martes, 12 de agosto de 2025

Los feriados y el general San Martin

Memoria oficial cambiante

 

Plaza "San Martín", Buenos Aires, acto oficial, 17 de agosto de 1950 (AGN)

Por Miguel Carrillo Bascary

Como todo argentino sabe, el general José de San Martín, a quien se honra como uno de los padres de la Patria, falleció el 17 de agosto de 1850 en la localidad de Boulogne-sur-mer (Francia), donde residía. Amargas circunstancias derivadas de las luchas fratricidas que conmovieron al país determinaron que el prócer dispusiera exilarse lejos de su patria.

En Argentina es tradición conmemorar ese luctuoso día como “feriado nacional”. Esta calificación implica la suspensión de actividades de la Administración pública en sus tres niveles, del comercio, la industria y los servicios no esenciales, incluyendo la Educación. Pero, no siempre fue así.

El feriado de 1878

La primera referencia de un feriado relacionado con el prócer es el decreto sin número del 14 de enero de 1878[1] que asignó, en forma excepcional, este carácter al día 25 de febrero del mismo año, en ocasión de conmemorarse el centenario del nacimiento del prócer. La norma fue dispuesta por el presidente Nicolás Avellaneda.

El “Día de San Martín”

Por Decreto Nº26129/ 1933[2], a solicitud del “Instituto Sanmartiniano”, el presidente Agustín P. Justo, estableció el “Día de San Martín”, a partir del 17 de agosto de ese año como “homenaje colectivo en el aniversario de su fallecimiento. Implicó “suspender por cinco minutos las actividades de la Administración pública; honores militares y navales; así como dar clases alusivas en escuelas y colegios nacionales, e invitó a adherir a los gobernadores y al pueblo en su conjunto.

Este fue el primer antecedente de la ley que se dictará posteriormente. Desde entonces el Instituto bregó incesantemente para que se estableciera ese día como feriado nacional.

La “fiesta nacional” de 1938

Faltaban pocos días para la conmemoración de tal año cuando se aprobó la Ley Nº12.387[3] que declaró al 17 de agosto como “fiesta nacional”, presidía la Nación Roberto M. Ortiz. Como se advierte, esta calificación no condice con el pesar general por el fallecimiento de tan gran hombre, debió ser otra la calificación, nunca la de “fiesta”.

Un gran acto patriótico de desagravio

En 1941 el mundo transitaba por la II Guerra Mundial mientras la Rep. Argentina mantenía su estado de neutralidad. Esto no era óbice para que su pueblo se mantuviera insensible al drama bélico. De hecho, la sociedad estaba desgarrada por las emociones consiguientes, ya que eran muchos los argentinos con familias afectadas por la puja, esto dio lugar a numerosos actos y hechos, tanto de aliadófilos como de germanófilos (entre los que se encontraba la gran colectividad de italianos y sus descendientes). Cada grupo buscaba inclinar hacia su lado al gobierno argentino. Las actividades perturbaron la tranquilidad pública y, en algunos casos ocurrieron agravios que implicaron a los símbolos nacionales.

Por hallarse gravemente enfermo su titular, ejercía el Poder Ejecutivo nacional el vicepresidente, Ramón S. Castillo, quien el 12 de agosto dictó el Decreto Nº98.151/ 1941[4] que pergeñó un gran acto para el día 17 de agosto de 1941 (91º aniversario de la muerte del Gral. José de San Martín), en “homenaje a los símbolos nacionales, los próceres y tradiciones argentinas y como reafirmación de los principios democráticos que estructuran las instituciones de la Nación”. Para esto dispuso el cese de toda actividad pública por dos minutos (a partir de las 11 hs.); el izamiento inmediato de la Bandera en los mástiles erigidos en los lugares sujetos a la jurisdicción nacional; la irradiación del Himno nacional (a las 12hs.) por todas las emisoras del país y una alocución a cargo del Ministro del Interior (a las 21 hs.), por la radio del Estado. También ordenó que, en la víspera, se impartieran conferencias en los establecimientos nacionales de enseñanza sobre “el carácter democrático de las instituciones y el papel que han tenido en el engrandecimiento del país y en su evolución política, social y económica”.

Como se verá, el de 1941, tuvo carácter excepcional que tomó como referencia la figura del general San Martín y la efeméride de su fallecimiento. En realidad, se trató de llevar a la reflexión al pueblo de la Nación para que se superara la dicotomía ideológica ventilada en aquellos tiempos. Cabe señalar que ese 17 de agosto era domingo, por lo que la actividad general no se vio mayormente comprometida. Lo significativo es que la oportunidad hizo eje en la personalidad del general San Martín, como indiscutido referente de la Historia argentina.

Homenaje al “Soldado Desconocido de la Independencia”

En 1945 en Argentina se procuraba reafirmar la identidad nacional, uno de los medios radicó en rendir un profundo homenaje al general San Martín y a la memoria del “soldado desconocido de la Independencia”. Esto se concretó a partir del Decreto Nº14.392/ 1945[5], que tomó como referencia al día 17 de agosto. La norma fue suscripta por Edelmiro Farrell, presidente de facto, por iniciativa del entonces presidente del Inst. Sanmartiniano, Coronel Bartolomé Descalzo. Sobre esto se publicó una extensa nota en el presente Blog, a la que me remito[6].

