viernes, 30 de octubre de 2020

Ni agravio a la Banddera, ni divisa de la izquierda

La bandera de la barra roja en el alma de un pueblo

La bandera de Entre Ríos evidencia enorme popularidad

Por Miguel Carrillo Bascary

Con esta entrega quiero responder brevemente a varias consultas que me han llegado sobre el significado de las banderas argentinas cruzadas con una barra roja que se vieron con profusión durante las recientes movilizaciones en petición del desalojo de usurpadores de un campo de cercanías de La Paz, Entre Ríos.

Desde ya que no es ningún agravio a la Bandera argentina; tampoco es un emblema de la izquierda ni de algún partido político.

La bandera del caso es la que identifica oficialmente a la provincia de Entre Ríos, una de las 23 que integran la Argentina. Para quienes no son de esta nacionalidad cabe señalar que Entre Ríos tuvo un protagonismo significativo en la historia argentina desde los primeros momentos de la Revolución de Mayo de 1810.

El símbolo presenta una interesantísima evolución a partir de que el oriental José Gervasio Artigas, la concibió como emblema del federalismo. Las Provincias Unidas del Río de la Plata, espacio al que pertenecía la Banda Oriental (hoy República Oriental del Uruguay), no habían declarado su independencia pero desde el 27 de febrero de 1812 se usaba de hecho la bandera creada por el general Manuel Belgrano, bien que hacia 1814/ 1815 había variado al esquema de tres franjas, celestes al costado y blanco en el centro.

Artigas tomó esta enseña y la cruzó con una banda roja como manera de mostrar su sentir federalista.

Desde su campamento en los Potreros de Arerunguá, que hoy corresponden a los departamentos de Salto y Tacuarembú, el 11 de enero de 1815 Artigas izó por primera vez esta bandera en representación de la “Liga de Pueblos Libres”, que ocupaba el espacio del Este del antiguo Virreinato del Río de la Plata, y que respondían políticamente al caudillo.

Semanas más tarde, el 4 de febrero, Artigas escribió al gobernador de Corrientes, José de Silva. Allí consigna el significado de los colores: el blanco “símbolo de la distinción de nuestra grandeza”; azul, “de nuestra decisión por la República” y colorado, “de la sangre derramada para sostener nuestra libertad e independencia”. El Congreso General de los Pueblos Libres la adoptó oficialmente por decisión del 29 de junio de 1815. Interesa precisar que el término “azul” no debe tomarse literalmente ya que está probado que muy habitualmente se empleaba como sinónimo del “celeste” y viceversa.

Aunque la estructura original de la divisa fue la que más ampliamente se difundió, los jefes artiguistas usaron estos colores en diseños de una pasmosa variedad, como que el investigador Agustín Beraza ha identificado nade menos que 25.

Uno de estos jefes fue Francisco Ramírez de Entre Ríos, región que toma su nombre de los cauces del Paraná y el Uruguay. El mismo amplió su predominio abracando el territorio de lo que hoy son las provincias de Corrientes y de parte de Misiones formando una efímera República de Entre – Ríos (1820 – 1821), designación legendaria para el sentir local que no entrañaba ninguna aspiración secesionista como suele decirse ligeramente.

A lo largo de su historia Entre Ríos tuvo varias banderas, pero la que permaneció en la memoria popular fue precisamente la empleada por Ramírez. Hasta tal punto arraigó el diseño que cuando en Argentina desaparecieron las banderas provinciales, aproximadamente hacia 1880, la de Entre Ríos continuó en uso como una pieza histórica y del folklore local.

Fue en 1987, cuando por efecto del reverdecer del federalismo que se experimentó en Argentina luego de la recuperación de la democracia, algunas provincias buscaron reafirmar su identidad y lo manifestaron con sus bandeas. Las primeras fueron Santiago del estero (1985); La Rioja y Santa Fe (1986) 

Bandera oficial de la provincia de Entre Ríos

Entre Ríos se sumó a esta tendencia como resulta del Decreto Nº 879 de 1987; por iniciativa de la Dirección del Museo Histórico “Martiniano Leguizamón”. Por Ley Nº8343 de 1989 fue ratificada como tal.

Desde entonces el pueblo entrerriano se consustanció totalmente con su enseña, la luce en toda oportunidad, con total naturalidad. En consecuencia, no llamó la atención que se la viera en las demostraciones contra las fábricas de pasta de papel en Uruguay (2004/ 2006); en los actos que promovieron la resistencia agraria al aumento confiscatorio de las retenciones a la exportaciones y en cuanta otra movilización popular, cuya última manifestación ha sido el reclamo por el respeto de la propiedad privada de los últimos días.

