viernes, 10 de febrero de 2023

Banderas en las iglesias

Preguntas y respuestas

Catedral de la ciudad de Rosario, Argentina

Por Miguel Carrillo Bascary

En la Antigüedad las banderas se consideraban más que objetos sagrados, eran representaciones mismas de los dioses. Por esto se sacrificaba ante ellas, se guardaban en los templos y perderlas se consideraba un verdadero sacrilegio. Tomemos como referencia los vexilos romanos, que cuando las legiones se encontraban en campaña se depositaban en la aedes sacellum o cellae, capilla del principia, ubicada en el centro de los castrum (destacamentos mayores).

Remarcado, el espacio para la guarda de las águilas y vexilos de la Legión

Por igual motivo cuando se capturaban vexilos enemigos se ofrendaban a los dioses locales y también se guardaban en los templos, a manera de ofrendas votivas.

La Historia y la Vexilología referencian innumerables banderas a las que se atribuían poderes sobrenaturales. El caso más difundido es la Fairy Flag, que según la leyenda entregó un hada al clan escocés de los MacLeod[1].

En tiempos más recientes vemos que estas costumbres pretéritas mantienen su valoración tradicional. Así ocurre, por ejemplo en la Argentina, donde muchos de los trofeos obtenidos en batallas todavía se exhiben en algunos de sus templos. En rápida síntesis:

  • Basílica de Ntra. Señora del Rosario (Santo Domingo) en Bs. Aires, que atesora numerosos vexilos tomados a los británicos en la “Primera Invasión Inglesa” al Río de la Plata (1806)[2] y dos estandartes de caballería concedidos como exvotos por el general Belgrano.
  • Basílica de Sto. Domingo (Córdoba), donde se encuentran otras dos banderas británicas obtenidas en 1807[3].
  • Basílica de Ntra. Señora de la Merced (Tucumán), donde se muestran dos enseñas tomadas por el general Belgrano en sus campañas[4].
  • Templo dedicado a Ntra. Sra. del Carmen, en la ciudad del mismo nombre, provincia de Buenos Aires, donde se exhiben dos banderas conquistadas durante la guerra que enfrentó a la Argentina con el Imperio del Brasil[5] (1825-1828).

Así también ocurre en otros países, respecto de los cuales hay innumerables ejemplos de todas las épocas, tanto en grandes iglesias como hasta en pequeños oratorios. Como ejemplo superlativo se puede mencionar a la iglesia de San Luis, en los Inválidos, París. Sobre esto dediqué varios estudios, a los que remito en razón de la brevedad[6].

Nave central de St. Louis des Invalides

Por otra parte, en muchos estados (no en Argentina) se preservan en las iglesias las enseñas de unidades militares históricas, a manera de testimonio de gratitud por las gracias que recibieron quienes revistaron en ellas.

Catedral de Warwich, Inglaterra
Banderas regimentales (colors)

Objeto de esta nota

Me referiré concretamente al posicionamiento de las banderas en el interior de los templos. Me detendré con toda lógica en aquellos de países occidentales ya que no conozco con propiedad la realidad de los de Oriente.

¿Qué vexilos se muestran en los templos occidentales, ya sean católicos, cristianos o de iglesias derivadas?

Además de lo mencionado precedentemente planteo este interrogante como hipótesis de trabajo y me respondo, podemos señalar: las banderas nacionales, la de la Santa Sede, las que caracterizan a las órdenes, congregaciones, cofradías y hermandades católicas; así como las representativas de otras confesiones.

Con un menor desarrollo también pueden señalarse vexilos propios de obispados, abadías, catedrales y jurisdicciones menores.

                 Diócesis de York (UK)                      Arquidiócesis de Cinncinati (EU)

       Catedral católica de Estocolmo (SUE)       Abadía de Westminder (UK)

En ocasiones se encuentran las de naciones con las que existe algún tipo de vínculo histórico o cultural, cuyo ejemplo más conocido está en la basílica de Ntra. Sra. del Pilar, en Zaragoza.

Por última se advierten otras que, visibilizan movimientos sociales de diversos tipos, algunos con alcance nacional o netamente locales.

La llamada “bandera de la Paz” del movimiento Roerich en una iglesia

¿Qué representa cada uno de estos vexilos? Cuando en un templo vemos una bandera nacional, es obvio que corporiza la presencia de la nación de que se trata y, también, al estado local. Mientras que aquella a la que comúnmente se denomina “papal”, ya hemos visto que en realidad simboliza a la Santa Sede, no al Papa, ni tampoco al Estado de la Ciudad del Vaticano[7]. Por su parte, cada una de las restantes identificará a los diferentes colectivos a los que aluden.

Es un error interpretar que una bandera nacional colocada en un templo es un gesto de sumisión de esa iglesia al estado. Tampoco cabe identificarla como un apoyo de la iglesia a una gestión de gobierno en particular. Nada de eso.

