miércoles, 3 de diciembre de 2025

Rosario, símbolos y prospectiva

Un día histórico, por donde se lo mire

El Intendente Dr. Pablo Javkin muestra el decreto que acaba de firmar

Por Miguel Carrillo Bascary

Ya en la última década del siglo XIX la ciudad de Rosario venía luchando por su autonomía institucional que le permitiera romper con injustos lazos que obstaculizaban su explosivo desarrollo. Hasta se llegó a planear dividir de provincia de Santa Fe para darle realidad, por tres veces había sido declarada capital federal de la República y por otras tantas esas leyes fueron vetadas.

Un poco de Historia

Recordemos que Rosario no tuvo fundador pero que ya registraba pobladores en la zona 1825, fecha en que se nombró a un alcalde para todo el Sur de la actual provincia de Santa Fe y el Norte de Bs. Aires, aunque en esta extensa zona no hubiera ningún núcleo urbanizado.

En 1730 se creó una parroquia que poco más tarde se puso bajo la advocación de Nuestra señora del Rosario, a quien originalmente se veneró en un humildísimo rancho. En su derredor se comenzaron a radicar pobladores y así, se construyó una capilla de paredes de adobe y techo de paja que levantaron unos 250 vecinos, quienes el 3 de mayo de 1773 recibieron a la imagen histórica de Nuestra Señora que habían encargado en la ciudad de Cádiz. Es la misma ante la que oró el prócer Manuel Belgrano en sus repetidas visitas al poblado, la que todavía se reverencia en la Catedral local. Ya por 1814 la comunidad sumaba poco más de 700 personas.

Imagen histórica de Ntra. Señora del Rosario

En 1823 una ley de la provincia designó a Rosario como pueblo, en el que habitaban unas 1.000 almas. Las circunstancias históricas determinaron que el 5 de agosto de 1852 la provincia de Santa Fe reconoció a Rosario como ciudad, que ya contaba con unos 3.000 avecinados. Desde entonces el desarrollo socioeconómico fue realmente explosivo, hasta el punto que en 1895 había más de 90.000 rosarinos, que en 1914 fueran 222.000 y que, en 1926, superaran los 400.000[1].

Pese a esta realidad Rosario se vio limitada por diversos motivos externos y por algunas contradicciones propias.  Por unos pocos meses, entre 1933 y 1935 contó como autonomía plena y llegó a dictar una carta orgánica, pero la intervención federal a la provincia canceló la experiencia.

Sin embargo, la llama de las aspiraciones autonómicas continuó encendida. Desde diversos sectores se cumplió con este cometido, pero fue en los claustros universitarios donde brilló a despecho de los vendavales políticos. No pudo darse con la reforma constitucional santafesina en 1962, se creyó llegada la oportunidad con el recupero de la democracia en 1983, aunque la coyuntura no lo posibilitó. Cuando la reforma de la Constitución Nacional de 1994 incluyó en su texto el artículo 123 que reconocía la plenitud de la autonomía a todos los municipios, con lo que pareció el fin del calvario para Rosario. Fuera de los lindes provinciales hubo municipios que no llegaban a sumar 10.000 y, que iniciaron su vida autónoma.  Sin embargo, el egoísmo de algunos sectores políticos, empeñados en preservar sus privilegios, frustró una y otra vez la legítima demanda de las ciudades santafesinas, a despecho del ineludible mandato de la Constitución que languideció por tres décadas.

Los intendentes de Rosario, Horacio Usandizaga, Héctor Cavallero, Hermes Binner, A. Bonfatti, Miguel Lifschitz, Mónica Fein y Pablo Javkin asumieron el rol de paladines de la causa. En igual sentido, muchos integrantes de la dirigencia local también asumieron su protagonismo.  Finalmente, la reforma de la Constitución Provincial que operó en el curso del 2025 abrió la puerta a la plenitud autonómica.

En la fecha de hoy, 3 de diciembre de 2025, el Intendente municipal, Dr. Pablo Javkin, promulgó la Ordenanza Nº10.850 que proclama y reafirma la plena autonomía que desde 1994 se venía demorado y que el pasado 28 de noviembre sancionó el Concejo Municipal en pleno. De esta forma Rosario comenzó a ejercerla en lo institucional, en lo político, en lo administrativo y en lo económico-financiero.

