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jueves, 5 de junio de 2025

Banderas en la Plaza de San Pedro

Multicolor presencia

Premonitorio primer plano de la bandera de E. Unidos

Por Miguel Carrillo Bascary

El pasado 8 de mayo de 2025, los ojos del mundo estuvieron fijos en la Plaza de San Pedro siguiendo las alternativas de la tensa espera por conocer la identidad del nuevo Papa. Las imágenes televisivas mostraron a decenas de miles de personas de toda edad y condición, que embargadas de emoción rezaban, vivaban, se abrazaban y saltaban de alegría.

Dentro de este inmenso panorama pudieron verse numerosas banderas que señalaban los orígenes de estos peregrinos y curiosos. Para quienes cultivamos la Vexilología puede ser de interés consignar las que la trasmisión televisiva permitió advertir. Claro está que sería imposible practicar un reconocimiento en detalle, pero la simple apreciación señaló las de:

Haciendo un total de 54. Si consideramos que son 193 los estados soberanos que hoy existen afiliados a las Naciones Unidas y que a ellos se suman entre 10 y 12 más, según el criterio jurídico que se aplique, la sumatoria nos da unos 205 paises. De esta manera, en la histórica tarde del 8 de mayo de 2025, hubo algo más de una cuarta de estados representados con sus banderas.

De la sola lectura se advierten lugares recónditos: como el archipiélago de las Seychelles, la isla de Reunión y Timor del Este, cuando a priori no era de esperar que en la Plaza de San Pedro pudiera haber nacionales de esos estados.

También se vieron los vexilos de algunos estados subnacionales, como las de: Bretaña, Córcega y Limburgo.

Las imágenes que mostró la TV Vaticano indudablemente que ya son parte de la Historia, en donde las banderas, tienen su lugar.

En definitiva, una manifestación más de que el mensaje de Nuestro Señor Jesucristo trasciende abarca todas las naciones, más allá de toda frontera.

lunes, 1 de noviembre de 2021

Nulo protocolo en la Cumbre en Roma (G-20, 2021)

Falta total de profesionalismo

 

El sobrio logo oficial (simplificado)

Por Miguel Carrillo Bascary

La reciente Cumbre del G-20 realizada en Roma nos aporta varios puntos para el análisis desde la Vexilología y el Ceremonial.

Cuando se considera el alto nivel de la reunión cabe esperar poco menos que la percepción en la materia, sin embargo

 

En la foto que abre este aporte se muestra la preparación del ámbito preparado para la clásica “foto de familia”, de por sí es todo un desafío para los organizadores de este tipo de eventos por la gran cantidad de representantes en los que debe incluirse: los miembros plenos, los invitados y los representantes de las diversas organizaciones internacionales y regionales que participan.

Para facilitar el análisis fraccionaré la toma:

1) Sector central, donde se ubica a las banderas de los 26 estados

En mi concepto no se observa coherencia en el orden protocolar, excepto en la centralidad que corresponde de a Italia como anfitriona, que comparte con Arabia saudita, ya que son veintiséis las banderas de estados.

A la derecha encontramos: Italia, Indonesia, Brunei, Turquía, Francia, Rep. Dem. del Congo, Estados Unidos, Alemania, India, España, Reino Unido, México, y Japón.

Sobre la izquierda se ordenan: Arabia Saudita, Ruanda, Corea del Sur, Brasil, Argentina, Singapur, Países Bajos, Canadá, Australia, Unión Europea, China, Sudáfrica y Rusia.

Como se verá el orden es absolutamente aleatorio. Sorprende que la insignia de la Unión Europea se encuentre entre las de Australia y China. 

2) Espacios que ocupan las banderas de las organizaciones internacionales

Conforme las costumbres se colocan en los extremos del dispositivo, concediendo precedencia a los emblemas de estados.

En consecuencia, en el segmento de la derecha se distinguen las banderas de: ILO (International Labour Org.)/ OIT (Org. Int. del Trabajo, 1919), Banco Mundial, OMS (Org. Mundial de la Salud, World Trade Organization (WTO)/ Org. Mundial del Comercio y la del FSB (Financial Stability Board)/ Consejo de Estabilidad Financiera.

