Cuestión recurrente y complicidades de buena fe
Por Miguel
Carrillo Bascary
Al llegar el 18 de mayo de
cada año, fecha que en 1941 se fijó en el Calendario Escolar como “Día de la Escarapela” se multiplican
las notas, actos recordatorios y representaciones escolares, se difunden
reportajes alusivos y abundan las referencias al emblema en todos los medios de
difusión. En los últimos años esto se multiplica exponencialmente en las redes.
Así los pechos argentinos se engalanan con mil y una formas de escarapelas.
En la gran mayoría de
estos elementos de comunicación se afirma
que la escarapela es un “símbolo nacional” de Argentina.
El drama radica en que “La escarapela NO ES UN SIMBOLO NACIONAL”
como lo destaco en el título. Tan rotunda aseveración no responde a una
particular interpretación, sino que radica en hechos históricos y en
disposiciones normativas absolutamente claras y definitorias.
Comprendo que la emoción casi infantil que despierta la
escarapela es muy loable, pero esto no autoriza a perseverar en un error de bulto que implica tergiversar la
Historia patria. La repetición de un equívoco no lo transforma en realidad, ni
mucho menos.
Que en la escuela se
atribuya a la escarapela el carácter de símbolo nacional es equivalente considerar que el general
Belgrano diseñó la Bandera inspirándose en las nubes que surcaban el cielo de
Rosario en el caluroso febrero de 1812.
Atribuir a la escarapela la
condición de símbolo de nuestra Nación es de una ingenuidad que asombra, y que
lamentablemente se agiganta por aquellos que, seguramente, de buena fe continúan divulgándolo.
El concepto, en la boca o en la letra de comunicadores sociales, docentes y aún de profesionales de la Historia exhibe una falta de análisis de los hechos que obviamente se contradice con la capacitación que se supone poseen. La población en general espera de ellos la verdad objetiva, nada más, ni nada menos.
¿Por qué entonces se persiste en el error?
Resulta inexplicable, ya
que no parece haber ningún móvil ideológico
en tergiversar la verdad y en llevar a los niños (y a la mayoría de los
argentinos) hacia un concepto equivocado.
Lo grave es que este irreflexivo dispendio de considerar a la
escarapela como símbolo nacional se hace
en nombre del patriotismo que se pretende inspirar.
Podría abundar al respecto,
pero creo que es llegado el momento de explicar
la razón de la enfática expresión que titula mi nota.
La respuesta es contundente:
La escarapela no es
un símbolo nacional argentino por la sencilla razón de que nunca se le asignó ni reconoció esta condición.
La escarapela nació como un emblema militar, para distinguir a
las tropas patriotas de las realistas. Es bien conocido que la necesidad de
diferencias a sus hombres inspiró a Belgrano[1]
para solicitarla al Triunvirato[2].
En tal condición se dispuso[3]
que fuera “de dos colores blanco y celeste”. Así se continuó usando hasta la
actualidad.
Dicho sea de paso, es
obvio que el prócer no la creó, tampoco sugirió cuales debían ser sus colores[4].
Es cierto que la civilidad se apropió de la divisa en
forma espontánea, pero esto no basta para darle un carácter que la legislación
no le asigna. Como en toda democracia, el uso de escarapela implica la disponibilidad
de quien la porta para armarse en defensa de la Nación, como lo determina el
artículo 21 de la Constitución Nacional[5].
El adjetivo “nacional” con que la nombra el decreto de creación, tampoco es suficiente
para que se reconozca como símbolo de soberanía, pero nos aclara un vínculo de
pertenencia al conjunto de los argentinos.
En concreto
La norma rectora que define la cuestión es el Decreto Nº10.302 del año
1944[6]
cuyo primer término de sus considerandos se lee:
“Que el Escudo, la Bandera y el Himno son símbolos de
la soberanía de la Nación y de la majestad de su historia.”
Más adelante el articulado
alude a los mismos, también nos habla de la “banda que distingue al Jefe de Estado” (comúnmente conocida como “banda
presidencial”) y del “Gran Sello de la Nación”, que se utiliza en la
documentación más solemne que emana del Gobierno argentino. No existe ninguna referencia a la
escarapela.
En el Decreto se consagra con
toda claridad y solemnidad que tanto la Bandera, el escudo y el Himno representan a la soberanía, cualidad
esencial del Estado y, por si fuera poco, de la “majestad de su historia”.
O sea que esos tres
símbolos nacionales encarnan en concreto y por sí mismos al pueblo argentino que se representa en el gobierno que éste se da acorde a la
forma de gobierno democrática definida por nuestra historia nacional, tal como
resulta de nuestra Constitución.
