CEREMONIAL GAUCHO
DE LAS BANDERAS NACIONALES: la Oficial Argentina y la de la Libertad
Civil
(Apuntes de Ceremonial para gente de a caballo)
Por
Miguel Carrillo Bascary (1)
INTRODUCCIÓN
Es indudable que
nuestra Argentina “se hizo a caballo”. Las
épicas acciones de guerra de las caballerías
gauchas en tiempos de la Emancipación nacional, perviven en todos los que
hacen un culto de las tradiciones vernáculas. Hasta bien entrado el siglo XX y
aún en la actualidad, en ciertas regiones, el equino fue un eficaz medio de
producción al servicio del agro y de la ganadería. También de transporte en las
vastas inmensidades de la pampa y la Patagonia, así como entre los montes y
serranías. Aún más, en nuestra patria entre el hombre y el noble bruto existe
un vínculo entrañable y esencial que se remonta que sus cascos volvieron a
ollar la América traídos desde las colinas ibéricas y desde los desiertos
norafricanos. Hoy le corresponde a nuestra generación mantener vigente este legado.
La presencia gaucha en las fiestas
populares y en las conmemoraciones cívicas o patrióticas siempre se espera con
particular ansiedad. Nadie deja de emocionarse a su paso. Los variados pelajes de
los animales y sus diferentes aperos ofrecen un abanico único de colores,
texturas y sensaciones. Las vestimentas de jinetes; hombres; mujeres; niños o
ancianos, son valoradas por todos los públicos y expresan los ricos
particularismos locales, tan cambiantes como los múltiples paisajes argentinos.
La gente goza con los desfiles gauchos; donde las banderas agitadas por la
brisa al rítmico golpear de los cascos en la marcha, aportan un dinamismo
particular y expresan su inocultable identificación con el sentir nacional.
El uso de banderas está íntimamente ligado con la
tradición ecuestre argentina, por eso es natural que el Ceremonial se exprese en esta dimensión, tan
cara a nuestros sentimientos y que se de al gauchaje el lugar que se merece.
Sabemos que en Argentina no hay una norma general que
regule el ceremonial y el protocolo de las banderas. Las disposiciones que
existen dejan muchas lagunas que se llenan apelando usos y costumbres, no
siempre coincidentes.
Quienes hablan,
escriben o trabajan con el Ceremonial y el Protocolo han omitido considerar
cómo deben conducirse quienes tienen la alta responsabilidad de llevar las
banderas a caballo en desfiles, actos y otras circunstancias. En esta
publicación procuramos remediar la omisión.
Este ensayo aporta lineamientos específicos, pero
no pretende ser una norma de acatamiento riguroso. Se trata de una guía, que
recopila diversas disposiciones, usos y costumbres.
En el curso del año
2015 el Congreso Nacional reconoció a la “Bandera
Nacional de la Libertad
Civil ” como “símbolo patrio histórico” (Ley Nº27.134) este
hecho tan significativo nos motivó para preparar este aporte. Consideramos que
así lo demandaba una bandera de tamaña significación, reverenciada por los
gauchos jujeños desde el mismo momento que el general Belgrano se las entregara
como honroso testimonio del heroísmo del pueblo durante el Éxodo y del valeroso
desempeño en las batallas de Tucumán y Salta. En la preparación de estas
directivas intentamos cumplir con la voluntad de diversas instituciones
tradicionalistas que desean integrar al nuevo símbolo al Ceremonial y Protocolo
que cumplen los abanderados gauchos y las entidades que los agrupan. Tratamos
de hacerlo, en forma ordenada y sistémica.
Agregamos también otros
aspectos relativos al Ceremonial, que si bien tienen aplicación general pueden
ser de interés para las agrupaciones tradicionalistas. Nos comprometemos a
considerar las observaciones que se nos formulen sobre omisiones o aspectos
opinables.
Para mayor ilustración ilustramos
las principales circunstancias que tratamos con fotografías tomadas de diversas
fuentes, a todas ellas les agradecemos sobre manera; pidiendo disculpas por
alguna omisión que pudiera haberse deslizado. Eventualmente, a solicitud de su
autor, las retiraremos o a dejaremos constancia fehaciente de su nombre.
Testimoniamos aquí
nuestro reconocimiento por el asesoramiento especial que recibimos de la señora
Silvia Yapura, de la “Asociación La Gauchita" y los amigos Gabriel
Alemán (presidente de la “Asociación Gaucha Jujeña”); Joaquín Carrillo (presidente
del “Instituto Belgraniano de Jujuy”); Luis Grenni (miembro de número del “Instituto
Nacional Belgraniano”; historiador y profesor de Semiótica); Héctor Medina León
(expresidente de la “Asociación Gaucha Jujeña”; que también fue director de
Ceremonial de la Gobernación jujeña); Darío Portal (presidente de la “Federación
Gaucha Jujeña”); Misael Soria Linares (canciller de las “Caballerías Gauchas”),
así como de José Lorenzo Villafañe (titular de la “Agrupación Belgraniana Tucumán - 27 de Octubre 1812").
Una inmensa gratitud a todos
los gauchos y gauchas, cuyo ejemplo permitió elaborar este documento y que día
a día dan testimonio de argentinidad para las futuras generaciones.
En definitiva,
coincidiremos todos que elaborar un Ceremonial específicamente adaptado a las
entidades tradicionalistas era más que una necesidad, ya resultaba
imprescindible.
Rosario, “cuna de la Bandera
nacional”, abril 2016.-
Miguel Carrillo Bascary (1)
Principio general
Cuando se llevan banderas
a caballo y en otros eventos en los que participan las instituciones
tradicionalistas, se aplican los mismos lineamientos de uso general que
consagran el Ceremonial y el Protocolo vigente, con las adaptaciones
pertinentes.
El mandato principal es honrar a nuestras
Banderas nacionales en todo momento, sin que nada afecte sus respectivas identidades
de símbolos patrios. Ellas son emblemas de nuestra nación, de nuestra soberanía
y expresan las realidades y valores de la argentinidad. En consecuencia, corresponde
tener presentes todos los cuidados y consideraciones generales; particularmente
aquellos que se aplican a los abanderados y escoltas que marchan de a pie.
Abanderado/a
Corresponde a cada
agrupación decidir quién o quiénes serán sus abanderados, según lo estipulen
sus reglamentos internos. Solo se demanda que el/la elegido/a tengan la
habilidad ecuestre y las condiciones físicas para desempeñarse adecuadamente y
rendir tácito honor a la enseña que porta.
En las marchas
evocativas, desfiles y otras ocasiones similares donde alguna persona se
caracterice como uno de nuestros próceres, es fundamental que sea adecuadamente
instruido en el protocolo de la Bandera nacional que porta. Considérese que
todas las miradas están puestas un él y que cualquier error o negligencia
repercutirá negativamente en el público. Un abanderado no se improvisa.
1 -
Don Abel Figueroa (97 años) en el “Festival del Caballo”, Bragado - 2008
(Fuente: papelmundo.blogspot)
Cuando un abanderado
se desplaza a pie usa un tahalí para
aliviar el peso de la enseña; pero si va montado no lo necesita por que la cuja
cubre esa función. De todas maneras no hay prohibición de emplearlo, como se ve
en este raro ejemplo:
2 - Abanderado montado usando
tahalí durante un desfile en Ushuaia (Fuente: blog Piedra On Line)
Escoltas
El uso ceremonial en
nuestro país consagra que toda bandera desfila con dos escoltas, no más. El mismo principio se aplica cuando se marcha
a caballo.
La costumbre indica
que los escoltas montados no llevan bandas;
pero tampoco está prohibido que lo hagan. Interesa conocer que la función que
determina la existencia de este adminículo era la de sostener la espada del
escolta de bandera.
