La igualdad jurídica olvidada
Por Miguel Carrillo Bascary
Antes de encarar el análisis propuesto considero
esencial aclarar que las críticas formuladas son netamente académicas.
Uno de los principios básicos del Derecho Internacional y del Ceremonial, en consecuencia, es el de la igualdad jurídica de los estados, más allá de las evidentes diferencias de importancia política y desarrollo socioeconómico que puedan existir entre ellos.
Esto determina que, cuando en un acto se presenten banderas estatales, estas deben ser de idénticas características entre sí. Abundando, todas deben presentarse, con paños de igual calidad y con el mismo formato;, mientras que sus dimensiones y mástiles también deben que ser idénticos.
Tomando en consideración los usos internacionales (que también son fuentes del Derecho respectivo) se ha definido un orden de precedencias que permite ordenar las representaciones estatales tomando en consideración parámetros aceptados universalmente.
Esto se traduce en el ámbito del Ceremonial de banderas mediante la regla que establece que, cuando deben exhibirse varias banderas estatales se deben ordenar tomando en consideración su nombre en el idioma del país anfitrión y reconociendo precedencia a la enseña anfitriona, sin que esto último autorice a establecer diferencias en cuanto a sus características físicas y/o materialidad.
Tomando en consideración estas reglas, es evidente que fueron groseramente ignoradas por los responsables de organizar la ceremonia oficial cuya fotografía vemos. La misma es suficiente testimonio.
Es claro también, que el acto tuvo lugar en la República del Paraguay, cuya bandera es atípica, ya que en su anverso lleva su escudo de armas y en su revés el sello de la Hacienda oficial. Esto explicaría que, en principio, veamos a la enseña paraguaya replicada (mostrada del derecho y del reverso), lo que de por sí es un despropósito ya que su uso en forma de bandera de posición ha consagrado que se muestre su cara frontal. La bandera paraguaya es una, no doble.
En la fotografía destacan otros defectos de Protocolo:
1)
Ambas banderas paraguayas tienen dimensiones muy superiores a las de
otros estados que se ubican al fondo y, además, está en un primer plano, hasta tal punto que oculta parcialmente a las
restantes.
2)
Las enseñas que vemos en un segundo plano, también están desordenadas. Veamos: desde la
derecha encontramos las de: Alemania; Bolivia; Rusia (aparentemente);
Venezuela; las siguientes dos banderas se muestran tan mínimamente que no es
posible identificarlas; finalmente hallamos las de Chile y la de México. Como decíamos,
el principio ordenador universal señala
que debe establecer según el alfabeto, tomando en consideración al idioma
del estado anfitrión. En consecuencia, el posicionamiento correcto debió ser: Alemania,
Bolivia; Chile; México; Rusia y Venezuela (descarto obviamente las dos no
identificadas)
Conclusiones:
- Puede afirmarse que la sobre jerarquización de la
enseña paraguaya es groseramente inadecuada, a tal punto que implica un
desmedro para con el resto de naciones representadas en ese momento y lugar.
- El error en el posicionamiento de las
restantes banderas es absoluto; ya que no guarda el principio rector al que nos
referimos.
- Finalmente encontramos que las observaciones previas resultan
inexplicables y también inexcusables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario