viernes, 28 de octubre de 2022

Bandera argentina-tehuelche (aonikenk)

Una identidad a partir de la diversidad

Bandera argentina-tehuelche (aonikenk) (*)

Por Miguel Carrillo Bascary


En Argentina estamos en un tiempo donde los enfrentamientos sectoriales parecen marcar a fuego a la sociedad. Personeros de intereses sectoriales pujan por obtener réditos y mantener privilegios absurdos, de espaldas a las necesidades del pueblo. Paralelamente oscuras manipulaciones externas y la complicidad interna de otros incentivan a una pequeña fracción de una minoría que desembozadamente pretenden erigir un estado independiente que abracaría una cuarta parte del territorio nacional, sin trepidar en métodos de extrema violencia.


Ante este duro panorama me referiré a un ejemplo del pasado común, que orienta cuál debe ser la actitud para encarar el futuro inmediato de nuestro país.

Una historia de banderas en la meseta patagónica

Argentina no es una excepción a la múltiple composición étnica, donde confluyen los aportes de pueblos originarios muy diversos, descendientes de españoles, afroamericanos, inmigrantes de toda Europa, del Medio y hasta del lejano Oriente.


En el marco de un estudio sobre las etnias originarias que emprendí en el año 1999 recibí una valiosa información que comparto como núcleo de la presente nota, la complemento con otros materiales recabados de diversas fuentes.

En este contexto centraré el análisis en la realidad de la meseta patagónica al terminar el siglo XIX y dar comienzo del XX, donde la densidad poblacional era absolutamente mínima, concentrada en algunos puntos de la geografía que fueron poblados por galeses y donde los pueblos originarios caracterizados como aonikenk llamados comúnmente tehuelches todavía recorrían las planicies.

El término aonikenk, es una castellanizada del nombre que se dan a sí mismos, el que por carecer de escritura se recoge su fonética como aonek'enk o awkkoi 'a’ien, indicativos de "hablante de lengua sureño" o, simplemente, “sureño”. El vocablo es una simplificación que abarca un conjunto de pueblos originarios de la Patagonia y de la región pampeana, que los usos y costumbres denomina habitualmente tehuelches meridionales. Este último gentilicio derivaría del mapudungun (legua de los mapuches), chewel che (“gente brava”), aunque otros dicen que significaría “gente del páramo”. Para tratar de ser fiel a la herencia autóctona y no apartarme del conocimiento popular me referiré a este pueblo como tehuelche/ aonikenk.

El título de esta nota alude a la “bandera argentina-tehuelche (aonikenk)” a la que caracterizaré como un producto de síntesis intercultural de significativo valor, un designio revelado de convivencia armónica, base de un desarrollo conjunto a partir de la diversidad.

Para analizarla es imprescindible situarnos en la historia concreta y en el ámbito espacial del territorio implicado.

Prolegómenos

Hacia 1893, por impulso del emprendedor italiano Francisco Pietrobeli, se solicitó al Gobierno nacional[1] la creación la que en un primer momento se llamó “Colonia Pastoril Sarmiento”, por ser éste el nombre del departamento donde se enclavaba, en el entonces lejano territorio del Chubut. Su formación se autorizó por decreto del 21 de junio de 1897, previendo que cada uno de los 200 lotes tendría unas 625 hectáreas y se adjudicarían gratuitamente a los argentinos y extranjeros que se radicaran allí por el término de cinco años, acreditando su explotación económica.

En la zona estaban radicados un grupo de sus primitivos pobladores de la etnia tehuelche/ aonikenk, junto a varios colonos argentinos. En 1898 se sumaron cinco familias galesas y tres polacas. Otra fuente también menciona a un matrimonio lituano.

En su condición de originario, Desiderio Torres, gran conocedor de la zona, prestó invalorable apoyo a la radicación de los recién llegados y con el tiempo su protagonismo se agigantó hasta el mito, como que se dio su nombre al museo regional, al que me referiré más adelante.