Algunas agrupaciones
tradicionalistas acostumbran equipar a los escoltas con “lanzas” (chuzas) un arma fue probadamente usada por las caballerías
gauchas durante todo el siglo XIX. Estas piezas ceremoniales serán de unos dos
metros y medio de largo (dimensión de las empleadas por los “Granaderos a
Caballo”) pudiendo extenderse hasta los tres.
Para montar, el
escolta tomará la lanza con su mano izquierda, junto con las riendas, de tal
forma que el palo quede inclinado sobre la cruz del animal, con la punta hacia
lo alto. Si el escolta fuera de muy baja estatura o la lanza fuera más corta
que lo indicado, la prudencia aconseja que la punta se coloque sobre el suelo,
así se evitará cualquier peligro si el animal llega a realizar algún movimiento
brusco al ser montado.
También es tradicional
que las lanzas se ornamenten con cintas argentinas o banderolas,
que pueden tener diversas formas (triangulares; “cola de golondrina”; cuadradas
o rectangulares). Hay completa libertad en este aspecto y también en materia de
colores ya que sus paños pueden ser monocromáticos; bicolores o ajedrezados.
3 - Gauchos salteños escoltas de la Bandera nacional (Fuente: Wikipedia)
17 - Portaestandartes de la “Confederación Gaucha Argentina” y
de la “Federación Gaucha de San Juan” (Fuentes: web de la Confederación Gaucha)
Corbatas
25 y 26 -Chuza y lanza de piedra tallada
4 – Abanderado y escoltas del
“Centro Gaucho de Yala”, Jujuy
Tipos de banderas
I. a) La Bandera Oficial de la Nación. Como todos sabemos, fue creada por
el general Manuel Belgrano en Rosario, el 27 de febrero de 1812, y la oficializó
el Congreso de Tucumán en 1816. Es la celeste, blanca y celeste, lleva en su
centro el Sol que aparece en las primeras monedas patrias, tal como lo dispuso
el Decreto nacional Nº10.302 de 1944. Sus características textiles, medidas,
proporciones y accesorios están regulados por el Decreto nacional Nº1650/ 2010
y las normas IRAM contenidas en el mismo.
5 - Modelo oficial de la Bandera Argentina, según el Decreto Nº 1650/ 2010
I. b) La Bandera Nacional
de la Libertad Civil. Tiene como modelo aquella que el general Belgrano creó y entregó al
Cabildo de Jujuy el 25 de mayo de 1813. Es enteramente blanca, con un escudo
central cuyo diseño fijó la Ley nacional Nº27.134 que la reconoció como
“símbolo patrio histórico”. Sus características textiles, medidas, proporciones
y accesorios son similares a los de la Bandera Oficial de
la Nación. Como el diseño oficial fue estipulado en el curso del año 2015, a la fecha subsiste
el uso de ejemplares similares pero no idénticos. Corresponderá que sean
cambiados, a la brevedad posible.
6 - Modelo oficial, según la Ley Nº 27.134 (Imagen diseñada por Francisco Gregoric)
7 –
La Bandera de la Libertad Civil frente a la Iglesia Catedral de Jujuy
(Fotografía: Joaquín Carrillo)
II. Bandera
de la Ciudad
del Vaticano (tal su nombre oficial), en la acepción general es conocida
también como “pontificia” o “papal”. Numerosas agrupaciones
tradicionalistas la han incorporado a sus ceremonias y participaciones. Según
la normativa del Estado Vaticano está formada por dos campos iguales;
verticales; de color amarillo (junto al asta) y blanco, en el vuelo, donde carga
el emblema papal, las llaves cruzadas representativas de la potestad de San
Pedro, con la tiara o corona papal sobrepuesta. Oficialmente es cuadrada, pero en
nuestro país generalmente se la presenta con forma rectangular, apaisada y, la
mayor parte de las veces, sin el emblema (ver imagen marcada con un asterisco), salvo en las
iglesias, claro está. Si se usa con franjas horizontales no le corresponde el lugar protocolar que es propio del modelo
oficial, pues técnicamente no es una “bandera del Vaticano”; más adelante
ampliaremos esta anotación.
8 - Modelo oficial 2000 (aporte de Francisco Gregoric)
9 - Emblema oficial (Aporte de Francisco Gregoric)
III.
Banderas de estados extranjeros. En
ocasiones pueden incorporarse a las ceremonias tradicionalistas. Como señal de
respeto a los países a los que representan deben ser fieles reproducciones de
los modelos establecidos por la legislación foránea.
IV.
Banderas provinciales y/o de las ciudades o pueblos. Tendrán los diseños que disponen las normas vigentes. En
el Anexo 1 presentamos una galería
de sus composiciones oficiales.
V. Banderas históricas. Se
emplean por razones diversas, motivadas por las tradiciones y las referencias
geográficas. Entre ellas destacamos:
a) La
bandera del Ejército de los Andes suele verse en los desfiles y ceremonias
de las regiones geográficas vinculadas a su tradición. Como también es la bandera
oficial de la provincia de Mendoza y el emblema del Ejército Argentino, si no
se emplea en carácter de enseña provincial, debe reconocérsele especial
carácter oficial y goza de precedencia respecto de todas aquellas que tengan
naturaleza histórica.
14 y 15 - Otras dos formas
que puede adoptar la bandera del Ejército de los Andes
(Imágenes:
Francisco Gregoric)
b) Otras banderas históricas. Entre
ellas encontramos a la “bandera ciudadana” de San Juan; la enseña de la Colonia
Galesa de Chubut y la que identificó a la Confederación Argentina, que se ve en
la provincia de Buenos Aires. Puede consultarse el Anexo 1 c), al final de esta obra.
VI. Otras banderas, que por
diversos motivos sea pertinente emplear. Tendrán precedencia entre sí la/s que haya/n
sido reconocida/s por alguna disposición legal (ley, decreto u ordenanza) por
sobre aquellas que no gocen de esta condición. Entre ellas hallamos las que
identifican a pueblos originarios; movimientos sociales y otras comunidades. El
anexo gráfico que presentamos al terminar este ensayo ilustra muy bien este
punto.
Observación: ninguna enseña puede ser de mayor tamaño o de género de mejor calidad que los empleados para las
banderas nacionales; ítems I a) y I b)
Estandartes institucionales y guiones
Sus dimensiones;
características y materiales son totalmente libres y se adoptarán según la
decisión de cada institución y las tradiciones vigentes. Por lo demás, todo lo
dicho para las banderas y la forma de llevarlas se aplica a este tipo de
emblemas y a sus portadores. Las fotos siguientes muestran una interesante
variedad.
16 - Portaestandartes de diversas instituciones
En los desfiles los
guiones o estandartes pasan delante de las banderas porque su función es anunciar la presencia de la institución. Usualmente
indican su nombre; la procedencia y, a veces, la fecha de su fundación; en el
caso de los estandartes se suma algún emblema característico.
Materialidad. Los estandartes son de naturaleza textil;
penden de un travesaño (astil) que forma cruz con el palo que lo sostiene, esto
facilita que puedan leerse con facilidad. A veces se complementan con cintas;
trenzas de cuero o lana; cordones y borlas. Los guiones se confeccionan en
cueros de diversos animales; madera o de otros materiales rígidos.
18 y 19 - Guión del “Centro Gaucho Yala”, Jujuy (Fuente: web click.jujuy)
Equipo
El conjunto “bandera de desfile” consta de
varios elementos: paño; asta; moharra; regatón; corbata; cuja y también el pie.
En el año 2010 el Gobierno nacional dictó el Decreto Nº1650/ 2010, que oficializó diversas normas IRAM que
regulan con gran precisión técnica todo lo relativo a la Bandera oficial y sus
accesorios. La Ley N º27.134
dispuso que las imágenes de la “Bandera Nacional de la Libertad Civil ”
respeten las mismas pautas.
20 - Bandera de desfile con
asta, moharra y corbatas reglamentarias
(Fuente: gauchoguacho.blogspot.com)
Esta normativa se aplica por analogía a
cualquier otra bandera que puedan utilizar las entidades tradicionalistas. Por lo tanto, corresponderá
que las dimensiones, características y materiales del paño; asta, moharra; regatón;
la corbata y el pie se ajusten a esas reglas; con
algunas excepciones que trataremos específicamente.