Sobre la izquierda se cuentan las enseñas de: ONU, Fondo Monetario Internacional (FMI), FAO (Org. de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y la que identifica a la Unión Africana.

También acá el orden es aleatorio. En realidad, debió darse primacía a las organizaciones internacionales por sobre las regionales y, entre ellas disponer las banderas siguiendo el alfabeto en idioma italiano o bien tomando en consideración la fecha de fundación, en caso de entidades de una misma categoría. Nada de eso se hizo.

En el siguiente cuadro represento las banderas de las organizaciones:

Un detalle “no menor”

En la fotografía analizada se advierte con toda claridad el descuido con que están colocadas las banderas, donde las de Ruanda, Argentina y Australia se sobreponen con otras, encimándolas, una gaffe grave en todo dispositivo protocolar que, afortunadamente, fue corregido para el momento en que se realizó la foto oficial de los mandatarios.. 

Algo más

Cuando la cumbre de Bs. Aires – 2018 puse de relieve algunos detalles, que estimo puede interesar a quienes no tuvieron oportunidad de leerlo: http://banderasargentinas.blogspot.com/2018/12/banderas-en-la-cumbre-2018-g-20.html

La "foto de familia" oficial


lunes, 13 de septiembre de 2021

¿Por qué se encanastan las banderas? Opciones

Respuesta a una consulta reiterada

Serie: Ceremonial práctico

Antigua fotografía del ejemplar que se empleaba en el 
Monumento Nacional a la Bandera (Rosario, Argentina)

Por Miguel Carrillo Bascary 


Para responde a esta pregunta que me formula una lectora del Blog, partiré de la realidad que nos abarca (1)

El caso argentino 

Quienes se desenvuelven en al ámbito del Ceremonial tienen internalizado que la Bandera nacional argentina en su versión de izar se traslada hacia y desde el mástil en una forma característica que se denomina “encanastada” (2), con el rostro del Sol destacado, de frente a quien la observa. Usualmente, también se guarda en esta posición. 

A tal fin, quienes se encarguen de estas operaciones cuentan con un particular adiestramiento, ya que no es sencillo recoger ni desplegar la pieza. 

Cuando va a ser izada, la bandera se lleva encanastada desde el lugar de guarda hasta el mástil. Allí, un segundo operador la endriza, mientras que el primero permanece pasivo sosteniendo el textil hasta que concluye el procedimiento. A medida que asciende el paño se va desenvolviendo lentamente, sutilmente controlado por el portador, hasta que queda totalmente desplegado, volando hacia su destino en lo alto. 

Si la persona encargada carece de operador, el paño puede depositarse sobre la base del mátil, en el caso que su diseño lo permita, o bien, se requerirá de una mesa ad-hoc en donde se colocará para concretar el en drizado.

Bandera encanastada y endrizada, a la espera de la orden de izamiento,
Monumento Nacional a la Bandera (Rosario, Argentina)

Al llegar el momento del arrío, para colocarla en la posición indicada se procede así: cuando desciende del tope del mástil el personal a cargo capta el ángulo inferior del lado del vuelo, para evitar que el textil caiga al suelo o sobre alguno de los presentes y, seguidamente, irá recuperando toda su extensión cuidando plegarla bajo el segmento que ocupa el Sol. De ese modo el conjunto toma el aspecto de una canasta o bolsa invertida. 

La ceremonialista Lic. Katia Ruiz, presenta la bandera encanastada,  foto 
tomada al pie del mástil ubicado en Río Gallegos (Santa Cruz, Argentina)

Instantes previos al izamiento a cargo de dos efectivos del
Regimiento de Granaderos a Caballo, escolta presidencial argentina
Quien se halla a la derecha de la imagen sostiene el tramo del cantón, que
será endrizado en primer término, una posición muy práctica

El plegado 

Es bien conocido también, que las banderas de otros estados se transportan y guardan dobladas, cumpliendo un procedimiento que algunas legislaciones prescriben con extremo detalle. 