Ecologistas con la bandera de Entre Ríos



jueves, 22 de octubre de 2020

Abanderado con una discapacidad específica

Problemas para mantenerse de pie 

(Fotografía difundida por diario "La Gaceta" de Tucumán)

Por Miguel Carrillo Bascary

En esta ocasión quisiera completar y extender la respuesta a una consulta que se me realizó hace algunos meses, por entender que emana esto puede orientar casos similares.

La consulta

“Buenas tardes. quería hacer una consulta, yo tengo una discapacidad motriz y en 7mo. grado cuando fui escolta de la Bandera Argentina caminaba, pero al tener poco equilibrio realmente la pasé mal estando tanto tiempo parada arriba del escenario, casi en el borde. En ese momento no se me ocurrió ni me lo ofrecieron, pero desde lo que es el protocolo y ceremonial.

¿Está contemplado que en casos como este el alumno pueda tener detrás suyo una silla para poder sentarse en caso de necesitarlo?”


Una respuesta

Primeramente, debe aclararse es que una persona con discapacidad tiene todo el derecho a desempeñar el alto honor de ser abanderado o escolta. Entiendo lo dicho está fuera de toda cuestión, por ser ya una pauta incorporada en el sentir general de la sociedad.

Respecto de lo preguntado, no existe una normativa ceremonial específica a nivel nacional, por lo que habrán de tenerse en cuenta las pautas que regulan el desempeño de abanderados y escoltas; junto con las disposiciones aplicables a las personas con alguna discapacidad.

Las discapacidades son tantas y tan variables que sería materialmente imposible legislar para la enorme variedad de casos y circunstancias.

En el anteproyecto de ley integral sobre el "Ceremonial de los Símbolos" que presentáramos auspiciado por el Instituto Nacional Belgraniano y que hoy se encuentra a consideración del Congreso Nacional se incluye un artículo marco que dispone:

“41. 9. Principio de no discriminación en particular. Ninguna persona con discapacidad puede ser privada de desempeñar la función de ser abanderado o escolta; en su caso, la autoridad competente procurará los medios necesarios para facilitar todo lo posible su desempeño […]”.

Consideraciones en particular

Las funciones de los que integran una escuadra de honor no deben causarles un esfuerzo superlativo; ni generarles pesares emocionales como por ejemplo, el experimentar temor de protagonizar una caída en público; menos aún puede comprometer su integridad física.

Desde la organización se deben arbitrar todos los medios para que en el desempeño del servicio se evite toda situación disvaliosa.

Otra pauta a considerar es, permitir que la persona con discapacidad desempeñe su cometido con la mejor performance, ya que llevar o acompañar a la Bandera, en toda ocasión y para todos, es una situación honrosa; pero también un desafío personal y una experiencia emotiva que muestra los logros personales que motivan la designación como tal.

Además, es oportuno señalar que la escuadra que porta la Bandera nacional solo debe permanecer en el escenario o en el espacio centro de la atención general, el tiempo imprescindible, no forma parte de la ambientación. La Enseña patria nunca debe quedar subalternada por eso debe retirarse antes de que comiencen las representaciones artísticas; el declamado de poesías y actividades similares. El problema son los discursos, los que afortunadamente tiende a ser cada vez más breves.

Cada situación merece un análisis particular para dar una respuesta adecuada, sin incidir en el protagonismo de la persona con discapacidad.

Como nos imaginamos, las soluciones pueden ser muchas y variarán de acuerdo al contexto en que se realice el acto y a las causas que lo motiven.

El caso en análisis

Decíamos que la consulta la hizo una niña de 7º grado de escuela primaria; convocada a escoltar la Bandera del establecimiento, en los actos habituales que allí se realicen. Las consideraciones siguientes también son aplicables a si hubiera sido abanderada.

Nos dice quien consulta que tenía una discapacidad motriz, la que eventualmente podía comprometer su equilibrio.

Esta ausencia de equilibrio no era permanente, sino circunstancial, eventualmente podemos suponer que al prolongarse la función por cierto tiempo, alguna falta de tonicidad muscular generaba una peligrosa inestabilidad. Lógicamente esto constituía un pesado lastre para la emotividad de la niña.

Podríamos deducir que desde la perspectiva de la alumna la discapacidad surgía en directa relación al tiempo en que debía mantenerse parada cumpliendo su función

Otra circunstancia a señalar es que, desde la escuela, o bien no se percibió el problema o, acaso, no se supo abordarlo. Estas carencias no debieron existir.

