Historia, actualidad y proyección
Por Miguel Carrillo
Bascary
El presente, avizorando el futuro
Aunque pocos rosarinos lo hayan
tenido presente hoy, el 12 de septiembre
del 2025 es una jornada histórica para Rosario. La nueva Constitución de Santa Fe finalmente consagró la autonomía
plena de la ciudad, un objetivo que nuestros antecesores se prometieron hacia
fines del siglo XIX. El proyecto se frustró repetidas veces, generalmente por
la mezquindad política de algunos que buscaron mantener a Rosario bajo la
dependencia de un poder centralizado.
Quizás convenga recordar
que, en definitva, la autonomía que
buscó Rosario se plasmará cuando dicte su propia constitución local, lo que
el Derecho Comparado denomina “carta orgánica”. Esto implicará que los
propios rosarinos, reunidos en una convención particular, definirán cómo
se organizará el gobierno local, sin más marco que los principios que establecen
la Constitución Nacional y la de Santa Fe. Surgirá
así un gobierno diseñado a la medida de las aspiraciones y realidades de Rosario;
o sea, la forma en que el pueblo protagonizará su futuro.
De hecho, el reconocimiento de este nivel de autonomía
da cumplimiento a lo que estableció en 1994 la reforma de la Constitución
Nacional, que en su artículo 123 consagró el mandato y que desde entonces algunos
grupos políticos obstruyeron obstinadamente para no perder ciertos privilegios
y negar la posibilidad de reelección a los gobernadores. ¡Nada menos que 31 años pasaron desde
entonces, en que la provincia de Santa Fe venía incumpliendo la Ley Fundamental
de la Nación! Hoy termina la privación del derecho básico que esa misma
gran norma otorga a los municipios.
La tarea inmediata será que,
a la brevedad posible, seguramente en el curso del 2026, mediando comicios
locales, se elija a un grupo de rosarinos quienes
tendrán la responsabilidad de acuñar la manera en que se organizará nuestro
gobierno con vistas a su futuro, inmediato y mediato.
Por ahora, sin perjuicio
de celebrar la gran noticia, los rosarinos tenemos la enorme tarea de pensar en ese órgano que definirá nuestro porvenir.
Para concretar ideales que tendrán que ponerse en acto y definirse por escrito,
como guía de un mañana trascendente. Una
tarea que demandará la participación activa, comprometida, plenamente
responsable, de los distintos actores sociales, grupos de interés y de todo
conjunto humano que tenga legitimidad para hacerlo. Desde el actual gobierno
municipal, tanto el oficialismo como los sectores de la llamada oposición, deben dar el marco necesario para el debate
y la libertad para decidir con amplitud, sería inaceptable que la carta orgánica
termine redactándose en los recovecos del poder y de los grupos vinculados a su
ejercicio o, lo que es igual, de espaldas al pueblo, a sus necesidades y aspiraciones.
¿Cómo llegamos hasta acá?
Haciendo rápida memoria podrían señalarse
diversos hitos en este trayecto que hoy termina su etapa fundacional. Como
método prescindiré de nombres propios, que los hay y muy valiosos, el logro es de los rosarinos en conjunto.
Es necesario retroceder en el tiempo y meritar que cuando Rosario fue
reconocida como ciudad, en 1852, eran 3.000 sus habitantes. En 1895 eran unos
90.000 y en 1914 sumaban 222.000; doce años después llegaban a 407.000. Estas cifras evidencian el progreso marcado,
sin necesidad de acudir a más abstractos conceptos como el producto bruto y
otras referencias económico sociales. Prácticamente no existía del desempleo y la
urbanización crecía año a año, al par que se vivenciaban enormes carencias en
materia de salud pública, seguridad, educación y de otros rubros esenciales, así
como los condicionamientos en materia judicial y registral, que las autoridades
de la provincia no conseguían atender, excedida ampliamente las posibilidades
locales ya que en este nivel prácticamente no existían medios ni materiales ni,
sobre todo, institucionales para hacerlo. La concepción era clara “la riqueza generada en Rosario debía
subsidiar al Norte provincial”, un axioma dicho por lo bajo que trascendió
gobiernos y que se transformó en una constante a lo largo del siglo XX. Fue
entonces que comenzó un activismo que forjó la identidad rosarina “hija de su propio esfuerzo”, que ya se venía
perfilando desde varias décadas atrás.
