martes, 4 de febrero de 2025

Banderas municipales argentinas, tendencias

Para todos los gustos + una invitación

Gral. Fernández Oro (Río Negro) - Tigre (Buenos Aires)

Por Miguel Carrillo Bascary

Aviso: En esta nota se insertan algunos diseños representativos que no fueron seleccionados por su calidad vexilográfica, sino que responden a un criterio aleatorio.

Desde que en Argentina se recuperó el orden constitucional (diciembre de 1983) han adoptado enseñas particulares, varios cientos de municipios y comunas de un total superior a los 2.300, cifra que varía según diversos parámetros. Estas experiencias presentan perfiles muy diversos que merecen el comentario panorámico que les ofrezco.

Tendencias

La experiencia de conjunto indica que la mayoría de los vexilos locales alcanzaron un buen arraigo en el sentir de las poblaciones, en muchos otros la iniciativa se fue perdiendo casi insensiblemente en el tiempo y hoy son pocos quienes recuerdan el diseño que un día saludaron con alegría.

Un muestreo de las trayectorias de los símbolos municipales  revela que cuando su diseño ha quedado “muy pegado” a la gestión que definió la bandera local su legitimidad se vio licuada a futuro. Esto ocurre porque la población la asocia con un gobierno en particular.

Caacaty (Corrientes)

Con más de cuatro décadas desde el año 1983 es posible verificar que el fenómeno que implica la adopción de banderas de municipios y comunas se manifestó ampliamente en algunas provincias, mientras que en otras es casi inexistente. En síntesis, el afloramiento no fue para nada uniforme.

Hay provincias donde la tendencia de adoptar banderas locales está generalizada y cuenta con plena vitalidad. Ellas son: Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe. Con un menor número se encuentran: Catamarca, Corrientes, La Pampa y Santiago del Estero. Las que presentan una proliferación menor son: Mendoza, Salta, La Rioja, Chaco, Neuquén, Río Negro, San Luis y Santa Cruz. Por contraste, hay provincias refractarias a seguir el derrotero, al menos hasta el momento; Jujuy, registra solo dos casos, Tucumán y Formosa, tres.

Un caso particular es el de Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, donde la pequeña ciudad de Tolhuin es la única con bandera. Los otros tres municipio, Ushuaia, Río Grande y Puerto Argentino, carecen de ella, bien que la segunda adoptó una hace muchos años aunque más tarde la olvidó, mientras que la última se encuentra bajo la ilegitima posesión del Reino Unido[1] .

Tolhuin (Tierra del Fuego)

Bandera = identidad

Manifestar la identidad a través de una bandera es un complejo proceso social. Para que el símbolo sea verdaderamente representativo es necesario involucrar al mayor número posible de las personas que forman la comunidad. También deberían acompañar las fuerzas vivas. En el marco de la explosión de las redes sociales es muy oportuno; más aún, fundamental, interesar a los creadores de contenidos para que se involucren. El principal impulso supone el protagonismo de las autoridades locales a través de alguna ordenanza o decreto que promueva el proyecto, serán ellas a las que les corresponde sostenerlo a lo largo del tiempo, más allá del término de la gestión bajo cuyo mandato se concretó la elección. Esto último es particularmente crucial.

Brinkmann (Córdoba)

La inmensa mayoría de las banderas locales que hoy flamean en Argentina se definieron a partir de concursos donde intervinieron los escolares. Esto puede parecer a priori muy simpático, pero no deja de ser una pauta de exclusión que inevitablemente empobrece el producto final. Lo ideal es que se invite a presentar iniciativas a todos los vecinos y a quienes acrediten haber nacido en el lugar, aunque ya no vivan ahí. También a los residentes que estén fuertemente enraizados en la localidad. Nada impide que en la convocatoria se ponga especial énfasis en motivar a los escolares.

Hay casos donde se premió al ganador con una modesta suma de dinero, por lo general se considera que es un aporte ad-honorem. Tratándose de jóvenes estudiantes también se cuentan equipos de computación para la escuela o una excursión para el curso.

San Fernando del Valle de Catamarca (Catamarca)

Por lo general los requisitos para presentar propuestas han tenido características diversas. Se revela como un error que sean extensos y complejos, corresponde que sean amplios y fáciles de interpretar.

Cabe señalar como un valor que los reglamentos de concursos habiliten una intervención profesional que permita optimizar la propuesta ganadora, introduciéndole pequeñas modificaciones acordes a las pautas vexilográficas o aquellas que faciliten la posterior reproducción. Eventualmente es válido especificar que las mutaciones deberán ser admitidas por el/la autor/a. A tenor de la información recibida esta anuencia siempre fue positiva.

Vinchina (La Rioja)

Afortunadamente los organizadores suelen poner a disposición de los interesados algún tipo de información general sobre las pautas vexilográficas que deberían seguir las propuestas; aunque no ocurre en todos los casos. En otros han sido mínimas, francamente. La elaboración de este material tiene que ser muy cuidadosa ya que su influencia puede llegar a ser considerable. Un análisis de la realidad revela que las bases de los concursos se van copiando de ciudad en ciudad, con resultados cuando menos dispares.