Vamos a considerar otra óptica de la situación. En un acto escolar típico existen varios momentos críticos que inciden sobre el desempeño de todo abanderado o escolta:

1.- El ingreso al lugar del acto

2.- El trayecto desde la entrada hasta la posición privilegiada que les está destinada.

3.- El canto del Himno Nacional acompañando o no el izamiento de la Bandera en el mástil

4.- La rendición de honores

5.- El retiro de la Bandera

Además, podrían agregarse otros; por ejemplo si el acto implica la toma de promesa a la Enseña nacional; si se trata de una misa; etc.

En todos estos momentos la atención de los presentes se centra en la Bandera de ceremonia y, por ende, en el abanderado y los escoltas.

Entre cada uno de ellos hay lapsos, donde la escuadra de honor permanece de alguna forma, pasiva o mediatizada.

Atendiendo a las necesidades de la niña de nuestro caso la organización del evento debería arbitrar lo necesario para acompañarle en la función y no dejarla librada a su resistencia física, pues esto puede derivar en muy serias complicaciones y, además, se expone a la alumna a un stress desmedido.

Este acompañamiento abarcará a la niña, a sus compañeros y los integrantes de la organización, en lo que primará respetar el parecer de la primera, nadie mejor que ella para saber si necesita ser complementada. Creo que esto es la actitud esencial, no corresponde sobre protegerla, pero tampoco dejarla sola con sus circunstancias. Menos aún ponerla en evidencia; lo cuál ocurriría, si algún colaborador equivocado le alcanzara una silla.

Desde ya, que toda acción coadyuvante será discreta y natural, mínima, si es posible deberá pasar inadvertida para el público.

Si como la consultante nos explicaba, su discapacidad entraba en fase crítica cuando llevaba mucho tiempo parada, es en la extensión de su participación sobre lo que se debe trabajar. En consecuencia, pareciera que en los momentos 1; 2 y 5 no habría problema.

En los ítems 3 y 4 la atención de los presentes se enfoca naturalmente sobre la Bandera que se iza o sobre el frente del acto en general, por lo que la enseña de ceremonia y su escuadra quedan fuera de foco. En estos momentos si la niña necesitara descansar bien podría retirarse hacia a atrás o entre bambalinas donde cabría que hubiera una silla dispuesta para ella; recompuesta su condición física podría retomar su puesto. Si fuera imprescindible, un tercer escolta podría sustituirla momentáneamente. A tal fin tendrían que haberse convenido alguna señal imperceptible para el entorno por la que la escolta titular solicita ser reemplazada.

Como en toda circunstancia el docente que acompaña la escuadra de honor tendrá un papel capital, donde deberá lucir su responsabilidad y oportuno protagonismo. No solo en el caso de un/a niño/a con discapacidad, sino en todos.

Es muy habitual que el abanderado o alguno de los escoltas experimente vahídos o alguna otra indisposición física a consecuencia de la falta de suficiente glucosa en sangre; por algún inoportuno ayuno; otras causas habituales son: la emoción del momento; el mismo stress; un problema digestivo; un resfrío fuerte o estado gripal o algún otro. Es ahí cuando el docente debe estar presto y, además, adoptar la conducta adecuada a la emergencia.

La práctica nos enseña que en estos casos el docente demuestra un nerviosismo superlativo que poco favorece a superar el problema.

Terminando

Como hemos visto las variables son muchas y los paliativos también; espero que algunos de los criterios tratados puedan orientar en las circunstancias que emerjan.

 

miércoles, 21 de octubre de 2020

Libro de regalo sobre el general Belgrano

Cuatro estudios sobre el general Belgrano

Carátula

BELGRANO: DOS SIGLOS DE LEGADO 1820-2020

Instituto Nacional Belgraniano. Bs. Aires. 2020. 156 páginas

Sumario

La travesía de Cerro y Zamudio. La búsqueda de un camino apto para carretas entre Chile y Buenos Aires - Fernando Enrique Barba

Belgrano en la Literatura argentina. Tres calas - Pedro Luis Barcia

ä Semiótica belgraniana: el poder de las imágenes en la revolución - Miguel Carrillo Bascary

ä Relaciones exteriores y búsqueda de legitimidad del gobierno revolucionario: La comisión diplomática de Manuel Belgrano y Bernardino Rivadavia a Europa. El “negocio de Italia” y sus relaciones con Manuel de Sarratea y el conde de Cabarrús (1813-1816) - Matías Dib

Ref.: ä artículos que incluyen temas sobre banderas y otros símbolos 

INTRODUCCIÓN

El Instituto Nacional Belgraniano presenta Belgrano: Dos siglos de legado 1820-2020, orientada a la investigación y a la difusión de la figura de Manuel Belgrano, en ocasión de cumplirse los doscientos años de su fallecimiento y el 250º aniversario de su natalicio.

