar a los grandes
sellos con que reyes y otros dignatarios legalizaban sus documentos
acompañando a su firma o, más aún, sustituyéndola en forma total.
Los escudos fundamentalmente
expresan a la autoridad máxima de un
sistema político. El rey en una monarquía, el presidente en un estado
presidencial o al primer ministro, donde rija el parlamentarismo. En consecuencia,
el escudo es símbolo del poder, que
se manifestado en el gobierno de un estado.
Pero además entraña otro
significado. Modernamente, sobre la base de que todo gobierno ejerce la
autoridad que le delegó el pueblo en virtud del principio representativo, puede
decirse que el escudo nacional también representa a la soberanía popular.
Desde la percepción
general los complejos diseños que definen todos
los escudos usados en el mundo son
herméticos, anfractuosos, “difíciles” y es lógico que así sea ya que se elaboran
siguiendo las antiquísimas leyes de la Heráldica.
Por esta razón no es lo mismo representar los elementos que los constituyen de
una forma o de otra, la correspondencia entre la norma que define al blasón con
la imagen que se usa en la realidad debería ser perfecta.
No siempre ocurre así, en
ocasiones se agregan peculiaridades, en otras se alteran, en algunas se
simplifican o se “enriquecen”. En el universo de los que emplean los estados
actuales los ejemplos son muchos. Lo cierto es que la exacta correspondencia debería ser regla con validez absoluta y
que, cuando no se cumple no estaríamos frente a un símbolo legítimo sino ante
uno viciado.
Por esto, es de buena técnica normativa que cuando se legisla
sobre un escudo nacional se acompañe un modelo
patrón, de tal forma que toda reproducción sea idéntica al fijado. Las reglas del diseño profesional actual
permiten cumplir muy fácilmente con este requisito, a condición de que los
profesionales del campo sean oportunamente convocados, claro está.
Antecedentes y definición normativa
El sello oficial que utilizó la Asamblea General Constituyente,
reunida en Bs. Aires en 1813 fue consagrado posteriormente como Escudo Nacional argentino. No existe
constancia de la disposición que dispuso su adopción primaria, pero sí hay imágenes
contemporáneas consignadas en documentos oficiales de aquella época. La falta de un modelo gráfico determinó
que con los años el diseño experimentara variantes, algunas fueron de pequeño
detalle otras, de bulto.
Abreviando, en 1944
tramitaba en el Congreso argentino un proyecto
de ley destinado a fijar definitivamente los patrones del Escudo y de la
Bandera, pero la quiebra del orden constitucional generó la disolución del
órgano. El gobierno de facto subsiguiente tomó aquel precedente y dictó el Decreto Nº10.302/ 1944 que procuró
alcanzar el objetivo indicado. La técnica normativa fue deficiente, ya que no
incluyó un modelo gráfico del símbolo, pero entre los antecedentes referidos
surge la imagen que abre esta nota y
que puede considerarse que está implícita en el Decreto, por lo que se la
caracteriza como definición legítima del Escudo Nacional.
Para fundamentar históricamente
la imagen consagrada se tomaron como referencia sendos sellos obrantes en dos cartas de ciudadanía del año 1813 es decir, a
las que se considera que cuentan con mayor autenticidad.
Sin embargo, la
desatención o desidia (califíquese como se quiera) de los gobiernos
subsiguientes generó nuevas variantes al diseño del símbolo. Pese a todo el Decreto Nº10.302/ 1944 continúa en plena
vigencia[2]
y, por ende, existe el deber de respetar la forma prevista para el escudo de
armas de la Nación argentina.
Llegado el gobierno que
encabezó Fernando De la Rúa (10 de
diciembre 1999 a 20 de diciembre 2001), se intentó presentar una imagen renovada de la gestión y se
comenzó a usar un modelo de escudo sedicentemente “modernizado”, con rasgos más
simples que el legítimo. Su autor fue un profesional distinguido, Sebastián Guerrini[3],
cuyo cuidado trabajo en pos de establecer un verdadero código de imagen
institucional para aquel gobierno fue de carácter integral, expresado con
criterio moderno y que por lo tanto merece todo reconocimiento.
Los gobiernos posteriores continuaron usando este diseño
propuesto por dicho profesional, combinando diversos tipos de fuentes y fondos,
ya sea en forma de logotipos, imagotipos e isologos[4]
variados, dejando de lado la composición oficializada en 1944 y toda su
tradición histórica. Se presenta un ejemplo:
Según puede constatarse,
comparándolo con el modelo oficial (1944), las
diferencias son por demás de importantes.
Paralelamente se apunta
que, es indudable la influencia que implica Wikipedia
en nuestra realidad cada vez más virtualizada (por decirlo de alguna manera).
En la voz “Escudo de la Argentina[5]”
se muestra el siguiente modelo que, según los antecedentes del archivo, se incorporó
en el año 2009, en donde se cita como fuente al “Gobierno argentino[6]”,
también acá las diferencias con el de 1944 son numerosas. Cabe remarcar que
esta versión gubernamental/wikipedista
no cuenta con ningún respaldo legal, por lo que no deja de asombrar el origen
de la fuente. Lamentablemente muchas personas de buena voluntad no reparan en
el olvido de la norma establecida, un grosero
equívoco en que incurren instituciones privadas y gubernamentales, también
estados extranjeros.
Los interesados en acceder
a un estudio más profundo sobre el emblema nacional se recomienda
“El escudo argentino en la Numismática[7]”
y otros trabajos sobre el mismo[8],
que publicó por Luciano Pezzano en
el Boletín Electrónico del Centro
Filatélico y Numismático San Francisco ,“El Reverso, la otra cara de la
Numismática”.
El gobierno de Milei
La elección presidencial
del 10 de diciembre de 2023 implicó la gran novedad de que llega a la primera
magistratura nacional un presidente que no integra ninguno de los partidos
políticos históricos de Argentina. Es evidente que la gestión intenta manifestarse en la mutación que se identifica
como “Imagen 2” que abre esta nota). Desde el gobierno no se emitió ninguna
aclaración al respecto, lo que dio pábilo para que alguna versión señale como
su inspirador al cineasta, creativo publicitario y abogado, Santiago Oría, un profesional
ampliamente vinculado con Javier Milei desde el lanzamiento de su candidatura;
lo que no nos consta, por lo que agradeceré
cualquier información al respecto[9].
Su uso en concreto
El muy esperado mensaje al
país a cargo del Ministro de Economía, que salió al aire a tres días después de
la asunción del presidente Milei, muestra a ese escudo inscripto en un doble círculo que identifica a la
repartición, como pauta identitaria de aquel cargo, así se ve en la siguiente
toma:
Lo mostrado marca una tendencia, esto se evidenció
en la conferencia de prensa que brindó la Ministra de Seguridad en su reciente
exposición sobre el protocolo establecido para asegurar la libre circulación por
las arterias viales:
El juego de las diferencias
Comparamos las imágenes
que abren esta nota vale comenzar por el elemento central, según lo prescribe
la Heráldica para la descripción de los blasones. Así:
El “gorro de la
Libertad” (mal llamado frigio)
está simplificado, sin las “arrugas” que definen su volumen.
Los brazos que
sostienen la pica son más musculosos, que en el modelo 1944, un signo de la
fuerza que quiere mostrar el nuevo gobierno a partir de haber contado con el
56% de los votos en la reciente elección.
La forma del
campo es algo más elíptica que la del modelo original, lo que recuerda al escudo
de la provincia de Bs. Aires[10].
Su trazo es más definido, más sólido, más visible que en la versión de 1944, lo
que jerarquiza la forma, por sobre su acompañamiento externo.
El campo del modelo “Milei”, por ser versión en dos colores, muestra
el segmento (cuartel, en Heráldica) superior
rayado, según el código de Pietra Santa, usado para representar al azur (azul), desde hace siglos. Si bien
en Argentina se utiliza el celeste, de conformidad a la Bandera y a su
antecedente directo, la escarapela.
En cuanto al Sol, falta en el usado el perfil del rostro que presenta
el de 1944, así como los rasgos internos de los rayos, un detalle que mi juicio
conspira contra la personalidad del elemento. También faltan las líneas del
ceño, lo que alejaría la preocupación que denota el rostro original de Febo, la frente despejada plantearía la
intención de mostrar a un gobierno sereno, que nace en el horizonte de la
Historia argentina con la clara decisión de llevar al país a un destino de
pleno desarrollo, como el que ejemplificó Argentina entre fines del siglo XIX y
comienzos del XX, época de los gobiernos liberales. La nueva versión suma el
trazo de la nariz, lo que a mi juicio desmerece el aspecto, aunque esta
apreciación será un prescindible criterio subjetivo.