Feriado administrativo

Corría 1950 en que hubo numerosísimas actividades conmemorando el centenario del fallecimiento del Libertador. En este marco, el presidente Perón decretó al 17 de agosto como “feriado administrativo”, por Decreto Nº17.149/ 50, lamentablemente no he podido contar con la norma como para poder referenciarla adecuadamente. La fecha de publicación en el Boletín Oficial no arrojó resultado positivo, eventualmente se agradecerá cualquier colaboración que permita llevar este bache en la información.

17 de agosto: día no laborable

Cuando el 21 de marzo de 1955 el presidente Perón dispuso “intensificar la labor pública y privada para un mayor  incremento de la productividad y el bienestar social”, por Decreto Nº3.991/ 1955[7] se declaró al 17 de agosto como “día no laborable”, abarcando la actividad oficial y privada.

El 16 de septiembre de ese mismo año asumió el poder un gobierno de facto que, en una primera instancia, encumbró como presidente provisional al general Eduardo Lonardi, quien en octubre emitió el Decreto- Ley Nº554/ 1955[8]. En su artículo 2 consignó como “no laborable” al “quince de agosto” (sic), un evidente error material, ya que hubiera correspondido consignar al 17. Esto no tuvo más efecto que el anecdótico, ya que la norma fue modificada, como se verá en el párrafo siguiente.

Feriado nacional (1956 -1988)

Llegado el 9 de febrero posterior, el nuevo presidente de facto, Pedro E. Aramburu suscribió el Decreto Nº2.446/1956[9], que elevó al 17 de agosto al rango de “feriado nacional”. Así, por primera vez la conmemoración evocativa del fallecimiento del general San Martín, alcanzaba este reconocimiento cualitativo en el panorama de las celebraciones públicas argentinas.

Transcurrieron los años y esta condición sería ratificada por medio de la Ley Nº21.329[10] de 1976, y más tarde por la Ley Nº22.655 (1982), ambas emanaron de sendos gobiernos de facto.

Feriado trasladable

Las costumbres sociales fueron modificándose hasta el punto que una nueva realidad irrumpió bajo la forma de “feriados trasladables”, mediante los que se buscó impulsar el turismo yuxtaponiéndolos a los sábados y domingos, una opción sumamente discutida pero que privó a partir de los intereses canalizados a través de las peticiones de gobiernos de provincias. De esta manera el 17 de agosto pasó a conmemorarse el lunes anterior o el subsiguiente, según como se acomodara en el calendario del año. Es indudable que la emotividad patriótica se vio afectada y la razón de la conmemoración perdió vuelo en la consideración popular. La mutación se instrumentó por medio de la Ley Nº23.555[11], de 1988, aprobada durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

Feriado inamovible

La negativa reacción que ocasionó la movilidad del 17 de agosto fue captada la Ley Nº24.360[12] de 1994, que anuló todo traslado de la efeméride.

Las alteraciones experimentadas por el calendario oficial a lo largo de los años, determinaron la oportunidad de establecer un régimen integral contenido en una sola norma. Fue el DNU Nº1.584/ 2010 de la presidenta Fernández, que posteriormente fue ratificado por el Congreso Nacional. Pareció que de esta manera la conmemoración alusiva al general San Martín había quedado definitivamente caracterizada en la normativa. No fue así, como se verá.

Traslado excepcional

Las demandas del sistema electoral fueron la causa de una nueva postergación, esta vez para el día 22 de agosto del 2011, ocurrió que los comicios estaban previstos para el 15 de ese mes, la proximidad con el 17 hizo temer que se registrara un gran ausentismo motivado por un éxodo turístico. Esto determinó que la presidenta Fernández resolviera la cuestión mediante un nuevo DNU, el Nº521/ 2011.

Concluyendo

Queda expuesta aquí la ajetreada evolución que registra la conmemoración del fallecimiento del general José de San Martín a lo largo de la Historia.

A la luz de las vivencias actuales puede extrañar que no se dispuso ningún día de luto cuando se conoció su deceso, pero debe comprenderse que las vivencias sociales de 1850 distaban mucho de la sensibilidad propia de nuestra actualidad.



[1] Registro Nacional de Leyes y decretos, Tomo VIII, p. 3.

[2] Boletín Oficial de la Rep. Argentina, edición del 19.8.1933; https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/11346493/19330819?busqueda=1

[3] Trámite en la Cámara de Diputados, Tomo 1938 III, p. 712. En el Senado, Tomo 1938 I, p. 588. B. O. edición: 1.9.1938, https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-12387-231841/texto

[6] Pálido recuerdo para tantos héroes. Postrer homenaje al “soldado desconocido”, https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/07/palido-recuerdo-para-tantos-heroes.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario