jueves, 6 de agosto de 2020

El nacimiento de un símbolo

Genealogía de la Bandera Municipal de Rosario

Presentación de la bandera de Rosario (20 de junio, 2010)

Por Miguel Carrillo Bascary

Hace ya diez años los actos con que se conmemoraron el “Día de la Bandera Nacional” (de Argentina) marcaron la presentación pública de la enseña que identifica a Rosario. La ocasión de conmemorarse el 5 de agosto su reconocimiento como ciudad es válida para recordar e informar sobre aquél acontecer; sus antecedentes y derivaciones.

Su presentación

Eran las 8 horas del 20 de junio del año 2010, el disco solar se anunciaba tras el perfil de las islas, disimulando el frío mañanero, cuando las autoridades locales; representantes de diversas instituciones y una buena cantidad de público se aprestaban a realizar el tradicional izamiento de la Bandera nacional en el Mástil Mayor del Monumento.

Entre los presentes, con campera de cuero de aviador, pantalones de camuflaje; bufanda blanca al cuello y boina verde obscuro, destacaba un excombatiente de Malvinas, Miguel Ángel Gelman (1), que portaba con legítimo orgullo la nueva bandera municipal. Horas más tarde desfilaba gallardo, abriendo el pasaje de las entidades civiles; ante la curiosidad del numeroso público y de las autoridades que estaban en el Palco Presidencial. En esta solemne circunstancia Rosario puso en evidencia sus profundas raíces identitarias y su inclaudicable demanda de ver reconocida su plena autonomía institucional.

He destacado en una entrada anterior que en el Ceremonial argentino no corresponde llevar una bandera de ceremonia con el asta extendida hacia adelante, sin embargo, la presentación oficial de la enseña de Rosario justificó sobradamente que se hiciera así, en forma excepcional, por cuanto se debía mostrarla al público en su integridad, para que pudiera conocerla y apreciarla debidamente. (Ref.: http://banderasargentinas.blogspot.com/2019/11/se-inclinan-las-banderas-si-o-no.html)

La bandera de la Municipalidad de Rosario fue aprobada por la Ordenanza Nº8523, el 3 de junio (2) de 2010. Es un paño enteramente blanco, en su centro luce el multicolor escudo oficial de la ciudad. La versión de ceremonia suma una corbata con los colores nacionales y en cada uno de sus brazos pueden leerse las cifras: 1812”, en recuerdo del primer izamiento de nuestro pabellón nacional y 1852”, año en que se reconoció a Rosario como ciudad. Referencias directas a dos hechos de gran significado para la historia local.

Razones que la definen

Cuando una comunidad adquiere mayor conciencia de su identidad surge en el inconsciente social la necesidad de representarse en algún símbolo que lo demuestre. Esto justifica la adopción de una bandera local. Nuestra ciudad cultivó una fuerte personalidad desde que comenzó su acelerado desarrollo a mediados del siglo XIX. Esta conciencia se demostró en numerosas circunstancias; lo prueba el creciente protagonismo de Rosario, que se manifiesta a todo nivel. Rosario se muestra tal cual es; con toda la riqueza de su realidad, con sus potencias y con la convicción de que deben erradicarse las desigualdades que existen en la sociedad. El rosarino se siente rosarino y reclama que se le reconozca como tal; la nueva divisa es una de las formas posibles.

La genealogía de la bandera municipal de Rosario, no deja de ser tan curiosa como desconocida, razón que justifica que la tratemos. Las ciudades libres de la Antigüedad enarbolaron banderas como símbolo de autonomía; la costumbre se acentuó con el surgimiento de la burguesía. Con la generalización del absolutismo real y el debilitamiento de los burgos medievales se redujo el empleo de las banderas municipales; pero no desapareció jamás. Las ciudades con mayor tradición preservaron su uso (3).

Quizás como reacción al fenómeno de la globalización, el empleo de estas enseñas se expandió en las últimas décadas como expresión de la valorización del municipio, verdadera cuna política del Estado y primer estamento de participación cívica. Esto ocurrió también en nuestro país, donde casi no existían antecedentes de este tipo.