Una perspectiva más amplia del momento

En el acto cumplido, el Dr. Javkin recordó a varios de los muchos rosarinos (de alma y de nacimiento) que bregaron por el objetivo que toda la ciudad reclamaba. Así, se mencionó a Nicasio Oroño, Lisandro de la Torre, Luis Lamas, Miguel Culaciati y Luis C. Carballo, aunque la nómina puede extenderse a varias decenas.

Lo acompañaron una apreciable cantidad de políticos y referentes sociales de la mayor parte del arco ideológico (no de todo), en un conjunto pluralista que aunó a representantes del trabajo, la empresa, el comercio, de la Iglesia Católica y de otras confesiones religiosas. También de la educación, la vida cultural, servidores públicos, fuerzas de seguridad e instituciones del tercer sector, con el acompañamiento del cuerpo consular y de algunos herederos de las asociaciones que testimonian el intenso aporte de las colectividades extranjeras que dieron lo suyo para formar el Rosario de hoy. Entre los presentes pudo verse a caracterizados cultores de la historia de la ciudad y miembros de instituciones que cultivan su legado cívico.

En lo personal tuve bien presente a mis mentores en la docencia universitaria, los doctores Adolfo Rouzaut, René Balestra y Norberto Martínez Delfa quienes predicaron la autonomía de Rosario desde la Facultad de Derecho de la Univ. Nacional de Rosario. De ellos recibí la posta que, en mi hora y por más de treinta años, sostuve en la cátedra que me honra haber ocupado en esa Casa de altos estudios, la que oportunamente me había formado como abogado y docente, hoy devenido en historiador.

De símbolos y presencias

El acto tuvo una dimensión concreta en el esbozo que se reseñó, pero también contó con una perspectiva simbólica de hondo significado. Me detengo en este punto atento a la naturaleza semiótica de este Blog.

El ámbito resultó inmejorable ya que se concretó al pie del Mástil Mayor del Monumento Nacional a la Bandera, que señala el preciso lugar en que se izó por primera vez nuestra Enseña Patria, nacida en el entonces poblado de la capilla del Rosario, el 27 de febrero de 1812, nada menos que por decisión de uno de los próceres paradigmáticos de la argentinidad, Manuel Belgrano.

El izamiento de nuestra Bandera nacional, plasmó en lo alto el manto celeste y blanco de Nuestra Señora, patrona y fundadora de la hoy ciudad autónoma, como lo reconocieron una ley provincial y varias normas municipales.

Al decreto de promulgación de la ordenanza lo suscribió el Intendente Javkin utilizando un bolígrafo que desde hace tres décadas se utiliza en ocasiones solemnes en la “Galería de Honor de las Banderas de América”. El folio estaba depositado sobre una mesa tallada con motivos prehispánicos[2] plasmados por el arquitecto Ángel Guido, preclaro hijo de esta ciudad y creador del Monumento a la Bandera.

A su lado se hallaba el sencillo tintero que supo usar el gobernador provincial Nicasio Oroño[3].

Un texto original de la tesis doctoral que escribiera Lisandro de la Torre[4] propiciando la autonomía de los municipios.

El ejemplar auténtico de la carta orgánica que se dio Rosario en 1933, que se conserva en el Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc”; a su lado la lapicera indicada.

También se hallaban dos medallas alusivas al bicentenario y al tricentenario de Rosario[5]. 

1925

2025

A un lado se hallaba una enorme reproducción del encabezamiento de la Ordenanza. A su pie se veían las rúbricas de numerosas autoridades y, al terminar el acto se invitó a todos los presentes a sumar su firma, conformando así un testimonio único que se preservará para las futuras generaciones de rosarinos.

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Como queda expuesto el pasado de Rosario estuvo presente, realzando la proyección a un futuro que labrarán los rosarinos, para ellos, para la provincia y para la Nación.

 

Escudo cívico y bandera de la ciudad



[1] El Censo Nacional 2022 contabilizó para Rosario 1.020.000 habitantes.

[2] Fue construida para exhibir el libro de visitantes ilustres al Monumento a la Bandera, habilitado el 20 de junio de 1957, cuando se inauguró el memorial.