Un grupo de los primeros colonos, 1903 (*)

Detalle: Desiderio Torres (con el acordeón) y su esposa (pañoleta a lunares)

Con los años llegaría otros grupos familiares provenientes de lugares tan diferentes como se evidencia en sus banderas agrupadas en un panel que se exhibe en el museo local, esto es: Argentina (obviamente), España, Países Bajos, Líbano, Alemania, Suiza, Rusia, Sudáfrica, Polonia, Lituania, Bulgaria, Checoslovaquia, Francia y Bélgica. Hay otras dos que no se distinguen bien, pero una es la de Gales y la restante parecería ser la de Chile, toda vez que en 1912 el inspector de escuelas Marcelino B. Martínez informa que concurrían a clases varios niños de esa nacionalidad[2]. 

El panel expositivo

Inaugurado en 1972, el Museo Regional “Desiderio Torres” depende de la Municipalidad local, contiene colecciones paleontológicas, arqueológicas e históricas. Hoy ocupa la reconstruida estación del antiguo ferrocarril que vinculó a Sarmiento y Comodoro Rivadavia, entre 1914 y 1973. Tiene como anexo el parque paleontológico “Valle de los Gigantes”, que expone réplicas de dinosaurios cuyos restos se encontraron en las inmediaciones. 

Fachada del Museo Regional “Desiderio Torres” (Sarmiento, Chubut)

La bandera en concreto

En dicho repositorio obra una pieza excepcional, razón de ser del presente estudio. Tiene la estructura de una bandera argentina, que carga un Sol humanizado de diseño muy original, ya que impresiona como un rostro muy realista estampado, hasta el punto que recuerda vagamente la muy conocida “Sabana Santa” de Turín.

Según lo acredita la tradición y lo que me hizo saber en el año 2000 el director del Museo, Guillermo Caroli Williams[3]:


 “…fue confeccionada con telas de sábanas, cocidas a mano y teñidos los paños de celeste por las primeras mujeres inmigrantes a quien el Ing. Policarpo Coronel les encargó esta tarea. Pero el Sol – continua explicando el funcionario – fue resuelto magníficamente por las mujeres aborígenes, con tintas de calafate y molle, dejando aquí su impronta de excelentes pintores de kai ajnún [mantas pintadas] o quillangos[4], usados por los pueblos tehuelches”.

El vexilo, como se exhibía en el año 2000 (*), fijada a un friso

Tehuelche con un quillango (Museo Etnográfico Univ. Bs. Aires, ca. 1900

Como también destacó Caroli Williams, “esta conjunción de inmigrantes y aborígenes, habla a las claras de la excelente relación que se dio en nuestros espacios y que figura en las crónicas de los viajeros”.

Esta última referencia es la que da carácter ejemplar al proceso de mutua integración cumplido entre los primeros pobladores de la Colonia Sarmiento, lo que en mi entender debería servir de ejemplo para los tiempos presentes. Tal actitud no fue excepcional, sino que se trató de una constante en las relaciones entre los tehuelches/ aonikenk y los colonos winkas (blancos), particularmente los de origen galés que en la actualidad se recuerda en fiestas y celebraciones.

El textil es un testimonio de las aspiraciones de progreso y trabajo común en el marco de afianzar el concepto de multiculturalidad de la Nación argentina. Por la manera en que se confeccionó este vexilo, es justo fundamento para considerarlo como una bandera argentina-tehuelche (aonikenk), sin que implique minimizar el aporte cultural de otros colonos presentes en aquel momento en que se izó por primera vez a los vientos patagónicos.

La comunicación que me cursara el director del Museo “Desiderio Torres” acompañó la fotografía del Sol que abre esta nota y la imagen de la enseña. Para más, se adjuntó un esquema de la pieza, información complementaria y otras fotografías que aquí se identifican con un asterisco. Este aporte cobra un especial valor a veintitrés años de aquella colaboración.

Esquema de la bandera (*)

Respondiendo a la misiva recibida me permití señalar en su respuesta:

Las características de la bandera en cuestión son realmente únicas. La técnica con la que se representó al Sol ha logrado darle una expresividad notable, incluso atendiendo a los cánones platicos actuales. El diseño es coincidente con la gran diversidad de representaciones del sol en nuestra bandera que existían hacia finales del siglo XIX. El buen estado genera de conservación de la divisa permite observar que el desplazamiento del astro hacia el asta es también una característica relativamente habitual en las representaciones de nuestra bandera hacia la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Es remarcable la luminosidad que aun ostentan los planos celestes, sobre todo si consideramos que es un color muy fácil de desteñirse por incidencia de la luz solar. La proporción entre su largo y su ancho no dejan de llamar la atención, quizás pudiera tener explicación en el contexto para el que fue preparada. Sin lugar a dudas la pieza tiene un alto valor vexilológico, más allá del carácter testimonial que implica para la historia de Sarmiento y de la convivencia intercultural que representa”

Y, agregaba:

“… llegado el caso de que Sarmiento resuelva adoptar una bandera municipal el diseño del sol contenido en la reliquia bien podría ser un elemento principal en tal enseña, dado la evidente raíz histórica y los restantes valores que posee”. Más adelante veremos que esto no ocurrió.

La fotografía previa demuestra que la pieza luce en mejor condición que la mostrada en el año 2000, como lo indica estar contenida en una vitrina protegida por una cortina que permite aislarla de la luz y evitar la potencial contaminación por hongos e insectos. Sin embargo, acorde a los criterios actuales que aconseja la técnica, para lograr la debida conservación de los textiles antiguos la bandera debería exponerse en forma horizontal y con humedad controlada. Además, al encontrarse inmediatamente al lado de un ventanal recibe un considerable caudal lumínico, a despecho del cortinado que la cubre. Bien seria que se pudieran aplicar estas pautas a la brevedad posible.


Detalle

Un caracterizado vecino de Sarmiento, Bernardino Etcheto[5] fue nombrado “encargado escolar suplente de Colonia Sarmiento”, por resolución del 15 de junio de 1912 del Consejo Nacional de Educación[6]. Este dato aislado nada dice, pero constituye un antecedente al hecho de que aquella bandera quedó en algún momento en su poder. Cuando en 1972 se formó el museo local, la familia del pionero la entregó al mismo, una decisión que honra sus descendientes. Esto demuestra el alto valor emotivo e histórico con que la comunidad reconocía a la pieza.

Veamos un poco más sobre su historia

En 1899 llegan el Ing. Policarpo Coronel[7] con la misión de mensurar las tierras que componían la colonia, un rol altamente significativo en el contexto histórico de aquel entonces. Con naturalidad se transformó en un referente directo de la autoridad del estado argentino en aquella desolada región.

No extraña entonces que el 20 mayo de 1900, el Inspector de Escuelas Nacionales, Raúl B. Díaz, recibiera una nota cursada por un gran número de pobladores de sarmiento, en la que solicitaban que se creara una escuela en la localidad y donde se nombraba como “nuestro representante” al Ing. Coronel. En razón de la época y la distancia la petición demoró varios meses en llegar a destino, pero cuando obtuvo dictamen favorable de la Inspectoría fue casi provisto de inmediato. Asombra que 15 días más tarde fuera despachado por el Consejo Nacional de Educación, cuando en la actualidad un pedido similar podría durar meses, sino años.

Así, la resolución del 26 de marzo de 1901, que dispuso crear “una escuela mixta infantil en la “Colonia Sarmiento” (Chubut)”. Se inauguraría pocos meses más tarde, el 8 de noviembre de ese mismo año, con la asistencia de 14 niños y niñas. Díaz la describe así:


Ocupa la escuela una casa con paredes y techo de zinc y piso de tierra, gratuitamente cedida por don Benito Grillo. Tiene los muebles y útiles mas indispensables, pero en mal estado por haber permanecido bajo la nieve varios meses[8]”.

