miércoles, 29 de abril de 2020

Tres casos clínicos. Serie: Errores en ceremonial

Problemas a la carta:
de como la autoridad puede quedar muy mal parada


Por Miguel Carrillo Bascary

Encaramos hoy un nuevo ejercicio de aplicación de las reglas del Ceremonial de banderas. Como siempre, destaco que no me anima el propósito estigmatizar a los responsables, simplemente mostramos deslices significativos con un propósito netamente didáctico.

Veremos así, que las autoridades quedan muy mal paradas a consecuencia de los errores que serán señalados.

Cuando analizamos las fotos objeto de comentario hemos de tener presente que en tiempos de redes no puede saberse hasta donde llegarán, ni cuánto tiempo permanecerán, para escándalo de quienes las miren y en desmedro de las autoridades implicadas.


Tema 1: El caso donde los Granaderos no debieron ver lo que vieron

Ocultamos el nombre de la entidad anfitriona en resguardo 
de los gauchos, arquetipos de la argentinidad

Si nos atenemos al contexto, se trata de un importante acto concretado en en una provincia “sanmartiniana”, para más datos. Los Granaderos prestigian el momento en que se escucha el Himno nacional, dando inicio al acto; pero ellos no debieron ver lo que vieron.

En la foto apuntamos varios problemas:

a) El más evidente, mientras quien lleva la Bandera nacional la ubica correctamente en la cuja; su compañero parece haber olvidado que la enseña de la provincia de San Juan debe colocarse en la misma posición; peor aún, la mantiene al hombro y, además, está adelantado con respecto a la primera. ¡Desatenciones supinas, hasta el espectador más distraído! Adviértase que estas observaciones implican una directa afrenta a la Enseña nacional pues el lenguaje actitudinal nos está diciendo que la bandera de San Juan es más importante que aquella, hasta un punto en que prescinde de reverenciar a la Canción patria.

b) Otra desconsideración para con la Bandera nacional. ¿Cómo es posible que el estandarte de la institución organizadora se coloque en el centro del escenario postergando a la enseña Celeste y Blanca de la argentinidad?

¿Qué donde debió ir el emblema? Muy sencillo, en el tercer orden de preminencia. Si como parece, se sectorizó el escenario en dos segmentos; a la derecha (izquierda del auditorio sentado) debió ir la Bandera Nacional, en segunda posición la de San Juan, finalmente el estandarte institucional. En el sector izquierdo (derecha de los espectadores) se ubicará a los Granaderos y aún más a la derecha el ambón o atril (obsérvese que en la foto puede verse una esquinita del mismo).

c) ¿Algo más todavía? Sí, no vemos la corbata en la bandera de San Juan, con lo que ésta se presenta disminuida, empobrecida, se la comparamos con la Nacional.

            Demasiado para una sola foto ¿No les parece?


Tema 2: El caso de las banderas cansadas

El problema se pone en evidencia en dos ceremonias oficiales cuya realización debería ser cuidadosamente controlada para evitar lo evidente.


La primera toma es muy simple: intendente municipal; funcionarias y homenajeados invitados a izar la Bandera nacional en la plaza de la comunidad. Advertimos demasiada familiaridad, hasta el punto que se ha olvidado a la protagonista principal de todo izamiento, la Bandera nacional que descansa abatida al pie del mástil.

¿La solución? Al endrizar el paño debe tenerse la prevención de tirar de la driza para que su extremo no arrastre sobre el piso. 

Nada más … ni nada menos. Sencillito ¿No?


Esta segunda imagen da para mayores comentarios. Las observaciones son varias, demasiadas:

a) Lo más evidente, jamás presentar la bandera que se izará de tal modo que su extremo apoye en el suelo. Reproducimos acá el consejo consignado más arriba.

b) Lo espantoso, que se haya llevado la bandera en una bolsa comercial (verde, para más datos) Las banderas de izar se transportan hasta el mástil donde será izada en forma solemne y encanastada, obviamente.

c) Lo incalificable, que la “discreta bolsita” haya quedado abandonada al pie del mástil, atrayendo las miradas de todos los presentes; poniendo en evidencia la torpeza de los responsables y haciendo quedar mal a la autoridad anfitriona.

d) Lo desprolijo, la incomodidad del locutor, atosigado de papeles y falto de un atril transportable que le hubiera sido muy útil. No pidamos después que cumpla bien su cometido, por más experiencia que tenga; la falta de comunidad puede provocar problemas, ¡imagínese si se le llegan a caer uno o más papeles! Un profesional merece que se le den las herramientas imprescindibles para cumplir su trabajo. El costo del elemento es mínimo.

e) Algo olvidado, el trompa. Se lo ve mediatizado, por no decir casi vergonzante. El artista debe ser protagonista, no relleno. Debió ubicárselo junto al mástil, a la espera del momento en que deba realizar el toque de reglamento. Por otra parte, cabe pedirle que exprese una actitud corporal de prolija atención, no como la desidiosa que inadvertidamente expresa.