[3] Pertenece al patrimonio del “Museo de la Ciudad”, fue donado en 1981 por Elsa Vionnet de Vergara Oroño y Gregorio Vergara Oroño. Es de hierro fundido y vidrio, su propietario original lo utilizaba en su estancia “La Joaquina” (Entre Ríos). Oroño gobernó la provincia entre 1865 y 1868.

[4] Se tituló “El Régimen Municipal” y se presentó en 1888. Con ella su autor se doctoró en la Universidad de Buenos Aires.

[5] La más antigua fue elaborada pot el Taller. La más reciente, las hizo acuñar el “Círculo Numismático de Rosario”, segun diseño de Jorge Motta, Fernando López y el diseñador gráfico Tux. 

martes, 2 de diciembre de 2025

A la derecha de la derecha

Variantes de posición

Observar la inusual posición de la escarapela

Detalle

Por Miguel Carrillo Bascary

Lo usual, tanto en Argentina como en la inmensa mayoría de las naciones la escarapela, o emblema que eventualmente la sustituye, la llevan los civiles sobre la izquierda del pecho, a la altura del corazón o en la solapa.

En la foto que abre esta nota se observa al gobernador de la provincia de Formosa y a Victoria Eugenia Villarruel, quien es una persona conocida por todos los argentinos, ya que desde diciembre del año 2023 es la vicepresidenta de la República, magistratura a la que accedió compartiendo fórmula con el actual presidente, Javier Milei. Es de público y notorio la ideología libertaria de ambos, con lo que puede afirmarse que la Doctora Villarruel es “de derecha”.

La Vicepresidenta se había hecho presente en Formosa para rendir homenaje a los 13 soldados conscriptos y 3 civiles que fueron asesinados por un pelotón de guerrilleros de izquierda (Montoneros) en el ataque al cuartel del Regimiento de Infantería de Monte 29. Un día nefasto, del cual se cumplían cincuenta años y concretado durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.

Lo curioso radica en la posición de la escarapela que lleva la Vicepresidenta, ubicada a la derecha de su pecho como se ve en las primeras fotos.

También llamo la atención que durante otra actividad conmemorativa se vio a la funcionaria con el mismo traje oscuro que había lucido en el acto central, pero en esta ocasión la escarapela se vio en el centro de su pecho.

Estos posicionamientos son anecdóticos, ya que cuando desempeña su función frente a la Cámara de Senadores la Vicepresidenta no deja de presentarse con escarapelas o broches sobre la izquierda de su pecho

Cabe aclarar para los lectores que no son argentinos que la escarapela no es un símbolo nacional y que, por ende, su uso no está regulado por ninguna norma. Esto permite lucirla o no, a gusto de cada persona y que también puede emplearse con diversas formas y en variadas posiciones.

Sea como fuera, queda justificado el título de la nota: “a la derecha de la derecha”.

domingo, 30 de noviembre de 2025

La foto explicada 1

No todo es como se ve

Por Miguel Carrillo Bascary

Los idiomas dextro versos, que se escriben de izquierda a derecho, establecen un parámetro inverso en materia de precedencias protocolares.

La foto que se muestra corresponde al interior de la embajada de Arabia Saudita en Bs. Aires, por lo que su bandera ocupa el lugar de honor, como anfitriona de la argentina.

En consecuencia, el orden de precedencias es el correcto, con la enseña saudí a la izquierda. Como una deferencia hacia el visitante, el ex presidente argentino Mauricio Macri, el embajador saudí le ha cedido el lugar de honor. Se trata de una visita no oficial, ya que como es de dominio público Macri no posee actualmente ningún cargo de gobierno, quizás esto explique lo poco formal de su atuendo, que contrasta vívidamente con la que presenta el diplomático.

El tamaño de los paños, ambas astas y sus bases son idénticas por lo que el principio de igualdad jurídica de los estados se cumple perfectamente. Llama la atención a los ojos latinos el complejo terminal.

Las enseñas no están armadas con expansores, por lo que se ven escuálidas.