Les aporto un link a un video donde se demuestra la manera en que se dobla la bandera de Costa Rica (https://www.youtube.com/watch?v=FEbchpHNpww) muy similar a las pautas que rigen para las de Chile, Panamá y los Estados Unidos, por ejemplo (en este caso: https://www.youtube.com/watch?v=FEbchpHNpww o https://www.youtube.com/watch?v=B7yMakv5Dwg)

 Diagrama de los 13 pasos para doblar la bandera de Estados Unidos 
Fuente: https://es.wikihow.com/doblar-una-bandera-de-Estados-Unidos

Los dobleces suelen ser tan precisos que luego de cumplido la bandera se ve reducida a sus mínimas dimensiones y adoptan una forma triangular, dotada de notable rigidez.

 

En la siguiente foto se ejemplifica el plegado en cuadro, una opción del encanastado, que se usa en algunos países, en este caso el Perú.

Las enseñas con atributos descentrados plantean dificultades. Acá vemos una muestra de plegado asimétrico, tal como se estila en Portugal.


En otros estados se hace un plegado cuidadoso de tal forma que el elemento principal quede hacia arriba, para guardar la debida dignidad de la pieza y favorecer la preservación del elemento. Ejemplos de esta tendencia son Perú y España, en este último caso el paño se dobla en un verdadero zig-zag (https://www.youtube.com/watch?v=39-nV0-U_Vc) 

Dos momentos en el plegado de la bandera de España

Es curiosa la forma con que se dispone el pabellón de Colombia que, como sabemos, no tiene atributo central alguno (https://www.youtube.com/watch?v=tZcAz5GyS_A)

 

El contraste de estas diversas variantes entre sí, resulta por demás interesante. 

Las razones 

Aunque suele pensarse lo contrario, el Ceremonial no es una disciplina caprichosa apegada a tradiciones arcaicas y herméticas, todo lo contrario. La disciplina es eminentemente práctica y pragmática, todo aspecto vinculado al Ceremonial tiene un motivo, una razón de ser y una lógica, aunque no todos lleguen a percibirlo, esto es lo maravilloso. 

Los códigos vinculados al Ceremonial tienen mucho de universal, pero también inciden en ellos las divergencias culturales, que se traducen en numerosas y curiosas variantes. Las circunstancias fácticas acentúan la diversidad, lo que enriquece el panorama.

El Ceremonial tampoco es estático, sino que tiene características dinámicas, de tal forma que los iniciados pueden señalar la evolución de sus prácticas y modalizar su accionar desde una perspectiva sistémica, integral, que otorga previsibilidad a este tipo de rituales cívicos. 

En el punto que nos ocupa el principio básico es la dignidad con que debe tratarse a la pieza, atento su profundo significado, ya que toda bandera nacional (el caso típico) representa, nada más ni nada menos, que a una sociedad y a un estado. No es casual que un parámetro universal indica que su paño no debe caer al suelo, recuérdese aquello de “morder el polvo de la derrota” (3), tampoco tomar contacto con la superficie del agua (4). 

En su dimensión material el mandato demanda preservar la integridad del textil, todo lo que sea posible. 

Precisamente, en este último punto radica el precepto de encanastar la Bandera oficial de la Nación argentina, un principio que cabe extender a todas aquellas que carguen su principal atributo en el centro del paño (5). De no ser así, a lo largo del tiempo, los reiterados pliegues incidirían invariablemente, marcando, ajando y, finalmente, quebrando la carga que, por lo general, suele estar estampada o también pintada. Por más cuidados que se ponga en el doblado las reglas de la Física que rigen la materialidad de la pieza son ineludibles. 

Cabe agregar aquí un matiz netamente económico. Cualquier iniciado en estos temas del Ceremonial sabe lo costoso que resulta reponer los ejemplares de izar cuando su vida útil llega a su fin, por esto es apropiado que reciban el tratamiento adecuado para extender su uso a lo largo del tiempo. 