Corbatas
Este implemento es de
uso tradicional en nuestro país y en muchos otros. Consta de un moño y dos
cintas que penden desde la base de la moharra. Además de su evidente función
ornamental, en su origen servían para que en ellas se colocaran las
condecoraciones y premios que recibían las unidades militares en su conjunto.
En la actualidad es factible bordar en las citas el nombre de la entidad a la
que pertenezca una bandera, esto ocurre desde que a mediados del siglo pasado
se prohibió colocar inscripciones a los paños de las banderas. En l a actualidad solo se permiten leyendas en las banderas militares.
Para ambas banderas nacionales y para las otras que sean de naturaleza oficial,
sus corbatas siempre deberían ser las reglamentarias; pero puede admitirse
cierta liberalidad en el caso de aquellas provincias y municipios, donde sus
características no están expresamente reguladas. En estos casos podrá
prescindirse de usarlas o bien, les puede adicionar un moño con cintas de unos
diez centímetros de ancho aproximadamente que tenga los colores principales del
paño.
Como la “Bandera
Nacional de la Libertad Civil” es también la enseña oficial de la provincia de Jujuy desde 1994 (Ley Nº4816),
cada agrupación de este origen tiene la posibilidad de usar la corbata celeste,
blanca y celeste con las inscripciones “23 de Agosto de 1812” (fecha del Éxodo
Jujeño) y “18 de Noviembre de 1834”
(batalla de Castañares, donde Jujuy conquistó su autonomía); pero también pueden
prescindir de ellas, según resulta de la Ley Nº27.134 y la ley jujeña Nº5776. Sin
embargo, entendemos que el alto honor que implican estas leyendas hace muy
recomendable su empleo como forma de evidenciar la plena autonomía provincial,
tal como lo prevé la ley jujeña Nº5772.
Si se decreta duelo oficial, lo correcto es colocar un crespón o bien, una o dos cintas
negras junto a la corbata. Una muselina de igual color enrollada al pie de la
moharra puede admitirse como sucedáneo.
21 - Bandera de ceremonias con crespón (Foto: Ejército Argentino)
Liberalidades
Razones vinculadas a los
usos y costumbres vigentes en diversas regiones del país justifican la
posibilidad de apartarse de lo establecido por el Decreto Nº1650/ 2010, en los
siguientes casos, aunque las referencias consignadas no son taxativas:
a)
En
cuanto al paño: la norma IRAM –DEF D 7679 /2002 (Anexo C del Decreto), sugiere que
sus dimensiones sean de 144
centímetros de largo por 90 de ancho; pero, las banderas destinadas a ser llevadas a
caballo pueden tener un formato más pequeño para facilitar su empleo, a
condición de que se mantenga la proporción de largo y ancho que expresa la
pauta legal. Esta licencia se justifica en las ordenanzas militares realistas,
que admitían para las banderas empleadas por la caballería una menor dimensión,
éstas recibían el nombre de “estandartes”. De tal manera se facilita su portación
a caballo y se dificulta que el paño azote la cabeza del equino. Sin embargo,
es usual que algunas agrupaciones usen banderas
con paños más grandes para dar mayor espectacularidad a la pasada, obviamente,
que todo esto dependerá de una apreciación subjetiva, que puede generar resultados
contradictorios en la apreciación general.
b)
El
asta reglamentaria dispuesta por la
norma IRAM que citamos se elabora en madera de “palo blanco” (Calyphyllum multifionum); aunque se
admite emplear el guayaibí (Cordia
americana) u otra especie similar. Eventualmente, podría sustituirse por una
caña tacuara (bambú americano- Guadua spp.), expresando como fundamento que este
material fue emplearon por las caballerías gauchas para sus lanzas. En la
región Sur, donde esta caña no abunda puede reemplazarse por la coligue (Chusquea culeou), cuyo peso es mayor por ser maciza. Se
deberá cuidar que la incidencia del paño no haga combar, la caña pues eso desluce
al conjunto. Corresponderá que la madera esté lustrada, no pintada. Es
inadmisible usar un caño metálico; menos todavía un tubo plástico.
22 - El asta está formada por una caña (Fuente: web diario Los Andes)
c)
La
moharra se compone de una punta de
lanza y una media luna en la base, tal lo estipulado por la normativa nacional que
citamos. Eventualmente podría cambiarse por una hoja de cuchillo, de tijera de tuzar
o esquilar; o bien, por una pieza de
hierro aguzada (chuza), como muchas veces hicieron nuestros gauchos. Con
igual fundamento en la tradición secular podría usarse una piedra tallada en
forma de punta de lanza, a la manera
india.
23 y 24 - Hoja de cuchillo y de tijera de tuzar 25 y 26 -Chuza y lanza de piedra tallada
d)
Es facultativo adicionar al asta una manija, algo más larga que la de un rebenque (para una mayor
comodidad). Era la forma en que los pampas usaban la lanza, consiguiendo dar
mayor firmeza al agarre. En su caso, se confeccionará con tientos trenzados o
de suela; pero considerar que esto implica perforar la madera para dar lugar a
un pasador, lo que debilita la resistencia del asta.
27 – Lanza con manija
e)
La
falta de corbata reglamentaria. No
debería ocurrir si se trata de la
bandera oficial que usa la entidad tradicionalista; empero, remitimos al
párrafo visto donde hablamos del accesorio. Eventualmente, la falta puede
disimularse usando cintas u otra fantasía, como puede verse en la siguiente
toma:
28 - Bandera con cintas en
vez de corbata (Fuente: web Surnoticias)
Un accesorio fundamental
La cuja es un aditamento
que merece un tratamiento intensivo, porque es fundamental para los abanderados
de a caballo. Su mismo nombre indica que es un elemento cóncavo que sirve para
encajar allí el regatón del asta-bandera y descargar su peso aliviando al
portador y facilitando su transporte. Su boca será suficientemente amplia para
que en caso necesario el abanderado pueda retirar el asta de su encastre.
La cuja se coloca
pendiente de la estribera derecha o del mismo estribo, a gusto del usuario. Se
confecciona en suela o cuero crudo, a manera de un cubilete firmemente cosido o
remachado; también podrá ser de madera tallada o formarse con la punta de un
cuerno vacuno. Hemos visto, incluso, cujas hechas con una lata de conserva
forrada con cuero o piel.
Confección de una cuja de cuerno: se puede ahuecar
el cuerno mediante un procedimiento mecánico de abrasión practicado con una
punta aguzada; una mecha de torno manual o bien, se apelará a la mejor
tradición telúrica de colocar el cuerno fresco (cortado recientemente) en un
hormiguero y dejarlo allí varias semanas hasta que los insectos hayan devorado
el interior blando y dejado la cornamenta lista para el uso buscado.
Seguidamente se la enjuaga con lavandina diluida; luego se repite la operación
empleando detergente y agua caliente; tras lo cuál se deja secar perfectamente
durante varias horas; bajo el Sol fuerte, preferentemente. Después se aplica a
pincel un sellador líquido y finalmente se le da un acabado, con sucesivas
manos de cera o laca para impermeabilizarla y darle mayor duración, esto evitará
que genere mal olor. Si se elige un cuerno que ya está muy seco se hierve en
agua entre dos o cinco horas para que se ablande un poco, lo que permitirá
trabajarlo.
Mojadura: si una cuja de cuero se moja mucho hay que
secarla lo antes posible para evitar que se contraiga y que luego dificulte
introducir el asta.