Las banderas municipales hoy expresan una conciencia de identidad asumida por las autoridades y por la comunidad. Su uso marca que es creciente el número de ciudades y comunas que han adoptado banderas. Para determinar su diseño, generalmente se apela a concursos (4), salvo que se cuenten con banderas de raíces históricas, temperamento que la Vexilología (5) aconseja enfáticamente si ello es posible; es el caso que tratamos.

El acontecer rosarino está signado por su condición de ser “cuna de la Bandera nacional”. En sus barrancas fue el primer izamiento, que ordenó el entonces coronel Manuel Belgrano, el 27 de febrero de 1812. Aquel día los habitantes del Pago de los Arroyos fueron privilegiados partícipes de tan glorioso hecho. Por esto, pareciera que Rosario no necesitaba una bandera que la identificara, pero es indudablemente que aquella que representa a nuestra Nación no admite que sea apropiada por ciudad alguna. De aquí surgió la necesidad de contar con una bandera específicamente rosarina; sin que esto implique dar la espalda a tan formidable precedente.

La primera bandera

El estudio nos demanda retrotraernos a 1862, cuando Eduoro Carrasco proyectó y logró la aprobación del escudo de la ciudad (6), inspirándose en el primer izamiento de la Bandera nacional. 
Primer escudo de Rosario, diseñado por Eudoro Carrasco

Eudoro Carrasco

En el blasón puede verse una muralla, que recuerda a la batería “Libertad” emplazada en Rosario, de la que emerge con decisión el brazo colosal de Belgrano sosteniendo la Enseña nacional, exponiéndola a los rayos del Sol que nace tras las islas; el río Paraná surcado por dos navíos sesga el campo del escudo. A los pies de la fortificación lucen instrumentos de labranza y algunas mieses, simbolizando al trabajo agrario y a la rica comarca circundante. Un ancla y las mentadas embarcaciones, destacan la existencia de un puerto. Cuando se confeccionó el primer modelo del escudo el artista (7) adicionó en la franja blanca de la enseña la fecha “27 de febrero de 1812”. Esta inclusión no estaba prevista en la ordenanza de creación, pero persistió muchos años, sin que mediara ninguna crítica. Puede decirse que esta fue la primera bandera que identificó a Rosario, aunque, por supuesto, siempre lució como elemento central del blasón y no hay antecedente de que se haya llevado al paño.

Bandera contenida en el primer escudo de Rosario (1862)

La actual versión del escudo rosarino fue oficializada en 1964 (Ordenanza Nº1737); se debe a los trazos de Julio Vanzo, que se basó en el boceto realizado poco tiempo antes (8) por el arquitecto Ángel Guido (factotum del Monumento a la Bandera). Su fundamentación histórica fue aportada por el recordado Julio Marc, director del Museo Histórico Provincial. Más recientemente el Decreto Nº 15.810 de 1998 emanado del Concejo Municipal ordenó su uso obligatorio en el frente de las dependencias y documentos del municipio, lo que implicó un reconocimiento pleno de la representatividad del blasón.

Modelo patrón del Escudo de Rosario elaborado por Julio Vanzo

La segunda bandera rosarina

Hacia fines del siglo XIX la ciudad experimentó un explosivo desarrollo. Las corrientes migratorias de los más disímiles orígenes llegaron a ella buscando labrarse un mejor futuro. Surgió una dirigencia de recia personalidad, con ambiciosos objetivos entre los que se hallaba obtener para Rosario la ansiada autonomía municipal, herramienta institucional para un mejor desarrollo.

En estas circunstancias apareció la segunda de las banderas locales; el primero de enero de 1890 asumió la Intendencia de Rosario Agustín Mazza y dispuso emplear una bandera argentina con el escudo de la ciudad sustituyendo al Sol. La opinión pública no estaba preparada para valorar el símbolo, ya que por entonces no se concebía que las ciudades, ni siquiera las provincias, tuvieran banderas identificatorias (9). El 6 de agosto de ese año finalizó abruptamente el gobierno de Mazza y con él desapareció esta bandera, que fue rápidamente olvidada. Durante noventa y siete años no volvió a pensarse en otro pabellón para Rosario.

