Cómo y porqué el escudo argentino es celeste y blanco
Por Miguel
Carrillo Bascary
La pregunta es un
clásico para quienes se interesan en la Heráldica y en la evolución histórica
del Escudo nacional argentino. En esta nota aporto elementos para resolver el
interrogante en forma decisiva.
Introducción al tema
Se sabe que en Heráldica el color azul se traduce
en un esmalte que se denomina “azur”,
mientras que el celeste no es considerado[1].
En este punto
corresponde aportar alguna información para
quienes no sean argentinos. El escudo de esta Nación surgió por decisión de
la Asamblea General Constituyente que se reunió en Bs. Aires a comienzos del
año 1813. Lamentablemente se ignora el texto que lo implementó ya que las actas
de la corporación se perdieron. Lo que se conoce de su actuación es por
referencias contenidas en fuentes periodísticas y documentos, esto condiciona
el análisis y, entre otros temas, impide conocer de qué manera se dispuso.
Se conserva el escudo que la Asamblea lució en el frontis del
edificio del Consulado de Bs. Aires, donde sesionaba, actualmente está en
el Museo Histórico Nacional[2].
La pieza conserva su pintura original pero el paso del tiempo ha virado su
tonalidad, de manera que no permite identificar cual fue el preciso color del
cuartel superior.
Existen numerosos testimonios del sello que la Asamblea usó para legalizar sus despachos y que aplicó en la documentación emanada del cuerpo, tanto con tinta como sobre lacre y que se reprodujo en numerosas publicaciones impresas de la época. Lo propio ocurre con el Poder Ejecutivo que, por disposición de la anterior usaba el mismo sello[3].
Analizando la estructura de
estos sellos es fácil de advertir que el artífice que lo confeccionó apeló al sistema del jesuita Pietra Santa para
plasmar las características del diseño. Efectivamente, en esas imágenes se
observa que el cuartel superior del blasón está representado por un rayado horizontal, lo que equivale al
“azur” heráldico, conforme la codificación del caso. Por su parte, el
inferior es totalmente liso, lo que indica que el metal “plata” o blanco, como
se lo menciona comúnmente. Los restantes elementos de no muestran indicación
alguna de su naturaleza, con lo que la Heráldica señala que van “en sus
colores”, es decir conforme a lo que la generalidad de las personas tiene
internalizado.
Primeros tiempos
Hay otras imágenes contemporáneas
que reproducen el escudo de la Asamblea. Es la pintada en la Bandera Nacional de la Libertad Civil y en
el escudo de la escuela para la ciudad de San Salvador de Jujuy, que
dispuso dotar el general Belgrano a mediados del año 1813. Ambos se conservan
en la “Casa de Gobierno” de la provincia jujeña. Cabe suponer que el prócer
ordenó la reproducción teniendo como modelo los despachos oficiales sellados por
la Asamblea y el Directorio[4],
por lo que mandó pintar en azur y plata (azul y blanco)[5].
A partir de las investigaciones de Julio Luqui Lagleize María Cristina D’Andrea[6] se puso en valor la bandera del Regimiento 7 que compabtió en el Alto Perú y que también inegró las fuerzas que comandó San Martín. Sus características permiten datarla ca. 1813. Actualmente está en el Museo Histórico de Montevideo. Como se obseerva el escudo que carga en su centro es celeste y blanco.
La Vexilología aporta otro
testimonio bajo la forma del escudo
contenido en la bandera del Ejercito de los Andes que el general San Martín
hizo preparar en vísperas de su partida para libertar a Chile (enero de 1817). El
lábaro se conserva en el memorial que le está dedicado, en la ciudad de
Mendoza. En este caso se empleó el
celeste.
Anarquía iconográfica
Perdida la documentación original, como se dijo, cada artífice que procuró reproducir
el Escudo se consideró en libertad para disponer según su criterio. Son
numerosísimas las imágenes concebidas muchos años después que todavía se
conservan, La iconografía aporta algunas en monocromo y otras en color. En
promedio se advierte un decidido predominio del celeste, lo que desde ya constituye
una anomalía para la heráldica. La
pluralidad de diseños del Escudo Nacional es inconmensurable, varía en cada
uno de sus detalles. Esta diversidad que no pudo ser contenida ni cuando el
Gobierno nacional intentó establecer un único modelo.
Interesa señalar que el 5
de marzo de 1885 el Ministerio de Relaciones Exteriores[7]
emitió una circular destinada a los
cónsules del país en el exterior. Esta directiva no resulta de aplicación
general, sino que se limita a los destinatarios de la comunicación. En ella se
expresaba:
“El escudo será pintado con los colores y
atributos que dispuso la Soberana Asamblea de 1813. Es de forma oval, azul en
sus dos cuarteles superiores y blanco en los dos inferiores”.
La referencia a dos
cuarteles parece derivar que la pica y el gorro se extendían en todo el largo
del eje de la figura. Más allá de esta curiosidad, se anota la preferencia por
el azul sobre el celeste.
Una norma fundamental
Fue el Decreto emitido el 24 de mayo de 1907,
por el presidente José Figueroa Alcorta la norma que decidió la cuestión sobre si en el blasón nacional debía figurar el
azur o el celeste[8].