Advertimos contra dos costumbres bastante
difundidas que
pueden tener resultados negativos:
a)
Colocar el asta dentro de la caña de
la bota; además de dar
una imagen muy poco elegante, puede ocasionar imponderables (Hemos sabido de
que un jinete perdió el control de su bandera y que el asta actuó como una
palanca provocándole una fea quebradura);
b)
Depositar el regatón sobre la
superficie cóncava de la bota; también se desaconseja; ya que sorpresivamente el asta puede resbalar
sobre el cuero bien lustrado y perjudicar la elegancia del desfile; además la
capellada del calzado se afecta con el roce y la presión del regatón.
33 y 34 - Sosteniendo el asta con el empeine (Fuentes: Miguel Carrillo y alveary.com, respectivamente)
Si el abanderado es una mujer que monta a la
usanza tradicional,
igual llevará la bandera sobre la derecha del animal, porque esta es la
posición de honor definida por el Ceremonial. Para fijar la cuja se colocará un
aditamento a la silla o se instalará en la argolla derecha de la cincha.
(Fuentes: 35, Miguel Carrillo Bascary; 36, web Clickjujuy)
Funda
Para transportar la
bandera a los actos y desfiles no es imprescindible contar con una funda, pero resulta
muy cómodo, casi necesario.
Este accesorio es una
bolsa alargada; de lona fuerte; con las dimensiones adecuadas para contener el
paño arrollado en torno al asta, junto con la corbata. El extremo superior
puede llevar una pequeña incisión para permitir que pase por allí el vértice de
la moharra o bien podrá estar cerrado, en este caso es prudente colocar un
refuerzo de suela en la punta, para que el vértice aguzado no perfore la funda.
Usualmente es difícil conseguir fundas en el mercado, pero no se necesita
demasiada habilidad para confeccionarla.
37 y 39 - Modelos de fundas para banderas de ceremonias: cerrado y de
boca sin tapa
Se puede transportar la
bandera con el asta ensamblada o dividida en las dos secciones que la componen,
según sea el largo del accesorio. El paño se enrolla al asta, con todo cuidado.
La corbata permanece atada. Una correa de extensión variable brindará mayor
comodidad al portador.
Pie o portabandera
Este otro accesorio se
empleará para mantener la bandera de ceremonia debidamente armada en el
interior de la sede institucional. Sus características están definidas en el
Decreto Nº 1650/ 2010, pero se admite emplear otros soportes elaborados con materiales
dignos como mármol, piedra o madera tallada. Si en un mismo lugar se exhiben
varias banderas en conjunto la regla es que todos los pies sean idénticos. En
caso contrario corresponderá que las enseñas nacionales ocupen los de
confección más jerarquizada.
Desfiles y otras ceremonias
Preliminares.
a) El
equino- Descontando la pericia ecuestre de quién lleve la bandera hay que
tomar en cuenta que el animal no sea marcadamente asustadizo porque el batir
del paño puede provocar alguna sorpresiva espantada u otro comportamiento
aleatorio que perturbaría peligrosamente a quienes participan del desfile;
incluso se podría afectar al público espectador. Todo riesgo debe evitarse y
para ello hay que preverlo, en lo posible. Obviamente que no se recomienda el
uso de padrillos por más jinete que sea el usuario. En cuanto a las yeguas con
cría, en principio, no debería haber inconveniente pero habrá que conocer muy
bien los animales para resolver si conviene presentarlos. En el Anexo 2 se consignan algunas
referencias sobre la preparación del montado.
b) El/
la jinete. Como todo criollo/a corresponderá que ensille personalmente su montado.
Si eventualmente se le trajera ya listo no quedará eximido/a de verificar la correcta
colocación de la cabezada, el freno y las riendas; siguiendo por el acomodo del
apero; del cinchado; las estriberas y la cuja. Cualquier error u omisión puede
perjudicar la corrección de una pasada.
c) El asistente.
Durante los preparativos, otra persona ubicada a la derecha del animal sostendrá
la bandera, evitando que flamee para no complicar la operación. Cuando el
jinete esté debidamente montado, tomará la enseña que le alcanzará su asistente
y la colocará en la cuja.
39 - Alcanzando la bandera (Fuente: web
visitingargentina.com)
Es perfectamente
factible y digno que alguna agrupación tradicionalista desfile a pie. Son múltiples las circunstancias que pueden
determinar esta modalidad.
40 - Desfile de la Asociación “La Gauchita” de Jujuy (Fuente: diario El
Pregón, Jujuy)
Orden de precedencia
Las banderas
nacionales (la Oficial y la “de la Libertad Civil”, en este orden), siempre recibirán
la más alta consideración. Según el Protocolo les corresponden a ellas los
primeros lugares de precedencia.
Les seguirán, en esta secuencia: la enseña papal; la bandera
oficial de la provincia a la que se represente; luego irán las municipales y
finalmente las otras que puedan usarse, ordenadas según sus correspondientes
categorías. A tal fin se aplicarán las reglas “del centro” y “de la derecha”
que son propias del Ceremonial.
Cuando una entidad
tradicionalista participa como institución en una ceremonia no debe faltar la Bandera Oficial de la
Nación. Cualquier otra enseña es de uso facultativo.
Si eventualmente se
incorpora una bandera extranjera,
pasará con preferencia a la correspondiente a la provincia.
La bandera de la provincia que sea local
tiene precedencia sobre las otras. Estas últimas se acomodan por orden alfabético.
Un principio general
da precedencia a las banderas castrenses
y de las fuerzas de seguridad (en este orden) que participan de la
ceremonia, por sobre cualquier otra. En su caso el Ceremonial militar dispone
que un oficial de las órdenes pertinentes para posicionar y desplazar a todas
las banderas que intervengan.
Pedido de autorización para iniciar el desfile
Esta tradición tiene
un muy antiguo origen militar. En principio no corresponde que un abanderado acompañe a la delegación que solicita
la autorización. Las banderas deben permanecer siempre al frente del grupo
que desfilará. Si así no fuera se daría preferencia a la bandera de una
institución en particular por sobre las restantes.
Orden de pasada
En cada agrupación las
banderas podrán adoptar diversas posiciones,
según: sus costumbres particulares; lo que disponga el organizador de la
conmemoración u otras circunstancias atendibles; pero siempre hay que guardar
la debida precedencia.
a) Esquema clásico: como se dijo, abrirá la marcha el
portador del guión o estandarte institucional; seguido del presidente de la
entidad; luego vendrá el abanderado con la Enseña Oficial de la Nación ; después quién lleva
la “Bandera Nacional de la Libertad Civil”; más atrás el que conduce la enseña
papal; seguido del que porta el pabellón provincial y, finalmente, quién hace
lo propio con el lábaro que representa a la ciudad o pueblo, según corresponda.
41 – Orden de pasada: guion;
presidente de la entidad; Bandera oficial; “Bandera de la Libertad
Civil” y los miembros de la
“Federación Gaucha de Jujuy”. (Fuente: El Tribuno, Jujuy)
En principio, cada abanderado irá acompañado de sus respectivos escoltas, formando un triángulo de
lados iguales; con el primero por vértice, hacia adelante. El hocico de los
equinos de escolta no debería sobrepasar el plano imaginario de la cola del que
monta el abanderado. Entre éste último y sus escoltas se dejará el espacio que
corresponda al largo de un caballo, como máximo.
Entre cada escuadra quedará un claro
equivalente al largo de dos equinos, aproximadamente; lo que permitirá que
todos puedan lucirse. La regla es: “ni encimarse, ni extenderse en demasía”.
b) Otras posibilidades, implican un menor impacto visual
pero pueden justificarse en diversas circunstancias, como las que tratamos
seguidamente:
b. 1) Marcha de los
abanderados en una línea: siempre irá a la derecha quién lleva la Enseña oficial de la Nación,
luego el de la “Bandera de la Libertad Civil” y así sucesivamente, guardando
siempre el debido orden de precedencia.
42 - Abanderados marchando en línea (Fuente: web
revistaidentidad.com - Foto: Gustavo Tracchia)
Observar como se respeta el
orden alfabético: Corrientes; Entre Ríos y Santa Fe
b. 2) Ordenamiento con
la Bandera oficial adelante y en el centro: a su derecha estará la “de la Libertad Civil”
y sucesivamente se ubicarán las otras, en forma alternada, dando siempre precedencia
a la derecha.