Este Instituto fue oficializado por el Decreto Nº 1435 de 1992 del Poder Ejecutivo Nacional, fijándole como finalidad la divulgación de la vida y obra del prócer. Su principal competencia es la investigación histórica sobre este Padre de la Patria. Se aboca al estudio y registro de las denominaciones belgranianas, distintivos y emblemas.

El conocimiento sobre Belgrano se difunde a través del sitio en Internet del Instituto (www.manuelbelgrano.gov.ar); cursos y conferencias. Complementan la agenda federal, las actividades de divulgación de las filiales del Instituto en todos los puntos del país. Desde su creación, el Instituto ha colaborado con las autoridades nacionales, provinciales, municipales y privadas que han requerido asesoramiento, consejo o dictamen respecto de la fidelidad histórica en temas relacionados con Belgrano.

El libro Belgrano: Dos siglos de legado 1820-2020 tiene por objeto, satisfacer la demanda de aquellos que por distintos motivos le reclaman a este Instituto Nacional Belgraniano, como depositario de la memoria belgraniana.

Esta segunda entrega incluye investigaciones de especialistas en las diversas temáticas que han abordado aristas y facetas de la personalidad y del accionar del general Belgrano, contextualizadas en la época en que le cupo desenvolverse. Esta segunda “serie” de la obra incluye los trabajos que son investigaciones históricas propiamente dichas.; aportes sobre la figura de Belgrano y la historia argentina y americana que han sido distinguidos en esta entrega puesto que contienen un mayor sesgo de originalidad y severidad documental por su contacto directo con las fuentes primarias (mayoritariamente manuscritas y en muchos casos inéditas).

A lo largo de dichas páginas, el lector podrá toparse con investigaciones que procuran aportar nuevas luces a la interpretación de la labor de Manuel Belgrano en la etapa fundacional de la Patria, con la rigurosidad de estilo que exige la disciplina histórica. A través de esta importante iniciativa académica el Instituto Nacional Belgraniano, se gratifica hondamente de brindar el presente homenaje a un hombre que es “uno de los poquísimos que no tiene que pedir perdón a la posteridad y a la severa crítica de la historia”, como acertadamente dijera Domingo Sarmiento. En su lecho natal, Manuel abandonó esta vida terrenal pensando, según sus palabras, “en la Eternidad hacia donde voy y en la tierra querida que dejo”. A 250 años de su nacimiento y en el bicentenario de su paso a la inmortalidad, nos dejó un legado ineludible que debemos cumplir.

Lic. Manuel Belgrano - Presidente del Instituto Nacional Belgraniano

Notas:

El Tomo 2, recién publicado puede bajarse íntegramente desde http://manuelbelgrano.gov.ar/wp-content/uploads/2020/10/BELGRANO-TOMO2.pdf

El Tomo 1, dedicado a “Homenajes” puede bajarse desde http://manuelbelgrano.gov.ar/wp-content/uploads/2020/07/%E2%80%A2%E2%80%A2%E2%80%A2%E2%80%A2BELGRANO-TOMO1-4.pdf

lunes, 19 de octubre de 2020

Las banderas jamás deben quedar ocultas

Con la gracia de un elefante en el ballet

Serie: Problemas de Ceremonial

Las banderas jamás se presentan parcialmente ocultas

Por Miguel Carrillo Bascary

Las faltas de atención de las oficinas gubernamentales de Ceremonial siguen dando temas para el comentario.

Cabe recordar que los poderes ejecutivos son la cara visible de un gobierno. A sus poderes ejecutivos les corresponde representar a su nación ante la comunidad internacional y en este cometido el Ceremonial cobra una dimensión superlativa.

Por otra parte, los Ejecutivos ejercen el liderazgo ante su propio pueblo y todos sus actos exigen grados significativos de atención en los procesos de comunicación como vía de trasmisión de sus políticas y publicidad de sus actos.

Todos los poderes ejecutivos del mundo tienen una oficina especializada en Ceremonial. Tanto las democracias occidentales; los regímenes comunistas; los emiratos; los gobiernos populistas de izquierda y de derecha; los personalismos; todos. Los nombres y rangos burocráticos podrán variar, pero sus funciones son similares.