¿Las banderas que vemos en las iglesias, son objetos de culto? La respuesta es negativa, enfáticamente, los feligreses no oran ante ellas y, mucho menos las adoran. Tampoco deben considerarse como elementos decorativos, tienen la función de representar no de adornar un espacio.

¿En qué sitio mostrar las banderas dentro de una iglesia? Por principio general será en un lugar de honor, pero nunca en el principal que se reservará a las representaciones sacras propias del culto.

En consecuencia, en los templos católicos se las verá dispuestas en el presbiterio (ver fotografía que abre esta nota), es decir el lugar central destinado a la Liturgia a cargo de los presbíteros celebrantes, donde se asienta el altar mayor o en un espacio inmediato al mismo, es lo natural a sus respectivas representaciones. En algunos templos de grandes dimensiones existe un deambulatorio o girola, que es una suerte de galería que bordea por detrás al altar mayor, pero tampoco corresponde instalar las banderas en este sector ya que se encuentra relegado con respecto al presbiterio y por lo tanto se afectará la posición honrosa con que siempre deben mostrarse las banderas.

Un templo cristiano muestra las banderas de E.U. y la "cristiana"

¿Es imprescindible presentar banderas nacionales en los templos? La respuesta es negativa. Tratándose de los dedicados al culto católico esto dependerá de las decisiones que haya tomado el episcopado nacional y en su defecto, el obispo del lugar (no hay una directiva papal específica). Tratándose de templos bajo la jurisdicción de una orden o congregación dispondrán al respecto los capítulos o superiores, según corresponda.

Uno caso especial son los estados donde existe una religión nacional, como ocurre con numerosas iglesias cristianas. En estos casos, resulta más que lógica la presencia de la bandera estatal. Más aún, en ciertos regímenes, como en China,  se exige la presencia de su bandera estatal en los templos católicos.

¿En qué posición corresponde que se exhiban? Los usos del Ceremonial universal indican que habrán de mostrarse enastadas, sobre sus respectivos pies-soportes, es decir lo que en la jerga se denomina como un ejemplar “de sitio”. Eventualmente podría admitirse el uso de cenefas o masteleros que permitan exhibir varias piezas en conjunto, pero lo adecuado es que cada una tenga su asta y su pie.

¿Es necesario colocar la bandera nacional y, eventualmente, alguna otra de naturaleza religiosa en todos los altares de una iglesia? De ninguna manera, debe prevalecer un criterio prudente, tal multiplicación es innecesaria, eventualmente bastará que se instalen en el punto del templo que tenga mayor solemnidad y visibilidad que, reitero en las iglesias católicas será junto al altar mayor.

Unos indebidos.

Es inadecuado presentar un paño adosado a la pared que cierra el espacio destinado al culto, el ábside o cabecera. ¿La razón? Porque de esta manera la bandera pierde su funcionalidad, se desnaturaliza en su función significante, y se convierte en un elemento ornamental. En síntesis, que jamás debería presentarse una bandera en esta posición.

Con igual fundamento un vexilo tampoco debería servir como frontal del mantel que recubre el altar o el ambón. Aunque reconozco que esta posición suele ser bastante habitual, no solo implica un silente menosprecio al magno significado del vexilo, sino que también afecta la sacralidad del sitio, en donde solo deberían emplearse elementos consagrados al culto, incluyendo en esto a la mantelería.

Tampoco corresponde exhibir banderas de tal manera que el extremo del paño descanse parcialmente sobre un altar. Se reitera, nada que no esté expresamente consagrado al culto divino puede asentarse allí, con la sola excepción de los elementos técnicos imprescindibles para las celebraciones, como el micrófono.

La imagen que se presenta seguidamente muestra una asociación entre la enseña con el símbolo de la Cruz en un templo en particular. Su sola vista cuestiona, aunque bien puede ser una sensibilidad exacerbada de mi parte. Entiendo que es un error identificar tan íntimamente un símbolo de fe con una nación –estado en particular representada en ese paño, este es inmanente, aquél es obviamente trascendente.

Precedencias

Si hay pluralidad de banderas se dispondrán guardando las reglas del Ceremonial universal. En consecuencia, la enseña nacional irá sobre el lateral derecho del punto central destinado al culto. En los templos católicos será el altar, en la mayoría de las otras confesiones cristianas corresponderá al ambón, desde donde se leen los libros sagrados y desde donde predica del pastor.

Volviendo sobre las iglesias católicas, si se ubica la bandera nacional a la derecha (izquierda del observador), la lógica indica que la que corresponde a la Santa Sede irá sobre la izquierda. En la eventualidad de que se quiera presentar también el emblema de una orden, congregación u otra institución, lo natural será que, por razones de simple afinidad, acompañen a la de la Santa Sede, dejando en solitario a la nacional.