Sabido es que la Bandera argentina debe tener una corbata, atento lo determinado por el Decreto Nº1.650/210, pero la representativa de Arabia Saudita no utiliza este aditamento. La oficina de Ceremonial de la embajada resolvió la cuestión de manera muy práctica. Como a los ojos de los profanos el contraste entre ambas banderas hubiera mostrado una mayor formalidad en favor de la Argentina, se optó por cumplir la reglamentación y presentarla con su corbata pero esta quedó oculta al ojo de la cámara. Obvio que no es una "solución" académica, pero el recurso es ciertamente muy diplomático.

Como detalle negativo se observa que el paño saudí demandaba ser planchado, el argentino se presentó en óptimas condiciones.

viernes, 28 de noviembre de 2025

Libros de regalo sobre Manuel Belgrano

Obras para conocer mejor al General Belgrano

Muchas veces me preguntan sobre algun libro que permita conocer al prócer argentino Manuel Belgrano en las muy diferentes facetas que lo posicionan como un verdadero estadista. No solo son argentinos.

En los últimos meses esta demanda se viene reiterando, por lo que considero oportuno dar a conocer una obra que, si bien fue publicada en el año 2024, no ha tenido la difusión que a mi entender merece.

Se trata de “Manuel Belgrano, vigencia de un hombre ilustrado y revolucionario” escrito por la Dra. Norma Noemí Ledesma, publicado por el Instituto Nacional Belgraniano, lo que me releva de abundar sobre su solidez académica.

Lo hago a a manera de un regalo para los fieles lectores de este Blog, ya que desde la realidad virtual podrán bajar este ensayo a sus notebooks, celulares y computadoras personales, para deleitarse con su documentada lectura, en estos tiempos donde la finalización de muchas actividades dejan espacio libre para una serena lectura. Este aporte es totalmente gratuito, no hace falta inscribirse en ninguna base de datos ni se expondrán a recibir publicidades.

Lo propio ocurre con otro material de la misma autora, el fascículo “Manuel Belgrano. Prócer de la Independencia Americana”,  que en 42 fojas profusamente ilustradas, desarrolla un panorama esquemático de la vida del prócer.

Del prólogo

Concretó la presentación de la obra el general de brigada VGM Don Carlos Marturet, Secretario del Instituto Nacional Belgraniano, lo que de por sí es todo un respaldo. Del mismo extractamos los siguientes párrafos:

El general Manuel Belgrano es un Prócer que va más allá del lugar que parece que la historia le ha asignado: ser el creador de la Escarapela y Bandera Nacionales. Este libro cumple este propósito. Es una obra indispensable para conocer la memorable vida y obra de uno de los Padres Fundadores de la Independencia Argentina. El rigor metodológico e histórico, el lenguaje natural, el carácter ameno y la sintaxis breve, aplicada a este libro permite que su lectura sea ágil y atrayente. Bajo su exquisita pluma discurren catorce capítulos, algunos muy poco conocidos, donde se narran, prioritariamente, hechos de su vida pública, en el Consulado de Buenos Aires, en su rol como estadista y pensador revolucionario, y como General en Jefe de los primeros Ejércitos Patrios.

El capítulo primero: "Don Domingo Belgrano Pérez: Un fuerte comerciante rioplatense[1]", nos presenta el inicio del linaje Belgrano en el Río de la Plata. En los siguientes capítulos, apreciamos la acción prerrevolucionaria de "Belgrano a través de su preclara labor en el Real Consulado de Buenos Aires". Ellos son: "Belgrano y el reconocimiento del territorio bonaerense, pampeano y patagónico"; "Belgrano y sus propuestas acerca de la implementación de una política agraria"; "Belgrano como precursor de la defensa del medio ambiente y de las especies animales y vegetales"; "Belgrano y la importancia del comercio interior (El modelo de China)"; "Belgrano. La educación y el mundo del trabajo: los “aprendizasgos”; "Belgrano promotor del rol social de la mujer"; "Belgrano y su interés por la salud pública"; "Belgrano y los Pueblos Originarios" y "Del Belgrano reformista ilustrado al revolucionario".