Como expresión de sus incumbencias, se supone que aquellos que las integran deben contar con una capacitación superlativa en materia de Ceremonial y Protocolo. En la práctica no es siempre así, en estos tipos de puestos a menudo se opta por la alineación política, con las negativas implicancias consiguientes.

Cuando todo funciona bien, a la formación académica personal de los ceremonialistas de ley se le suma la experiencia práctica acumulada por su constante desempeño, que se traduce en la responsabilidad de llevar adelante numerosísimos actos y ceremonias, cada día, día tras día. La labor de estos profesionales no es compatible con una jornada de ocho horas, demanda mucho más, aún en fines de semana y con vacaciones siempre postergadas por razones de servicio.

Además, la trayectoria institucional de cada oficina de ceremonial posee saberes y competencias de las que los funcionarios se sirven para cumplir sus actividades.

Pese a lo reseñado la alta exposición que implica el Ceremonial de los poderes ejecutivos importa la posibilidad de errores. Esto se magnifica si la competencia de sus funcionarios no se encuentra al nivel requerido.

Los deslices son ampliamente comentados en los medios profesionales; tanto del Ceremonial como de la diplomacia y la comunicación; para solaz de algunos y vergüenza de otros.

El caso de hoy

Otra toma del mismo problema

En la oportunidad les ofrezco el análisis de un grueso error ocurrido en el altísimo nivel de la  “Casa Blanca”, obviamente la corte del hombre más poderoso del mundo.

Creo que sería superfluo destacar el profundo respeto de los estadounidenses por su bandera nacional, lo que incrementa la sorpresa.

La fotografía que abre esta entrada nos permite señalar de qué manera se subalternizó la bandera nacional de E. Unidos y, también, la que representa al presidente de esta nación.

No se necesita ser versado en Ceremonial para advertir que las pantallas de TV colocados en ambos lados de la tribuna destinada al presidente de E. Unidos ocultan parcialmente las banderas, en una forma francamente inaceptable. La toma data de junio del corriente año.

Es evidente que ambos televisores fueron fijados en las pilastras que enmarcan la tribuna presidencial, con lo que el espacio destinado a las banderas quedó muy reducido ya que, si se hubieran centrado la figura del mandatario las habrías tapado.

¿Cómo debió procederse? 

La solución más simple y obvia es quitar los televisores, para permitir que las banderas luzcan en toda su plenitud. 

Si esto no fuera posible por cualquier circunstancia, debido a lo estrecho del espacio se debieron colocar los paños de las banderas por delante a los dispositivos electrónicos, aunque esto hubiera implicado cubrir una mínima porción de las pantallas. 

Las banderas se jerarquizan colocándolas por delante de las pantallas, la pérdida de visión implicada es mínima

La majestad de un símbolo nacional exige su protagonismo en todo momento, más aún cuando consideramos que la bandera representa al pueblo, en quién reside el poder quién también es el mandatario del presidente al que se destina la tribuna.

Conclusión

Es preferible capitalizar los errores ajenos para no vivenciarlos en nuestro diario desempeño. 

domingo, 18 de octubre de 2020

Los peligros de improvisar en Ceremonial

Una piedra y una percha en un acto oficial 

Presidente Alberto Fernández y gobernador Kiciloff
(flechas en rojo, los errores que se tratan en la nota)

Por Miguel Carrillo Bascary

En las intervenciones didácticas donde me toca participar suelo advertir que se debe extremar los cuidados cuando se concreta una presentación pública, ya que cualquier pequeño error que se visualice se magnificará en forma indefectible en la percepción general a través de videos y fotografías captados por las redes sociales y los medios de comunicación masivos.

Esto afecta negativamente la imagen institucional de la entidad organizadora y nos habla de falta de profesionalismo en los equipos de ceremonial.

Un caso en concreto

La reciente celebración del “día de la lealtad” llevó al Presidente de la Nación y al Gobernador de Bs. Aires a la isla Martín García, donde descubrieron un busto del general Perón.

La noticia política, que tuvo cobertura nacional, incluyó un ingrediente especial que no escapó a la percepción de muchos.

Por distintos medios varios lectores del Blog me hicieron llegar sus observaciones sobre dos negativas circunstancias en la ambientación de la ceremonia.

El protagonismo de una piedra

La primera de ellas es que, para asegurar que la bandera de ceremonia quedara bien firme en su lugar, se suplementó el pie colocándole una gran piedra o trozo de mampostería. Una desprolijidad que asombra en un acto de este nivel.

