viernes, 21 de octubre de 2022

Escuela sin bandera de ceremonia ¿qué hacer?

Respuesta a un preocupado docente

El "profesor" Nicolás (Nico) Quinteros (12 años), de verde, con sus alumnos y la bandera de su escuela "Patria y Unidad" (San Juan, 2018) [1] (Foto: “La Voz del Despertar”)

Por Miguel Carrillo Bascary

Esta nota surgió de la consulta que realizara al Blog un lector que se identificó como “Aldo”, docente de Física y Química, de quien no tengo otras referencias.


“Buenas noches estimado Miguel. Antes todo quiero agradecer enormemente el tiempo y la dedicación que demuestra la nota que da respuesta a mi (primera) consulta[2]. Ha sido usted muy claro y detallista en la explicación en todo lo que se refiere a la bandera papal y su relación con el Protocolo y Ceremonial de bandera.

           A pesar de esto me queda una extraña sensación. Esto se debe al cumplimiento de las reglamentaciones existentes en relación a la confección de las banderas de ceremonias. Esto me lleva a una pregunta existencial: Si una institución educativa no posee los medios económicos suficientes para costear la compra de una bandera de ceremonias reglamentaria y sus respectivos accesorios, entonces, ¿es lícito que la institución educativa opte por utilizar una bandera sin el Sol? (De esta manera esto le sería menos oneroso) ¿Merecería, entonces, esta bandera (sin el sol) las mismas consideraciones en cuanto al respeto y uso ceremonial, que la bandera con el sol; y se ubicaría en idéntico orden protocolar?

           Parece ser que la exigencia en cuanto al cumplimiento de aquello que está debidamente reglamentado es bastante RELATIVA, aún para entidades que no poseen inconvenientes económicos. Nuevamente le agradezco su gentileza. Todos sus valiosos aportes son de mucha utilidad para quienes nos preocupamos por educar en valores. Saludos cordiales. Aldo - 18 de octubre de 2022, 18:17”

Marco normativo vigente

Pasando a la respuesta, el Decreto Nº1.650/ 2010 prescribe las características que debe tener la Bandera Oficial de la Nación Argentina y las detalla minuciosamente[3]. También lo hace con los accesorios de su versión de ceremonias (excepto el tahalí que no está reglado).

Al respecto, cabe recordar que hasta el año 1985 solo las autoridades nacionales, las provinciales y las Fuerzas Armadas podían usar la “bandera con sol”, es decir la que la Vexilología reconoce como “oficial”. Mientras que los particulares tenían vedado hacerlo, de manera que solo podían emplear una versión sin el astro. Esta última es lo que en Vexilología se conoce como “bandera [para uso] civil”. La circunstancia no tiene nada en particular ya que en otros países también se reservan los ejemplares con escudos u otros atributos para uso exclusivo de sus autoridades o fuerzas armadas.

En 1985 se dictó la Ley Nº23.208[4] que habilitó el uso de la que suele llamarse “bandera argentina con sol”, a todos los particulares, tan es así que se suele afirmar que desde ese año la Enseña nacional “se democratizó”. Indirectamente, esto implicó que la “bandera sin sol” dejó de representar al Gobierno y a la Nación argentina, con lo que esta último vexilo se transformó en un objeto meramente ornamental, consistente en un paño con los colores nacionales. Puede parecer una sutileza, pero lo expresado es una realidad con diversas implicancias que de momento evitaré desarrollar para no apartarnos del tema.

El problema planteado

Con relación al especial caso sobre el que consulta el Prof. Aldo, que versa sobre una escuela cuyos escasos recursos no le permiten hacerse de un ejemplar con las características normalizadas, cabe decir que es una dura realidad que lamentablemente golpea a muchas escuelas de nuestro país.

(Foto: Univisión Noticias, México)

La preocupación del docente es atendible y la respuesta que puede derivar de la consulta potencialmente puede aplicarse a casos similares, por lo que elijo este medio para dar a conocer mi criterio.

Antes de responder apunto que hay instancias superadoras que puntualmente podrían atender la lógica necesidad de dotar de una bandera oficial de ceremonia para una escuela humilde. La primera vía será que su titular instrumente la solicitud al ministerio o municipalidad del que dependa, al menos para adquirir un paño reglamentario, dejemos por el momento, los complementos. Si hubiera dilación o negativa, o bien en forma concomitante cabría recurrir al sector privado de la sociedad. Siempre será factible implementar alguna actividad que deje un rédito suficiente para la compra. Supongamos también que no existe cooperadora o que la inversión es desproporcionada a sus recursos, en cuyo caso se podrá intentar que el elemento sea provisto por algún vecino de buen pasar o a un grupo de ellos, una empresa cercana, un club de servicio o cualquier otra fuente, tanto sea de la localidad donde se asienta la escuela como de una población cercana.

