El período mítico
Por Miguel
Carrillo Bascary
Nota:
considerando la difusión internacional que posee este Blog, es imprescindible
circunstanciar varios aspectos que sin duda son ampliamente conocidos para los
lectores argentinos.
Referencia
Para el adecuado desarrollo que merece la temática del
presente estudio, distinguiré entre el “período
mítico de la República de La Boca”, que comienza a fines del siglo XIX, donde
se abordarán sus orígenes, y el “histórico”,
que abarca desde los comienzos del siglo XX hasta la actualidad.
Introducción
El apelativo de “La Boca” evoca un verdadero
multiverso anclado en un preciso lugar de la ciudad de Buenos Aires. Cuando se
habla de “La Boca” inmediatamente surgen imágenes y emociones que remiten a sus
características casas multicolores con paredes de zinc corrugado y a los conventillos,
transformados en verdaderos crisoles de razas (por usar una remanida expresión),
un paisaje urbano en que “Caminito”, su calle[1]
más famosa trasciende las vivencias barriales hasta convertirse en una atracción
turística internacional[2].
Pero, La Boca es mucho más que eso, lo veremos cuando nos adentremos en el
análisis.
En el empedrado de las calles de La Boca y en sus
patios aún parece resonar el sempiterno bandoneón, los violines y guitarras,
dando raíz a la milonga y al tango, en una constelación de cultores donde Carlitos Gardel “cada día canta mejor[3i]”.
Al caer la noche, en sus esquinas y arboledas habitan las sombras de guapos, minas y madamas que aún
alternan con estibadores, carreros, contrabandistas, marineros e inmigrantes
venidos de lejanas naciones. La Boca también se expresa en los sabores de la pizza, la fugazza y el mate; en la
torta frita, las empanadas y el postre vigilante[4].
Por supuesto, que en la memoria y el presente de este
barrio porteño también tiene su espacio el múltiple campeón de futbol, Boca Juniors que tiene su sede en el estadio,
de “La Bombonera”, donde luce los
trofeos de 74 títulos[5],
comenzado por el de liga, que obtuvo el 4 de enero de 1920, y que incluye las copas
ecuménicas de los años 2000 y 2003. Este es el club, cuya legendaria camiseta azul franjada en oro[6]
se inspiró en los colores de la bandera de Suecia, según cuentan las sagas.
Hasta tal punto llega la identificación de la pasión futbolera que hablar de La Boca es hablar de Boca y de
la emoción que alienta al equipo argentino con mayor hinchada.
Geografía física
Precisamente, el nombre de La Boca alude a la confluencia
del Riachuelo[7],
curso fluvial que integra la cuenca del río Matanzas. Su ribera Norte albergó en
1536 a la primera fundación de Bs. Aires, que desapareció por acción del
hambre, la hostilidad de las tribus vernáculas y la propia desesperación de sus
pobladores. Antes de llegar al Plata el Riachuelo forma la Vuelta de Rocha, postrer meandro que con su rudimentario muelle dio
cabida a la humilde pero heroica escuadra que comandó el almirante Guillermo Brown[8].
Más tarde fue un acogedor centro portuario del que partían
lanchones que llevaban mercadería hasta los barcos surtos en aguas más abiertas.
Esto marcó para siempre la impronta del
barrio. Periódicamente gran parte de su extensión se inundaba con las aguas
marrones del Río de la Plata, mientras que el Riachuelo, año tras año, se iba
convirtiendo en una cloaca a cielo
abierto a despecho de las hipócritas iniciativas que se encararon para intentar
recuperarlo.
Cuenta la historia que en 1817 la Orden de Santo Domingo vendió a James (Diego) Brittain una
fracción de tierras ubicadas entre lo que hoy es el Parque Lezama y el curso
del Riachuelo[9].
Este súbdito inglés era un comerciante y armador que llegó al Río de la Plata
hacia 1812. Tras su muerte, que ocurrió en 1830, la propiedad se parceló y
debido a su muy bajo precio se fueron radicando ahí familias de inmigrantes, muchas de ellas provenientes de la Liguria (Génova), jornaleros, sirgadores[10],
obreros que trabajaban en los saladeros cercanos, carpinteros navales, los
infaltables pulperos, vendedores ambulantes y muchos otros tipos sociales. Las construcciones eran paupérrimas,
muchas con estructura de palafitos[11],
en un intento de afrontar las periódicas sudestadas que anegaban grandes zonas.