En esta toma ampliada se ve mejor de qué hablamos:

El protagonismo de una percha

El siguiente “detalle negativo” consiste en que, por detrás de la bandera se visualiza de manera harto evidente la percha que se había colocado para intentar presentarla debidamente. El objetivo no se concretó, obviamente.


En esta aproximación se constata el descuido con mejor visual y nos permite individualizar a una muy económica percha de plástico negro.


Para quien pueda pensar en alguna picardía del canal que hizo la toma que presentamos (Crónica TV), se acompaña la foto que corresponde a la cobertura a cargo del canal Oficial:

Los expansores

La ocasión se presta para detenernos en estos curiosos adminículos que no pueden faltar en número suficiente en todo departamento de ceremonial

Para quienes no conozcan las sutilezas del Ceremonial, les hago saber que cuando se presentan banderas de posición, con el fin de que luzcan con mayor presencia y que pueda observarse el atributo central (en el caso de aquellas como Argentina), se les coloca un dispositivo expansor oculto a la vista, por detrás del paño, y sujeto al asta, lo que le da cuerpo y luce mucho mejor.


Aspecto de una bandera carente de expansor y con el adminículo

Los expansores constan de dos varillas flexibles, que por un extremo se unen sobre una abrazadera que se sujeta al asta; mientras que en la otra punta llevan una pequeña pinza con resorte que sujeta el reverso del paño.

Cuando se carece de este accesorio suele reemplazarse por una simple percha de las que se usan para la ropa. Lamentablemente esta improvisación puede deparar sorpresas, como la que ocurrió en el acto oficial cumplido en la isla de Martín García.

Bandera con expansor (anverso y reverso)

Concluyendo


A los lectores que advirtieron ambos gafes, mis felicitaciones.


Corramos un manto de piadoso silencio sobre lo que evidencian estas fotografías.


sábado, 17 de octubre de 2020

Un tahalí histórico

¿Cuántas banderas habrá llevado?


Abanderado y escoltas 1983 (Facultad de Derecho; UBA)

Por Miguel Carrillo Bascary

Esta foto fue compartida recientemente en las redes como forma de reivindicar los méritos académicos del Dr. Carlos Fernando Rosenkrantz (*1958) con motivo de una campaña de desprestigio desarrollada desde alguna usina del poder. En ella destaca un detalle que justifica ampliamente este comentario.

El Dr. Carlos Rosenkrantz 

Rosenkrantz recibió por dos veces la honrosa responsabilidad de portar la Bandera Nacional. La primera ocasión fue en 1975, cuando terminaba su educación media en el Colegio Nacional “Domingo F. Sarmiento” de la ciudad de Buenos Aires. Su biografía indica que la segunda oportunidad fue en 1983, cuando se graduó de abogado como el mejor alumno de su promoción en la Facultad de Derecho de la Universidad de Bs. Aires; con un promedio final de 9.42. Esto lo destaca sobremanera teniendo en cuenta que el número y el grado de excelencia de quienes se gradúan en esa casa, una de las más prestigiosas de Latinoamérica. Sus orígenes pueden remontarse a 1814 (Ref.: http://www.derecho.uba.ar/institucional/historia). Entre sus estudios de post-grado Rosenkrantz acredita un doctorado en Yale. Hoy integra la Corte Suprema de Justicia de la Nación y se desempeña como su presidente. Pero, no es nuestro propósito referirnos a su persona; si se desea ampliar al respecto puede consultarse https://www.csjn.gov.ar/files/institucional/rosenkrantz.pdf

Volvamos a la fotografía que ilustra esta entrada. Allí se ve al joven graduado que porta la bandera de ceremonia de su facultad. En uno de los brazos de su corbata alcanza a leerse el nombre de la universidad de pertenencia. Lleva un tahalí muy oscurecido por el tiempo que luce el Escudo Nacional a la altura del pecho. Esta pieza es el objeto de nuestro comentario.

La confección de los tahalíes no está reglamentada en detalle a nivel nacional, excepción hecho de aquellos que sirven para transportar a las banderas de las Fuerzas Armadas y de Seguridad. 

La única referencia está contenida en el Decreto Nº858/ 1999, artículo 4º, que reza:

“Tahalí: Será de cuero forrado con igual tela y colores que la Bandera, terminado en una cuja del mismo material y características”.

