martes, 29 de noviembre de 2022

El debido lucimiento de banderas en astiles

Un eterno problema que puede neutralizarse

Por Miguel Carrillo Bascary 


Considero que esta nota será particularmente útil para ceremonialistas y organizadores de eventos, ya que las conclusiones que resultan permitirá un mejor lucimiento de este tipo de banderas.

Recapitulando

Uno de los problemas que entraña el uso de astiles para banderas en los frentes edilicios es que la intensidad de la brisa suele rebatir sus paños sobre si mismos en forma harto caprichosa, con lo que los vexilos dejan de lucir en plenitud y se afecta la estética general.

Si, además, estos astiles con banderas son varios, la asimetría que presentan entre ellos siempre molestará al observador atento. Todos aquellos que gustamos de las banderas sabemos bien de qué se trata.

Más allá de esta afección visual, cuando se enrola del paño en el astil tarde o temprano se verá afectada su integridad. Si las lluvias o el rocío se hacen presente, la humedad queda entre los pliegues, con lo que se favorece la proliferación de hongos y se fija el smog, por lo que a mediano plazo la vida útil del vexilo se reduce.

La tecnología ha ensayado desde antiguo diversas formas para mantener los paños extendidos y disminuir la posibilidad de su enrollado. En algunos casos se usan barrales o tutores que inevitablemente desnaturalizan el flameo, además estos accesorios agregan partes al conjunto con lo que aumentan las posibilidades de desgaste y demandan un celoso mantenimiento. A veces se emplean estos tutores sobre el lado inferior, otras en el superior y no faltan aquellas donde el accesorio es doble. En ocasiones estos aditamentos son externos y en otras se deslizan por el interior de vainas que se disimulan en los paños. Los hay asimétricos, pero también disímiles. Si los vientos son fuertes y el textil no es de buena calidad los tutores pueden romper la estructura del paño. En fin, que la variedad es amplia, cada una con sus pros y sus contras.

En otra nota que publiqué en este Blog referencié la posibilidad de emplear paños trapezoidales, una solución interesante pero que no se adapta a todos los diseños de banderas. (Ref.: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/06/banderas-trapezoidales.html)

Una solución muy sencilla a la que ya me referí en otra nota de este Blog es la usar captores o bridas , que atan la arista inferior del lado del vuelo y de esta forma limitan el flameo (Ref.: http://banderasargentinas.blogspot.com/2021/08/util-complemento-para-las-banderas-de.html)

Novedad

Hoy aporto al debate otro modo de fijación que se presenta particularmente flexible y estable ante la constante acción de las brisas. Es el ilustrado al abrir esta nota.

Si se analiza bien veremos que la composición permite que el paño se muestre íntegramente, ya que pende de un barral, el que a su vez está endrizado y se completa con una brida que le da solidez al conjunto. El largo del astil y su posición con respecto a la fachada garantiza que la tela no entre en contacto con la mampostería. Como un detalle, el tope del astil es redondo, lo que evita la posibilidad de que el textil se enganche con las clásicas aristas del elemento.

Obsérvese la composición funcional de la disposición comentada, la que señalo con vectores amarillos:

 

Solo queda librado al flameo el ángulo superior del vuelo (encerrado en el círculo verde), cuya reducida extensión no permite que se enrolle ni en el tutor, ni en el astil.

No olvidemos que, en esencia, las banderas son dispositivos aerodinámicos sujetos a las leyes de este disciplina.

Como una sugerencia, si se incorporan refuerzos triangulares en ambos extremos del vuelo se incrementará notablemente la vida útil del textil.

sábado, 26 de noviembre de 2022

La bandera de Bs. Aires y una olvidada iniciativa

El proyecto de Roberto Adduci (1995)

Representación a color

Por Miguel Carrillo Bascary

En 1991 siete provincias de Argentina[1] se habían munido de banderas particulares como medio para reforzar su identidad. El gobernador de Bs. Aires, Antonio Cafiero, intentó hacer lo propio en las postrimerías de su gobierno. Así, el apresurado proyecto definió un diseño que aprobó por Decreto Nº2.932/ 1991[2], pocas semanas más tarde culminaba el mandato cafierista. Como no tuvo principio de ejecución, ni tampoco implicó la participación popular, la norma cayó en desuetudo. Salvo ocasional cita por parte de algún erudito, esta bandera fue totalmente olvidada.