Lamentablemente las recomendaciones técnicas generales no han sido debidamente seguidas, fruto del desconocimiento general de la metodología. La certeza de esta manifestación se comprueba con solo analizar los diseños resultantes. Los hay para todos los gustos.

Venado Tuerto (Santa Fe)

Observaciones sobre los diseños

Desde la técnica vexilográficas los resultados son muy dispares, los hay algunos muy logrados, pero otros (quizás la mayoría), presentan serios problemas. Los demasiados complejos conspiran contra las posibilidades de reproducción y de afianzamiento en la población. Otros muchos comportan diseños francamente espantosos. Podrá parecer un muy duro este calificativo, pero es objetivamente merecido, claro está que uno de los principios de la Vexilología demanda que se respete a la decisión popular, pero esto no es suficiente para cambiar la calificación.

Uno de los principales defectos es el de sumar cantidad de emblemas al paño, sin considerar que cuando se lo mira desde cierta distancia no pueden distinguirse, esto se agrava cuando la bandera está izada.

General Lavalle (Buenos Aires)

Debe advertirse, además, que hay ciudades que incluyen fotografías en sus banderas, una grave patología vexilográfica. Otras llevan sus escudos cívicos a los paños, un criterio que en algunos casos puede justificarse por razones históricas pero que la Vexilología moderna cuestiona. También se encuentran diseños asimétricos que no pueden traducirse en el reverso.

Urundel (Salta)

Detalle (árbol, venado, leños y flores son fotografías)

Incluso, pueden citarse algunos que incorporan a la Bandera nacional y a las de provincias, verdaderas tautologías gráficas, que carecen de todo sentido. Las particiones extravagantes de los paños son otro defecto notable.

En materia de colores corresponde que se definan conforme a escalas cromáticas internacionales, esto solo lo podrán concretar los técnicos en diseño que intervengan para elabora el modelo patrón elaborado desde la iniciativa ganadora.

Perito Moreno (Santa Cruz)

En proporción la presencia del celeste y blanco es la que cuenta con mayores preferencias entre las enseñas locales que hoy existen. No faltan algunas que plantean tonos que no están disponibles en la industria, con lo que para elaborar la bandera se deben adaptar los disponibles.

No es poco habitual que se acierte en la elección de colores pero que surjan equívocos de bulto en lo que hace a las cargas. Entre las más comunes se encuentran: el Sol, las estrellas, los surcos y las vías ferroviarias. Algunos diseños suman elementos tecnológicos (vehículos, maquinaria, instrumentos) condenados de por sí a dar una imagen vetusta a poco que la evolución del progreso les otorgue una pátina de caducidad.

Brandsen (Buenos Aires)

La Naturaleza se hace presente en muchísimas de estas banderas, tanto a nivel de particiones, como de elementos vegetales, animales, hídricos y orográficos. Al respecto habrá que cuidar que los primeros se correspondan con los que existen en la región, en más de una ocasión utilizan modelos foráneos levantados de Internet.

Es una fortuna que existan pocos ejemplos que incorporen leyendas y cifras, una característica muy común en los Estados Unidos. Esto hace que la bandera se confunda con un isologo o imagotipo publicitario.

Carrizales (Mendoza)

También debería especificarse lo atinente a las proporciones del paño, un aspecto que inadvertidamente suele dejarse a los proveedores del vexilo, quienes motu proprio suelen asignarles los que corresponden a la Bandera nacional, con lo que no suele presentarse mayores problemas.

Donde se destaca netamente el desconocimiento de Ceremonial y la Vexilología de los proyectos destinados a dotar de una bandera a los municipios y comunas argentinos es en materia de accesorios. Solo una pequeñísima minoría tiene presente la necesidad de dotarla de una corbata, de un tahalí y de las bandas de escoltas. No es cuestión de improvisar cuando llege el momento de presentarlas. En cuanto al asta, la moharra y los pies-soportes, cabe entender que serán los que dispone el Decreto nacional Nº1.650/ 2010 para la Bandera Oficial de la Nación, pero, para evitar toda duda nada costaría hacerlo explícito en el texto de la ordenanza.

Oberá (Misiones)

Otra omisión destacada es la falta de provisión sobre cómo se asignarán los roles de abanderados y escoltas que llevarán la bandera local en los actos y ceremonias. No debería ser así, son funciones de honor que no admiten improvisaciones. Debe tenerse presente que estas personas representarán a toda la comunidad.

Las enseñas de ciertas provincias parecen definir cierto estilo en común pero todavía es prematuro definirlo ya que hay muchas poblaciones que todavía no se han dado banderas. Tengo presente a La Pampa y a Santa Cruz.

Cierro estas líneas advirtiendo que existen numerosas banderas de municipios y comunas cuyo diseño desconozco, por esta razón las conclusiones compartidas podrían llegar a modificarse al aumentar la base de datos.

