Cuando una foto habla sobre lo que muchos callan
Por Miguel
Carrillo Bascary
Un inquieto lector de este blog tuvo la referencia de enviarme la foto que encabeza esta nota, lo que motiva una nueva oportunidad para utilizarla como base de uno de los talleres que tanto siguen los amigos de este medio.
El hecho
La fotografía ilustra un
momento formal en que la canciller de Argentina se entrevista con el
Ministro de Negocios Extranjeros de Portugal, encuentro que tuvo lugar en
Lisboa, durante una reciente gira oficial de la funcionaria.
Desde lo protocolar
Se observa que el ministro
local tuvo la gentileza de ceder derecha
a la Sra. Mondino, lo que denota la alta consideración que su país dispensa a
las relaciones con la Argentina y con la actual gestión gubernamental en
particular. Sin embargo, las banderas
mantienen su posición tradicional reservando la de privilegio a la enseña
de Portugal.
Veamos ahora lo que implica un demérito
Convengamos que los
estrechos vínculos entre ambos estados hacen suponer que Portugal debería disponer de una bandera argentina acorde a la reglamentación oficial para poder
emplearla en las innumerables circunstancias en que se concretan encuentros
entre delegaciones de ambos. No parece haber sido el caso, lo que habla sobre
la improvisación y falta de profesionalismo
de los órganos del Ceremonial portugués.
a) Un grosero Sol
Lo que primero llama la
atención son los trazos del Sol que
campea en el paño celeste y blanco que pretende ser la Bandera Oficial de la
Nación Argentina. Poco tiene que ver con el modelo oficializado por el Decreto
Nº1650/ 2010 (1) que muestro para que el equívoco resulte evidente:
La “cara del astro” está
deformada, los rayos son todos ondulados y la figura está sobredimensionada.
Es inimaginable que la
Cancillería portuguesa carezca de una bandera argentina con los caracteres
oficializados hace ¡catorce años!
Esta tosca representación
del Astro Rey nos lleva a manifestar que ¡no
estamos en presencia de una bandera nacional argentina! Objetivamente, lo
que vemos es una burla para con el pueblo y el gobierno al que se pretende
representar. ¿Qué hacer en consecuencia?
Consumado el hecho debería
realizarse un enérgico reclamo a la Cancillería portuguesa, por la vía que mejor
proceda a fin de solicitar la correspondiente satisfacción y de que se tome
nota para futuros eventos.
¿Qué pudo hacer en la emergencia la delegación
argentina?
Disponer que un
funcionario de la embajada concurriera previamente al lugar donde se iba a
hacer presente nuestra Canciller y verificar que la Enseña nacional fuera
reglamentaria, además de chequear otra serie de aspectos que se analizan para
casos similares. Constatado que hay un mamarracho
instalado a guisa de nuestra Bandera, se debió exigir su reemplazo
por uno acorde a la reglamentación y, para el caso improbable, que una cancillería
del volumen histórico de la anfitriona no dispusiera o no llegara a conseguir
un paño adecuado, bien había podido actuar la embajada argentina facilitándoles
un ejemplar pertinente (de los que, esperemos, haya en existencia en nuestra
legación). Y, en el caso extremo de que no hubiera una bandera argentina reglamentaria
la diplomacia argentina debería reclamar que durante la entrevista o actividad no
se exhiba ningún vexilo.
Por este motivo toda delegación argentina que se
desplace por el mundo debería incorporar en su bagaje al menos un ejemplar de
nuestra enseña, como mínima muestra de responsabilidad.
La ocasión es propicia para
destacar que las banderas que se apartan
en forma evidente de las características oficiales objetivamente NO SON
BANDERAS ARGENTINAS y en consecuencia, ningún funcionario, entidad o
persona argentina debería admitir que se utilicen como tales.
Al llegar a este punto no
puedo dejar de pensar que otros estados
no admitirían que sus banderas representativas sean reemplazadas por elementos
que se les parecen pero que por sus características implican una desatención
severa de los deberes que exige la diplomacia.
¿O Ud. lector se imagina un pabellón pretendidamente español que muestra un pelicano sustituyendo al águila? O, ¿si en la enseña de Arabia Saudita, faltara un término de la sura coránica? ¿Y, si fuera la enseña de Australia exhibe alguna estrella con menos rayos que los requeridos? Podemos seguir; ¿y si la representativa de Chile llevara una estrella más chica que la oficializada? ¿O si el águila mexicana mirara hacia la izquierda?. Creo que con estos ejemplos es suficiente.
Creo que la idea está
clara ¿porque los argentinos debemos tolerar lo intolerable?
b) Los pliegues
La Enseña argentina que aparece en la foto muestra rastros de dobleces en toda su superficie, lo que la desmerece totalmente. Este negativo factor puede parecer mínimo, pero no lo es si se considera que los responsables del armado del dispositivo deberían extremar las condiciones en que presentan las banderas de un país amigo. Objetivamente, esos pliegues también son una afrenta y tampoco debieron admitirse.
c) La falta de corbata
Según el Decreto Nº1.650/
2010 los ejemplares de banderas argentinas de ceremonia deberían llevarla como accesorio en principio imprescindible.
Esta aparente falta puede admitirse, si se considera que Portugal habitualmente
no emplea este adminiculo en sus banderas de ceremonia, por lo que en el caso de
la argentina podría dejarse pasar en aras de la tradición universal que no autoriza
mostrar banderas de estados con diferencias en sus condiciones adjetivas. En
consecuencia, aun desde la perspectiva argentina esta ausencia no tiene carácter
negativo.
Por último, se dirá que “son detalles” y, sin embargo, desde que apareció Internet tales minucias cuentan y señalarían que, para la Cancillería de Portugal, Argentina sería un país del tercer mundo y sus diplomáticos, estarían en esta altura. 😡
Por supuesto que este tipo de conflictos no son privativos de los estados involucrados, a menudo resaltan en
actividades de otros.
(1) Véase: https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/05/normas-tecnicas-sobre-la-bandera_8.html
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