Cada evento, una experiencia
Por Miguel Carrillo
Bascary
Hoy quiero proponerles un nuevo Taller sobre Ceremonial, una temática
que goza de gran aceptación por parte de los lectores del Blog.
Esta vez con un formato renovado, para hacerlo más
divertido. La idea será ofrecer un taller
semanal. Estén atentos/as.
La consigna es, analizar las fotos que les presento e ir anotando todo
lo que les sugiera comentarios, tanto errores como aciertos.
Luego será el momento de comparar sus conclusiones con las mías.
Si constatan diversos criterios formulen en pertinente comentario y también si
encontraran algún aspecto que yo haya pasado por alto.
¿Les parece?
Mis comentarios
A la Foto 1:
Evidencia que se trata de
la firma de un acuerdo de alto nivel, que implica a funcionarios de la
provincia de Tierra del Fuego y de la Gendarmería Nacional, la que actúa como institución
anfitriona.
Este tipo de ceremonia debería
consumarse en breves minutos, por
ser una formalidad articulada prácticamente “para la foto”. Todo ha sido
concordado previamente y los documentos a suscribir fueron chequearon las
partes con antelación. El guion preverá
circunstanciar el momento, seguido de palabras del anfitrión, del representante
provincial y luego se pasa a la firma, tras lo cual finalizará el acto.
El recinto luce con impecable limpieza. Observen el brillo de la mesa,
que luce una hermosa veta en su madera, lustrada “a espejo” y las cortinas, con
un perfecto plisado. Hasta la planta de complemento se presenta linda, como un
detalle de buen gusto. ¡De 10 puntos!
También, fíjense en el
detalle de los posa copas, algo que
también suele olvidarse y que, cuando se apoyan las bases húmedas, han
arruinado muchas mesas hermosamente lustradas.
Sigamos por las banderas.
La organización dispuso una presentación
de “centro vacío” y en el mismo mantuvo con acierto el busto del general
San Martín, que preside el recinto.
Las tres se muestran
respetando sus tipos oficiales, con sus accesorios según el Decreto Nº1.650/
2010 y debidamente armadas, con expansores para dejar bien visibles sus paños.
También se tomó la precaución de
plancharlas, evitando los espantosos dobleces, un detalle que muchas veces
no se tiene en cuenta.
Pero, miren bien las corbatas. La que corresponde a Tierra del Fuego no
lleva flecos. Esto no estaría mal en el caso que el vexilo se mostrara solo con
la enseña Nacional, pero como la de Gendarmería sí tiene flecos, la provincial
queda en inferioridad de condiciones. No debe ocurrir, urgente hay que correr a
una mercería y acoplarle los adminículos ausentes (antes que empiece el acto,
lógicamente).
En cuanto a la
disposición, la Bandera Nacional debió ir en el lugar de la provincial,
respetando así la debida precedencia.
No es un detalle para nada menor.
A mi juicio, el problema radicó en lo siguiente. La
organización consideró correcto utilizar la regla de la extrema derecha, o sea
posicionarlas en este orden: Nacional/ Provincial/ Institucional, pero olvidó que
los elementos se armaron conforme a la pauta del “centro vacío”. En
consecuencia, debió ser la Nacional la que se dispusiera a la derecha del
busto.
Vamos a otra cuestión. En
primer plano luce una bandera de mesa
de la Gendarmería Nacional. La función de esta variedad de vexilo, permite resaltar
la representación de los funcionarios que se muestran firmando. Así, cuando se
realizan planos cortos la figura del signatario queda referenciada con su
representación a través de su bandera. Pero … ¿qué pasó con la enseña provincial?
También debió colocarse. Hay entonces una referencia doble a la Fuerza de
Seguridad, pero también una minusvaloración de la Provincia. No puede
aceptarse.
Vamos las consabidas botellitas de agua. Consideremos que se
colocaron cerradas para garantizar la pureza del elemento en un contexto de
pandemia, esto justificaría no presentar jarritas, que sería lo ideal ya que en
tal caso los integrantes de la mesa se verían relevados de atraer todas las
miradas de los presentes cuando tomen la botella y la destapan. De paso, recordemos
que siempre deben colocarse semiabiertas,
no vaya a ser que el cierre esté tan firme que se dificulte su apertura.