Tengo presente que en algún lugar se dispuso posicionar la enseña de la Santa Sede a la derecha, relegando a la nacional a la izquierda. Interrogado el párroco responsable contestó que, “por tratarse de un ámbito destinado al culto era lógico y procedente darle primacía a la bandera papal”. Nada más equívoco, ya que los templos (aun los más importantes) carecen de la extraterritorialidad que corresponde a una embajada. En ningún caso puede resignarse la precedencia, que siempre corresponderá al emblema del país.

Parroquia del Espíritu Santo, Guatemala (observar la enseña papal a la derecha)

¿En qué condiciones materiales deben mostrarse las banderas en las iglesias? Será en las mejores. Siempre deben presentarse elaboradas en el textil determinado en la legislación, con las dimensiones previstas en la misma y en perfectas condiciones de integridad y de higiene, planchadas (para que el paño no muestre dobleces), debidamente armadas es decir, munidas del accesorio llamado expansor[8] o algún sucedáneo, para que los presentes puedan apreciar bien los textiles y que no adquieran un aspecto mustio, con sus cargas poco menos que ilegibles a los ojos de los observadores.

¿Qué accesorios deben llevar? Serán los que determine la normativa. Valga como ejemplo el de Argentina, donde estos complementos están expresamente regulados en el Decreto Nº1.650/ 2020, que contiene las pertinentes Normas IRAM-DEF D 7675, que ordenan presentar a la Bandera Oficial de la Nación con su correspondiente corbata, con la moharra, el asta y el pie-soporte reglamentarios. Asimismo, ninguna otra bandera que se exponga en un templo puede ser de mayor tamaño, de un textil más rico o con accesorios más lujosos que el correspondiente a la del país. Como excepción podría admitirse el uso de un pie más elaborado que el reglamentario para la Bandera nacional ya que se trata de un elemento funcional cuya variación en nada altera el debido respeto al símbolo, todo lo contrario.

Pie soporte artístico en la Catedral de Rosario, Argentina

¿Qué banderas no deberían exhibirse en los templos? Se trata de un aspecto ciertamente delicado. Indudablemente no toda bandera puede mostrarse en estos lugares. Por esto se excluirá a todas las que impliquen un motivo de disensión, las que expresen cuestionamientos o toma de partido. En definitiva, las que conlleven polémicas. Ninguna iglesia puede manifestar preferencias por un grupo de sus hijos en desmedro de otros. De tal manera que aquellos vexilos que expresen reivindicaciones sectoriales, ideologías o partidos políticos,  no deberían colocarse, a priori. Creo que con estas palabras queda planteada la objeción y que no es necesario abundar sobre la idea. Hay numerosos otros espacios en la vida comunitaria y aún en los propios ámbitos eclesiales donde algunos podrán mostrarse, pero no precisamente en el interior de los templos dedicados al culto divino y donde la concordia social debe primar.

Un aparte sobre la llamada “bandera papal”. Su forma está regulada por expresa disposición de la Santa Sede[9]. Si bien en principio debe llevar el emblema oficial sobre el segmento blanco del paño, existe una tácita dispensa fundada en razones económicas que exime del costo que implica el aditamento.

Las enseñas religiosas menores. Englobo en esta nominación a las que pertenecen a congregaciones, hermandades, cofradías y similares. Muchas veces éstas tienen forma de pendón y otras mantienen el típico carácter cuadrilongo. 


Pendón ortodoxo y de la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario (Argentina)

En su caso, es preferible no lucirlas en los presbiterios junto a la nacional y a la de la Santa Sede, para no multiplicar la presencia de vexilos durante las ceremonias litúrgicas. Sí sería procedente que se mostraran allí en las fechas votivas de las diferentes advocaciones marianas de que se trate, de las memorias de santos y santas patrones, en fiestas particulares y celebraciones similares. Si hubiera capillas o altares menores dedicados a estas devociones no habría ningún inconveniente para que allí se depositen, siempre atendiendo a las formalidades del caso y al posicionamiento marcado por el Ceremonial.

 Capilla de Ntra. Sra. del Rosario
Catedral de esa ciudad, Argentina [10]

No deben confundirse con banderas las ornamentaciones basadas en los colores de una determinada nación que a veces suelen verse, particularmente en forma de colgantes. Como quedó dicho, éstos son simples adornos, no se trata de banderas.

Iglesia de Sto. Domingo, Guatemala

Banderas en las iglesias católicas de Argentina

Hoy es habitual encontrar la Bandera oficial de la Nación y la enseña de la Santa Sede, pero no siempre fue así. Este uso lo dispuso en el año 1950 la Conferencia Episcopal, es decir el conjunto de los obispos y arzobispos argentinos, como un particular homenaje a los ciento cincuenta años del fallecimiento del general José de San Martín ocurrido el 17 de agosto de 1850, en Boulogne-sur-Mer, Francia.



[9] http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/10/bandera-papal-de-la-santa-sede-o-del.html

[10] En este caso se dispensa la colocación a la derecha por cuanto en ese lugar dificultaría el acceso al altar y, además, se trata de un pendón de cofradía.

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