43
- Un ejemplo fotografiado en el Uruguay, su bandera nacional en el centro,
seguida
por las dos enseñas históricas: la de Artigas y la de los “33 Orientales”
(Fuente: web La Prensa de la Zona Oeste)
Cuando se adopta un dispositivo de banderas
en una sola línea, los respectivos escoltas pueden formar otra, atrás, a
espaldas de los abanderados.
Los guiones y estandartes
institucionales no llevan escoltas.
Posición del abanderado
Por razones de
protocolo y tradición la bandera se sostiene
con la diestra (aunque el abanderado sea zurdo), de manera que la mano quede
aproximadamente a la altura del pecho del jinete; su brazo irá extendido hacia
la derecha; a unos veinte centímetros aproximadamente por delante del plano
toráxico. El codo se lleva levemente flexionado, en ángulo con el asta (bien
encastrada en la cuja) y con el eje que forman el torso y la pierna derecha. El
asta va por delante de la pierna. Esta aposición otorga el mayor control
posible sobre el conjunto asta-bandera.
Para las abanderadas
mujeres que montan a la usanza tradicional la posición es mucho más incómoda
por que exige un mayor esfuerzo a los músculos del hombro derecho.
44
y 45 - Correcta posición durante la marcha (Fuentes: 44 web Jujuy al Momento; 45: gauchosdesantiago.blogspot)
Si algún movimiento descoloca el asta de la
cuja, se la volverá a su lugar con la mayor naturalidad y prontitud posible. No olvidemos que la elegancia de
la pasada es un factor fundamental en todo desfile.
La forma poco ortodoxa de llevar una
bandera sin asta entre dos jinetes requiere
una pieza de mayores dimensiones y muy buena coordinación entre los portadores.
46 - Llevando una bandera
entre dos jinetes (Fuente: web El Malvinense)
También es factible portar una gran bandera de izar entre cuatro o más jinetes. Se deberá marchar en
forma acompasada y en paralelo; poniendo gran atención ya que si alguno pierde
el paño éste arrastrará por el piso.
47 – Jinetes portando una gran
bandera de izar (Fuente: web
Confederación Gaucha Argentina)
Incluso es posible preparar una bandera procesional o de desfile, cuya
extensión admita ser portada por una gran cantidad de jinetes. Para facilitar
la operación pueden coserse cintas al paño de las que se tomarán los miembros
de la comitiva.
48 – Bandera de formato procesional o de
desfile, “Asoc. Tradicionalista
Arrieros de Valle Fértil”, San Juan (Fuente: web
Diario de Cuyo)
Elevación de las banderas
Los abanderados
pedestres ponen la enseña “en cuja”, en las siguientes situaciones:
· Cuando ingresa en un recinto la bandera de ceremonia
del establecimiento o institución que invita.
·
Mientras se izan banderas en un mástil.
·
Cuando se toma juramento o promesa a la Bandera o a
la Constitución.
·
En la ceremonia de cambio o condecoración de una
bandera.
·
Mientras se canta el Himno nacional; el provincial o
el de otro estado.
·
Durante el toque o “minuto de silencio” o “de
homenaje”.
·
Al paso de otra bandera de ceremonia o de la más
alta autoridad presente.
·
Al paso del Santísimo Sacramento o de la imagen de
Nuestra Señora o santo/a en cuya festividad se participe.
·
Durante la lectura del Evangelio, la Consagración y del
paso Santísimo Sacramento, en las ceremonias de la Liturgia católica.
·
En los sepelios, cuando pasa el féretro del difunto.
·
Mientras se imparte una bendición (de cualquier
culto que sea).
En todos estos casos el jinete abanderado
colocará el regatón sobre su pantorrilla derecha, de tal forma que la bandera se eleve y
sobresalga netamente en las formaciones. También podrá apoyarlo en la
sobrepelliz. Puede optarse entre ambos procedimientos con total libertad ya que
en este punto no hay ninguna disposición legal expresa ni tampoco hay
coincidencia de pareceres.
49 - Sobre elevando la bandera (Fuente:
rosario.gov.ar)
Las abanderados a
caballo mantendrán el asta en la cuja
al desfilar frente a la Bandera nacional izada o ante las autoridades, porque
esta posición favorece el lucimiento del símbolo.
Finalizado del recorrido
El jinete se aproximará
a la persona que le recibirá la enseña, de forma que ésta quede ubicada a la derecha del montado. Aquietado el
equino, el abanderado retirará el asta de la cuja y el ayudante la tomará con
ambas manos al mismo tiempo, de tal manera que una de ellas (preferentemente la
derecha) abarque el asta y el batiente del paño. De esta manera se evitará que
el género toque el suelo o que su agitar espante al caballo.
Ingreso o egreso de un recinto
Ingresan en primer lugar las banderas de las
entidades visitantes y en último la enseña oficial correspondiente a la institución
local. Para el retiro se procederá a la inversa. Esta pauta se aplica tanto a
caballo como de a pie.
El locutor o maestro de ceremonias se
anticipará a la entrada de la Bandera en un recinto solicitando que los
presentes se pongan de pie; hagan respetuoso silencio y la aplaudan cuando se
concrete. Cuando finalice la ceremonia el locutor anunciará el retiro de la o
las banderas presentes; los asistentes se pondrán de pie y aplaudirán su paso.
Ninguna autoridad puede retirarse antes de que hayan salido todas banderas. Recién
entonces se producirá la desconcentración de los participantes.
En las ceremonias religiosas las banderas
ingresarán procesionalmente al templo acompañadas de aplausos, antes que el sacerdote
celebrante. Respetando siempre las directivas del obispo del lugar y teniendo
en cuenta las dimensiones del recinto y las costumbres locales, se ubicarán: tanto
en el presbiterio (espacio sobre elevado donde se encuentra el altar); como en
el crucero o en los laterales de la nave. Siempre se retirarán en procesión, antes
que el celebrante, también acompañadas del aplauso de los presentes. Lo propio
ocurrirá durante un Te Deum.
Posición en un escenario u otro recinto reducido
Cuando el espacio no
permita el lucimiento de los diferentes abanderados se privilegiará a los que
llevan a las banderas oficiales de la Nación, luego a los portadores de la “Bandera
Nacional de la Libertad Civil” y finalmente a los restantes. Los escoltas
quedarán en un discreto segundo plano, al igual que las banderas; guiones o
estandartes.
Si el espacio
disponible fuera muy reducido se preferirá que suban a él las banderas
nacionales; las restantes pueden colocarse en otra posición, por ejemplo en los
laterales del salón.
Aplausos
Este gesto tan
tradicional es una demostración de adhesión; de reconocimiento respetuoso y
hasta de alegría. La regla indica que siempre se aplaude cuando ingresa la
Bandera , pero en algunas regiones persiste la tradición
de omitir esta demostración cuando se retira. Esta última costumbre entra en
pugna con las prácticas más recientes y extendidas; donde el aplauso brota de
manera espontánea. Para evitar discordancias corresponderá que el locutor o
maestro de ceremonias se anticipe y diga: “Aplaudimos
el paso de nuestra Bandera”; la sutileza gramatical permite soslayar
cuestionamientos.
Quienes participen de
un acto comenzarán el aplauso cuando la enseña se encuentra a unos cinco metros
de la posición que ocupan, aproximadamente. Se sostendrá hasta que se complete el
retiro de la última enseña que haya participado de la ceremonia.
Vivas
En ocasiones el
locutor del acto o alguna autoridad participante puede vivar a la Patria; a un
prócer; a la Virgen María o a otra entidad. En algunas regiones, si los
abanderados están formados acompañan y replican la exclamación, al par que
levantan levemente sus banderas o estandartes. No corresponderá este acto si se
trata de un “viva” espontáneo proveniente de alguien del público.