Para males, a ese florecer
de la rosarinidad se respondió sin piedad desde el poder constituido. En
diciembre de 1890 se quitó a Rosario la
posibilidad de elegir su intendente y se negó el voto a los extranjeros,
que por entonces eran más de un tercio de la población. También ese año se subdividió
el territorio provincial en 18 departamentos (7 en el Sur y 11 en el Norte), se
restó participación a Rosario en el Senado y con ello se disminuyó su potencial
político
En 1898 los rosarinos y muchos
habitantes de la zona aledaña demandaron al gobierno provincial la autonomía, hoy
felizmente reconocida. Fue entonces que se fundó la “Liga del Sur” un nucleamiento informal ampliamente pluralista, en
todo sentido. Sus dirigentes eran los protagonistas
de aquel presente pujante de Rosario que, sin distinción de ideologías, sector
social e intereses económicos, buscaban un mejor futuro para la región a partir
de obtener el marco político que potenciara la vida institucional de aquel entonces.
Así, en el diario “La
República[1]”,
en su edición del 29 de diciembre de 1898, se llegó a leer: “En vista de la campaña contra la prosperidad
de esta ciudad emprendida por el gobierno [provincial] “La República” discute la conveniencia de crear un nuevo estado federal
[o sea, una nueva provincia] con el
Rosario y los departamentos del Sur”.
Más tarde, al no encontrar
ámbito para satisfacer sus demandas, la Liga se transformó en un partido
político que, como tal, tomó algunas de las banderas primigenias, por sobre
todo la autonomía cívica. Este espíritu
original de coincidencia, cooperación y promoción de Rosario persistió en
muchas instituciones señalando una evolución en el tiempo que sería
complejo intentar siquiera referenciar en pocas palabras. En este panorama
surge como paradigma las repetidas
veces que se negó a Rosario tener una casa de altos estudios, lo que parcialmente
se revirtió, parcialmente, en 1919 cuando se creó la “Universidad del Litoral”.
Por entonces dos tercios de las rentas
provinciales se generaban en el Sur.
En el año 1921 una reforma
constitucional permitió la autonomía
plena, tanto a Rosario como a Santa Fe. La meta añorada parecía alcanzada,
pero un formalismo legal permitió que el gobernador la declarara inválida. En
1931 la coyuntura política la rehabilitó y Rosario pudo dictar su carta orgánica en 1933, aunque su vigencia
fue efímera. Cuando el Gobierno nacional
intervino la provincia en 1935, se volvió al régimen anterior donde, de hecho, el
voto de un habitante del Norte valía tres veces más que uno del Sur.
Cuando en 1962 se dictó
una nueva constitución provincial, tampoco tuvo cabida la autonomía municipal. Más aún, el artículo 107 dispuso:
“Queda facultada la Legislatura para
cambiar con carácter general el sistema de elección de los intendentes por
cualquier otro modo de designación” o, lo que es igual ¡se previó la posibilidad de que una simple ley quitara a las ciudades
la elección de sus intendentes! Una verdadera espada de Damocles sobre el régimen
municipal que persistió hasta el día de ayer, literalmente.
