sábado, 15 de agosto de 2020

2 de noviembre, 1850: “San Martín murió en Francia”

Cuando la noticia se conoció públicamente en Bs. Aires

 El general José de San Martín (1)

Por Miguel Carrillo Bascary

Buscando alguna perspectiva no trillada para testimoniar la próxima conmemoración de un nuevo aniversario de la muerte del general San Martín me pareció válido referenciar las circunstancias en que se conoció el hecho y cómo se difundió en la ciudad de Bs. Aires.

En la "Gaceta Mercantil" del 2 de noviembre de 1850, tuvo difusión la reproducción de la carta que su yerno, Mariano Balcarce, dirigió al gobierno de entonces comunicando el deceso.

Una crónica mucho más fresca y amplia constan en las “Memorias Curiosas” escritas por Juan Manuel Beruti (1777-1856), hermano del conocido Antonio, chispero de la revolución de Mayo. Su autor nos dejó una crónica histórica de Bs. Aires entre los años 1790 a 1855. Es un relato fresco; irregular, donde a veces brinda extraordinarios detalles y sobre otros acontecimientos guarda un total silencio. El manuscrito recién fue publicado en su totalidad en 1960, contenido en la monumental “Biblioteca de Mayo” (tomo IV, Diarios y Crónicas).

La noticia de la muerte del general San Martín ha de haber causado gran impacto en la opinión pública de Bs. Aires, como ocurrió lo propio cuando se conoció en otras regiones del globo, no ocurrió lo propio por parte del gobierno de entonces. En su relato Beruti comienza reproduciendo la cobertura publicada en un periódico de la época.

En el “Diario de Avisos” del 4 de noviembre de 1850 de Bs. Aires, día lunes, dice lo siguiente: don José de San Martín murió en una ciudad de Francia el 17 de agosto. El vencedor de Chacabuco y Maipú, el héroe que escaló los Andes, y asomó su rostro guerrero para llevar su enseña de independencia a las repúblicas del Pacifico, duerme en la tumba ya. Esa existencia que no pudo extinguir el peligro del combate, se dobló tranquila ante el soplo irresistibles del destino; el árbol robusto que produjo frutos sabrosos para los pueblos libres, se tornó en encina que derribó la suave brisa, carcomida ya por el tiempo. Las nobles reliquias del héroe, descansan embalsamados por los laureles que llevan al sepulcro, y cubiertas por la gloriosa bandera de Pizarro” (Memorias; tomo pág. 437)

Continuamos leyendo una brevísima reseña de la vida del Libertador, donde destaca que había muerto en “Bolonia”, una evidente confusión con la ciudad de Boulogne-sur-Mer donde ocurrió el hecho o quizás una referencia implícita a la capilla consagrada a Nuestra Señora de Bolonia o Notre Dame du Boulogne, donde se depositaron los restos del prócer en un primer momento.

La noticia del deceso del Libertador fue trasmitida el 24 de agosto de 1850 al gobierno argentino por el cónsul en París, Eugenio de Santa Coloma (2)

El esposo de Merceditas, Mariano Severo Balcarce Buchardo (1807 – 1885), médico y diplomático argentino con sede en Francia comunicó lo propio por nota del 30 de agosto de 1850, en la puede leerse:

Mi ilustre y venerado señor padre político , Don José de San Martín, después de una larga y penosa enfermedad expiró tranquilamente en brazos de sus hijos [término con que se alude a su esposa y a él mismo, como hijo político], en la ciudad de Bolonia del Mar [Boulogne-sur-Mer], departamento del Paso de Calais, a las tres de la tarde del día 17 del que rige y en la mañana del 20 sus restos mortales fueron conducidos sin poma alguna a la catedral de dicha ciudad, en cuya bóveda quedan depositados hasta que puedan ser trasladados a esa capital, según sus deseos para que reposen en el suelo de la patria querida”.

La gloriosa bandera de Pizarro

Reproducción del histórico estandarte pintada por Merceditas San Martín

Esta referencia corresponde al estandarte que portó Francisco Pizarro cuando conquistó el imperio de Tawantinsuyo. La pieza fue entregada a San Martín por el municipio de Lima, en 1822 como testimonio de la restitución de la libertad, conculcada en 1532. De esta manera se asociaba al prócer como vencedor de los herederos del vencedor del Inca. En este contexto se entiende el calificativo que le otorgó Beruti, de donde su “gloria” surgía de ser abatido cuando se libertó al Perú. San Martín reconoció la recepción del emblema como un altísimo honor, en su testamento dispuso que fuera devuelto al pueblo peruano, interpretaba acertadamente que él solo era transitorio custodio.