Saludo con banderas
Este ritual implica
inclinar el asta de la enseña formando un ángulo de unos cuarenta y cinco
grados. En nuestro país las banderas nacionales no saludan ni a la mayor
autoridad del Estado, el presidente, ni a otras banderas.
Marchas evocativas en columna
Es principio general
que los abanderados van a la cabeza
de la columna principal, procurando mantener el orden de precedencia que
corresponde a sus respectivos emblemas. Algunos jinetes podrán adelantarse para
ir abriendo camino. Durante las marchas es fundamental equipar al apero o
recado con una cuja, para comodidad del portador. Caso contrario la tarea puede
transformarse en un verdadero sacrificio.
50
- Durante la “Décima Marcha Evocativa: Jujuy / Salta”.
Vemos
a la Bandera argentina; seguida de la Nacional de la Libertad Civil
(que también es la insignia oficial de Jujuy) y la que corresponde a la
provincia de Salta (Fuente: web
clikjujuy)
Galope
Cuando un abanderado se
desplaza al galope corto, puede
llevar el asta-bandera en la cuja. Si lo hace al galope tendido (vareada) tomará
el asta unos centímetros por arriba de su centro métrico; para equilibrar así el
peso del paño desplegado.
51 - Recreación de la carga de los Granaderos en San Lorenzo (Fuente: Ejército Argentino)
En ancas
No es usual, pero nada
impide que el abanderado lleve a su paisana en esta posición.
52 - Abanderado llevando a su paisana (Fuente: folk-er blogspot)
Banderas extranjeras
Su participación es
muestra de la común herencia criolla de los pueblos americanos; resulta bastante
usual en las zonas de frontera. En su caso, las delegaciones foráneas desfilan
precediendo a las nacionales, como una señalada muestra de hospitalidad. Si
fueran varias las naciones extranjeras, se ordenarán alfabéticamente por su
nombre.
53 - Gauchos riograndenses
con las banderas de Brasil y de Río Grande do Sul
(Fuente: web mocadosohno.com)
Numerosos extranjeros que llegaron a nuestro país durante el siglo XIX se integraron perfectamente a los usos del criollo y adoptaron la mayor parte de sus pautas culturales, además supieron conservar el recuerdo de sus respectivas culturas que transmitieron a quienes los sucedieron. En la actualidad no es extraño que algunos de sus descendientes reivindiquen aquellos orígenes foráneos y que participen de las ceremonias tradicionalistas portando las banderas de sus respectivos países. Así, los herederos de los “gauchos judíos” afincados en las provincias de Entre Río y de Córdoba, suelen desfilar con la bandera de Israel. En Chubut se emplea habitualmente la enseña nacional de Gales, correspondiente a los primeros colonos. Mientras que en otras regiones de la pampa pueden aparecer las banderas de Irlanda, llevadas por los sucesores de los hijos de Erin que tan amable acogida tuvieron en nuestro país cuando debieron emigrar para poder sobrevivir a la hambruna de su patria) y también de de Escocia, estos últimos descendientes de los primeros ovejeros que se radicaron en la provincia de Bs. Aires. Por su parte, en el NOA, donde la inmigración proveniente del Medio Oriente fue muy numerosa se registra el uso de la bandera Siria.
Gaucho portando la bandera del
estado de Israel (Fuente: web Cambio 2000)
Vehículos de tracción animal
La Bandera oficial de
la Nación se lleva a la derecha, en el lugar de honor; por lo tanto, el
abanderado debe ubicarse en el pescante en esa posición y el conductor a la
izquierda. Si hubiera un asiento posterior, el abanderado puede ir en su
centro. La “Bandera Nacional de la Libertad Civil”, se coloca en el sector
opuesto.
Sólo cuando no se
disponga de acompañante podrá fijarse el asta de la Oficial a la estructura del
vehículo, siempre a la derecha del
conductor. Corresponderá extremar las previsiones para que el asta quede bien
firme, evitando toda la posibilidad de que la bandera se caiga.
54 - Sulky con bandera en correcta posición (Fuente: web quedigital)
Es tradicional también que los carruajes y las
carretas evocativos se ornamenten
con cintas o flores con los colores patrios.
Teñido de las flores celestes. Se toma un
recipiente con agua mineral sin gasificar a temperatura ambiente; se vierte en
ella anilina vegetal en la proporción deseada y se mezcla muy bien. Se toman
flores con tallo largo y se lo corta en un pronunciado bisel; manteniendo las
hojas. Luego se colocan en el preparado y se dejan en un lugar con luz natural para
favorecer la absorción. Luego de dos o tres días la flor alcanza su mayor
tonalidad y queda disponible para el uso. Entre las especies más difundidas las
que mejor se prestan al teñido son: las calas; claveles; margaritas; gladiolos
y rosas.
55
- Sulky representativo del “Jardín Santa Clara”, Salta ornamentado con
los colores nacionales, no con banderas (Fuente: web salta.gov.ar)
En ciertas regiones se
acostumbra llevar en procesión alguna
imagen religiosa utilizando carros ornamentados con banderas. Las fotografías
siguientes demuestran la forma correcta de hacerlo:
56 - Carro procesional ornamentado con banderas (Fuente:
web Voces-El Litoral)
57 - Procesión a caballo (Fuente: web
Voces-El Litoral)
Colocación de ofrendas
Corresponde el rol
protagónico al titular de la institución a quién podrán acompañar otros
referentes. Se aconseja que no sean más de cuatro. Un asistente de protocolo
alcanzará la ofrenda. La principal autoridad sostendrá la corona, en solitario
o contando con la colaboración de quienes le sigan en rango; el resto de los
acompañantes se desplazarán apenas por detrás de los primeros. Si se trata de
una ofrenda floral pequeña o de una palma, puede llevarla solamente el
titular de la entidad. En el caso que los protagonistas de la colocación son
varones en su mayoría y también se encuentre alguna dama en el grupo, se
considera un gesto de galantería gaucha que se le otorgue uno de los lugares
más destacados en la operación, acompañando a la principal autoridad.
La delegación avanzará con solemnidad (ni muy rápido
ni con demasiada lentitud); con la mirada hacia el frente, sin saludar ni
distraerse con el entorno. Se desplazará por el centro del recinto o por la
nave del templo, si fuera una iglesia. Tras depositar la ofrenda la comitiva
dará un paso atrás y permanecerá un instante en esta posición. Si se hace un toque de silencio, quienes entregan la
ofrenda permanecerán frente a la misma hasta que culmine. Posteriormente darán
media vuelta, al unísono y siempre girando hacia la izquierda, volverán sobre
sus pasos hasta ocupar los lugares que les correspondan.
58 – Colocación de una ofrenda votiva (Foto: Joaquín Carrillo)
Guarda y mantenimiento
Las banderas de ceremonias se conservan en
el despacho del titular de la
institución o en el principal recinto de
sesiones de la entidad; enastadas; colocadas sobre un pie y, de ser posible,
dentro de una vitrina, lo que facilitará su correcta preservación. Si se poseen
varias banderas, la Oficial argentina siempre ocupará la posición más jerarquizada,
las otras se colocan respetando el orden de precedencia, siempre tomando a la
anterior como referencia. Nunca se la debe cubrir el paño con material plástico
transparente.
Para favorecer su
conservación, periódicamente, conviene extender el paño sobre alguna mesa para hacerle
un cepillado o aspirado suave, lo que removerá la mayor parte del polvo que
pudiera haberse depositado. Luego se le esparcirá con un spray algún producto
insecticida (antipolilla y ácaros).
Un aspecto que suele
generar desencuentros radica en la posibilidad o de no de lavar las banderas. Ninguna
norma lo prohíbe, aunque esta versión está muy difundida. En realidad, corresponde lavarlas siempre que su estado lo demande pues debe asegurarse su digna
presentación. El lavado no les “quita el honor” que pudieran haber merecido.