En aquellos primeros años La Boca y la zona inmediata,
denominada Barracas, formaron parte de las parroquias (barrios) de San Telmo y
Santa Lucía, de los que fueron separados en 1853[12].
En 1870 se deslindaron entre sí[13],
lo que marcó el nacimiento de la
identidad boquense, como se verá más adelante. Hoy La Boca es parte de la
Comuna 4 de la Ciudad Autónoma de Bs. Aires[14].
El barrio hoy tiene una superficie de 3,38 km2 y su población ronda los 50.000 (2019) habitantes. Limita con el partido bonaerense de Avellaneda, así como con los
barrios de Barracas, San Telmo y Puerto Madero.
Geografía social
Como centro de actividad portuaria la Boca es dueña de
una complejísima historia demográfica
donde se entremezclaron diversas culturas, con predominio de los habitantes de
origen ligur, hasta el punto en que por décadas su dialecto dominó en el
uso cotidiano.
Durante el auge
de la inmigración, fines del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX,
impulsados por un instinto de conservación y un ánimo de progreso, los recién
llegados se afirmaron en sus vínculos de origen y buscaron de mantener su
identidad dando pábilo a un fenómeno social que se prolongaría por más de dos
generaciones.
La población boquense tiene netas características populares, como se usa decir, término que encubre
el drama del desarraigo, la miseria, el trabajo duro y el afloramiento de un sincrético perfil cultural. El lento
proceso de inculturación con el entorno tuvo por escenario a los astilleros,
barracones, corralones, saladeros y talleres de todo tipo; a los bares, pulperías,
pensiones y prostíbulos.
La identidad de La Boca se estructura en los sedimentos que se reseñan, pero aflora también en múltiples emprendimientos sociales que el tiempo confundió. Así, la leyenda se mezcla con las verdades y la fantasía con la realidad, como lo veremos seguidamente.
Un origen difuminado en el tiempo
Con la perspectiva del presente podemos identificar cuatro “repúblicas
de La Boca”, aunque la historiografía suele dejar en la nebulosa a la que
surgió primero y prefiere centrarse en las posteriores, identificándolas como los
adjetivos de Primera, Segunda y Tercera. Por mi parte me permitiré expresar la secuencia,
en otros términos, comenzando por:
1.- La primigenia “República Independiente de La
Boca”
Cuenta cierta tradición que en 1882 surgió en La Boca un conflicto obrero que el accionar policial
disolvió a planazos de sables. Al respecto Blas
Vidal, periodista de la muy popular revista “Caras y Caretas”, dio a
conocer una nota al respecto bajo el título "La República Independiente de La Boca[15]".
Una fatigosa búsqueda
me permitió verificar la publicación y acceder a su contenido[16],
a la que muchos cronistas referían como fuente, pero ninguno la precisaba. En
esta circunstancia constaté la
inexactitud de ciertas citas. Por ejemplo, desde nuestro punto de interés, se
omitía nada menos que la descripción original de la bandera que se izó durante
aquellos hechos. La trascripción parcial de su contenido empobrecía las
circunstancias y hasta las alteraba.
El periodista refiere allí que un conjunto de vecinos encabezados por José Invierno, Rómulo
Vernengo, Bartolo Cafferata y Carlos Blanco, entre otros, formaron un “Comité
de Defensa” para solicitar a las autoridades que La Boca fuera erigido como un
barrio autónomo, escindido de las jurisdicciones de San Telmo y Santa Lucía. Sin
embargo, esta afirmación es anacrónica
ya que el objetivo se había logrado doce años antes, como quedó explicado más
arriba[17].
En la data referida por Vidal, 1882, coincide Antonio J. Bucich en su libro “La
Boca del Riachuelo en la Historia Argentina[18]”.
Otra versión de los hechos recogida por italiano Ignazzio Weiss en su libro
"Gauchos, Gesuiti, Genovesi. Storie dei Rio de la Plata", remonta el
hecho relatado al año 1876, lo que
también es posterior a la autonomía boquense.