Pasados unos años el investigador Roberto Jorge Adduci promovió una iniciativa personal con igual objeto. Interesa aclarar que, por entonces, era secretario de la hoy inactiva “Asociación Argentina de Vexilología”.

Para llevar adelante su idea eligió un importante evento académico. Se trató del “Congreso Nacional de Historia Argentina” realizado en la Capital Federal en conmemoración de los 150 años de la batalla de la Vuelta de Obligado[3]. El foro había sido declarado de interés nacional y provincial, por lo que reunió a un muy calificado grupo de estudiosos. Pese a la calidad de las entidades convocantes, el Archivo General de la Nación, el Archivo Histórico de la provincia de Bs. Aires, la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Bs. Aires, el Archivo y el Museo Histórico de la provincia de Bs. Aires, FLACSO y el Instituto de Investigaciones Históricas "Juan Manuel de Rosas", no tuvo repercusiones posteriores.

Portada la publicación con los trabajos y actividades del Congreso 

Animado con la buena recepción de su exposición en dicho Congreso, Adduci resolvió presentar su idea ante la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, dándole forma de una iniciativa de particular[4] con la esperanza de que fuera convertida en ley. En la fundamentación hizo un somero análisis de la evolución institucional de la provincia y manifestó haberse inspirado en la bandera del 2do. Batallón de Policía, usada entre 1840 y 1852, a la que quitó las leyendas y los gorros.

Bandera del 2do. Batallón de Policía de Bs. Aires (Museo Histórico de Luján), 
imagen que recrea la pieza, de autor no conocido

          

       La divisa fue una de las tantas que se usaron entre 1832 y 1852 durante el régimen de Juan Manuel de Rosas, gobernador de Bs. Aires, y verdadero “hombre fuerte” en aquellos tiempos. A consecuencia de su inveterada fobia al color celeste, al que consideraba una divisa de sus opositores (los unitarios), sin mediar norma alguna hizo oscurecer las franjas exteriores y sumó a su paño gorros frigios (píleos, en realidad) al par que, contando con su beneplácito, sus partidarios agregaron leyendas sectarias contra sus enemigos y loas a la federación. Esta realidad se mantuvo hasta que el 3 de febrero de 1852 Rosas fue derrotado en la batalla de Caseros, lo que determinó su exilio en Inglaterra y la desaparición de su régimen. Llegada la década de 1990, algunos referentes del rosismo sugirieron que la provincia de Bs. Aires adoptase como emblema un formato que recreara las características de aquellas banderas pretéritas, empero, el odio visceral de las leyendas resultaba inaceptable para la vida democrática moderna, por lo que no prosperaron. 

En los breves fundamentos de su anteproyecto Adduci sugirió que el vexilo debía mantener las franjas de la Bandera Nacional, pero en un tono de azul subido, que remitiera a las enseñas de los tiempos de Rosas. Como emblema central que la caracterizara entendía que debía plasmarse el escudo provincial, tal como lo había definido la Ley Nº4.351 de 1935, con la peculiaridad de sustituir el lemnisco con los colores nacionales por otro, totalmente rojo. El conjunto no cumplía con las pautas técnicas de la Vexilología, que demanda establecer un modelo patrón que permita la reproducción exacta de toda pieza, pero la referencia al blasón establecido por ley, la determinación del “azul clásico” (Pantone 19- 4052) y el acompañamiento del croquis monocromo que se reproduce seguidamente, define medianamente un diseño-tipo que se basara en esas características.

Diseño que Adduci acompañó a su proyecto, su representación en color preside esta nota

Si bien no logró su aprobación como ley, la propuesta de Adduci constituye un importante antecedente histórico de la bandera bonaerense que se recién implementaría en 1997. Fue a través de un concurso con participación de niños de escuela primara que contó con gran apoyo oficial e importante aparato mediático y que finalmente culminó con el dictado de la Ley Nº11.997 que estableció formalmente el símbolo de la provincia. Ampliaré al respecto en las próximas semanas.