En los últimos capítulos, reconocemos al "Belgrano militar y estadista, en su decidida acción política y militar en pos de la Independencia"; "Belgrano. De la Expedición Auxiliadora al Paraguay y a la Expedición Auxiliadora al Alto Perú. (1810-1813)"; "Belgrano y la traducción del “Discurso de Despedida de George Washington al Pueblo de los Estados Unidos”; "Belgrano. Su participación en el proceso político-militar (1814-1820)"; "Algunos de sus aportes al Plan Continental; y por fin: "Belgrano y Güemes". En síntesis, leer esta obra en una excelente oportunidad para rendir homenaje a este, nuestro Prócer, porque al general Manual Belgrano hay que conocerlo, leerlo, estudiarlo e imitarlo. Este debe ser el compromiso que le debemos como argentinos a su legado”.

Sobre Norma N. Ledesma

Es doctora en Historia por la Facultad de Historia, Geografía y Turismo de la Universidad del Salvador (Bs. Aires). Ejerció la docencia en cátedras de Historia Argentina de esa Facultad.

Investiga sobre el prócer desde 1999, lo que le valió ser incorporada oportunamente como miembro de número del Instituto Nacional Belgraniano, disuelto en mayo del 2025 y actualmente reviste la misma condición en la entidad que lo sucedió, el Instituto Belgraniano de la República Argentina.

Integró el equipo de investigación que publicó la “Colección de Documentos para la Historia del General Don Manuel Belgrano”, (del tomo III, volumen 2, al tomo VIII). Autora de la obra institucional del fascículo “Manuel Belgrano. Prócer de la Independencia Americana”. Escribió diversos artículos publicados en obras del Instituto Nacional Belgraniano. Destaca también su colaboración con la Dra. Cristina Minutolo de Orsi, en cuatro tomos de la “Historia de Tarija (Corpus Documental)” y en “Ponchos de las tierras del Plata”, escrito por su colega Ruth Corcuera.

Link de acceso al ensayo: https://inbelgraniano.cultura.gob.ar/media/uploads/site-40/multimedia/manuel_belgrano_vigencia_de_un_hombre_ilustrado_y_revolucionario_-_norma_noemi_ledesma.pdf

Link de acceso al fascículo: https://ar.ternium.com/media/h0gby0wp/3186_fasc%C3%ADculo_hv_manuelbelgrano_-5.pdf



[1] Este capítulo ya fue transcripto en este Blog a manera de adelanto: https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/10/don-domingo-belgrano-perez.html

jueves, 27 de noviembre de 2025

Vexilonomia: precisiones terminológicas

Nociones para investigadores y curiosos

Por Miguel Carrillo Bascary

La Vexilonomia es la parte de la Vexilología y que tiene como objeto de conocimiento las diferentes normas que se refieren a las banderas, tanto se la definición de su diseño como símbolos o los diversos aspectos de su Ceremonial.

A quienes se adentran en su ámbito y no tienen mayores conocimientos jurídicos les resultará útil conocer algunos aspectos que les permitirán identificar correctamente las normas que analizan y determinar otros factores de interés, lo que ayudará particularmente para su correcta cita y búsqueda.

Aunque parezca un tecnicismo excesivo, quien hace Vexilonomia necesita operar con la información que hoy reseño para alcanzar el nivel que demanda su nivel de profesionalismo. En principio, puede parecer complejo, pero es bastante simple, como veremos.

Hipótesis de trabajo

Analizaré cada tipo de norma y seguidamente explicaré cuales son los términos que las definen, para seguidamente explicarlos. La habilidad que se adquiera permitirá citarlas correctamente.

Obviamente desarrollaré el tema desde la óptica del Derecho Argentino y prescindiré de muchos detalles para no complejizar el análisis. Con el mismo propósito se sabrá disculpar ciertas tautologías.

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Leyes: Son normas que emite el Congreso Nacional, las legislaturas provinciales o la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Bs. Aires. Solo tienen parte dispositiva (articulado), que es donde están descriptas los principios y las conductas a cumplir u omitir. Las leyes son fuentes de Derecho de alta consideración, solo las superan en jerarquía las constituciones y tratados internacionales, aunque estos instrumentos solo por excepción contienen normas sobre Vexilología[1]. Su vigencia resulta del ente que las dicta.