Vidal señala también que la ocasión fue aprovechada
por un grupo de vecinos italianos que generaron una suerte de movimiento separatista, hasta el punto
que algunos afirman que por iniciativa del genovés León Pancaldo emitieron un
manifiesto y que se llegó a escribir al entonces rey Humberto I, informándole
que habían proclamado la hipotética “República
Independiente de La Boca”, la que se identificó con una bandera particular.
Sigue afirmando Vidal, que éste vexilo tenía “dos franjas con los colores
argentinos y sobre ellas un escudo rojo con la cruz blanca de los Saboya, con
un gorro frigio encima”.
Según otra
fuente de aquella poco documentada intentona, se izó la bandera de Génova en el
frontis de la “Sociedad Italiana de La Boca”. Como es sabido esta enseña es la
que se identifica con San Jorge[19].
Quienes estudiaron el acontecimiento confiesan no haber encontrado rastro
documentado sobre esa eventual “República de La Boca”, ni en los diarios de
la época ni en los registros policiales; menos aún en los archivos itálicos. Como
se verá, tampoco coinciden en la fecha en que ocurrió. De esto podría deducirse
que “el imaginario haya magnificado uno
de los habituales conflictos que surgían por ese entonces en el barrio”. Por
mi parte afirmo que, si no fuera cierto es bien probable, como se suele decir.
Más allá del diseño que pudo adoptar el vexilo, parece
que el significativo izamiento mereció la atención del gobierno argentino ya
que las fuentes señalan que quien fue dos veces presidente de Argentina, el
general Julio A. Roca[20],
escoltado por algunos efectivos del Ejército, se hizo presente en el barrio.
Allí increpó a los levantiscos y mandó arriar
la enseña implicada. La tradición consigna que admirados por la valentía de
Roca[21]
de apersonarse en el núcleo de la sedición, los boquenses resolvieron dar su
nombre a una de las calles del conglomerado[22].
Vidal indica que quien intervino en la ocasión fue el caudillo barrial José (Pepe) Fernández[23]
que convenció a los genoveses de deponer su actitud y que éstos, a título de ofrenda
conciliadora procedieron a nominar “Roca” a la calle de referencia.
La influencia
política extranjera en La Boca quedó demostrada con toda claridad en el año
1904, cuando fue electo como diputado local al Congreso Nacional el Dr. Alfredo
Palacios[24],
de esta manera se convirtió en el primer funcionario electo propiciado por el Partido
Socialista que hubo en América.
El peculiar republicanismo que pudo haberse
evidenciado en La Boca a fines del siglo XIX no es más que una tardía
manifestación de la fuerte personalidad vecinal plasmada en los burgos comerciales itálicos a lo largo
de los siglos. En algunos casos formaron estados poderosos, con factorías
distribuidas en el litoral marítimo del Mediterráneo, como lo fueron Venecia y
Génova, hubo otros de menor desarrollo como Pisa, Florencia y Milán. Este tipo
de organización de alguna manera subsiste en la República de San Marino; también
eclosionó a lo largo del territorio de Italia durante y poco después de
finalizada la II Guerra Mundial. El espíritu que inspiró la manifestación
política referenciada en La Boca se reflejó también en la ciudad de Rosario, segunda ciudad del país[25].
Más allá de la anécdota de las banderas, por entonces,
la elite nacional abrigaba crecientes
reparos hacia la autonomía cultural que exhibían algunas comunidades
extranjeras, particularmente las de origen itálico y suizo. Se suma a ello que
desde Europa se alentaban los vínculos con sus emigrados operando en el ámbito
de la economía, el mutualismo, del incipiente pero ambicioso movimiento
sindical y en otras múltiples expresiones.
Hasta tal punto fue su importancia que desde el
gobierno dominado por la elite nacional se vio la necesidad de apelar a un rígido sistema educativo que permitiera
integrar a los hijos de esos inmigrantes con la población local. Para esto se
dio especial énfasis a una visión conductista de la historia local, resaltando
como paradigmas a sus próceres y símbolos; al par que se desalentaron aquellas
expresiones que exponían la diversidad de orígenes.
(Advertencia: la publicación de la segunda parte de esta nota se concretará en unos pocos días, quienes estén interesados harán bien en revisar cotidianamente este Blog para poder completar la información del caso)
[1] En realidad, es un pasaje
peatonal de unos 150 metros, originalmente corría en su traza un arroyo que posteriormente
fue cubierto para que instalar una vía ferroviaria. En 1950 el pintor Quinquela
Martín impulsó su transformación y nueve años más tarde fue oficialmente
declarado como “calle-museo”.