Bandera de Rosario usada en 1890
(ilustración de Francisco Gregoric)

Intendente Agustín Mazza

Antecedentes recientes

Fue en 1987, en el curso de la campaña para alcanzar a la intendencia municipal, el candidato justicialista, ingeniero Alberto Joaquín, anunció que si llegaba al gobierno convocaría a concurso para diseñar una bandera que identificara a Rosario. Fracasó en su empeño y la idea volvió a perderse. En el año 2000 la concejala Gladys Comba, de igual partido, promovió un proyecto de ordenanza, que de sancionarse hubiera derivado en otro certamen con similar propósito. La autora tuvo la deferencia de consultar al autor de esta crónica y a sus resultas admitió la sugerencia de que la Bandera nacional debía incorporarse en el cantón, plasmando así que Rosario fue sitio del primer izamiento del principal símbolo de nuestra nacionalidad. La iniciativa no obtuvo despacho.

Las intendencias del Dr. Hermes Binner y del Ing. Miguel Lifchitz (ambos del Partido Socialista) adoptaron símbolos de sus respectivas gestiones (10) que no constituyeron banderas, aunque en ocasiones se los haya impreso en un paño blanco. La finalidad de estos emblemas es publicitar la obra de gobierno y sirve como acompañamiento institucional de algunas actividades oficiales; pero, reiteramos, no tienen naturaleza de “banderas”.

Logo con forma de bandera usado en la gestión Binner

Logo con forma de bandera usado en la gestión Liftchitz

La tercera bandera rosarina

Mientras tanto, en 1994, se desarrolló en Rosario el “III Congreso de la Lengua Española, magno encuentro de la Cultura que posicionó a la ciudad en toda Iberoamérica. Según cuentan los protagonistas de aquellas jornadas al prepararse la presentación oficial de la actividad se advirtió que el estrado estaría decorado con la enseña argentina, la española, las de otras nacionalidades participantes y la bandera de la provincia de Santa Fe. De tal manera Rosario, ciudad sobre la que recaía el protagonismo de la organización estaría ausente en el principal escenario protocolar del evento por no contar bandera. En la emergencia se resolvió preparar una que llevara el escudo municipal en su centro y la leyenda “Municipalidad de Rosario” formando un arco cóncavo bajo el blasón; todo aplicado sobre un paño planco. Así se hizo; ello permitió la justa presencia rosarina en el decorado oficial. Esta fue la tercera bandera que identificó a la ciudad.

Bandera empleada entre 1994 a 2010

Intendente Hermes Binner

Al finalizar el Congreso la enseña se colocó en el salón “Carrasco”, principal ámbito ceremonial del Palacio Municipal, acompañando a las banderas oficiales de la Nación y de la Provincia. Se explicitó así, en mudo pero formal testimonio, la identidad de la ciudad y el rol institucional del municipio. Sin embargo, no existía ninguna norma que oficializara al símbolo, aunque su trascendencia lo justificaba, plenamente. La situación se mantendría por más de una década.

La actual bandera de Rosario

En el año 2007 tuve la oportunidad de presentar un ensayo en el curso de las “Jornadas de Historia de Rosario” (11) que se convocaron en homenaje al cincuentenario de la inauguración del Monumento a la Bandera. En el trabajo relacioné los antecedentes habidos y planteaba la posibilidad de que la Municipalidad local se manifestara en una bandera. La buena acogida recibida en tan selecto foro me animó a presentarla a consideración del Intendente Municipal en forma de un anteproyecto de decreto que tramitó como expediente Nº12.231-C-2009. La propuesta sirvió como catalizador en el ánimo del ingeniero Miguel Liftchitz, quién acertadamente juzgó que sería mejor oficializar la bandera por medio de una ordenanza y me solicitó preparar un anteproyecto de mensaje que promoviera la sanción de esa norma; por lo que me avoqué a ello.