La exigüidad sugerida en la descripción justifica que no tuviera un elemento imprescindible en todo establecimiento escolar, una bandera nacional.

En la emergencia vemos nuevamente el protagonismo del ingeniero Coronel que promovió la elaboración de la bandera que tratamos.

El acto por el que se establecía una escuela en aquellas lejanas regiones tenía importancia fundamental ya que marcaba el inicio institucional de un núcleo poblacional. Con presencia de las autoridades, los vecinos de la zona y, lógicamente, los futuros alumnos, se izaba la bandera nacional, ocurrían los discursos de rigor, el maestro tomaba posesión, se firmaba un acta dando cuenta del acontecimiento y se complementaba todo con la lógica fiesta popular.

Un informe posterior indica que en 1902 la escuela estaba dirigida por Flora S. de Suárez Orozco y que constaban inscriptos 32 varones y 34 niñas, de los que asistían regularmente la mitad. Las clases se cerraron con la fiesta alusiva al 25 de Mayo cuyo programa desarrolla en detalle[9].

Informe del inspector Walter Jones, 4 de junio de 1904

La siguiente fotografía mostraría a los alumnos de la escuela fiscal en 1912, tal las referencias con que la señala el Museo Histórico de Río Negro.

 

Alumnos de la escuela fiscal de Sarmiento” (ca. 1912, MHRN)[10]

Una ampliación de la toma permite distinguir las facciones de niñas y niños cuyas facciones denotan biotipos europeos y de pueblos originarios, como protagonistas del proceso de enseñanza aprendizaje implicado.

Es factible que esta bandera se usara en los actos conmemorativos del 25 de Mayo y del 9 de Julio desde comienzos del siglo, también aquella con que la comunidad se identificara en otras ocasiones memorables, como la inauguración del trazado ferroviario entre Sarmiento y Comodoro Rivadavia que significativamente ocurrió el 25 de mayo de 1914. En la fotografía siguiente[11], tomada en la terminal local destaca una gran bandera, cuyas dimensiones se corresponderían con la que hoy guarda el Museo:

La lejanía entre los diversos embriones de pueblos y estancias de Chubut y de otras gobernaciones justificó que a partir de 1914 se crearan escuelas ambulantes que recorrían una determinada jurisdicción, entre sus elementos se llevaba una bandera nacional que permanecía izada en el lugar donde se asentaba mientras duraba el período lectivo que era de 4 meses y medio. Una extensión justificada por la crudeza del clima.

Concluyendo

  • La bandera argentina- aonikenk (tehuelceh) es una palpable evidencia de una síntesis intercultural en pro de un futuro común en desarrollo económico, social e institucional.
  • Una pieza que merece conocerse

Bibliografía principal (además de la referenciada en el texto)

Coicaud, Alejandra. “Historia de la Colonia Sarmiento (1897-1945). Acta Académica. Mayo 2002. http://revista.uaca.ac.cr/index.php/actas/article/view/610/631

Municipalidad de Sarmiento, Chubut. Ref.: https://www.sarmientochubut.gob.ar/?q=historia

Caviglia, Sergio. “La Educación” En El Chubut 1810 1916 Rawson: Ministerio de Educación de la Provincia de Chubut. Rawson, 2011: https://archive.org/stream/LaEducacionEnElChubut18101916/La+Educaci%C3%B3n+en+el+Chubut+1810-1916_djvu.txt



Notas y referencias

[1] El pedido se fundó en las prescripciones de la Ley Nº1.501 de 1884, llamada “Ley de Hogar”, que habilitaba una serie de medidas para la radicación de pobladores en tierras fiscales (Registro Nacional, Tercera parte, 1874, p. 846. Nº13.925.)

