martes, 24 de marzo de 2020

El automovilismo y su abanderado

Oscar Gálvez,  sinónimo del Turismo Carretera

Oscar Gálvez, portando la bandera de la Asoc. Corredores de T. C.

Por Miguel Carrillo Bascary
La especialidad

Es la categoría más antigua del mundo, luego de Indianápolis, se inició el 20 de junio de 1937 con su primer “Gran Premio” que ganó Ángel Lo Valvo (Ford). Sus cultores, mecánicos/pilotos, fueron verdaderos pioneros que abrieron las sendas que con los años evolucionarían en la trama de rutas que permitió el desarrollo del automóvil en Argentina. Las carreras de entonces se desarrollaban por primitivas sendas en durísimas condiciones para hombres y máquinas; de forma que su extensión era de miles de kilómetros, con los que unían las diversas ciudades del interior del país.

En la década de 1940 se declaró abiertamente la lucha entre Ford, cuyas principales figuras fueron los hermanos Juan y Oscar Gálvez (luego se les sumarían Dante y Torcuato Emiliozzi) y Chevrolet marca de la que Fangio, José F. González y Eusebio Marsilla fueron sus figuras más destacadas. Estas máquinas era cupés de origen norteamericano, muy modificadas por el talento de los preparadores argentinos.

En 1948 el TC protagonizó la mayor gesta del automovilismo continental, el “Gran Premio de la América del Sur” que unió las ciudades de Buenos Aires (Argentina) y Caracas (Venezuela), que vio vencedor a Domingo Marimón (Chevrolet); Oscar Gálvez quién pudo haber ganado fue desclasificado por una causa reglamentaria que no radicó en su máquina. Al retorno de la troupe, desde Lima (Perú) a Buenos Aires, triunfó Oscar Gálvez en forma inapelable.


Evolución, decadencia y resurrección

En 1967 el panorama cambió radicalmente con la presentación del Torino, basado en un compacto norteamericano rediseñado para su lanzamiento comercial en Argentina. El equipo preparado por Orestes Berta debutó con el triunfo de Luis Gradassi en la Vuelta de San Pedro e impuso una hegemonía con visos de modernidad que opacaron a las populares cupecitas tradicionales. El campeonato de ese año lo obtuvo Eduardo Copello, y de esta manera se rompió la hegemonía Ford/Chevrolet que se mantenía desde hacía décadas.

Desde entonces la categoría comenzó a cambiar para derivar en los Sport Prototipos Argentinos, especialidad que alcanzó un desarrollo técnico excepcional al par que el TC languidecía. Sin embargo, los costos determinaron que SPA se extinguiera en pocos años. Los numerosos accidentes mortales registrados en las competencias de TC en ruta abierta hicieron que se prohibieran, con lo que pudo haber desaparecido, pero se reinventó y se transformó en una especialidad pistera sumamente sofisticada, tal como se la conoce en la actualidad.

En este contexto se desarrolló la Asociación Corredores de Turismo Carretera, que se fundó el 30 de agosto de 1960, como una agrupación de pilotos que debía velar por sus intereses. A mediados de los años 70 comenzó a fiscalizar las competencias de la especialidad.
Logotipo de la entidad que define su bandera

Oscar Alfredo Gálvez, el abanderado

Oscar en la tapa de la prestigiosa revista deportiva
  
Nacido en 1913 y falleció en 1989, fue un extraordinario piloto que compitió también en las pistas de Europa (Grand Prix, antecesora de la F 1) y supo demostrar con un resonante triunfo sobre los mejores ases de entonces. Fue en el G. P. de Palermo, en 1949; con un Alfa Romeo. Entre sus derrotados figuró Alberto Ascari (luego doble campeón mundial de Fórmula 1); Fangio (5 títulos ecuménicos) y Nino Farina (primer campeón de F 1, en 1950). Lo hizo bajo una torrencial lluvia; segundo fue Fangio ¡a dos vueltas!

Gálvez, triunfa en Palermo (6 de febrero de 1949)

Sin duda su más brillante campo de acción fue en el TC donde obtuvo 43 triunfos y cinco campeonatos. Su carrera se prolongó hasta 1963, siempre con Ford. Había debutado a los 24 años.

Uno de sus coches de T.C.; hoy en el Museo "J. M. Fangio"

La popularidad de Oscar fue enorme y su leyenda se prolonga hasta la actualidad. Dotado de gran calidad humana gustaba relatar con todo detalle sus anécdotas deportivas y lo hacía con sensación de presencia. Hoy el principal autódromo argentino, el de Bs. Aires, lleva su nombre, asociado al de su hermano Juan, que murió en una competencia.

Portada del autódromo que lleva su nombre

En la foto que preside esta entrada los vemos a Oscar desfilando por su pista y portando con orgullo la bandera de la ACTC en oportunidad en que la pista fue bautizada con el nombre de su hermano.

La bandera

Esta bandera, negra, con las siglas de la entidad, con el tiempo fue reemplazada por una de color blanco, lo que queda testimoniado por las fotos que se acompañan.


Para los aficionados al automovilismo la figura de Oscar portando la divisa de la ACTC está íntimamente enraizada en la historia de la categoría. Un dignísimo abanderado de la pasión tuerca que fue su vida.

Ya retirado, Oscar posó sobre su legendario Alfa Romeo de 1949


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