Las guirnaldas
vegetales tienen caracteres absolutamente geométricos, desprovisto de la
natural irregularidad de las originales. Esto evidenciaría el equilibrio
en la acción de gobierno y podríamos entender que expresan la acción de los tres poderes del estado, en perfecto
equilibrio, como lo soñaron los padres de la Constitución. Los tres
confluyen en un punto nuclear, algo que evidenciaría el origen popular de la
autoridad de cada órgano. Un aspecto acertado y muy logrado, desde mi
perspectiva personal. Eso sí, llama la atención de que falta el tallo central
que da unidad a los dos conjuntos, podría interpretarse que fue suprimido para
contribuir a la simplicidad de rasgos, pero no deja de ser notable.
En total son 18
los grupos de hojas que pueden verse, los dos niveles superiores cuentan
con uno y dos hojas cada uno, lo que contribuye a la terminación en la perspectiva
geométrica de los gajos. Ninguna de las hojas muestra nervaduras.
Otro aspecto a señalar es que los gajos no se cierran sobre el rostro solar encubriéndolo, como
sí ocurre en la versión de 1944 y en la informada a Wikipedia. Esto la da una impronta
identificada con la trasparencia con que procura impulsar su gestión el
gobierno actual. También es otro punto saliente, en mi criterio personal.
Faltaría comentar sobre el lemnisco que cierra los gajos, en los que no se observan las
tres franjas que remiten a la clásica “cinta argentina”, poco hubiera costado incluirlas,
pero se entiende que su ausencia se relaciona con la simplicidad que ser
procura alcanzar en el conjunto. El volumen de la cinta es superior al del
modelo tradicional y tiene los brazos más largos. Este elemento remite a las
cintas con que se adornaban los atletas de la antigua Grecia que obtenían la
victoria en los Juegos Olímpicos, en consecuencia, podría explicarse el incremento
volumétrico manifestaría el mayor premio
que espera al pueblo argentino si logra superar la presente crisis
económico-social.
Finalmente corresponde aludir al sobrio azul del fondo, un aspecto muy clásico, lo que destaca netamente
los trazos del blasón, haciendo que el observador centre su atención en el emblema, prescindiendo del entorno. En consecuencia,
se prescindió del celeste, un tono que remitía al que se apropió el
kirchnerismo tomándolo de la Bandera Nacional y que usó en sus boletas electorales
y otros soportes vinculados con la imagen institucional de sus gobiernos. Como
vemos, un cambio de paradigma que
sincera al diseño elegido.
En conclusión
Pueda gustar o no el escudo recientemente implementado no sustituye al que oficialmente representa a la Nación y al gobierno de Argentina, aunque lo respete en líneas generales, su naturaleza lo caracteriza como un logo de gestión que en este caso busca identificar la que encabeza el actual presidente Milei y que, mediante alguno de sus trazos trasmite varios rasgos ideológicos particulares, con lo que contribuye a definir una nueva imagen institucional.
[1] Concepto en: https://es.wikipedia.org/wiki/Isotipo_(dise%C3%B1o)
[2] Véase: El Decreto 10.302/44,
su larga y pacífica vigencia https://banderasargentinas.blogspot.com/2019/08/larga-y-pacifica-vigenta.html
[3] Referencias biográficas: https://es.wikipedia.org/wiki/Sebasti%C3%A1n_Guerrini y profesionales: https://sebastianguerrini.com/
[4] Significado de estos conceptos en: https://baetica.com/logotipo-isotipo-imagotipo-e-isologo-se-diferencian/
[8] Véanse particularmente los Boletines
Nros. 62, 63 y 65.
[9] Cursar a: mcarrillobascary@gmail.com
[10] Rodríguez, Adolfo E y Corrado, Rubens. Escudos provinciales de la Argentina. Edic. del Consejo federal de
Inversiones. Bs.
Aires, 1996: http://biblioteca.cfi.org.ar/wp-content/uploads/sites/2/1996/01/39870.pdf
Faltó aclarar el detalle simpsoniano de los dedos. Igualmente todo el argumento fafa no envejeció bien.
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