Decretos: Son normas emanadas de los Poderes Ejecutivos (el Presidente de la Nación, los gobernadores de provincias, el Jefe de Gobierno de la C.A.B.A. o los intendentes. Cada decreto tiene tres partes esenciales: 1) sus antecedentes materiales, directos, a los que se llaman “vistos”; 2) la fundamentación (designados como “considerandos”) y 3) la parte dispositiva (el “articulado” que es la norma propiamente dicha). Su vigencia está determinada por la competencia del ente que las dicta.

Resoluciones: Son normas emanadas de los ministerios y secretarias[2], tanto de orden nacional como del provincial, de la C.A.B.A. o del municipal/comunal. Tienen la misma estructura formal que los decretos. Obviamente son de una jerarquía inferior. Su vigencia está determinada por la competencia del ente que las dicta.

Ordenanzas: Son normas emanadas de los Concejos Municipales, a los que en algunas provincias se denomina como Deliberantes. Poseen fundamentación y articulado.  Su vigencia se limita al ámbito de la ciudad (ejido).

Anexos: En ocasiones las normas previamente citadas tienen uno o más anexos que, en materia de Vexilología, suelen contener croquis, imágenes, diagramas, tablas técnicas o escalas colorimétricas. Ej.: las Normas IRAM del Decreto Nº1.650/ 2010 o la Ley Nº27.134[3]. Esta disociación se justifica cuando se requiere particularizar algún aspecto de la norma.

Elaboración y fechado

Cuando un órgano colegiado (el Congreso, una Legislatura o los concejos municipales/deliberantes) votan favorablemente un proyecto de ley[4] o de ordenanza, según sea el caso, se dice que “sancionan” la ley u ordenanza. El día en que esto ocurre fija la “fecha de sanción”, también puede decirse que entonces ocurre la “aprobación”, la que aparece al final del documento, poco antes de las firmas que lo cierran.

La ley u ordenanza sancionada no comienza a regir inmediatamente, pasa luego al respectivo Ejecutivo, si este a su vez la aprueba, se dirá que las “promulga”, con lo que comenzarán a ser obligatorias para la población una vez que se cumpla el requisito que sigue. En un sentido más amplio también se puede decir que los Ejecutivos las “aprueban”, pero técnicamente se usa el término “promulgación”, que se concreta con forma de decreto, de manera que el día en que el ejecutivo firma este instrumento[5] define que es la “fecha de promulgación”.

También a los ejecutivos les corresponde la publicación de la ley u ordenanza en el órgano pertinente (suelen llevar el nombre de “Boletín Oficial[6]” o uno similar), cuando esto ocurra quedará definida la “fecha de publicación”. Mediante este procedimiento la norma se hace conocida por la población que tendrá la obligación de respetarla. En ocasiones la norma puede establecer que comenzará a regir en una fecha posterior a la publicación[7].

Los decretos y resoluciones tienen “fecha de dictado o emisión”, que es el día en que el funcionario los firma. Aparece en el encabezamiento, a continuación de la ciudad en que se data el documento. Los decretos y resoluciones también se publican en el órgano oficial, con lo que en principio desde entonces deberán ser acatados por la población. Con esto tendrán “fecha de publicación”.

Numerado, reglas prácticas

Las leyes y ordenanzas llevan numeración correlativa, pero a los decretos y resoluciones se les agrega el año de dictado, ya que cada 1º de enero recomienza la serie. Ej.: si el decreto numerado como “2.345” se firmó el 24 de septiembre del año 2025, se expresará “Decreto Nro. 2.345/ 2025” o bien, “Nro. 2.345/ 25”.

Según los usos jurídicos, cuando se cita una norma se consigna su número precedido de la abreviatura de la palabra “número” (hay varias formas de hacerlo) acompañado de su fecha de sanción. Si no se quiere distraer al lector, puede incluirse una nota al pie de página o al final del texto, si no es muy extenso, y en la misma se coloca la fecha de su sanción, en este lo ideal será colocar el link que permitirá que el interesado se remita a la norma para conocerla en toda su integridad. Ej.: Ley Nro. 27.134 (29 de abril, 2015). Queda sobrentendido que fue oportunamente promulgada y publicada.

Otra técnica muy útil al lector será escribir el tipo de norma con mayúscula, para destacarlo bien del texto. Ej.: “el Decreto Nro. 365/ 2025”.