Sobre los jurados

Esteban Echeverría (Buenos Aires)

Otro punto fundamental del proceso radica en la composición del jurado. El número de sus integrantes no puede ser numeroso, un aspecto en el que suele coincidirse. En cuanto a sus calificaciones hay experiencias a granel. Es evidente el intento de buscar personas consustanciadas con la historia y la vida de la comunidad y que también cuenten con reconocimiento general a consecuencia de su trayectoria de vida o de su función como referentes sociales. A esto debería sumarse la competencia profesional, lo que no siempre se ha podido lograr.

Aquí es que, con el debido pedido de perdón a los profesionales dedicados a la Publicidad, no veo que deba asignárseles participación, salvo las lógicas excepciones que siempre pueden darse. Es que las banderas tienen una filosofía diferente a los elementos publicitarios, por esto deben responder a los cánones de la Vexilografía. Tampoco tengo nada contra los artistas plásticos, todo lo contrario, pero ocurre que los vexilos no son de por sí obras de arte, sino que su reproducción repetitiva e inalterable posee una vocación de futuro. Menos todavía cabe buscar a especialistas en Heráldica una disciplina diferente a la Vexilología, aunque tengan puntos en común. Formulo estas particulares manifestaciones porque son numerosas las representaciones de estas profesiones en los tribunales evaluadores.

Villa Cura Brochero (Córdoba)

Lo adecuado es que del jurado participen personas con experiencia en Vexilografía o, al menos en Vexilología. No lo expreso por un interés personal, pero es obvio que si se busca construir una casa no se recurrirá un especialista en camping. Es cierto que los calificados en tan especiales materias son pocos en el país y que es difícil que residan en la ciudad que busca darse un emblema. Para solucionar la situación bien se podrá nombrar a un profesional en Vexilología que participe a la distancia vía Internet, bien sea como jurado o como asesor externo del mismo. Esta presencia es perceptible en las convocatorias a diseñar las banderas de las ciudades de mayor importancia, no ocurre igual respecto de las más pequeñas, quizás porque se desconoce que existen estas disciplinas. La excepción es la provincia de Córdoba donde existe una particular conciencia por buscar asesoramiento especializado, se constituye así en un modelo válido que bien podría seguirse en otras.

La praxis revela también lo negativo de que en numerosos tribunales evaluadores predominen los funcionarios políticos, a lo sumo su presencia debería ser mínima, pero no lo es. Lo indicado es comprender que dictaminar sobre la materia no es una decisión de política partidaria, con todo lo que ello implica. En no pocos casos se advierte que el peso de las mayorías en la representación inclina la decisión por una u otro propuesta. También existen casos donde la figura más encumbrada impone su decisión personal amparado en el poder que detenta.

Villa Cerro Azul (Córdoba)

Un dato de la realidad radica en la idiosincrasia de algún jurado que, si bien puede ser una persona muy representativa tiene cualidades personales presentarán problemas. Entre ellas, el considerarse “especial”, ciertos rasgos de autoritarismo, falta de empatía para con las opiniones de otros miembros y similares. De esto es factible que derive en conflictos o genere reticencia en otros miembros llegado el momento de decidir a cuento de que, “¿cómo vamos a contradecir a …, podría ofenderse?” Se podría abundar al respecto, pero me parece que se comprenderá lo que intento dejar plasmado.

Culminando

  • Las banderas que hasta el momento han adoptado los municipios y comunas de Argentina presentan un panorama muy irregular.
  • En estas breves líneas he intentado aportar una visión de conjunto, pero para hacerlo a ciencia cierta será necesario contar con una información más acabada que permita elaborar instrumentos de constatación adecuados.
  • Entiendo que la temática puede ser de interés para los vexilólogos o sociólogos, pero mi experiencia indica que en el microcosmos del que resulta la adopción de estos vexilos pareciera que no existe mayor voluntad de llevar adelante el proceso con los recaudos que demanda la Vexilología.

Invitación a los lectores de este Blog

Tengo mucho gusto en invitar a quienes gusten de colaborar en el proyecto de recopilación de imágenes de banderas de municipios y comunas que llevo adelante.

Podrán hacerlo aportándome archivos en los formatos disponibles (JPG, JPEG, WEB, PNG, GIF, WORD o PDF) o bien, algún link que me lleve a la fuente donde los diseños estén publicados. También sería útil conocer la identidad del/ la autor/a, el año en que se oficializo la enseña y cualquier otro dato que juzguen de interés. Tendré mucho gusto de dar a conocer estos vexilos con la correspondiente cita del/la corresponsal.

Podrán comunicarse al correo seminariodesimbolos@gmail.com, al wsp +54 9 341 6299664, o al medio de contacto que les resulte cómodo.

Desde ya, muchas gracias


[1] La Asamblea General de las Naciones Unidas califica tal ocupación como una condición de coloniaje mediante la Resoluciones 1514 (XV) de 1960 y 2065 (XX) de 1965 (Ref.: https://www.iri.edu.ar/publicaciones_iri/IRI%20COMPLETO%20-%20Publicaciones-V05/Publicaciones/I2/I2-2A.htm y https://www.iri.edu.ar/publicaciones_iri/manual/Malvinas/RESOLUCION%202065.pdf



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