Cuando la apariencia engaña
Por Miguel Carrillo Bascary
El friso del vexillum
La Vexilología se define desde el
término vexilo que alude al emblema
romano conocido como vexillum,
básicamente una pieza textil cuadrangular pendiente de un palo traverso a un
asta portadas por las unidades tácticas de una legión en la antigua Roma. Se
completaba con un terminal constituido por una lanza o alguna pequeña figura totémica
de diversos animales, acordes la designación del cuerpo. Esta era la
composición básica ya que los testimonios históricos demuestran que existieron notables
diferencias de detalles.
La disposición cuadrangular y
pendiente permitía que el símbolo que cargaba el paño pudiera verse fácilmente,
aunque no hubiera viento que lo expandiera.
Uno de los vexilla
más antiguos ¡Tiene 1.700 años!
mejor conservado que muchas de nuestras banderas históricas
Perteneció a la Legión Claudia, ca. siglo III d. C.
hallado en Egipto, se encuentra en el Museo Puskin (Moscú, Rusia)
El vocablo deriva del latín, y remite
a la forma que tenían las velas que impulsaban las galeras. Su plural es vexilla. Su portador recibe el apelativo
de “vexiliario” (vexiliari).
Galera romana con su velamen desplegado
Observar el vexillum que lleva en la popa,
correspondería a la unidad que llevaba embarcada
Las imágenes históricas de los vexilla que han llegado hasta nosotros son literalmente miles. Presentamos tres:
Alegoría de la provincia romana de Mauritania,
portando un vexillum
by Carole Raddato from FRANKFURT, Germany (Wikipedia)
Vexiliario de la Legión II, Claudia
Vexiliario, época posterior a Constantino
(observar el crismón inscripto en el paño)
La forma cuadrilonga, propia de las banderas actuales, donde su largo es superior
al ancho coincide con la perspectiva visual atávica del hombre (la “visión de
la pradera ancestral”, de que hablan algunos autores), por lo que se
corresponde más con la experiencia vital. Se universalizó desde que las civilizaciones pudieron incorporar las sedas como material para construir sus banderas, ya que su peso facilita que ondeen al viento. En los últimos tres siglos es la que
predomina en las banderas. Otro factor es que su formato correspondía
al usado por las naves y que permitían un más amplio desarrollo,
diferenciándolas del velamen.
La imagen que comentamos
La fotografía que abre este aporte
corresponde a uno de los frisos que pertenecieron al templo de Adriano (Hadrianeum) construido en Roma y
consagrado en el año 145, a su frente tiene la plaza di Pietra (el antiguo
Campo de Marte); que se preserva en el “Museo Arqueológico Nacional de Nápoles”.
Si se observa a la ligera hace pensar que estamos ante un vexilo cuadrilongo, similar
a una bandera actual; lo que sería una excepción a todo lo que venimos
señalando.
Aspecto actual del Hadreanum
Una visión más atenta nos saca del
error. Para advertirlo se debe analizar el asta, la que en realidad es una
lanza (pilum), en paralelo aparece el
travesaño que sostiene el paño, lo que nos sugiere que existió la posibilidad
de desarticular el elemento en sus partes. La razón de esta particular
presentación nos lleva a pensar que responde exclusivamente a la composición
plástica que eligió el tallista. La forma en que lo hizo otorga un evidente
dinamismo al conjunto; equilibrando la masividad de la coraza y la levedad del
arma, esta última adquiere una mayor presencia con la superficie del vexillum pendiente de ella.
Detalle
Visión aún más cercana
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