Fue así que, negada la
posibilidad de una autonomía municipal plena, en distintos momentos se llegó a pensar en formar una nueva provincia
que abarcara desde el río Barrancas hacia el Sur. Una idea que afloró con los años
una y otra vez y que llegó a la dimensión del delirio geopolítico planteando
que esa provincia abarcara Rosario, Venado Tuerto y San Nicolás, junto a las poblaciones
intermedias. Incluso, se sugfirió ponerle un nombre; para algunos sería la
provincia “Del Rosario” o “General Belgrano”, para otros “Rosafé”. Ciertos criterios también postularon trasladar la capital a Rosario. No se
piense que estas perspectivas son anécdotas anticuadas. En el año 1982
renacieron con renovado ímpetu, como lo testimonian entre otros medios las páginas
del principal diario rosarino.
Restaurada la democracia a
fines de 1983 hubo sucesivos intentos de
consagrar la autonomía de Rosario y, eventualmente, de otras grandes
ciudades santafesinas. Diversos sectores del amplio arco político coincidían en
esto, al menos en teoría. Se debatía si era imprescindible la reforma
constitucional o podía ser por ley. En
las sombras, los egoísmos de siempre y las ecuaciones electorales lo impidieron.
Así fue hasta el presente año, donde la confluencia
política permitió elaborar una nueva
constitución que, en Justicia, habilita
la autonomía municipal plena, dando tardío cumplimiento a la Constitución
argentina de 1994, como se dijo.
En esta fecha venturosa,
en que la posibilidad autonómica augura una nueva era en la institucionalidad de Rosario y, también de la provincia,
saludemos a todos aquellos que soñaron con el logro y bregaron por conseguirlo.
Ahora se abre un nuevo tiempo, el de las
realizaciones, quiera Dios iluminar las mentes de nuestros dirigentes,
quieran sus voluntades seguir los caminos que generen una autonomía operativa, concreta,
que supere las declamaciones y atienda a las necesidades del pueblo.
Terminando:
En este panorama el escudo
de Rosario y la bandera que inspiró, son testimonios
válidos de la identidad de nuestra ciudad, emblemas de su ser y de su porvenir. En ambos destaca otra impronta del ser rosarino, la creación de la Enseña patria, hasta el punto de que la ciudad es considerada como "cuna de la Bandera nacional".
Nota - Para
los que buscan profundizar en la identidad rosarina y para los docentes,
formadores de los rosarinos de hoy y del mañana, les aporto algunas de las publicaciones
que este autor volcó en su blog. www.banderasargentinas.blogspot.com:
- El escudo de Rosario en un soporte de uso cotidiano - http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/08/el-escudo-de-rosario-en-unsoporte-de.html
- El Escudo oficial de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/02/el-escudo-oficial-de-rosario-por-miguel.html
- La bandera de la ciudad de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/02/la-bandera-de-la-ciudad-de-rosario.html
- El nacimiento de un símbolo. Genealogía de la
Bandera Municipal de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2020/08/el-nacimiento-de-un-simbolo.html
- Hitos institucionales de Rosario. Así se definió su
identidad - http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/02/hitos-institucionales-de-rosario.html
- Documentos sobre el escudo de Rosario. Una curiosa y
muy accidentada trayectoria -http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/01/documentos-sobre-el-escudo-de-rosario.html
- Ciudad de Rosario Historia de su bandera - http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/09/ciudad-de-rosario-historia-de-su.html
- Rosario, banderas coincidentes. Como si hubiera un
designio -https://banderasargentinas.blogspot.com/2024/10/rosario-banderas-coincidentes_21.html
- “Rosario, Cuna de la Bandera” - https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/04/rosario-cuna-de-la-bandera.html
- 7 de Octubre: Nuestra Señora del Rosario y el General de la Bandera -http://banderasargentinas.blogspot.com/2015/10/7-de-octubre-senora-del-rosario-y-el-de.html
[1] Diario rosarino de filiación radical que se editó hasta mediados de
la década de 1980, siendo su último editor Luis Felipe San Miguel, uno de los
fundadores de la Junta de Historia de Rosario, descendiente de quien estuviera
al frente del periódico en 1898.