Una objeción que la práctica desmiente 

Algunos cuestionan el encanastado pensando que el paño se desmerecerá por las arrugas. Nada más lejos de la realidad. Quienes manipulan banderas con asiduidad pueden dar testimonio de mi parecer. 

Efectivamente, con el encanastamiento la trama y la urdiembre del textil se acomodan con naturalidad por lo que es difícil que se marquen las arrugas. Cuando se despliega el paño su presentación no queda desmerecida, en nada. 

Todo lo contrario ocurre con el método del plegado, ya que, si durante la operación se comprimen los sucesivos dobleces, la mayoría de las veces quedarán pliegues con se percibirán con toda calidad luego del izamiento. Solo puede minimizarse este efecto negativo con el empleo de excelentes tipos de paños y siempre, a condición de que no registren un uso prolongado.

Cabe señalar que la pieza debió ser plegada centrada en el escudo,
sin embargo, la foto ilustra bien los dobleces que produce el plegado extremo

La "Bandera Nacional de la Libertad Civil" 

Como es un símbolo patrio histórico (Ley Nº27.134) por lo que, de hecho, es la segunda enseña argentina. También ella tiene que procesarse a partir de la posición de encanastado. 

Las enseñas provinciales 

Las banderas de las provincias argentinas y similares, cuyos diseños contengan un atributo en su centro, también deben presentarse y retirarse encanastadas. Es el caso de: Bs. Aires, Santa Fe, Santiago del Estero, Córdoba, San Luis, Mendoza, San Juan, Catamarca, Jujuy, Salta, La Pampa, Neuquén, Santa Cruz, Chubut y la Ciudad Autónoma de Bs. Aires. 

En cuanto a las otras, donde no ocurre lo propio, podrían ser plegadas y de hecho así ocurre en varios casos, pero lo usual es que también se encanasten. 

Excepciones 

Cuando las dimensiones de una bandera argentina sean muy importantes el encanastado deja de ser práctico y por ello se procede a plegarla, con la prevención de que el Sol siempre deberá quedar intangible, en el centro. En algunos casos, luego de la operación se depositan en una suerte de bandeja que facilita el traslado, desde y hacia el mástil. 

Elementos del Reg. 1 Patricios portan la Enseña nacional sobre un dispositivo ad-hoc 
(Plaza de Mayo, Bs. Aires, Argentina)

Para trasladar piezas de tamaño superlativo se apela a enrollarlas sobre sí mismas. Así ocurre con las llamadas “banderas monumentales”, tan divulgadas en muchos países, donde se hace necesario implicar equipos numerosos y bien entrenados para ejecutar su izado.


Un equipo de diversas fuerzas en el proceso de izar una bandera monumental mexicana

Concluyendo 

Espero que de esta manera quede respondido el interrogante que justificó la explicación aportada. 

Notas: 

1.- Ya en otra oportunidad aludí tangencialmente al tema en la nota: Ceremonial práctico: transporte de banderas, http://banderasargentinas.blogspot.com/2020/01/ceremonial-practico-transporte-de.html

2.- Algunos prefieren llamarla “embolsada”, pero el vocablo preciso es el que uso en esta nota, encanastada.

3.- Abordé ciertos aspectos sobre este punto en la nota: ¿Se inclinan las banderas? La Bandera Argentina no se inclina ante nada ni nadie, https://banderasargentinas.blogspot.com/2019/11/se-inclinan-las-banderas-si-o-no.html

4.- Puede ampliarse en un trabajo anterior: Una bandera no debe tocar el agua, http://banderasargentinas.blogspot.com/2015/12/una-bandera-no-debe-tocar-elagua-por.html

5.- Lo dicho no es un absoluto, como ejemplos puedo citar los de las enseñas de República Dominicana y Canadá, que se guardan dobladas, pese a tener atributos centrales. La tradición británica, muy extendida por el mundo, sobre todo en aquellos estados que tienen un pasado colonial, dispone el plegado de los paños.