Este es su tenor:
La sola lectura de la
norma permite dilucidar que consagra
oficialmente el celeste para el
Escudo nacional argentino.
Ese decreto se elaboró sobre la base de los estudios del Dr. Estanislao Zeballos, erudito jurisconsulto, que fuera ministro de Relaciones Exteriores de Figueroa Alcorta entre noviembre de 1906 y junio de 1908, quien además ocupó otros numerosos cargos públicos. Esta condición explica suficientemente la emisión del Decreto en comentario. Su investigación fue publicada en el año 1900 bajo el título: “La Bandera y el Escudo Nacional[9]”, en su obra Zeballos intenta compatibilizar la clásica definición del azur que define la Heráldica y la inexistencia de una denominación para el celeste, a este fin lo denomina como “azur ligero”. La publicación tuvo carácter oficial.
Estos antecedentes permiten afirmar que la decisión oficial fue, de carácter político, aunque sin ninguna connotación ideológica, simplemente fue coherente con su sólido fundamento histórico, avalado por una tradición que por entonces era casi centenaria.
Ratificación
Con este antecedente y
considerando otras referencias válidas para conformar la imagen del símbolo fue
que el Decreto Nº10.302/ 1944 definió
la representación oficial del símbolo. Pese a todo hasta el momento persiste lo
aleatorio de su composición[10].
De esta manera, se convalidó el celeste para el campo
superior del blasón, pero como la norma no contiene una descripción
técnicamente precisa subsiste la aleatoriedad respecto de su tono exacto. El
diseño que se tuvo a la vista cuando se emitió el decreto se perdió en los
meandros administrativos, por lo que solo se disponen de algunas imágenes
contemporáneas a la época. La que se adjunta evidencia el paso del tiempo, intentando rescatar su aspecto original se la presenta remasterizada, por caracterizarla de alguna manera.
Por su parte, el diseño de la Bandera Nacional tampoco contaba con un modelo patrón confore a la técnica moderna. Al aproximarse el bicentenario de la Revolución de Mayo se constituyó una comisión multidisciplinaria que trabajó por más de diez años para arribar a un consenso. La seriedad de la tarea lo demandaba, de sus conclusiones emergió el Decreto Nº1.650/ 2010 que bajo la norma técnica IRAM-DEF D 7677, especificó que el celeste debía corresponderse con lo previsto en su artículo 3.4.1 y el Anexo B según el catalogo Pantone. De esta manera siguiendo lo dispuesto por el Decreto de 1904, que mantiene toda su vigencia, el celeste con que debe representarse el campo superior del Escudo nacional es el que corresponde a la Bandera Oficial de la Nación en la forma en que lo definió el Decreto Nº1.650/ 2010.
Conclusión
- De esta manera, queda respondido el interrogante que titula esta nota.
- El Escudo Nacional argentino debe representarse siempre en celeste y blanco, lo que es coherente con los usos y costumbres más extendidos en cuanto a la forma en que se lo ha representado en la Historia.
Notas y referencias:
[1] Se anota que, a pesar del dogma enunciado la Heráldica aporta
numerosas excepciones fácticas, lo que se deja señalado.
[2] En algún momento se dudó de su autenticidad interpretando que pudo
pertenecer al Correo, hoy la crítica histórica la acepta en forma mayoritaria.
[3] Decreto del 13 de marzo de 1812. Registro Oficial, Tomo I, p. 205
[4] El sello no se conserva, pero según toda evidencia fue confeccionado en
madera por el grabador Juan de Dios Rivera Túpac Amaru (Cuzco, 1760-Bs. Aires
1843), siguiendo las instrucciones que recibió de la Asamblea.
[5] Un tratamiento exhaustivo en Carrillo Bascary, Miguel “El Azul
crepúsculo en la Bandera de la Libertad Civil. Manifestación de la Heráldica en
la visión de Belgrano” (https://banderasargentinas.blogspot.com/2018/09/el-azul-crepusculo-en-la-bandera-de-la.html)
[6] https://fiav.org/wp-content/uploads/2021/06/ICV21_17-Luqui.pdf
[7] La circular no figura en el Registro Nacional, fue publicada en el Tomo
II, p. 106 del “Diccionario Legislativo”
de Augusto Carette y Carlos Attwell. Bs. As. 1913.
[8] La norma puede consultarse en el Registro Nacional del año 1907, tomo
II - p. 11, o en el Boletín Oficial de la República Argentina: https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/11419325/19070529?busqueda=1
[9] Noticia sobre el mismo en Carrillo Bascary, Miguel. “El Escudo y los Colores Nacionales” (argentinos) https://banderasargentinas.blogspot.com/2016/05/el-escudo-ylos-colores-nacionales.html. Puede accederse a la obra de Zeballos desde: https://es.wikisource.org/wiki/El_escudo_y_los_colores_nacionales#1
[10] Al respecto puede verse: Miguel Carrillo Bascary, “Cuando la incoherencia oficial asombra e induce al error (https://banderasargentinas.blogspot.com/2022/06/cuestion-que-se-las-trae-los-simbolos.html). También, de Francisco Gregoric: “Modelo incorrectos del Escudo Argentino” (http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/02/uso-de-modelos-incorrectos-del-escudo.html)






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