Sin embargo, el verdadero problema radica en las
etiquetas. ¿Es que la entidad anfitriona, cuenta con el esponsoreo de las
aguas “Glaciar”? ¿Costaba mucho colocar las botellas para que la marca no fuera
visible al público, ni quedara “documentada” en fotos y filmaciones?
En principio, son todo un
detalle las cartelas, prolijamente
confeccionados para la ocasión y contenidas en soportes acrílicos. ¿El
problema? Su lectura demanda que el observador prácticamente tenga que
encimarse sobre la mesa para poder leerlas y que en las fotografías no se
distinga a quien se refieren.
¿Algo más? Sí, es algo que
sobra … ¡el plato de masas! Su
presencia se justifica (y se agradece) en una reunión de trabajo o en un evento
que implica cierta duración. Pero, reitero, sobra tratándose de una firma de
documentos. Además, no queda muy elegante que los funcionarios se muestren deglutiendo
ante cámaras o flashes.
Otra cosa sobre las masas. ¿Qué habrá hecho el funcionario de cabellos canos a quien no le colocaron el platito con su apetitoso contenido? En el contexto esta falta de consideración resulta decididamente grosera. Las jerarquías entre los presentes se marcan a través de su ubicación y no por “detalles” como el apuntado. Para terminar con esta cuestión tan sabrosa, la experiencia indica que quienes les harán los debidos honores será el personal de la organización. ¡Una vez terminado el evento, claro está!
Sobre la Foto 2
Vemos la escuadra de
abanderado y escoltas de la “Bandera
Nacional de la Libertad” Civil durante un acto escolar.
Lo bueno.
El paño se corresponde en todo con el modelo reglado por la Ley Nº27.134, si
bien el segmento superior del blasón parece negro, cabe entender que ocurre por
algún efecto cromático propio de la foto.
Veamos a los chicos, que nos muestra muy buena actitud corporal, correcto
vestir de impolutos guardapolvos, con sus corbatas anudadas, bien peinados (si
hasta que parece que el abanderado pasó por la peluquería unos días antes), con
impecables guantes blancos, como se usa en muchas provincias del interior para
no manchar el paño con la grasitud natural de las manos, ésta es la razón que
inspira la tradición. ¡Un felicitado para las mamás y los docentes! ¡Impecable
presentación de los changuitos!
¿Dije “changuitos”? Sí porque es la forma cariñosa de referirse a los
chicos y chicas en las provincias del Norte argentino. Pero, ¿cómo supe que la
escena se desarrolla en esta región?
La respuesta es que los
dos niños que se visualizan llevan el tahalí y la banda que corresponden a la bandera provincial de Tucumán. Nada más
inapropiado.
Como su nombre lo indica,
nuestro cuarto símbolo patrio se complementa con el tahalí y las bandas para
escoltas que corresponde a la Bandera Oficial
de la Nación, así lo manda el artículo 3º de la Ley Nº27.134, que en
concreto remite al decreto Nº1.650/ 2010, para el tahalí, la banda no está
reglamentada.
¿Algo más? Sí, ¿hubiera costado mucho planchar el paño antes de la presentación?
Me encantó la propuesta del taller!! Tengo una consulta con respecto a la foto 2 con respecto a la posición de la banda de los escoltas. Es correcto de izq. A cadera derecha ?
ResponderEliminar¡BIEN OBSERVADO CECI! Un 10 para vos! dejé ese detalle sin destacar y sos la primera en descubrirlo! Felicitaciones! Las bandas de los escoltas van a la inversa, o sea del hombro derecho a la cintura izquierda ya que recuerda la forman en que llevaban la espada los guerreros que custodiaban la bandera en combate. Lamentablemente en algunas provincias hay disposiciones que prescriben lo contrario, sin ninguna razón más que ¡"mantener la uniformidad estética con el tahalí del abanderado"! En unos días hacemos otro Taller
ResponderEliminarGracias Miguel, me encanta su blog además de serme sumamente útil.
ResponderEliminarMuchas gracias, cordial saludo
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