 

jueves, 19 de abril de 2018

La promesa a la Bandera argentina/ Parte 2

La ceremonia en sí misma

 Foto: W. Flores

Por Miguel Carrillo Bascary
¿Cómo se promete?

La costumbre universal se inspira en el juramento de fidelidad que prestaban las tropas por esto, quién requiere la promesa es una autoridad, en lo posible aquella que tenga la de mayor jerarquía de entre los presentes al acto (ver foto superior).


En algunos casos (que van en aumento), hemos visto que algún actor se caracteriza como el general Manuel Belgrano y que participa en el acto de las promesas. Esto suele impactar en los niños, pero no es correcto que sea él quién tome la promesa. En todo caso podrá realizar una invitación a seguir su ejemplo de vida o formulará una proclama patriota (arenga), pero para no desvirtuar el sentido de la toma el rol deberá ser cumplido por la más alta autoridad que se encuentre presente en el acto.

La promesa es pública. Se concreta ante toda la comunidad educativa y, eventualmente, frente al pueblo en general reunido en ocasión de alguna fecha patria.

Se patentiza a partir de una fórmula que ha ido variando con los tiempos. En algunas provincias está expresamente prevista en la normativa vigente. En otras, cada entidad podrá definirla con amplia libertad, pero la experiencia indica que en ocasiones no es apropiada, bien sea por su "mensaje", bien ocurra por el uso de un lenguaje ampuloso, casi barroco.

El acto de la promesa propiamente dicha es muy sencillo, ya lo hemos visto. La autoridad recita la fórmula y los promesantes responden a viva voz: ¡Sí prometo!

Inmediatamente los asistentes prorrumpen en un caluroso aplauso, como forma de validar la promesa formulada y de expresar un sincero apoyo a la decisión manifestada por los pequeños. Un toque de diana, aviso marcial tradicional ejecutado con una trompeta, suele acompañar este momento. El énfasis propio de la afirmación se explica en la completa decisión contenida en la expresión.


La promesa se realiza de pie, una posición que denota atenta disposición para el servicio. Su adopción uniforme por parte de los promesantes indica también una humilde voluntad de conjunto.

Por una elemental razón de orden los niños que van a prometer se forman en filas con aquellos de menor estatura en las primeras. Es la mejor, para que todos puedan destacarse. Sin embargo, tengo conocimiento que en alguna escuela expresamente se dispuso que los promesantes se coloquen como gusten; ya que la formación en filas remite a “costumbres castrenses”. Lamento disentir, absolutamente, en primer lugar porque la posición caótica genera pujas entre los niños, siempre hay algunos que buscan sobresalir y también los hay que se mantienen aislados; en segundo lugar, porque el ordenamiento en filas no es exclusivo de los militares; es un comportamiento humano casi atávico son innumerables los ejemplos que nos aporta la cotidianidad.

En la mayoría de las provincias del interior los promesantes remarcan su decisión extendiendo el brazo derecho hacia adelante, en forma más o menos perpendicular a la línea de su cuerpo. Esta posición también tiene un origen antiguo y constituye una recreación del gesto de tocar o besar la bandera que realizaban los soldados al tiempo de jurar. Lo propio ocurre en la mayoría de los juramentos que realizan nuestras autoridades cuando asumen sus funciones. Hemos podido constar este tipo de posición en: Catamarca; Chaco; Chubut; Corrientes; Formosa; Jujuy; La Rioja; Misiones; Río Negro; Salta; Santa Cruz; San Luis; San Juan; Santiago del Estero y Tucumán (en algunas de forma exclusiva).


La práctica también tiene su correlato en el llamado “saludo Bellamy” (Pledge of Allegiance) difundida a fines del siglo XIX por el pastor bautista Francis Bellamy (EE.UU.;1886 – 1972). La más antigua referencia sobre esta forma de saludo la encontramos en el órgano de difusión del Consejo Nacional de Educación, Nº487, tomo XLVI, del 31 de julio de 1913.  Esta usanza es de ejercicio cotidiano al comenzar la jornada escolar en los Estados Unidos, aunque en algunos estados se practica solo los días lunes; mientras que en Argentina la promesa a la Bandera se concreta una sola vez en toda la experiencia escolar de los niños. 