Adenda

Roberto Jorge Aducci es abogado y profesor en la Universidad del Salvador (Bs. Aires), participa en el Centro de Estudios del Pensamiento Americano (CEPA) y es miembro del Instituto Heráldico de Bs. Aires.



Notas:

[1] Eran ellas: Santiago del Estero, Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos, San Luis, Neuquén y Formosa.

[3] Para los lectores que no son argentinos, el enfrentamiento citado lo protagonizaron las armadas de Inglaterra y Francia que finalmente rompieron el bloqueo dispuesto por la Confederación Argentina sobre el curso del río Paraná. Si bien fue una derrota de las fuerzas locales, su heroico desempeño la transformó en una jornada épica en cuando a la defensa de la soberanía. Ocurrió el 20 de noviembre de 1845.

[4] En Argentina solo el Ejecutivo y los legisladores pueden presentar proyectos de ley, pero el artículo 34 de su Constitución habilita que los particulares puedan peticionar al Congreso acompañando un anteproyecto de ley. Eventualmente diputados o senadores pueden darle su aval y con ello llegarse a convertir en ley.

jueves, 24 de noviembre de 2022

Bandera papal. Apuntes sobre su ceremonial/ Parte 7

Otros problemas de su Ceremonial

Por Miguel Carrillo Bascary

En esta séptima nota sobre la bandera de la Santa Sede se tratarán diversas cuestiones relativas a su dinámica ceremonial. La primera nota, que versan sobre su caracterización y normativa se publicó en: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/10/bandera-papal-de-la-santa-sede-o-del.html

Endrizado incorrecto

La foto que abre esta nota muestra el endrizado inverso de la enseña pontificia lo que adquiere peculiar significado ya que quien ondea el paño es un monaguillo, lo que evidencia la falta de una adecuada supervisión dentro de este grupo eclesial.

La siguiente toma obtenida en una plaza instalada frente a un templo también denota una falta de cuidado, mucho más grave, en donde se endrizó el paño por su base.

Sobre dimensionamiento del emblema

Considerando que la bandera es parte de la ornamentación de un edificio del Vaticano, la fotografía testimonia que el emblema estampado en el paño es notoriamente mayor que el modelo patrón vigente.

¿Pabellón papal subalterno?

Uno de los principios del Derecho Internacional es el de la igualdad jurídica de los estados, que en el caso fotografiado se incumple. Jamás debe izarse en un mismo mástil banderas de dos estados soberanos, como Argentina y el Vaticano, ya que implica subordinar el segundo al que luce junto al tome.

Por otra parte, el mismo principio demanda que las dimensiones de los paños sean iguales, lo que evidentemente tampoco se tuvo en cuenta.

Dos errores de gravedad sumados.

Peculiaridades norteamericanas

El modelo patrón de la enseña papal contenido en el Anexo de la Ley Fundamental de 1929 define precisos complementos para su versión de ceremonia, aunque el Vaticano es poco puntilloso en la materia. 

La fotografía siguiente muestra una versión utilizada en los Estados Unidos sobre la que puede puntualizarse: a) El paño lleva flecos; b) La lanza ha sido sustituida por una cruz; c) en vez de una corbata se adorna el ejemplar con unas cuerdas de pasamanería, similares a las que habitualmente se utiliza para ejemplares de ceremonia de la bandera norteamericana.

Ejemplar espurio

La imagen muestra una bandera donde el emblema pontificio fue sustituido por el escudo personal del Santo Papa Juan Pablo II.

También en la Luna

Cuando el 20 de julio de 1969 la misión del Apolo 11 descendió en las planicies lunares, allí fue la bandera papal, como gesto de buena voluntad definido por los Estados Unidos. Hoy, en el Museo Vaticano, puede verse aquella divisa viajera acompañada de cuatro pequeños guijarros lunares. Más info en este Blog.: http://banderasargentinas.blogspot.com/2019/07/mas-sobre-banderas-y-el-apolo11.html

martes, 22 de noviembre de 2022

“La muerte del Toro”

Versos y guitarra

Juan Carlos y Jaime Dávalos

Por Miguel Carrillo Bascary

Hoy "DIA UNIVERSAL DE LA MÚSICA", conmemoración inspirada en Santa Cecilia, mártir cristiana asesinada en el año 230.