Para expresarse con corrección no hay que olvidar los puntos que señalan los miles; por paradoja este signo no se usa en las fechas. 



[1] Hay algunas constituciones de provincias que sí contienen normas sobre sus banderas. Ej.: Jujuy (artículo 65)- https://www.saij.gob.ar/0-local-jujuy-constitucion-provincia-jujuy-lpy0000000-1986-10-22/123456789-0abc-defg-000-0000yvorpyel.

[2] También puede ser emitidas por otros órganos a los que no me referiré.

[4] Elaborar una ley es un proceso complejo (sobre todo cuando existen dos cámaras, como en el orden nacional) en que participan tanto el Ejecutivo como el Legislativo. Puede abundarse al respecto en: https://www.congreso.gob.ar/leyes.php

[5] También existe la promulgación tácita, que ocurre por el mero transcurso del tiempo, generalmente luego de diez días hábiles en que se haya recibido el texto y el Ejecutivo no se haya pronunciado por su “veto” u “observación” (Ej.: Art. 80, Constitución Nacional- https://www.congreso.gob.ar/constitucionSeccion1Cap5.php). Estos términos suelen variar, ya se trate del ámbito nacional, provincial o municipal, pero sus efectos son similares; implican que el Ejecutivo cuestiona la totalidad de la norma o solo algunos de sus preceptos. 

[6] En el orden nacional se publica el “Boletín oficial de la República Argentina”, donde la normativa en concreto consta en la Sección Primera. Ahí existe una pestaña para realizar búsquedas avanzadas - https://www.boletinoficial.gob.ar/seccion/primera

[7]  También puede ocurrir que algunos preceptos sean inmediatamente obligatorios y que otros lo sean transcurrido determinada fecha.

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Banderas miméticas, tácticas o de baja visibilidad

La Bandera argentina en grises, verdes y otros colores

 

Por Miguel Carrillo Bascary 

No hay error en el título. La Enseña nacional argentina puede expresarse en tonos de colores que reemplacen a sus tradicional celeste/ blanco. La táctica militar justifica el cambio cromático y la Vexilología, avala esta sorprendente conclusión

Las escarapelas y la guerra

Hasta mediados del siglo XIX los ejércitos europeos se integraban con efectivos de distintos orígenes nacionales y regionales. Para distinguirse en el fragor del combate cada unidad llevaba divisas de colores, las escarapelas. La masividad de las tácticas bélicas en el siglo XVIII determinó que las escarapelas unificaran su diseño para simbolizar a las nacionalidades en pugna. Veamos algunos ejemplos: España adoptó la cucarda roja, Francia, la tricolor republicana (roja, blanca y azul) y Escocia, la azul con una cruz blanca en saltire.

Al comenzar 1812 fue el entonces coronel Manuel Belgrano quién solicitó al Triunvirato que se estableciera una “escarapela nacional” que representara a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Según se comprueba con varios retratos de la época, esa divisa primigenia tuvo centro celeste y borde (corona) blanco; se usó en sombreros, gorras y morriones para que fuera bien visible durante los combates. Cuando en julio de 1816 el Congreso de Tucumán fijó la actual composición de nuestra Bandera (celeste, blanca y celeste) la escarapela tomo el clásico aspecto que le conocemos. Los reglamentos sobre uniformes ratificaron su empleo en forma de botón, con tres círculos concéntricos celeste, blanco y celeste; pintada; esmaltada o elaborada con mostacillas de cerámica. Esta disposición aún se mantiene. La población civil también la usó, pero en el pecho, a la altura del corazón, elaborada con materiales muy diversos y con formas imaginativas.

El Ceremonial no regula mayormente a la escarapela; basta que se brinde un debido respeto. No es un “símbolo nacional” porque ninguna norma le asigna ese carácter, por lo que técnicamente no representa a la Nación, esto permite que se confeccione en formas infinitas. Pero, entonces, ¿qué es la escarapela? Se trata de un emblema que indica la nacionalidad de quienes la lucen permanentemente o en algunas ocasiones (por lo usual en las fiestas patrias y en sus vísperas); generalmente en el lado izquierdo del pecho o en la solapa del mismo lado. En los uniformes persiste en los cubre cabezas.