El criterio fue de no innovar en lo fundamental y, al mismo, tiempo adecuar el emblema a los cánones vexilológicos, con vistas a mejorar el producto. En principio, la Vexilología desaconseja elaborar banderas que contengan escudos ya que son difíciles de reproducir. Sin embargo, el temperamento fijado, entiendo que en el caso de Rosario fue el correcto, considerando: que la enseña simboliza a una entidad política, la Municipalidad de Rosario que se identificaba desde hacía más de un siglo con el blasón que venía empleando; ya que éste posee una profunda raíz histórica, pues expresa la condición de ser Rosario “cuna de la Bandera nacional”; que, además, describe con meridiana claridad las características de la ciudad y de su emplazamiento geográfico. Otro factor positivo fue el uso público y pacífico del lábaro desde el año 1994.

Por otra parte, el color blanco, es resultado de la confluencia de todo el espectro cromático, lo que remite a la condición de Rosario como “crisol de razas” que caracteriza a la formación de su perfil sociológico. Para más, interpretando que el blanco se forma con todo el espectro lumínico, expresa la coincidencia de todos los matices sociales que singularizan a Rosario como “ciudad de inclusión”. Paralelamente aconsejé eliminar la leyendaMunicipalidad de Rosario” contenida en el ejemplar surgido en 1994, por entender que establecía una redundancia patente con la existencia del escudo oficial.

Se consideró también oportuno cambiar la corbata (12) por otra, en todo similar a la que se usa con la Bandera nacional; un gesto que reafirma a Rosario como lugar de su creación y de haberse utilizado aquí por primera vez en forma oficial la escarapela nacional. Tales razones dieron forma definitiva a la propuesta. Con claro propósito didáctico se adicionó un anexo técnico vexilológico cuyo tenor comentaré más adelante.

Circunstancias de agenda demoraron el tratamiento del proyecto hasta el mes de abril del año 2010. Tramitó bajo expediente Nº174.511- I -2009 iniciado por la Intendencia local. Cuando la Comisión de Gobierno del Concejo Municipal se aprestaba a tratar la iniciativa; tuve el impensado honor de ser invitado a exponer sobre el proyecto ante los concejales; sus asesores; miembros de la prensa y representantes de varias organizaciones no gubernamentales que se estaban presentes. La importancia de la ocasión determinó solicitar el explícito respaldo de la “Junta de Historia de Rosario” (13)

En la fecha prevista, acompañados por el presidente de tal entidad, el Lic. Jack Benoliel, unánimemente conocido como hombre de la Cultura de la ciudad, expusimos sobre los fundamentos del proyecto y tuvimos oportunidad de responder a diversos interrogantes que nos fueron propuestos. Luego de algunas semanas de estudio la iniciativa del Ejecutivo obtuvo despacho favorable, sin disidencia alguna; circunstancia que se revalidó en oportunidad del tratamiento en el Plenario del Cuerpo. 

Fue así que el mensaje del Departamento Ejecutivo se transformó en la Ordenanza Nº8523, que estableció formalmente la bandera de la ciudad. La unanimidad conseguida, superando las lógicas diferencias partidarias, es prenda de unión que realza el carácter simbólico de la nueva bandera y que la legitima extraordinariamente ante la opinión general.

Bandera oficial de Rosario
(imagen elaborada por Sebastián Schvartzman)

La norma es muy sencilla. Su articulado dispone, enfáticamente, “oficializar la bandera de la Municipalidad de Rosario”; explícita alusión a la continuidad histórica del uso, tal como fue relatado. Seguidamente establece la composición de su diseño y se modifican las características de su corbata. Además, ordena que el ejemplar empleado desde 1994 se preserve en un lugar honroso, el Monumento Nacional a la Bandera, como valiosa pieza de la memoria ciudadana. 

Para alcanzar mejor sus objetivos la Ordenanza lleva un anexo técnico vexilológico donde se precisan los elementos que componen la nueva enseña; estableciendo las formalidades que adoptará cuando se emplee como “bandera de ceremonia” o “de flameo”; se consagra expresamente la precedencia de que gozan las banderas nacional y provincial sobre la del Municipio y se dispone a futuro sobre el destino de los ejemplares que vayan cumpliendo su vida útil. Particularmente se prevé que la enseña se instale en los principales despachos gubernamentales y en los recintos ceremoniales de la Municipalidad, evidenciando el simbolismo institucional que posee.