Hoy quiero rendir homenaje a la Santa, a los músicos y a la Música compartiéndoles un excepcional recitado de aquel poeta que fue JAIME DAVALOS (1921-1981), ya que cuando se habla de él no puede separarse la poesía de la música.


Lamentablemente quien no haya visto con sus ojos, y sentido con su alma, el sacrificio de un toro a manos de un criollo, se perderá mucho de lo que va escuchar.


Para los que tuvimos la experiencia hacerlo, los versos nos transportarán al momento en que el bóvido entrega su vida haciendo honor a la Naturaleza y al misterio de la vida.


Una emoción en cada palabra que, en la voz de Jaime, tiene su peso, su color y su alma.

Sin más, les comparto los dos minutos de "LA MUERTE DEL TORO":

https://www.youtube.com/watch?v=TXjCC80ZmAk

El soneto que escucharán en brevísimos dos minutos fue compuesto por el padre de Jaime, Don JUAN CARLOS DAVALOS (1887-1959), paradigma de la salteñidad, descendiente de estirpes norteñas, autor que cultivó múltiples formas del arte. Periodista, ensayista, director del Archivo y de la Biblioteca de su provincia, miembro de la “Academia Argentina de Letras”, rescatador del folclore y cultor exquisito de las costumbres criollas, prolífero escritor, dramaturgo, pero por sobre todo narrador y poeta, algunos lo igualan a Jorge Luis Borges, Leopoldo Lugones y Ricardo Guiraldes.

¿JAIME? Nos es más cercano, Jaime se presenta en los discos que nos dejó y, hoy, a través de Youtube:

Ambos, Juan Carlos y Jaime, son dignísimos artistas hermanados en la sangre.

lunes, 21 de noviembre de 2022

Ceremonial religioso: Fiesta de Cristo Rey

Un reinado de Amor

Cristo Coronado (de un antiguo vitral)

Por Miguel Carrillo Bascary

Podría pensarse que la solemnidad de “Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo proviene del Medioevo, cuando se creía que las monarquías eran determinadas por Dios en beneficio de quien llegaba a detentar una corona.

Nada más equivocado, la estableció el Papa Pío XI en 1925 para reivindicar el reinado del Amor de Dios, como un vínculo personal y eterno con cada ser humano.

Es un llamado expreso a la acción de los católicos en la sociedad.

Es también un alegato contra la secularización y el ateísmo, contra los absolutismos de entonces, el nazismo, el fascismo, el comunismo los totalitarismos laicistas en México y en otros estados de Centroamérica. Por extensión años más tarde se sumarían a esta condena el régimen franquista, el corporativismo portugués, los totalitarismos del siglo XX y los que continúan vigentes.

Como curiosidad, también celebran a fiesta de “Cristo Rey” algunos estados donde el culto oficial es cristiano, pero no católico.

Esta dimensión del Cristo Rey es de tanta importancia que mereció nada menos que la encíclica QUAS PRIMAS que puedes leer desde: http://www.aciprensa.com/fiestas/cristorey/enciclica.htm

Pío XI referenció este peculiar reinado con la declaración fundamental del “Primer Concilio Ecuménico”, que se realizó en la ciudad de Nicea (en Asia Menor, hoy Turquía), en el año 325, donde se definió “Cristo es Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero", clarificando su indubitable naturaleza divina, en el marco de la herejía sostenida por los arrianos, que rechazaban el dogma de la Trinidad, considerando que Jesús fue creado por Dios Padre.

La solemnidad conmemoración es el último domingo de octubre y cierra el año litúrgico de la Iglesia Católica, de manera que oscila entre el 20 y el 26 de noviembre.