Los nuevos tiempos

El camuflaje es la habilidad por la que un objetivo intenta pasar desapercibido confundirse con el entorno que lo rodea. La técnica del camuflaje militar comenzó sistematizarse en el curso de la Primera Guerra Mundial (1914- 1918), pero su práctica es ancestral; deriva de la necesidad del hombre primitivo para disimular su presencia cuando acechaba a la caza o a un rival. La pintura que los guerreros de algunas culturas usaban como camuflaje también permitió diferenciar a las tribus en pugna. Durante las luchas por nuestra independencia, a fin de ocultarse en el terreno, los gauchos jujeños que combatían a las órdenes de Güemes, usaban ponchos de llama o vicuña, conservando el color natural del pelaje de estos caméllidos, con los que se disimulaban en el paisaje mayormente ocre propio de la región.

Por su parte, las grandes masas humanas que integraron los ejércitos desde el siglo XV hasta fines del XIX utilizaron uniformes, con gran diversidad de colores y vistosos diseños. A comienzos del siglo XX se generalizaron telas de colores apagados que caracterizaron a las principales nacionalidades. Casaca azul en Francia, caqui en E.Unidos, gris azulado en Alemania, Beige en Japón. Con la difusión del camuflaje la táctica bélica moderna originó textiles con que combatiente se mimetizan con el terreno en el que operan como un medio de defensa personal. La delincuencia organizada también demanda disimular a las fuerzas policiales en el entorno urbano.

La tecnología ha logrado diversas formas de pixelado para el teñido, dando lugar a infinitas composiciones. Por ello, los uniformes: son blancos y grises para operar en la nieve; de arena y ocres para planicies y desiertos; de diversos verdes, para bosques, selvas o praderas; azules y diversos grises para las intervenciones vinculadas a la seguridad general. Las unidades de elite de las fuerzas de seguridad interna también adoptaron uniformes camuflados, aunque su radio de acción sea netamente urbano.

La escarapela aún se usa en los uniformes militares de gala y en los sociales; pero en los operacionales se observa una tendencia internacional surgida en las últimas décadas, donde se la sustituye por la bandera (adicionando a veces el nombre del país). Se coloca sobre el pecho y/o en el tercio superior de uno o de ambos brazos, según lo determine la normativa aplicable.

Esto permite identificar la procedencia de los efectivos que emplean un mismo tipo de uniforme cuando integran fuerzas de tareas multinacionales; ya tengan funciones de observación o de pacificación; cuando protagonizan acciones bélicas o realizan maniobras de conjunto, en el caso de alianzas militares. Las piezas empleadas en los cuarteles mantienen los colores tradicionales de estas banderas, pero las destinadas a prácticas operacionales, donde el uso del camuflaje impera, adoptan los colores de los vexilos en distintas tonalidades, es que ni los símbolos nacionales pueden conservar su colorido en los equipos de combate, para no delatar la posición de sus portadores.

La moderna tecnología de bordado permite reproducir este tipo de divisas con pasmosa velocidad, aun tratándose de diseños realmente complejos.


 

La necesidad también se extendió a otros emblemas, como las insignias de grado, el señalamiento de las unidades y otros elementos de identificación.


En consecuencia, cuando las tropas argentinas y nuestras fuerzas de seguridad visten uniformes de camuflaje no prescinden de usar nuestra querida Enseña, pero esta se representa con los mismos colores que predominan en el resto del equipo.

Ha quedado reseñado que la Bandera nacional argentina puede representarse en extraños colores, atento a la cruda realidad de la táctica militar o policial.

Así se ha visto reemplazada aquella escarapela que reclamó Belgrano, la que lucieron sus hombres el 27 de febrero de 1812, cuando se izó por primera vez nuestra Enseña, la misma que usaron quiénes combatieron por nuestra Emancipación y en las diversas guerras que desde entonces empeñó nuestro país.

Comando paracaidista

Pese a todo, es indudable que en más de doscientos años han cambiado las formas con que los defensores de la soberanía y la seguridad nacional se identifican como argentinos, pero nada cambia en su espíritu de servicio cuando son llamados a la acción.