[2] Caviglia, Sergio Esteban. La educación en el Chubut 1810 1916. Rawson. Ministerio de Educación de la provincia de Chubut. 2011, p. 196.

[3] En nota al autor de fecha 2 de marzo de 2000, preservada en mi archivo personal. Caroli Williams es investigador, artista plástico y escritor. https://www.academia.edu/28008261/Problem%C3%A1ticas_de_distribuci%C3%B3n_de_la_tierra_p%C3%BAblica_en_Chubut_Poblamiento_y_colonizaci%C3%B3n_del_territorio_en_Colonia_Sarmiento_

[4] Los quillangos son suavísimos cueros de guanacos nonatos o con tiempo de nacido (chulengos), ensamblados y cosidos con la "vena" del cogote de los ejemplares adultos, respetando la forma original del cuero del animalito. Se usa con el pelo hacia adentro y en el exterior se pintaba con figuras geométricas, fundamentalmente de choiols, es decir representaciones de la cruz con el punto central, un diseño impropiamente conocido como “pampa” que se referencia con la cruz andina, chakana.

[5] Bernardino fundó la "Casa Etcheto” (más tarde “Bernardino Etcheto e Hijos” S.R.L., que se disolvió en 1951), se dedicaba a ramos generales, pero también actuó como financiera en materia de préstamos, hipotecas, empeños, prendas, giros, recibía depósitos, ahorros y tramitaba comisiones. Más tarde fue corresponsal del Banco de la Nación Argentina.

[6] Expediente Nº6.384. El Monitor de la Educación Común. N°474. Bs. Aires. Junio 30 de 1912. Tomo XLI, p. 335: http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/monitor/monitor/474.pdf

[7] El ingeniero Policarpo Coronel (1866-1911), como factótum del pedido para formar la escuela, fue sindicado como impulsor de la elaboración del vexilo. Pertenecía a una tradicional familia de Santiago del Estero. Se graduó en la Universidad de Bs. Aires. Colaboró con el perito Francisco Moreno (1852-1919) en la demarcación de los límites con Chile y con las exploraciones de Manuel Olascoaga (1835-1911), con lo que adquirió amplia experiencia que justificó fuera contratado para realizar las mensuras y delinear el trazado de Comodoro Rivadavia y Colonia Sarmiento (1899-1901). Ameghino es una figura consular de la historia argentina, naturalista, explorador de la Patagonia, científico y pionero del conservacionismo como que se le debe la creación del primer parque nacional (Nahuel Huapi). Fue perito en la demarcación de los límites con Chile. Sus colecciones son el fondo fundamental del Museo de Historia Natural de La Plata y de la biblioteca publicad de esa ciudad. Olascoaga fue Ingeniero militar, fue el primer gobernador de Neuquén y fundo la ciudad de Chos-malal. Fue también periodista, demarcó los límites con Bolivia y relevo numerosos espacios en Santa cruz y Chubut, es autor de numerosas publicaciones históricas y, fundamentalmente, científicas. Texto completo del informe en: http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/monitor/monitor/353.pdf, p. 742.

[8] Informe publicado en El Monitor de la Educación Común. Tomo XVIII Nº853. 31 de julio de 1902. Bs. Aires, p. 742: http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/monitor/monitor/353.pdf

[9] Informe publicado en El Monitor de la Educación Común. Tomo XIX. Bs. Aires. 31 de julio de 1904. Nº378, p. 1163: http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/monitor/monitor/378.pdf

[10] En lo particular discrepo con la referencia de la foto ya que, aunque la toma esté cortada parecería que la operación encubrió a una persona con habito religioso, que en el contexto de la época sería un sacerdote salesiano, una congregación educacionista con gran arraigo en la Patagonia. En cuyo caso no correspondería a la escuela de Sarmiento, que era laica. Queda abierta la cuestión.

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