[2] Se afirma que es uno de los
diez lugares más fotografiados del mundo.
[3] Cantante, compositor y actor
reconocido como el máximo exponente del tango como canción y producto cultural,
fallecido en 1935.
[4] Así se denomina a una lonja
de queso complementada por otra de dulce de membrillo en barra, eventualmente
suplido por una batata. Debe su nombre a que antaño era una suerte de tentempié
que se ofrendaba a los agentes de policía que estaban de ronda.
[5] https://www.elgrafico.com.ar/articulo/1038/47311/los-74-titulos-de-la-historia-de-boca-juniors?gclid=Cj0KCQjw5f2lBhCkARIsAHeTvlhlfmBxSsz91cMIiPhsw-d4N92kGwDklOyLG_s4JU3g5QrTcTfJPJMaAtqTEALw_wcB
[6] Se usa desde el año 1907.
[7] Por lo que el correcto nombre
del paraje debería ser “La Boca del Riachuelo”, aunque el uso popular apocopa
la designación.
[8] Precisamente, este prócer
edificó su hogar familiar en el predio llamado “Casa Amarilla”, en plena Boca.
[9] https://buenosaireshistoria.org/juntas/james-brittain-y-el-parcelamiento-de-la-boca-del-riachuelo/
[10] Estos operarios arrastraban
las embarcaciones desde la costa del Riachuelo hasta los muelles ubicados en
sus riberas.
[11] Tipo de construcción erigida
sobre pilotes, intentando escamotear las habitaciones del aumento de nivel de
las aguas en épocas de inundaciones.
[12] Por medio de la Ley Nº591 de
la provincia de Bs. Aires, del 30 de agosto de 1853: https://normas.gba.gob.ar/documentos/xpOqdhP0.pdf.
[13] Por Ley Nº654 del 23 de
agosto de 1870: https://normas.gba.gob.ar/documentos/B1145hzB.pdf
[14] Según Ley Nº1.777 del 1 de
septiembre de 2005 – Orgánica de Comunas,
Anexo: http://www.ciudadyderechos.org.ar/derechosbasicos_l.php?id=673&id2=682&id3=5144
[15] “Caras y Caretas” (Buenos Aires), Nº288. 9 de abril de 1904 https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=0ddfbded-0a12-4fc8-96c1-502ea97c1065&page=40
[16] Expreso acá mi emocionado
agradecimiento a la “Biblioteca Nacional de España”, depositaria de la
colección digitalizada de tan característica revista argentina.
[17] WEISS, Ignazio. De Luca Ed. Buenos
Aires. 1955
[18] Buenos Aires. 1986.
[19] Ver en este Blog mi nota: “La extendida familia de banderas de la Cruz
de San Jorge”: https://banderasargentinas.blogspot.com/2020/04/la-extendida-familia-cruz-de-la-cruz-de.html
[20] Presidente entre 1880/ 1886 y
1898/1904; también fue Ministro del Interior en 1890/1891 y de Guerra entre
1878 y 1879, oportunidad en que condujo la así llamada “Campaña del Desierto”.
[21] El arrojo de Roca era
proverbial, como que durante la Guerra contra el Paraguay galopó frente a las
líneas enemigas sobre su caballo blanco, desafiando los disparos que se le
hacían. Una escena similar puede verse en la película “Danza con lobos” dirigida por Kevin Costner (1990).
[22] No he podido constatar que
exista alguna arteria en La Boca que lleve el nombre de Roca, pero como la
nomenclatura ha variado con los años bien podría haber ocurrido con antelación.
A la fecha en la ciudad de Buenos Aires con el nombre de “Julio A. Roca” existe
una importante avenida en el centro de la urbe.
[23] Fernández respondía al liderazgo
de Roca y que más tarde llegaría a ser diputado nacional por el Partido
Autonomista Nacional, que institucionalizaba la influencia de este último.
[24] Nacido y fallecido en Bs.
Aires (1878/ 1965), abogado y legislador afiliado al Partido Socialista.
[25] Por entonces Rosario
registraba cerca de un 40% de población no argentina.
(*) A: todobanderas.com B: Wikipedia (AnFederalist)