El Agnus Dei, con la bandera que lo identifica (mosaico)

La tradición asocia a este reinado místico el símbolo de la Cruz, por lo que se establece una natural correspondencia con el antiquísimo himno VEXILLA REGIS (La Bandera/ Estandarte del Rey), que recibe este nombre por ser este el primer verso de la obra. Se dice fue compuesto en el siglo VI por San Venancio Fortunato y es una alabanza a la Cruz, símbolo de la entrega de Cristo, por eso es tradicional que se cante los Viernes Santos y en la solemnidad de la Exaltación de la Cruz.

Para que lo conozcas te dejo un link (https://www.youtube.com/watch?v=QjLfZrt38O4) que te llevará a la versión de los monjes benedictinos de la abadía de Ligugë (Poitiers, Francia), que fue fundada por el obispo San Martín de Tours en el año 361. El cántico es en latín, pero al pie de cada imagen se trascribe en español, mientras se escucha la música. Aunque solo sean 4 minutos, se trata de una experiencia inolvidable, profunda, hermosa. No te la pierdas. Hay una brevísima introducción de pocos segundos y comienza el cántico.

Mosaico bizantino

La iconografía suele presentar a Cristo de diversas maneras. Crucificado, tocado de una corona y vistiendo una túnica de estilo romano orlada, de purpura (símbolo de la realeza) o con un manto de este color. También como un rey en su trono, sosteniendo un cetro en su mano izquierda o bien con un orbe[1], mientras con la derecha imparte una bendición. En otras representaciones, más modernas y menos solemnes, mantiene la corona, pero sus brazos están abiertos en actitud de amable recepción.

La liturgia del día alude a diversas expresiones vinculadas al carácter real de la misión de Jesucristo, las lecturas son de igual carácter. Al finalizar la misa, el celebrante imparte una bendición especialmente solemne.

Notas:

Sobre las banderas de Cristo en el arte religioso: http://banderasargentinas.blogspot.com/2021/04/banderas-en-el-arte-religioso-la-pascua.html


[1] El orbe es símbolo de poder imperial, consiste de una esfera de oro coronada por una pequeña cruz.

jueves, 17 de noviembre de 2022

La iconografía de Rosas e ideario popular

Mimética y consideración social

Por Miguel Carrillo Bascary

En el culto cívico que algunas sociedades tributan a sus líderes se los presentas con atributos que 3expresan su singularidad, bien que por paradoja suele apelarse a representaciones enclavadas en las tradiciones o adaptando su figura a obras de reconocidas de terceras personas.

Un caso paradigmático es el de Juan Manuel de Rosas, nacido en Bs. Aires como Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rozas y López de Osornio, el 30 de marzo de 1793. Miembro de una reconocida familia del Río de la Plata fue un latifundista que gobernó la provincia de Bs. Aires de 1829 a 1832 y de 1835 a 1852, tiempo en el cual ejerció también la representación internacional de la Confederación Argentina. Como cabecilla del llamado partido federal fue el “hombre fuerte” de Argentina hasta su caída en la batalla de Caseros, a manos de una alianza opositora conducida por otro caudillo federal, Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos. Rosas, se acogió al amparo de un navío de bandera británica surto en el puerto de Bs. Aires y se exiló en Inglaterra, donde falleció en Southampton, el 14 de marzo de 1877. Durante su segundo gobierno el culto a su personalidad por parte de un importante sector popular fue una impronta objetivamente demostrada[1]. Sus partidarios lo ensalzan como defensor de la soberanía nacional ante acciones agresivas de Inglaterra y Francia, así como la reivindicación de los tradicionales valores hispano-criollos. Sus detractores no trepidan en caracterizarlos como un sangriento tirano que dilató dos décadas la sanción de una constitución que hubiera limitado su poder y a su régimen como un totalitarismo asentado en la suma del poder público que le asignó una Legislatura adicta. Si bien en las últimas décadas la antinomia ha perdido la virulencia que se conoció en la segunda parte del siglo XIX y casi todo el XX, la figura de Rosas define una verdadera grieta en la memoria de los argentinos.

Primeras imágenes

Más allá de las circunstancias personales lo que me interesa es analizar la perspectiva iconográfica a partir de las muy similares imágenes que abren esta nota. “San Miguel derrota a Satanás”, como se la denomina habitualmente, es un óleo sobre tabla pintado por el gran Rafael Sanzio en 1518, por encargo de su mecenas, Lorenzo de Medici. Hoy se encuentra en el Museo del Louvre. La segunda es una pintura sobre tela datada aproximadamente en 1840 que se preserva en el Museo Histórico de Buenos Aires “Cornelio Saavedra[2]”. La correspondencia es absoluta, más allá de las obvias diferencias técnica, por supuesto.

Si se considera que el ser vencido por San Miguel encarna a todo el mal, la representación de Rosas lo refleja en la serpiente de siete cabezas con que se conceptúa a “la anarquía”, que a su vez vendría a ser “fuente de todos los males”. En cuanto a Rosas, el segundo artista procuró mimetizarlo con los atributos del número 1 entre los arcángeles.

Segundo grupo de imágenes 




Como innegable imagen fuente encontramos el retrato del emperador “Luis Felipe, enarbolando la bandera tricolor (de Francia) en las barricadas durante la Revolución de 1830”, que obra en una colección privada, donde la figura idealizada del monarca contrasta frente a las barricadas parisinas. En el caso de las otras dos, ambas captan a Rosas como centro de la atención, pero con un contexto autónomo que lo sitúa en el entorno de su actuación, Bs. Aires.

La primera es obra de autor anónimo, pero la imprimieron los Talleres Lemercier en Parías, figura impresa en Rosas se muestra como síntesis de los dos soportes de su poder. A su derecha, el ejército y una estructura que correspondería al Fuerte de Bs. Aires pero que no refleja su aspecto real, mientras que a su izquierda encontramos al pueblo, caracterizado con las siluetas de construcciones que nada tienen que ver con el paisaje urbano porteño. Entre las piernas se observa un perfil de iglesias, que tampoco se corresponden con las de esa ciudad. Estas discordancias dan que pensar que la imagen fue elaborada en el Viejo Mundo, ya que su autor evidentemente desconocía la realidad porteña del periodo histórico al que nos remitimos.

En la última imagen se toma como fondo la estructura de la Recova, un centro comercial construido en tiempos de la colonia, que durante el gobierno de Rosas aún existía en la plaza principal de la ciudad de Bs. Aires. También vemos la “Pirámide de Mayo erigida al conmemorarse el primer aniversario del pronunciamiento del 25 de mayo de 1810, cuando se formó el primer gobierno patrio en la hoy República Argentina. Esta referencia no es anecdótica, el artista presenta a Rosas identificado con el desarrollo del comercio, simbolizado en la Recova y en los valores revolucionarios objetivados en el monumento, que además suma varias banderas. La leyenda de la cartela que se desprende de la bandera reza “RESTAURÓ LAS LEYES”, mientras que en es escudete colocado a sus pies hay una dedicatoria al retratado, a quien se identifica con su apelativo formal.

Por lo demás, la pose, el uniforme y la bandera de ambas representaciones de Rosas son idénticos al modelo del emperador francés. Acoto que en aquellas, los paños muestran franjas de azul oscuro tal como se utilizó la bandera argentina en época rosista, ya que el personaje odiaba al celeste por entender que identificaba al partido unitario.

Por supuesto, que la presencia de las banderas de Francia y de la Argentina en manos de sus referentes los sindica como encarnación de la soberanía popular que los encumbró y como abanderados de sus respectivas patrias en las circunstancias históricas que les tocó vivir.

Típico ejemplo de una bandera de 1845, hoy en el Museo Hist. Nacional


[1] Sobre el tema puede verse: Capasso, Verónica. El discurso visual durante el régimen rosista: imbricaciones entre lo público político y lo privado. Facultad de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata (http://sedici.unlp.edu.ar/bitstream/handle/10915/40943/Documento_completo.pdf?sequence=1&isAllowed=y)

[2] Recopilada por Pradère, Juan A. Juan Manuel de Rosas. Su iconografía. Editorial Oriente. Bs. Aires. 1970.