Entiendo que una solicitud concreta, acompañando un presupuesto y/o acompañando las referencias de un eventual proveedor, seguramente que será positivamente atendida. Estimo también que, para muchas personas, instituciones, empresas, sindicatos, clubes y demás, el proveer a una escuela de un ejemplar de ceremonia de la Bandera nacional no solo será factible en lo económico, sino que constituirá un motivo de legítimo orgullo.

(Foto: ODI)

Una solución alternativa

Sin perjuicio de lo desarrollado en las líneas anteriores, concentrémonos en la hipótesis extrema que plantea el Prof. Aldo, es decir, que la comunidad educativa implica carezca de toda posibilidad para adquirir el vexilo. Observo acá que hay una opción no explorada que permite conciliar la demanda legal con la exigua posibilidad material que se expuso.

Consiste en tomar un paño con los colores argentinos (en el mercado hay ejemplares que pueden comprarse por menos de lo que cuesta un café) y pintarle el Sol, procurando que se asimile al modelo oficial[5]. En tal caso se completarán los atributos propios de una bandera argentina: un paño con los colores celeste, blanco y celeste, en horizontal y un Sol en el centro.

En cuanto a los accesorios: asta, moharra, tahalí, corbata y pie soporte, se podrán improvisar con otros materiales siempre bajo el criterio de procurar la mayor semejanza posible con los de reglamento.

Creo que de esta manera será factible dotar al establecimiento de tan imprescindible elemento y, lo más importante, se deberá trabajar con los alumnos para que se sientan igualmente orgullosos que, si tuvieran un ejemplar ajustado a la reglamentación, al fin y al cabo, lo realmente trascendente es que se ame a la Patria trascendiendo las limitaciones que pesen sobre la materialidad de su símbolo.

Un precedente notable

Salvando las distancias en tiempo y espacio traigo a colación la bandera que se confeccionó en inmediaciones de la localidad de Sarmiento, entonces territorio nacional del Chubut que por entonces no era provincia, sino que dependía del Ministerio del Interior.

Como una forma se acentuar la identidad argentina el Ing. Policarpo Coronel propició su confección que corrió a cargo de mujeres tehuelches que habitaban el lugar. Para ello se tomaron telas de sábanas que se tiñeron hasta conseguir el color celeste y con técnicas ancestrales se le grabó la imagen de un Sol. Obviamente que fue un ejemplar de izar, pero el ejemplo vale para el caso en análisis.

Sobre esta peculiar bandera, que hoy integra el acervo del Museo “Desiderio Torres” de la Municipalidad de Sarmiento, próximamente presentaré un estudio que sin dudas será de mucho interés para los lectores.

Los accesorios

En cuanto al asta, podría improvisarse con palos similares a los de escoba, con los que se podrá obtener el resultado buscado, luego de lijarlos y de encerarlos de color oscuro, cuidando de quitar todo el exceso para que el elemento pierda la mayor parte de su efecto deslizante. Luego se le adosarán las cuatro anillas que son piezas muy fáciles de conseguir. Mientras que para la moharra, se podrá adaptar algún terminal de verja con forma de venablo. La corbata puede sustituirse en la emergencia con un moño que se prepare a partir de una "cinta argentina" gruesa, de las que se consiguen en alguna mercería, la misma materia prima servirá para confeccionar el tahalí y las bandas de los escoltas. Para disimular la falta de cuja bastará que al abanderado se le enseñe a trasportar la bandera como si la tuviera, la habilidad es muy sencilla para quienes cursan el secundario, ya que consiste en saber acomodar el extremo inferior del asta sobre la cadera; aunque reconozco que para los niños de primaria la cosa suele ser más compleja debido a su menor desarrollo físico. Sin dudas que para confeccionar un pie soporte decente siempre se encontrará algún progenitor habilidoso.

Concluyendo

De esta manera entiendo haber respondido la consulta efectuada. 

[5] La información on line hoy permite contar con excelentes imágenes para tomar como modelo. Lamentablemente no consta el detalle del Sol en la página oficial donde tendría que encontrarse, https://www.argentina.gob.ar/pais/simbolos/bandera, tampoco en https://www.argentina.gob.ar/interior/asuntos-politicos-e-institucionales/simbolos-nacionales, pero en este último caso consta un link de acceso a la Norma IRAM-DEF D 7679:2002, captada por el Decreto Nº1.650/ 2010,  en donde se encontrará el patrón.


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