Tampoco “pierden” la bendición recibida, como también lo asevera una falsa pero
extendida creencia popular, al respecto se destaca que todos los textiles
sacros (corporales) que se usan en el momento más sublima de la Liturgia
católica, la Consagración, se levan cada vez que resulta necesario. Las únicas banderas que por tradición secular
no se lavan son las militares, ya que la sangre de sus portadores con la que
pudieran estas manchadas y el polvo de las batallas son su timbre de honor.
Las enseñas de
ceremonias se higienizan mediante el procedimiento de “lavado en seco”. Lo
mismo cabe para las corbatas. En el
caso de los tahalíes puede hacerse
lo propio, salvo que sean de cuero revestido pues los químicos empleados pueden
reaccionar con los usados en el curtido y existe la posibilidad que se manche
la cubierta de colores.
Las banderas de izar se guardan encanastadas,
dentro de una caja o cofre vidriado (al menos en su tapa) que se hallará en
despacho de la más alta autoridad institucional o en el salón de reuniones de
la comisión directiva.
Procedimiento para la baja
La baja una bandera de izar se concreta en
una sencilla ceremonia presidida por el titular de la entidad, acompañado de
algunas personas que oficiarán de testigos; nada impide que estén presentes otras
personas. El procedimiento indica que primero de recorta el Sol (o cualquier
otro atributo que tenga la bandera, si fuera de otra condición; provincial, municipal,
etc.) Luego se corta o desgaja el paño por sus costuras. Posteriormente se
incineran los restos y sus cenizas se esparcen al viento sobre un lugar que
corresponda a la dignidad del símbolo; otras opiniones aseveran que deben
guardarse en una urna. Si la entidad propietaria no tiene de naturaleza oficial
y si el elemento no está inventariado no es necesario levantar acta de la
ceremonia. En el caso que una bandera de izar tuviera valor histórico o
institucional se preservará en un cofre vidriado o vitrina; junto a una tarjeta
que reseñe su trayectoria y el motivo de su conservación.
No hay ninguna norma vigente que regule el
procedimiento de baja con el debido detalle. Solo puede señalarse una antigua resolución ministerial
dictada en los años 70 que regia para las enseñas escolares del sistema
nacional. La disposición estipulaba que la incineración se realizaría sin
participación del alumnado y “en recinto un cerrado”; hoy se considera que esta
normativa es inaplicable; en primer lugar, porque nada autoriza que se oculte
el destino material de una pieza que ha finalizado su vida útil; en segundo,
porque el humo que se produciría hace materialmente inaplicable la directiva. De
todas formas, el ámbito de aplicación era muy limitado, las escuelas de jurisdicción
nacional.
Se preservan las banderas de ceremonias que hayan
llegado al fin de su vida útil. Se las guardará debidamente acondicionadas
acompañadas de una tarjeta en donde consten las referencias sobre las
principales ceremonias o actividades en las que se usó; la fecha de baja y toda
otra circunstancia que puede considerarse adecuada. Periódicamente se abrirá la
caja o vitrina que las contenga para permitir su aireación y se les aplicará un
spray antipolilla.
Himnos y composiciones oficiales
El decreto nacional del 25 de septiembre de
1928 estipuló que en los actos oficiales se debe ejecutar la versión del Himno
nacional preparada en 1860 por el maestro Juan Pedro Esnaola; la norma fue
ratificada por Decreto nacional
Nº10.302 de 1944 En consecuencia, los arreglos musicales que
en las últimas décadas han preparados muchos artistas solo podrían utilizarse
en las ocasiones de menor solemnidad. Eventualmente se admite que el Himno se entone en las lenguas de los pueblos
originarios.
Desde el año 1900 solo
se canta el coro, la primera y la última cuarteta, lo que se explica en un
razonable espíritu de fraternidad para con el pueblo español, evitando así la
dura terminología de algunos versos, que era propia de la Guerra por la
Independencia. Se interpreta en tono Sí
bemol, lo que permite adaptarlo a la generalidad de las voces.
Al Himno nacional
deben cantarlo todos los presentes, a
viva voz; incluso el abanderado y los escoltas. Durante el mismo se adopta
la posición de pie y se entona con la cabeza descubierta, excepto: los
uniformados; los abanderados gauchos y sus escoltas que permanecen con los
cubrecabezas propios de su condición. Sin embargo, en algunas regiones los
gauchos se descubren al cantar el Himno; no así el abanderado que solo debe
concentrarse en su función. Ambos usos tienen validez.
Como señal del debido
respeto, se aconseja que antes de cantar el Himno, el locutor recuerde a los
presentes que se aplaudirá “recién cuando
termine el último acorde musical”. Lo propio se hará cuando se trate del
himno provincial o el de una nación extranjera.
Iguales previsiones se
adoptarán respecto de los himnos
provinciales (si los hubiera); canciones representativas u otro himno o
composición musical oficializado en la jurisdicción de que se trate.
Escudos oficiales
No corresponde que una
institución privada utilice el Escudo nacional como propio o como parte del
diseño de sus emblemas; pero no hay ninguna disposición que impida colocarlo en
frontis; escenarios y otros lugares de honor de los edificios o recintos
privados; aunque los usos y costumbres mayoritariamente limitan su uso al
ámbito oficial.
Lo mismo ocurre con respecto
a los blasones de provincias, municipios y comunas.
63
– Modelo oficial del Escudo Nacional esculpido en el Monumento a la Bandera
(Foto: Miguel Carrillo Bascary)
Escarapelas y otros ornatos
La escarapela no es un símbolo nacional, sino un
emblema que denota la nacionalidad de su portador, por esto puede adoptar
diversas formas y tamaños y admite que se confeccione en los más diversos
materiales. Un extranjero también puede
usar la escarapela argentina, como señal de su pertenencia afectiva a nuestro
país.
Lo usual es llevarla sobre
la izquierda del pecho (“sobre el corazón”); en el frente o en la base lateral
del sombrero. En las boinas se destacan sobremanera colocándolas en su vuelo.
Santiago del Estero se
distingue por haber adoptado una escarapela particular que denota la
identificación con esta provincia.
64 - Escarapela santiagueña
Hay quienes gustan
colocar una cinta con los colores
nacionales rodeando la copa del sombrero. Es común que las mujeres usen una
vincha, rebozos o atuendos con los mismos colores, según una costumbre que
enraiza en la mismísima Semana de Mayo de 1810, donde muchas damas patriotas se
distinguieron usando rebozos celestes y blancos.
66 - Niñas con vestidos
alusivos (Foto: web
Vacaciones para armar)
También es tradicional el uso de pañuelo;
poncho y otras prendas con iguales colores.
Algunas personas
acostumbran adornar la cabezada del
equino con una escarapela o cintas celestes y blancas; suelen causar un lindo
efecto y particularizan al animal. Nada lo prohíbe, también esto es cuestión de
buen gusto.
(Foto: Miguel Carrillo Bascary)
Donde se acostumbra
presentar tropillas, suele adornarse a la madrina.
En el Noroeste es usual hacer lo propio con los burros cargueros; llamas y
alpacas que participan en los desfiles conmemorativos.
Flores emblemáticas
69 - Flor del ceibo
En 1942 una decisión
presidencial (Decreto Nº138.474/ 42) declaró al ceibo como “flor nacional” y desde entonces se la
emplea tradicionalmente como elemento de ornamentación en las fiestas patrias y
otras ceremonias similares. Para que destaque su vívido color rojo convendrá
acompañar la presentación con el follaje propio de este árbol. Es factible
complementar el bouquet con otras especies, particularmente aquellas de color
blanco.
Algunas provincias han
reconocido a ciertas flores como
emblemas locales que muy bien pueden usarse en ocasiones de significación.
No es necesario observar ninguna disposición protocolar para con ellas, solo el
buen gusto debe servirnos como guía.
