Por Miguel Carrillo
Bascary
No se trata de un efecto óptico, sino de una cruda, una
muy cruda realidad.
La foto documenta la forma en que recientemente se
quiso celebrar el “día de las Naciones Unidas”, nada menos que en un importante consulado de la República de Italiana
en una igualmente importante ciudad de Argentina “de cuyo nombre no quiero
acordarme” (parafraseando al Quijote).
La imagen lo dice todo, ¿anotamos?
1) La bandera
de Naciones Unidas ha desplazado a la italiana, que es la que debió
colocarse en el centro; por lo demás, como se conmemoraba el día consagrado a
la ONU, su enseña debió ubicarse a la derecha de la peninsular, en posición de
relativo privilegio sobre de la que representa a la Unión Europea.
2) Pero hay más, si se observa bien se verá que la bandera de Naciones Unidas está …
¡INVERTIDA! Mala forma de rendir homenaje a la entidad multinacional.
Alguien podrá apuntar que fue un desliz circunstancial
que se remedió prontamente ni bien algún funcionario de la oficina consular
advirtió el problema.
Así lo pensé en un primer momento, pero esto fue
desmentido por los hechos, ya que la posición errónea se prolongó ¡durante
TODA LA SEMANA!, transcurrida la cual se retiró el lábaro celeste y volvieron a lucir las banderas europeas, en
mutua compañía.
Lo peor de todo es que los hechos no ocurrieron en una humilde oficina consular. La involucrada tiene un plantel profesional, muchos de ellos nativos de Italia ¿?
¡Injustificable!
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