A consecuencia de que los nazis y fascistas adoptaron la posición del brazo extendido como un saludo a sus líderes, fue lógico que durante la Segunda Guerra Mundial el ritual despertara resistencias en los Estados Unidos; por esto en muchas regiones fue reemplazado por el gesto de llevarse la mano derecha al corazón, una práctica que también se difundió en nuestro país en el curso de la última década. Hemos constatado esta variedad en escuelas de: Bs. Aires; Córdoba; Corrientes; Chubut; Entre Ríos; La Pampa; La Rioja; Neuquén; Río Negro y Tucumán.


Algo más sobre el “saludo Bellamy”
El brazo extendido tiene uno claro propósito mostrar la intención de posarse en la Bandera, como objeto cuasi-religioso; tal como en muchas culturas se lo considera desde el punto de vista de la civilidad. Es un gesto perfectamente natural; de esto da fe el propósito de los fans de tocar a su artista preferido.
Extender el brazo hacia algún elemento significativo, propio de diferentes culturas, es un gesto atávico de identificación, de búsqueda de protección, el que puede interpretarse como un intento de recibir la buena influencia del objeto religioso; en suma, de establecer un vínculo sensible, vital, positivo.
Veamos que sucede con relación a la bandera. En una clase; como era impráctico que todos los niños tocaran la bandera, Bellamy propuso sustituir ese contacto por el brazo extendido, cuyas connotaciones positivas en la sociedad buscó reforzar aludiendo al saludo romano.

Marco Aurelio saluda a Roma (Museo Capitolino)

El fundamento de lo enunciado podemos hallarlo en la forma en que se realizan los juramentos durante la toma de posesión de las autoridades políticas, lo principalmente se evidencia en aquellas ceremonias que implican a varios legisladores. Cuando prestan su juramento no pueden materialmente apiñarse en derredor de la Biblia y por ende extienden su mano derecha en su dirección, copiando claramente la postura corporal propia del saludo Bellamy y del saludo romano.
El brazo extendido evidencia la intención de posar la mano en la Bandera, que en muchas culturas era considerada un objeto cuasi-religioso. Es un gesto perfectamente natural.


 Aún encontramos otra variante, se trata de levantar la mano derecha con la palma abierta hacia adelante, con el antebrazo en paralelo al cuerpo. Lo que hemos constatado en: Córdoba; Corrientes y Tierra del Fuego. 


La más extraña forma de prestar promesa a la Bandera la hemos documentado en la provincia de Salta, como resulta de la siguiente fotografía, lamentablemente carecemos de otra referencia y mucho agradeceremos poder recibirla en nuestro correo. 


Verdaderamente llama la atención ya que el saludo con el puño en alto (en este caso, el derecho) es un signo de rebeldía internacionalizado.

Cualquiera sea la forma elegida, el acto de la promesa posee una emotividad impactante. Por lo general los mayores reviven aquella edad en la que ellos mismos formularon la promesa, con toda la inocente e inexpresable belleza que implica verse reflejados en los niños.


¿Cuál es la fórmula para prometer a la Bandera?

La disposición del “Consejo Nacional de Educación” adoptada en 1909 y difundida por su órgano oficial “El Monitor de Educación Común” estableció la siguiente fórmula:

“Alumnos: la Bandera blanca y celeste – Dios sea loado- no ha sido jamás atada al carro triunfal de ningún vencedor de la tierra.

Alumnos: esa bandera gloriosa representa la patria de los argentinos. Juráis rendirle vuestro más sincero y respetuoso homenaje; quererla con amor intenso y formarle desde la aurora de la vida un culto fervoroso e imborrable en vuestro corazones; prepararos desde la escuela para practicar a su tiempo con toda pureza y honestidad las nobles virtudes inherentes a la ciudadanía; estudiar con empeño la historia de nuestro país y las de sus grandes benefactores a fin de seguir sus huellas luminosas y a fin también de honrar a la Bandera y de que no se amortigüe jamás en vuestras almas el delicado y generoso sentimiento de amor a la Patria.