Atavíos
El ropaje de quienes participan en una ceremonia guardará la debida
dignidad. En este sentido los reglamentos
de las diversas entidades son sumamente exigentes y claros; Por su parte,
en cada región hay usos y costumbres particulares. No se precisa mostrar
riqueza, pero es imprescindible vestir con dignidad, con las prendas limpias,
botas lustradas o alpargatas en condiciones. Ya lo anticipa el dicho: “dignos y limpios”. Es completamente
inapropiado emplear banderas como capas.
Sombrero
Como es parte del
atuendo gaucho quién lo vista siempre debe llevarlo colocado y con barbijo,
esto evitará que un golpe de viento los descubra, particularmente a quienes
ofician de abanderado o escoltas.
Como señal de respeto
y buena educación hay que descubrirse
durante la ejecución del Himno nacional o de un país extranjero; cuando se lee
el Evangelio; durante la
Consagración ; al recibirse una bendición y al paso del
Santísimo Sacramento o de la imagen religiosa en cuya conmemoración se
participe.
70 - Abanderado a punto de
descubrirse, lo que no debe hacerse (Fuente: web cuartopoder bragado/ recorte)
Los abanderados gauchos, montados o no, deben
permanecer cubiertos en todo momento, aún en aquellos que tengan una mayor
solemnidad, como ceremonias religiosas o en un funeral. Toda su atención debe
estar dedicada a la enseña que conducen. En algunas regiones se admite que los
escoltas se descubran.
Quienes no cumplan
estas funciones podrán quitarse el sombrero durante el saludo, cuando se pase frente al palco oficial o en cualquier otra
oportunidad que el usuario lo juzgue pertinente. Como es tradicional, ese gesto
puede sustituirse tocando el ala con la punta de los dedos de la mano derecha.
Otras consideraciones
Una observación de
interés: quien porte una bandera a caballo, en principio, no necesita llevar rebenque o arreador embrazado, ya que
solo le molestarán … pero sobre gustos no hay nada escrito.
En el Noroeste el “coqueo” es una costumbre ancestral,
pero no es bien visto en los abanderados ni los escoltas, como señal de respeto
a la enseña a su cargo. Convengamos que escupir el acullico en público no demuestra
buena educación.
Banderitas de mano. Es tradicional también que los
elementos de una agrupación desfilen agitando banderitas argentinas en sus
manos; particularmente los que se desplazan a pie o en carruajes. El
procedimiento correcto indica que deben llevarse en la mano derecha y agitarlas
a la altura del hombro, cuando menos.
Ornamentación con banderas
En todas las
posiciones en que se coloquen las banderas se
debe respetar el orden protocolar,
reconociendo primacía a la “Bandera Oficial de la Nación”; seguida de la “Bandera
Nacional de la Libertad Civil”; la bandera Papal y las de otras naciones; la correspondiente
a la provincia local, las de otras provincias; las municipales; las comunales;
las institucionales; etc. Si hubiera varias banderas de una misma categoría se ordenan alfabéticamente, siempre en
idioma español.
En consecuencia, es
factible que varias banderas puedan hallarse en un mismo recinto, pero siempre
deberán guardar los debidos cuidados en
materia de Ceremonial, por lo tanto, a las banderas nacionales se les asignará
el lugar que implique el mayor honor (por ejemplo: el testero de la mesa
principal; en el centro o a la derecha de un escenario; etc.);
En cuanto a todas:
a)
se
evitará que queden total o parcialmente ocultas por algún otro elemento de la
ambientación; o que tengan contacto con el suelo;
b)
nunca
se fijarán sin asta, colgando de las paredes; ni revistiendo la alzada de un
escenario o sobre una mesa o escritorio (como si fuera un mantel);
c)
si
no la presenta el abanderado se colocarán sobre sus respectivos pies o en un
mastelero;
d)
se
cuidará que el asta de la “Bandera Oficial de la Nación” no sea de menor altura
que cualquiera de las restantes.
El Ceremonial no admite adornar un recinto con
banderas argentinas
como si fueran parte de la ambientación. Merecen la debida honra y respeto, las
Banderas nacionales (la Oficial y la de la Libertad Civil) no son elementos
decorativos.
Para ornamentar un recinto podrán utilizarse los colores
nacionales (sin Sol); los provinciales o papales, en forma de banderas ya sea
como piezas extendidas; semiplegadas o a manera de escarapelones.
Si se dispone de masteleros decorativos para columnas se
colocarán banderillas celestes y blancas, pero sin Sol.
Descubrimiento de placas y monumentos
Hasta el momento de su
inauguración se cubrirán con un lienzo blanco y, si se desea, se le coserán
cintas con los colores nacionales para tirar de ellas cuando se concrete el
descubrimiento.
Está absolutamente
contraindicado usar cualquier tipo de bandera, menos aún la argentina (aunque
no tenga Sol) para ocultar un busto, estatua o placa que deba inaugurarse.
Posiciones problemáticas
A manera de ejemplos se recopilan
algunas circunstancias que podrían ayuda a un más ajustado comportamiento
ceremonial.
73 - Inapropiadas inscripciones sobre banderas argentinas de una entidad
tradicionalista. La Bandera pertenece a todo el pueblo argentino, no
corresponde particularizarla de esta forma (Foto: web salta.gov.ar)
74 - La prelación de la Bandera nacional respecto de la brasileña es tan
reducida que un pequeño retraso de la primera la subordina a la segunda. Es inadecuado
que el asta de la primera sea de menor largo que la segunda (Fuente: web Paso
de los Libres gob)
75 - El paño cae por detrás del abanderado que monta el oscuro; en
consecuencia: la enseña se desluce. Compárese con la que lleva el otro
portador (Fuente: acampante.com)
76 - La bandera es demasiado grande y obliga que su portador deba esforzarse,
lo que resta lucimiento a la pasada. (Fuente: todojujuy.com)
77 - La bandera es tan larga que podría arrastrar en un descuido, aunque
se lleve parcialmente enrollada al asta, cosa que tampoco corresponde. (Pintura de Ricardo Bossié. Fuente: blog
folklore.tube)
78
- Un ejemplo con dos observaciones. 1) El paño es excesivamente grande aunque
la brisa permita desplegarlo con un buen efecto óptico. 2) La caña usada es
demasiado flexible (Foto: Miguel Carrillo
Bascary)
79 - La superlativa separación
de los elementos que participan en un desfile extiende innecesariamente su
duración y distrae la atención de los observadores. (Fuente: web Producciones Le-Kar)
80
- Es muy emotivo desfilar llevando a un niño pequeño, pero la dignidad de la Bandera requiere
una atención excluyente. (Fuente: web rosario.gob.ar)
81 - Una bandera sin Sol no
es técnicamente “bandera”; pero puede usarse si en la agrupación ya hay una
bandera reglamentaria y otros miembros desean florearse portándola un ejemplar
de ornato
82 – Vemos aquí varias banderas
sin Sol de uso ornamental
83 – Para que el estandarte se visualice mejor debería tener un asta más larga (Fuente: web
lasextaseccion)
84 – Carro cañero
ornamentado. Es correcta la posición de la bandera argentina; sin embargo, como
la de Chile corresponde a un país soberano, debió ir en el lugar que ocupa la
correspondiente a la provincia de Santiago del Estero (Fuente: diario
El Liberal, Santiago del Estero)
Nota:
(1) Miembro de Número del Instituto Nacional Belgraniano. Vexilólogo. Actual presidente de la Junta de Historia de Rosario. Profesor en la Universidad Nacional de Rosario. Correo: mcarrillobascary@gmail.com
Anexo 1: Modelos de banderas de uso habitual en el Ceremonial Gaucho
a)
Banderas
nacionales de la República Argentina
b)
Banderas
provinciales y de la ciudad
autónoma de Bs. Aires
c)
BANDERAS HISTÓRICAS que sueles usarse
en conmemoraciones tradicionalistas
d)
Banderas
institucionales de uso más frecuente
e)
Banderas de
pueblos originarios que están más divulgadas