Con esta bandera la ciudad Rosario tiene un símbolo que expresa su identidad; al mismo tiempo es una proclama perenne de los derechos que le asisten de alcanzar la autonomía institucional.

En el año 2011, desde el cargo de director general del Monumento Nacional a la Bandera que por entonces desempeñaba interesé al ingeniero Lifschitz sobre la pertinencia de dictar una norma que regulara en detalle el ceremonial de esta bandera en conjunto con la que representa a la Nación Argentina. Obtenido su anuencia, la iniciativa tramitó como mensaje de la Intendencia Nº 151-I-2011, que al ser tratado derivó en la sanción de la Ordenanza Nº 8.806.

Intendente Miguel Lifschitz

La Intendencia Municipal dispuso en consecuencia una campaña de difusión del emblema que no reconoce interrupciones. La misma consistió en la entrega de esta bandera a las instituciones locales; escuelas; clubes; empresas; ongs y otras entidades. Al mismo tiempo se dispuso instalarla en los despachos; oficinas y frentes de las reparticiones municipales. Asimismo, se ordenó que luzca en el "Patio Cívico" del Monumento Nacional a la Bandera y en su "Galería de Honor", como signo expreso de que el mismo fue construido por iniciativa de los rosarinos y de que este memorial está bajo la custodia y administración de la Municipalidad de Rosario.

Referencias normativas

- Ordenanza Nº1737 – Escudo municipal

- Ordenanza Nº 8523 – Oficialización de la bandera de Rosario

- Ordenanza Nº 8896 – Bandera, ceremonial https://www.rosario.gob.ar/normativa/verArchivo?tipo=pdf&id=79447

Notas
1.- Gelman; había sido guardiamarina de la Armada Argentina en tiempos de la Guerra de Malvinas y actuó como radarista en la Escuadrilla Aeronaval Antisubmarina. Cumplió 12 misiones de guerra y mereció la medalla al “herido en combate”.
2.- Significativamente el 3 de junio se recuerda el nacimiento de Belgrano, ocurrido en 1770.
3.- Entre ellas pueden citarse a: Londres; París; Milán; Hamburgo; Berlín; Barcelona o Ámsterdam.
4.- Estos concursos pueden ser abiertos a toda la comunidad o limitados a un grupo, por lo general escolares. Aprobado el resultado la bandera se oficializa por medio de una ordenanza.
5.- Es la disciplina que estudia las banderas por cuanto, “vexilo” es el nombre la pieza de tela que constituía una insignia militar en la antigua Roma.
6.- Se aprobó por ordenanza municipal fechada el 4 de mayo de 1862.
7.- Se ignora la identidad del artista; aunque hay quienes piensan que fue el propio Carrasco.
8.- La interpretación del escudo local efectuada por Guido hoy puede observarse esculpida en la Cripta del Monumento a la Bandera
9.- La llamada Generación del 80 identificaba las antiguas banderas provinciales autonómicas como símbolos de la Anarquía. Durante sus gobiernos se extinguieron estas enseñas, para resurgir a mediados de la década de 1980.
10.- La Administración Binner se identificó con una barra de cuatro segmentos que contenían; la cara de un niño; un pez nadando; una hoja de árbol y un sol. La Administración Lifschitz adoptó la polivalente sigla “MR” (Municipalidad de Rosario/ Marca Registrada) inscripta en un círculo naranja con bordes negros.
11.- El foro fue convocados en conjunto por la Municipalidad de Rosario y la “Junta de Historia” de la ciudad.
12.- En la versión de 1994 la corbata era enteramente blanca.
13.- Cabe señalar que la Junta es una entidad no gubernamental, constituida en 1962, que asesora a la Municipalidad en materia histórica. Como tal participa regularmente de los debates de la Comisión especial de Nomenclatura urbana y erección de Monumentos, del Concejo Municipal.

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