En suma, creo que la imagen tratada será inolvidable, no creo que veamos ningún otro caso parecido al de esta humilde bolsa que se robó la ceremonia.


Tema 3: El caso de la ¿mesa tendida?

Aquí el problema es tan evidente que exime de mayores comentarios. Es un error demasiado extendido para abundar al respecto. Las banderas son para lucirlas en mástiles o en astas, no para cubrir una posición. Más aún, en la toma resulta difícil advertir a qué entidad corresponde la enseña, hasta el punto que es necesario reseñar que es la representativa de la ciudad de Cali (Colombia)

     
    Bandera de la ciudad de Cali                  


Tema 4: El caso en que la mejor opción no es la tradicional


Lo primero que debe señalarse es que la foto corresponde a un ámbito oficial ya que compromete a toda una ciudad, por lo que deben obervarse las formas de la manera debida.

Resulta inexplicable la forma en que se han colocado las banderas. Podría suponerse que el personal encargado entendió que lo hacía aplicando la “regla de la derecha”, pero en este caso lo hizo de manera contradictoria. Uno de los axiomas básicos del Ceremonial es que "la derecha no la derecha del observador"; aparentemente aquí tenemos a un confundido.

Aquí tenemos dos opciones para disponer con corrección estos lábaros:

1) Aplicar en forma correcta la “regla de la derecha”; en cuyo caso la Bandera argentina será la más lejana al ambón; a su izquierda irá la provincial de Río Negro y a la izquierda de esta la Wenufoye, mapuche.

2) Aplicar el “principio del centro”, de manera que en esta posición quede la de Argentina, a su derecha la de Río Negro y a la izquierda de la primera la Wuenufoye.

Sin embargo, en lo personal no aplicaría ninguno de los dos criterios, sino que me inclinaría por una cuarta opción, la que a su vez admite tres variantes:

3.1.1) La más obvia, disponer a la derecha del ambón la Bandera nacional y a su izquierda la provincial; mientras que la nativa deberá ir a la izquierda del ambón; el problema es que, si se hace un plano corto para tomar al expositor, se verá a la enseña provincial y a la étnica; no así a la Nacional.

3.1.2) Para evitar lo expuesto, la variante será: colocar esta última a la derecha de la Nacional, pero en un plano retrasado (unos 20 centímetros) como forma de señalar la marcar la precedencia. Así destacarán la Nacional y la de Río Negro, pero de hacerse un plano corto se verá esta última y quedará oculta la Argentina.

3.2) Aplicar la disposición del “orden lateral”. Para utilizarla pondremos la Nacional a la derecha del ambón; a su derecha, parcialmente oculta por la primera y en un segundo plano, la de Río Negro y a la derecha de esta, también parcialmente oculta por la provincial, recién allí, se dispondría la Wuenufoye.
Este esquema nos señala que el color más pleno señala la importancia de la bandera

En consecuencia, entre las tres posibilidades, prefiero la opción “3.2”. Las razones son las siguientes:

- Evidencia claramente la preeminencia que debe haber entre las tres banderas.
- Privilegia, por su orden, a las dos que pertenecen a entidades estatales.
- Deja a la Bandera nacional en el lugar más visible, a la derecha del ambón, en donde previsiblemente se ubicarán los oradores.
- De esta manera se cumple con el debido orden de protocolo y se logra una buena armonía visual.
- Por otra parte, si se fotografía al orador en un plano corto (de manera que solo se advierta la bandera que tiene más cerca), a su lado siempre quedará bien visible la Nacional.


Concluyendo

Lo expuesto revela, una vez más, que las cosas de Ceremonial tienen muy significativa importancia pues un error expone a la autoridad (pública o corporativa) proyectándolo geométricamente y afectando su imagen personal e institucional.

De manera que, no pueden disculparse los errores de Ceremonial como si fueran “pequeños detalles de organización”.

En cuando a las observaciones, quizás pueda haber algún otro aporte. 

El debate queda abierto; así, nos enriqueceremos todos.


2 comentarios:

  1. Muy atinadas las observaciones, lo único que agregaría (sin conocer el espacio del escenario), es que se podría resolver el tema de la visión de las Banderas, es buscando una diagonal de la Nacional y la Provincial, a la tercera directamente a la izquierda, porque de lo contrario, la constante sería la visión de la tercera.

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  2. No llego a comprenderte bien. ¿No estaremos diciendo lo mismo? En el esquema de las banderas verdes la nacional queda en primer plano, la provincial en segundo y la etnica en tercero ¿?

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