lunes, 24 de noviembre de 2025

Increíble error de Protocolo

 ¡No debió ocurrir!

 

Por Miguel Carrillo Bascary

A corazón abierto

No hay argentino que no reverencie el enorme cúmulo de valores que se materializan en el Regimiento de Granaderos a Caballo “Gral. San Martín”. Este cuerpo es un símbolo que trasciende la Historia y sus enlistados corporizan el culto a la Patria en su más alto nivel. Su presencia pública es paradigma del profesionalismo militar. Como unidad escolta del Presidente de la Nación ha dado muestras de un espíritu de servicio y sacrificio superlativo.

Por estas y por muchas razones similares se me hace muy difícil escribir esta nota. No hubiera querido hacerlo, de manera alguna. Sin embargo, lo veo necesario, para intentar evitar que se reiteren hechos similares al que comentaré. Lo digo con mucho dolor, demasiado.

Antecedente

Hace pocos días se concretó un acto solemne en la ciudad de Mendoza, nada menos que frente al monumento al “Ejército de los Andes” en el “Cerro de la Gloria”, precisamente, ante ese silente homenaje al cuerpo que se formó en Cuyo para cruzar la Cordillera y libertar a Chile. Estuvo presente el Ministro de Defensa quien puso en funciones el nuevo destacamento permanente del Regimiento, que desde entonces se desempeñará en tan histórico lugar.

Los efectivos vestían sus uniformes de gala, portaban su "Bandera de Guerra[1]" y la enseña histórica del glorioso “Ejército de los Andes”, la que le corresponde por derecho propio[2]. También hubo otras altas autoridades y público interesado.

Lo acontecido

La prensa recogió el acontecimiento favorablemente, como no podía ser de otra manera. También lo hicieron los medios oficiales.

Lo negativo estuvo en la disposición de las banderas, tal como se muestra en la fotografía que abre esta nota. Veamos en detalle:

  Derecha            -                Izquierda

En ella se podrá ver que el orden de precedencias no se respetóLa "Bandera de Guerra" se ubicó sobre la izquierda, mientras que en el lugar de privilegio se colocó a la insignia del Ejército de los Andes. ¡Sí, como queda visto y dicho! Con lo que se infringió una elemental regla de protocolo.

Corresponde explicar a los lectores no versados en cuestiones de Ceremonial que, cuando se habla de “derecha” o “izquierda”, es con referencia a la imagen, no al observador. La regla es muy sencilla pero las confusiones abundan, particularmente en ámbitos donde no se acostumbra a llevar adelante actividades de la especialidad. No fue el caso. veamos un esquema:

Consideraciones

¿Cómo explicar semejante error en los Granaderos? ¿Qué pudo pasar? ¿De dónde partió el equívoco?

Agrava la cosa que se trató de una ocasión formal y de una unidad militar habituada a protagonizar actos y formaciones ceremoniales.

No tengo respuestas. ¡No debió ocurrir!

Quisiera equivocarme, pero la fotografía lo hace imposible, así lo ilustra la foto que acompaña la crónica del evento tal como se publicó en la web oficial del Gobierno Nacional[3]. 

Pero, a veces pasa

Un error no enmienda otro, pero a veces aparecen sorprendentes anomalías. Lo importante es, reitero, que no se repitan.

Todas las instituciones, ceremonialistas y organizadores de eventos de cualquier tipo que sean, deberían capitalizar lo que acá se reseña.

Para muestra traigo al presente lo que sucedió con otro cuerpo militar de elite, ultra especializado en Protocolo. Su protagonista fue nada menos que la “Guardia de Color” del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos (Marine Corps Color Guard), que presta servicio en innumerables ocasiones. Aclaro que su nominación no deriva de la piel de sus integrantes, sino que se refiere a las banderas (“colors”) que identifican a las unidades de esa fuerza y a la propia enseña oficial de esa nación.

Fue el 18 de octubre de 1992, cuando se disputaba una de las finales de la 89ª. Serie Mundial, la Liga Mayor de Béisbol, en la ciudad de Atlanta (Georgia). Ahí se enfrentó el equipo local, los “Braves” y el de Toronto, los “Blue Jays”. En la ceremonia de apertura se hizo presente un pelotón de siete marines, uno de ellos llevaba la bandera de los Estados Unidos y otro portaba la enseña nacional del equipo visitante.

Por alguna desatención inexplicable la bandera del Canadá se mostró invertida y permaneció en esta posición mientras se ejecutaba su Himno[4], a la vista de decenas de miles de espectadores y durante una transmisión televisiva que llegaba a millones.

Inicialmente los espectadores no lo advirtieron, pero cuando la TV repitió la escena los teléfonos explotaron reclamando por lo que los canadienses consideraban un agravio a su país[5], con toda justicia. No era para menos. Nadie entendía que había pasado.

Advertido el error, resulto imposible de enmendarlo en el momento, el daño estaba hecho y la TV lo magnificó. En los medios deportivos se llegó a hablar de una conspiración para debilitar psicológicamente al equipo de Toronto.

Hubo grandes quejas del público, incluso entre los estadounidenses[6], se registró un sentimiento de vergüenza por el desempeño de sus siete especialistas[7].

El entonces presidente de los Estados Unidos, George Bush, debió pedir disculpas al pueblo del Canadá, y en dos ocasiones. Muy diplomáticamente Canadá fingió ignorar el incidente, pero tras bambalinas se acordó una salida, en forma reservada, pero a un muy alto nivel. 

El Cuerpo de Marines quedo en ridículo y debió realizar un acto de desagravio a la insignia foránea, con lo que el conflicto se dio por superado. 

Al respecto, el periódico “Los Ángeles Times” informó[8]: “El Cuerpo de Infantería de Marina no reveló el nombre del sargento responsable de voltear la bandera, pero declaró que asumía ‘toda la responsabilidad’ del error”. Incluso se adelantó que no habría reprimendas, ni castigos, por entender que se trató de un incidente de circunstancias.

Cuando en el partido posterior, realizado en Toronto, se ejecutó el Himno nacional de los Estados Unidos muchos pensaron que la multitud local lo repudiaría. Fue entonces que los canadienses dieron un ejemplo de civilidad y acompañaron con su canto el himno de sus rivales. Un atronador aplauso cerro la ocasión.

El incidente todavía se recuerda como uno de los mayores errores de protocolo que registra la historia cercana. Desde entonces muchas de las referencias al hecho han sido prolijamente eliminadas de los archivos públicos.

Es preciso reconocer que hubo un sincero pesar en la opinión pública norteamericana y una muestra de hidalguía en su Gobierno que aceptó la responsabilidad, sin pretender minimizar el hecho. Mi reconocimiento por ello.

Finalmente, los “Blue Jays”, ganaron la serie, se consagraron campeones y por primera vez llevaron a su país el máximo trofeo de ese deporte.-


[1] El “Reglamento de Ceremonial Militar” prevé en su artículo 6.002 b): que la "Bandera de Guerra" es la principal de todo “comando, subunidad comando y servicios, instituto, unidad o subunidad independiente, es decir, agrupamiento orgánico de tropas pertenecientes a un arma, servicio o tropa técnica, que tenga un cuadro de organización y esté bajo comando único”, además de cumplir otros requisitos. Su corbata porta las condecoraciones merecidas por el elemento, como se aprecia al ampliar la fotografía. Se distingue de la "Bandera Oficial de la Nación" por llevar inscripto en el paño la denominación del elemento, en su franja inferior, y la correspondiente a la Fuerza, en la superior. 

[2] Así lo habilita el “Reglamento de Ceremonial Militar”, en su art. 6.006. A esta bandera se la considera como “símbolo del Ejército”.

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