Por tradición llevan en su cara externa los colores nacionales; mientras que su reverso es monocromático. Antiguamente se confeccionaban de cuero y se los forraba de terciopelo (éste parece ser el caso del fotografiado) o de gros de seda. Su recia constitución ha determinado que todavía presten servicio muchos de antigua data. Por caso, el Manual de Ceremonial y Protocolo de las universidades nacionales (Ac. Pl. Nº 836/12 ANEXO) reproduce casi textualmente al citado decreto, cuando en su página 18 dispone:

“Tahalí: será de terciopelo de seda con iguales colores que la Bandera, de 10 cm. de ancho, terminando en una cuja forrada con los mismos colores”.

Los paños de las banderas nacionales suelen acreditar unas dos décadas de uso promedio, si son bien cuidadas pueden superar esta data. En nuestra experiencia hemos encontrado algunos casos verdaderamente excepcionales de mayor antigüedad.

Por su parte, las corbatas también registran largo tiempo de servicios, pero los tahalíes suelen superarlas largamente.

La pátina del tiempo que vemos reflejada sobre el tahalí de la foto y la presencia del Escudo justifican una data que podría ubicarse quizás, a comienzos del siglo XX. Otra evidencia de su larga data es que el blasón central dejó de usarse en las banderas de ceremonia uso civil aproximadamente en los años 40. Solían bordarse con hilos de oro y sedas por lo que su supresión resultó una forma de abaratar el costo del accesorio.

Es cierto que a la vista del observador un tahalí oscurecido por el tiempo puede parecer inapropiado, pero para formular una justa crítica debe observarse que la antigüedad no es sinónimo de decrepitud, sino que evidencia la dignidad de un largo servicio. Emplear un tahalí desgastado y oscurecido es un gesto de austeridad institucional ya que se interpreta que, mientras pueda cumplir dignamente su función no debería descartarse. 

Lo que resulta claro es que la decisión de emplear este u otro tahalí no depende de la elección del abanderado, sino de la entidad que le confía su representación en el honor de portar la Enseña patria. Muy distinto sería el caso si presentara un aspecto ajado; deshilachado o si contiene manchas que lo desluzcan.

El tahalí es un accesorio de la bandera; por lógica no forma parte de ella. Su existencia se justifica en su función de permitir que el abanderado coloque el paño en la cuja, resaltando la presencia del símbolo en los momentos más solemnes de las ceremonias.

Abundando, respecto de los abanderados, la web oficial de la Facultad de Derecho (U.B.A.) consigna:

Las Colaciones de Grado. Este evento se efectúa periódicamente y en él prestan juramento egresados de las carreras que se cursan en nuestra Facultad. También es ocasión de entrega de premios y otras distinciones a profesores y alumnos. Lo presiden las autoridades y adquiere gran relieve por el marco adecuado (Salón de actos o Aula Magna), la entrada del Pabellón Nacional en manos de la/el abanderado/o y escoltas (mientras se oye la Canción de la Bandera), el Himno Nacional entonado por una soprano, acompañada por piano, (evocando las antiguas ceremonias), y la retirada de la Bandera, en tanto suena el Himno a Sarmiento. http://www.derecho.uba.ar/institucional/rinstitucionales/asuntos_institucionales_guia_visitantes_10.php

El Dr. Carlos Fernández

Adenda: durante la búsqueda de alguna fotografía más reciente de algún abanderado de la mencionada Casa dimos con la siguiente, que corresponde al doctor Carlos Fernández, promoción 1984, hoy afectado de esclerosis bilateral aminotrófica (ELA), la misma patología sufrida por Stephen Hawking. Sus referencias personales merecen destacarse, para ello podrá consultarse: http://elaargentina.blogspot.com/2006/07/hemos-recibido-la-visita-de-el.html

Al finalizar este breve comentario nos queda una pregunta;

¿continuará en uso el veterano tahalí que llevaron Rosenkrantz en 1983 y González en 1984?

 


jueves, 15 de octubre de 2020

Ceremonias excepcionales

Coronación de imágenes marianas

Nuestra Señora del Rosario, detalle 

Por Miguel Carrillo Bascary


Para el desarrollo de este post tomaremos como referencia lo ocurrido en la ciudad de Rosario (Argentina) ciudad que, como se sabe se desarrolló en derredor de la humilde capilla levantada a mediados del siglo XVIII. A la misma se le atribuyen milagrosas intercesiones. Previamente existió otra de la misma advocación que pertenecía a otra comunidad y que por esto debió ser devuelta.


Fue a fines de la década de 1930 que el entonces obispo de Rosario, monseñor Antonio Caggiano, promovió un especial reconocimiento a la Santísima Virgen María en su advocación de Ntra. Señora del Rosario, cuya imagen se venera en el lugar desde 1773, año en que llegó de España. 

