sábado, 6 de agosto de 2022

Organización de eventos: una lección para capitalizar

Exclusión que pudo superarse

Formación inaugural, Cañada de Gómez, 5 de agosto de 2022

Por Miguel Carrillo Bascary 


En esta nota analizo los aspectos protocolares de un acto oficial que pudo dar para más. Extraigamos las conclusiones evidentes.

Los acontecimientos

El 5 de agosto pasado se reinauguró el servicio de tren que une las ciudades de Rosario y Cañada de Gómez.

Durante el acto oficial se dispuso una tarima en donde se vió al Presidente de la Nación, que compartió el espacio con su flamante superministro de Economía, el secretario de Transporte de la Nación, el gobernador de Santa fe y la intendenta de Cañada, que actuó como autoridad anfitriona. A nivel del suelo otros funcionarios dieron el presente, como el Director Nacional de Transporte señalado como fundamental referente del proyecto.

Fue muy emotiva la actitud  de muchos de los vecinos, la mayoría de los cuales solo conocían al tren por los relatos de sus abuelos, pero que lo identifican con une epoca de auspicioso progreso que esperan retorne.

El problema protocolar

Volvamos sobre la caracterización de las autoridades enunciadas al inicio. quienes por su posicionamiento sobre el tablado concentran la atención de los presentes y las tomas de los medios.

Acto de rehabilitación del tren entre Rosario y Cañada de Gómez (2022)

Destaco la importancia de la rehabilitación para toda la zona, una suerte de reparación histórica que trasciende la gestión en curso.

Señalo que la misma mostró la acción conjunta de decenas de intendentes, jefes comunales, legisladores y concejales, tanto de los que están en ejercicio como de aquellos que terminaron ya sus mandatos. En definitiva, la rehabilitación fue un esfuerzo conjunto.

Veamos ahora a los “invisibilizados”. Desde mi perspectiva también debieron compartir el estrado con el presidente de la Nación los intendentes y presidentes comunales de las localidades por donde transcurre el trazado: Rosario, Funes, Roldán, San Jerónimo Sur, carcarañá y Correa. Como se dijo, la excepción fue la intendenta de Cañada, de necesaria presencia por ser anfitriona.

La ubicación en el estrado de estos intendentes y presidentes de comunas no hubiera restado nada al protagonismo de las autoridades nacionales, al contrario, la hubiera jerarquizado y legitimado ante los vecinos y las poblaciones de toda la región comprendida, que percibiendo el potencial del acontecimiento siguieron las alternativas por TV. Además, las presencias en el lugar de los ejecutivos locales, de plural extracción política hubieran dado justo marco al histórico acontecimiento.

No fue así, desde la perspectiva del Protocolo público se trató de una oportunidad desperdiciada y de un ninguneo flagrante a esos titulares locales y a las poblaciones implicadas; algunos espíritus más sensibles dirán que fue un destrato del gobierno nacional como organizador del acto, para otros, aún más sensibles pudo ser una actitud despectiva.

Sin embargo …

El Presidente de la Nación tuvo la oportunidad de superar el desliz y en parte lo hizo, lo que lo destaca como un veterano político sensible a las emociones de su público. Durante su discurso[1], dedicó un extenso párrafo al intendente de Rosario, que me permito reproducir íntegramente, para que se aprecie:


Este tren que tiene un extremo en Cañada de Gómez, va a tener su punto de llegada en Rosario, la ciudad de mi querido Pablo Javkin [Nota del autor: intendente de Rosario], que es alguien que no piensa como yo, pero estoy seguro que siente como yo y celebra- como yo- que esto ocurra. Estoy seguro, Pablo, que esto es así. Y estoy seguro porque Rosario que es una ciudad muy importante, rica en su historia, rica en su cultura; nos ha dado gente de la cultura maravillosa. Tiene una gran Universidad y yo sé que muchos de los chicos que están acá vana a ver favorecida su llegada a la ciudad de Rosario, para que puedan estudiar, puedan llegar más fácilmente hacia allí”.

Una oportunidad perdida

Quien esto escribe, curtido de cientos de actos oficiales, creyó que el Presidente daría un paso más, invitando al intendente de Rosario a unírsele en el estado. No lo hizo en su propio perjuicio.

Más aún, no hubo referencia alguna a los intendentes y jefes comunales de Funes, Roldán, Carcarañá, San Jerónimo y Correa. Ellos también debieron ser invitados a subir al estrado; ellos también debieron ser mencionados.

Hubiera sido un acto de grandeza, de concordia política muy acorde a la situación. Una señal fuerte en para la necesidad de reconstruir el vínculo entre un titular del poder ejecutivo y la sociedad.

La razón de este señalamiento

No me inspira ningún fin político mezquino. Este comentario solo tiene por objeto analizar lo ocurrido desde lo protocolar. Indicar de qué manera el protagonista principal de la ceremonia, de cualquier ceremonia, tiene la oportunidad de superar un error de percepción de los organizadores del evento que hayan omitido destacar la presencia de personas que lo hubieran merecido.

La figura principal siempre se verá realzada por un gesto de generosidad y lo mismo ocurrirá con su propio protagonismo.

Lo dicho sirve como pauta de profesionalismo de los organizadores de eventos. Vale tanto para con los actos políticos como para los institucionales, tanto para los eventos sociales como para los acontecimientos deportivos o artísticos.

Algo de Historia

Estación Rosario Central en su momento de auge

Parece necesario aportar algunos hechos que destacarán la importancia de la ocasión y su impronta social. Se trata de un ramal histórico que se habilitó a fines de 1866[2]. En 1887 llegó a transportar 144.000 pasajeros. Originalmente el recorrido partía desde la estación Rosario central, pasaba por Rosario Norte, Estación Ludueña, Provincias Unidas, ocasional parada en Donado, Fisherton (Antártida Argentina, desde 1954), Golf Club Rosario, Funes, Roldán, Correa, San Jerónimo Sur, Carcarañá y llegada en Cañada. Poco más de 70 km. que hoy demanda algo más de dos horas. Cumplía con el transporte de pasajeros, pero también el de cargas.

Estación Cañada de Gómez (ca. 1890)

Se trataba de un servicio que no ofrecía demasiado confort pero que cumplía su cometido. Operaba la línea el FF Central Argentino que cuando se nacionalizaron los ferrocarriles quedó integrada al FFCC Mitre. Con los años, la falta de frecuencia, la decrepitud de las formaciones y los paros gremiales fueron restando usuarios que se volcaron a los más confortables colectivos. Aún así, en 1971 la Estación Rosario Central concentraba 71 movimientos diarios.

Una antigua formación antes de la clausura del ramal

El servicio fue suspendido por el gobierno militar en 1977. Los intentos de rehabilitarlo fueron inútiles, atrás quedaron los desvelos de un grupo de ex ferroviarios que bregaron incansablemente por impulsar el restablecimiento. Durante el gobierno de Menem el ramal fue cancelado definitivamente y desmantelado, sus estaciones quedaron inactivas, expuestas a todo tipo de depredaciones. Solo la acción de las intendencias locales logró preservarlas en alguna medida, lo que a la postre permitió la rehabilitación del caso[3] 

Una década más tarde la urbanización desarrollada principalmente en Funes y Roldán generó una demanda en expectativa que alentó la rehabilitación del servicio. Deficiencias en la planificación del fenómeno habían rebalsado la capacidad de las rutas. Todo se conjugaba para restaurar el paso del tren.

En el 2004 el tramo ferroviario pudo restablecerse, pero no ocurrió. No fue sino hasta el 2015 que se dio la voluntad política imprescindible para concretar el añorado proyecto. El Gobierno nacional durante la presente gestión, llamó a licitación para renovar el ramal que debió inaugurase en diciembre de 2021, por algunos imponderables el viaje de prueba fue reprogramado para marzo de 2022, hasta que finalmente se dio en mayo y ayer nomás se acaba de concretar.

Un final detalle protocolar:

La favorable expectativa generada lamentablemente no se vio reflejada en la concurrencia de público al acto, posiblemente a causa de un dispositivo policial que limitó la libre concurrencia, hizo acordar a la primera visita del expresidente Macri a Rosario, en el día de la Bandera del año 2016, donde ocurrió algo parecido. Apunto que Cañada cuenta con unos 30.000 habitantes. La fotografía aérea así lo testimonia: 

Durante el acto de rehabilitación del ramal
Fuente: argentina. Ar 

Mayor info en: https://caminosypueblos.com/estacion-canada-de-gomez-testigo-silenciosa-de-la-ciudad



[2] Dos piezas componían la estación primigenia de Cañada de Gómez. Luego del abandono del ramal la estación quedó vacía y libre de toda custodia lo que permitió todo tipo de depredaciones. Con el tiempo, la Municipalidad consiguió su posesión tras numerosísimas gestiones. Se instaló allí una escuela y un museo ferroviario.

[3]  En 1989 un proyecto armado entre ferrocarriles, la Municipalidad de Rosario y la provincia de Santa Fe intentó poner en marcha un servicio de coches-motores en un circuito perimetral a la ciudad. Correría desde estación Rosario Central, Cabin 9, Villa Diego y terminal en la Estación Fluvial, a metros del Monumento a la Bandera, unos 36 km. En dos meses transportó unos 500.000 pasajeros pero la reorganización de la empresa ferroviaria abortó la iniciativa, poco después.

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