martes, 28 de junio de 2022

¿Banderas trapezoidales?

Dominando el viento, pero sin mutilar el paño

Una muy británica bandera trapezoidal

Por Miguel Carrillo Bascary

Es práctica universal que las banderas tengan forma de cuadrilátero, con sus lados en paralelos de a pares, lógicamente. Entre aquellas que forman la comunidad nacional de estados la excepción es Nepal, cuya divisa la componen dos triángulos superpuestos unidos, que alguna vez gozaron de independencia.

Representados sobre un papel, los vexilos lucen muy bien, prolijamente explanados, mostrándonos todas sus cargas y permitiendo que se aprecien debidamente sus detalles y colores. Sin embargo, esta asepsia expositiva dista de reflejar la realidad, por donde se la mire.

Es que en lo cotidiano la misma naturaleza de los textiles hace que las banderas adopten formas tan caprichosas como las llamas de una cálida fogata. Responsable de esta infinita variedad es la fluida dinámica que les impone el aire que juguetea formando pliegues y contra pliegues, como escondiendo el paño a los ojos del observador, por más que se esfuercen en captarlo. Esto nos lleva a recordar aquello de que “una bandera es un dispositivo aerodinámico fijo por uno de sus lados”.

La maravilla de la percepción integradora que se forma en el cerebro de quien mira una bandera ondear al viento es la que nos permite desentrañar su identidad y su mensaje, aquello que plasmaron las manos de quien la compuso.

Sabemos bien que toda bandera tiene dos funciones básicas: mostrar una pertenencia y señalar una posición. El concepto de estos vexilos los hace sumamente apetitosos para las Ciencias de la Comunicación, para lo cual se aspira a que puedan ser vistos con la mayor precisión posible, aún a despecho de la brisa, prueba está en el amplio uso publicitario, aun en la época tecnológica.

A través de diversos artilugios el hombre intentó dominar el viento para poder mostrar sus banderas a propios y extraños. Se inventaron así los tutores longitudinales en diversas formas son intervenciones demasiado evidentes que engrillan la vitalidad del flameo hasta el punto que, por lo general, no gustan a nadie, ni tampoco aseguran el resultado esperado. Algunos se envainan con el paño, otros son groseramente externos; ciertamente que hay aquellos que recorren todo un lado, otros abarcan el sector más próximo al asta, pero ninguno, repito, satisface.

Sin embargo, el ingenio humano no ceja en su empeño de dominar la naturaleza, aunque se trate de establecer un pacífico matrimonio entre banderas y el viento. En este cometido la simpleza es buena herramienta, no será perfecta, pero sirve como buen intento.

La imagen que abre esta nota nos muestra una particular concepción factible para aquellas banderas destinadas a mostrarse en astiles. Goza de amplia difusión en el Reino Unido y que por extensión hallamos en muchas regiones donde el pretérito imperio ejerció su influencia y donde aún persisten pautas de su cultura.

Analicemos la fotografía, en donde lo primero que nos llama la atención es el perímetro del vexilo, donde el lado de la driza difiere del que forma el vuelo, en su extensión y en el ángulo. si no me acuerdo mal de mi época escolar, es un “trapecio rectángulo”, donde los dos ángulos rectos definen el extremo volado, el superior del lado de la vaina es agudo y el cuarto es obtuso.

Así el lado de mayor longitud se proyecta desde el vértice superior al asta hacia el punto identificado como el “centro del lado inferior”. Obviamente que esto implica un recorte significativo del paño, lo que en principio determina que la aparente solución se haga inaplicable en muchos casos.

Cuando un paño adopta esta peculiar forma favorece que al impulso de la brisa la mayor parte de su superficie se muestre a quien lo observa. Esto ocurre por efecto de la gravedad que por el propio peso del textil “tira” el lado del vuelo hacia la superficie ubicada más abajo.


Si nos atenemos al diseño de las banderas usadas los estados que forman la comunidad internacional, son muchos los que permiten esta particular conformación sin que esto implique privarlos de algún elemento significativo que hagan a su misma identidad. 


En la fotografía tenemos un buen ejemplo con la Union Flag. También admiten la estructura trapezoidal las compuestas por bandas horizontales y las de franjas verticales. Lógicamente tendremos que deberán pasar el teste de admisibilidad, para lo cual habrá que analizar si las cargas que llevan mantienen razonablemente su integridad.


También admitirían el recorte, las enseñas de paño liso, excepto las que lleven inserto algún elemento de gran volumen, como: Bangla Desh, Brasil, y Turquía. Quizás algunas permitan la licencia de desplazar ligeramente el atributo central hacia el lado del vuelo para que resalte con mayor claridad, sería el caso de: Japón, Belice Kirguistán, Zaire, Somalía o Vietnam, pero convengamos que esto podría escandalizar a muchos.


Son absolutamente refractarias a la forma de trapecio aquellas que llevan sus cargas sobre el lado del asta. Es el caso de: Cuba, Corte del Norte, Filipinas, Costa Rica, Mongolia, Mozambique, Portugal, Singapur, Turkmenistán, Grecia, Eslovenia, Nauru, Sudan, Grenada, Bulgaria, Guinea –Bissau, Uruguay, Vanuatu, Salomón, Papúa-Nueva Guinea, Samoa, Liechtenstein; Tonga, Guyana y muchas otras.


A estas sumamos todas las que muestran la Union Flag u otro cuadrángulo en el cantón superior, como: Australia, Nueva Zelanda, Fidji, Tuvalu y Georgia


Otros diseños pueden ser generosos y admiten un recorte: Madagascar u Emiratos Árabes. Pero no es el caso, por ejemplo, de: Arabia Saudita, Santa Lucia, Irak, Corea del Sur, China, Malasia y Chile Bután, Comores y todas las de los paises escandinavos.

Como vemos, las “excepciones” se transforman en una generalidad, por lo que la estructura trapezoidal no resulta válida para armar dispositivos de Ceremonial que incluyan una pluralidad de banderas ya que la mayoría aparecerían parcialmente mutiladas.

La conclusión es clara, si bien factible en su técnica estructural, la forma de trapecio cuadrangular solo tiene validez para las enseñas de un reducido, aunque significativo número de estados.

Y, finalmente, una pequeña apostilla que también podemos apreciar en la fotografía inicial. Se trata del uso de una brida, un delgado pero fuerte cabo que permite fijar el Angulo inferior del vuelo a un punto exterior. Para conocer más sobre este dispositivo al que me referí hace algún tiempo, los interesados podrán acceder mediante el siguiente vinculo: http://banderasargentinas.blogspot.com/2021/08/util-complemento-para-las-banderas-de.html


Bandera promocional de la Sassoon Academy (Londres)

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