Por esta razón los símbolos nacionales tienen formas objetivamente
definidas por la normativa las que no pueden cambiarse. Nadie puede
alterarlas. En cambio, la escarapela
puede adoptar formas infinitas.
Por esto solo los símbolos que la norma define como
tales cuentan con la protección que les asigna el artículo 222 del Código Penal. Lo reproduzco para mejor
conocimiento:
“Será reprimido con
prisión de uno a cuatro años el que públicamente ultrajare la bandera, el escudo o el himno de la Nación o los emblemas de una
provincia argentina”.
Queda claro entonces que la protección los alcanza solo a ellos,
no a la escarapela, lo que hace evidente su diferente naturaleza y valoración.
Concluyendo
Lo expuesto justifica
cabalmente que: la Escarapela nacional NO
ES UN SIMBOLO DE LA SOBERANIA NACIONAL
Adenda
¿Que es entonces la escarapela? Respondo: es un emblema
que expresa la nacionalidad, lo que es claro tratándose
de un argentino, aunque con gran generosidad para con los extranjeros, la
costumbre admite que también la lleven aquellos que quieran expresar sus
simpatías por nuestro país.
Acorde a lo expresado en el
portal oficial de nuestro país, argentina.gob.ar, se expresa[7]:
“La
bandera, el escudo y el himno son los tres símbolos nacionales que representan
a la bicentenaria Nación Argentina.
La bandera y el escudo son representaciones visuales
de nuestro país y el himno lo es desde el punto de vista poético y musical.
Ellos, próximos a cumplir sus propios bicentenarios,
son nuestra imagen y nuestra voz ante las demás naciones de la Tierra”.
En contraste y como una
manifestación más de los horrores en la
comunicación gubernamental, desde que hace varias gestiones
presidenciales se habilitó la web de
“Casa Rosada”, se consigna en su
apartado “Símbolos Nacionales” que ellos son[8]:
“La Bandera, La Escarapela, El Escudo y
El Himno Nacional”. ¡Sí, una fuente tan caracteriza incurre en el error de
mencionar a la escarapela entre los símbolos! Una expresión que debería
cambiarse de forma urgente.
En el ámbito provincial, Santa Fe[9]
advierte claramente que la escarapela no es un símbolo nacional, otras lo hacen
en forma implícita[10].
Algunas más, como Chubut[11],
incurren en el error generalizado y también las hay que omiten hacer tan
necesaria distinción, una ambigüedad que alienta las confusiones.
Referencialmente, Wikipedia[12]
no solo incluye a la escarapela entre los símbolos, sino que agrega como tales
a otros elementos. Ni qué decir del negativo efecto de la fuente en la
formación de miles de argentinos.
Lo expuesto no implica que deba erradicarse el "Día de la Escarapela", tampoco que no se la honre, ni que se desaliente su uso. ¡Todo lo contrario! Como emblema de nacionalidad merece nuestro respeto, nuestro cariño y nuestro reconocimiento.
Dicho sea de paso, la escarapela nacional puede usarse todos los días del año y no limitarse a llevarla solo en las fechas patrias y sus vísperas; como también se cree equivocadamente.
Nota: otro aporte sobre la escarapela que se publicó en este Blog es “Historia y grandeza de la escarapela argentina”: https://banderasargentinas.blogspot.com/2019/05/historia-y-grandeza-de-la-escarapela.html, ahí se explica que el almibarado relato de French y Beruti repartiendo lazos celestes y blancos en las jornadas de Mayo de 1810 es otra leyenda infundada, una fake news cono se dice ahora.
[1] Nota oficio de Belgrano al
Triunvirato datada el 13 de febrero de 1812 en Rosario, ampliamente reproducida
en los textos, cuyo original se preserva en el Archivo General de la Nación.
[2] Esto no implica olvidar que hay
referencias documentadas que datan del 31 de diciembre de 1810 cuando el
Coronel José de Moldes dotó de ellas a la compañía de alabarderos que formó en
Mendoza.
[3] Decreto del 18 de febrero de
1812, también reproducido in extenso en variadas fuentes.
[4] Véase: “Nuestra Escarapela y un relato inaceptable”, https://banderasargentinas.blogspot.com/2015/06/nuestra-escarapela-y-un-relato.html
[5] Su texto: “Todo ciudadano argentino está obligado a
armarse en defensa de la patria y de esta Constitución”
[6] http://www.saij.gob.ar/10302-nacional-simbolos-nacionales-dn19440010302-1944-04-24/123456789-0abc-203-0100-4491soterced?
[9] https://www.senadosantafe.gob.ar/simbolos/simbolos-patrios
y https://diputadossantafe.gov.ar/web/files/upload/la-camara/simbolos-web.pdf
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