En una palabra, juráis hacer todo lo que esté en la medida de vuestras fuerzas para que la Bandera argentina flamee por siempre sobre nuestras murallas y fortalezas, a lo alto de los mástiles de nuestras naves y a la cabeza de nuestras legiones y para que el honor sea su aliento, la gloria su aureola, la justicia su empresa”.

La alocución debía ser respondida por los niños con un enfático: “¡Sí, juro!”

Inicialmente, la fórmula del juramento se componía del los párrafos iniciados con las siguientes expresiones: “La Bandera blanca y celeste”… y “flamee por siempre”, ambos pertenecían al discurso que Sarmiento pronunció en la ciudad de Buenos Aires, el 24 de septiembre de 1873 ("Obras completas”, XLVI), así lo determinó la presidencia del “Consejo Nacional de Educación”, ejercida por el doctor José María Ramos Mejía, en sesión del 11 de febrero de 1909. Posteriormente, la fórmula fue ampliada, y se le agregaron el segundo y el tercer párrafos: “Esa bandera gloriosa…” y “Juráis rendirle…” por iniciativa del inspector general de escuelas, profesor Ernesto Bavio (Sesión del Consejo del 26 de junio de 1909).

En el año 1949 se reemplazó el término “alumnos” por el de “niños” (aunque por tradición continuó usándose en muchos casos) y en 1950 la referencia al juramento se cambió por el de promesa, como se explicó poco antes.

A más de un siglo de establecida, la fórmula aludida a comienzos el siglo XX es notoriamente anacrónica. Hoy son otros los lenguajes; otros los códigos sociales; otras las vivencias que implican aquellas palabras, que ya podían sonar pretéritas cuando se adoptaron, si tenemos en cuenta que algunas de sus frases fueron tomadas del famoso discurso sarmientino en 1873.

La fórmula de 1909 modificada en 1950 pervivió por muchas décadas, hasta que la federalización del sistema escolar ocurrida en los años 90 dio lugar a variantes espontáneas e inorgánicas, de amplia recepción en la realidad. Paralelamente algunas provincias asumieron la facultad de regular específicamente la materia, lo que en la práctica generó una gran variedad de manifestaciones.

Las mutaciones apuntan a simplificar la alocución; se procura hacerla menos retórica; menos clásica; tiene a procurar una mayor comprensión para el entendimiento de los niños; en pocas palabras se intenta modernizar la expresión.

¿Cómo debe colocarse la Bandera?


En una sociedad democrática como se precia de ser la argentina, la posición de honor de una bandera es la perpendicular al suelo, mientras se la eleva y se la coloca en la cuja del tahalí. Esta, y no otra, debe ser la posición durante la promesa. Resulta verdaderamente inexplicable la supervivencia de una práctica propia de las monarquías, que en inglés se conoce con el nombre de “dipping” y que en castellano se le dice "presentación" de la bandera.


La práctica indica que, en algunas regiones, cuando el portador presenta la bandera durante el acto de la promesa, la inclina hacia el frente en un ángulo aproximado a los 45º. Esta costumbre es una rémora de la reverencia que las banderas hacían ante los monarcas, en su condición de titulares de la soberanía de la nación (de hecho, esto continúa haciéndose en los países realistas). 


 Más aún, no es inusual que las banderas se abatan ante el paso del rey hasta el punto de arrastrar por el piso.


Por otra parte, esta inadecuada colocación suele generar muchos problemas a los abanderados de pequeña contextura física o a quienes no están entrenados; ya que el peso del paño y del asta les resulta exagerado.

Nota: tomando en consideración el gran interés que ha despertado esta temática, la continuaremos desarrollando en próximos post. Para no perdérselos suscríbanse como seguidores del Blog.