La coronación canónica de las imágenes de la Virgen María es una de las formas más solemnes y excepcionales de la devoción. No todas las imágenes de la Virgen se coronan canónicamente, aunque todas llevan este tipo de atributo.

Las primeras coronaciones se remontan al siglo XVII; fueron los padres Capuchinos quienes las promovieron en origen como culminación de las misiones que protagonizaban. En la ocasión solían recoger joyas donadas por los fieles, como signo de conversión y desprendimiento, que fundían para confeccionar una corona para la Virgen. Así, en el origen remoto del rito se advierte que la corona es signo material de compromiso de vida, algo en lo que el ritual actual insiste muchísimo.

El rito subraya la devoción hacia una determinada advocación mariana, particularizada en su imagen y consiste en imponerle una corona (o coronas, si ésta lleva al Divino Niño).

Durante el rito, se ciñe primero la corona a la imagen del Hijo y luego a la de la Madre; lo que evidencia reconocer la natural prelación que existe entre ambas personas. Es importante señalar que los católicos adoran a Dios (la Trinidad: Padre; Hijo y Espíritu Santo); a María se la venera, no se la adora.

La Virgen, es Madre del Hijo de Dios y como tal es rey mesiánico, lo que se evidencia con la corona signo que se extiende a su progenitora. Además, es “reina del pueblo”, de la Iglesia; mediadora amantísima de las gracias que Dios (y no Ella) concede a quienes se lo piden (recordar su intercesión en el conocido episodio evangélico de las Bodas de Caná de Galilea)

Las coronaciones son dispuestas por el Papa, en cuyo caso se las designa como “pontificias”; pero recientemente el santo papa Juan Pablo II autorizó que también las dispongan los obispos. Obviamente no todas las imágenes de la Virgen María son coronadas en la forma indicada. Esto ocurre respecto de aquellas que concitan mayor devoción en los fieles y que acreditan una importante antigüedad (hoy el culto debe ser superior a los 50 años); además se requiere acreditar que son centros de peregrinaciones o de un particular arraigo del culto en una región o país. 

Es especialmente importante que los fieles entiendan que la verdadera corona que recibirá la Virgen, son ellos mismos y que es signo de los frutos de una vida de fe expresada en la caridad. Por esto, toda coronación va precedida de un verdadero “estado de misión” para que los fieles adviertan la importancia de la conversión personal; de la solidaridad con sus hermanos y de la unión en la Iglesia.

La ceremonia se concreta durante la celebración de la Eucaristía (misa) particularmente solemne presidida por un obispo. En ocasiones también puede participar el nuncio apostólico, o sea el embajador del Papa ante la nación de que se trate; también es habitual que se sumen otros obispos, como manifestación de la participación de la Iglesia toda. Luego de la homilía (el sermón) se produce el rito de la coronación, y se continúa la misa. En la actualidad este rito admite otras variantes. Los interesados pueden consultar: https://liturgiapapal.org/attachments/article/1015/6.18.pdf

La coronación de histórica imagen de Ntra. Señora del Rosario ocurrió el 5 de octubre de 1941, vísperas de la fiesta universal de tal advocación. Había sido autorizada por S. S. el Papa Pío XII a fines de 1939.

Tuvo carácter extraordinario por la movilización misionera y popular que implicó. Literalmente fueron decenas de miles las personas que se acercaron a la Iglesia en la ocasión. Participaron de la preparación diversas instituciones y asociaciones de todo tipo. 

 

Un momento de la ceremonia

Para confeccionar las coronas se solicitó a las señoras de familias más pudientes que colaboraran donando algunas joyas de su uso personal; 850 respondieron favorablemente. Paralelamente se concretó una gran colecta de otros bienes con lo que se formó un fondo para gastos y para distribuir a los más necesitados. Debido a la pequeña talla de la imagen (unos 60 cmts. además de la corona se la dotó de una importante aura doble, lo que la resalta a la vista de quienes la contemplan. 

En la actualidad se venera la imagen histórica en el camarín ubicado en el subsuelo de la iglesia Catedral de la ciudad de Rosario.


Altar dedicado a la histórica imagen

Como una forma de paliar la desocupación que por entonces afectaba mucho a la ciudad, también se promovió una gran obra pública que demandara gran cantidad de mano de obra. Esta fue el edificio desatinado al Colegio Normal Nro. 3 que fue una construcción modelo en su tipo y que aún hoy presta ventajosos servicios, a casi ochenta años de su finalización.

Edificio levantado en la ocasión