Sobre la pieza existen opiniones encontradas ya que algunos autores consideran que es un estandarte cívico de Lima mientras que otros sostienen el origen tradicional con que se lo caracterizaba a comienzos del siglo XIX. Este estandarte era paseado en solemnes circunstancias por la Lima colonial; como tal evidenciaba el poder de España sobre el Perú.

Entre 1803 y 1820 los españoles que oficiaban de alféreces, con voluntad de exaltar su circunstancial función colocaron sus nombres en parches que cosieron al histórico paño. Esto se observa en la reproducción del mismo que fue pintada por Mercedes de San Martin y en la descripción del emblema que dio a conocer más tarde Florencio Varela (1807 -1848); aunque lamentablemente sus detalles no resultan suficientemente claros (Diario de Viaje a Inglaterra y Francia).

El estandarte cubrió el ataúd de San Martín durante sus exequias y cumpliendo su última voluntad fue entregado al embajador peruano en Francia, en el año 1861. Solo tres años más tarde se perdió durante los disturbios de la “Revolución Restauradora” impulsada por el coronel Mariano Ignacio Prado; quien luego fue desplazado por el general Pedro Diez Canseco. Cuando este último ingresó con sus tropas en Lima se suscitó una pueblada que saqueó el palacio gubernamental de Lima, donde se encontraba el estandarte en dependencias del Ministerio de Relaciones Exteriores. El hecho ocurrió el 6 de noviembre de 1865; un lamentable fin para una reliquia histórica de tamaña magnitud.

Ceremonias oficiales

Tanto en Chile como en el Perú, el fallecimiento de San Martín fue causa de solemnes honras fúnebres; religiosas; cívicas; navales; militares y hasta un monumento en Lima; de las que Beruti y otras fuentes caracterizan como majestuosas. Beruti trascribe los respectivos decretos emanados de estos gobiernos, que sorprenden por la importancia de los reconocimientos manifestados.

El ominoso silencio de Bs. Aires

Lamento que el cierre de los repositorios historiográficos me haya limitado la posibilidad de ampliar sobre las repercusiones del deceso, como hubiera querido. Interesa señalar que vía on line pude acceder al “Registro Oficial de la República Argentina”, donde se transcriben las leyes; decretos y resoluciones emanados de los diversos gobiernos nacionales y de la provincia de Bs. Aires, desde 1810 hasta 1890, publicación que es antecesora del actual “Boletín Oficial”; fuente normativa del Estado argentino (3).

Significativamente la siguiente imagen expresa la visión de los últimos asientos contenidos en esta fuente, que corresponden a 1850 donde las normas sobre rendiciones de honores que se dictaron desde que la infausta noticia se conoció en Bs. Aires (4 de noviembre) y el fin de ese año tratan de:

a) el duelo oficial por la muerte del presidente de Estados Unidos (8 de noviembre) y

b) lo propio, por el fallecimiento del Duque de Cambridge (17 de noviembre)

Recorridos todos los asientos del año 1851, no se encuentra ningún registro sobre honores con que se haya dispuesto reconocer al prócer.

Fuente: Registro Oficial la Rep. Argentina; Tomo 2 (1822/52)

El primer gesto de gratitud argentina al gran prócer correspondió al gobernador de Entre Ríos, Justo J. de Urquiza que por decreto del 16 de julio de 1861 dispuso levantarle un monumente, el que recién se concretó años más tarde.

En 1862 se inauguró el primer monumento que recuerda al prócer, sito en Retiro, antiguo solar donde el Regimiento de Granaderos a Caballo, creado por el prócer, tuvo su primitivo asiento.

Recién en 1880 el pueblo argentino tuvo oportunidad de rendir los correspondientes honores al Libertador en oportunidad de la repatriación de sus restos.


Agregado

Publicada esta entrada se comunicó conmigo nuestro amigo Roberto Colimodio, autor del libro "Repatriación de los restos del general San Martín", en autoría con Martín F. Blanco (4). Desde ya que agradezco mucho su atención.

El citado me hace saber que Terrero escribió dos cartas dando a conocer la infausta nueva, la primera la dirigió al ministro de Relaciones Exteriores, Arana y la otra al mismísimo Juan Manuel de Rosas, gobernador de Bs. Aires y encargado de la representación de la Confederación ante la comunidad internacional. En esta última nota le anoticiaba que el Libertador le había donado su sable según disposición testamentaria.

La única que recibió acuse de recibo fue la de Arana, que lleva fecha de 1º de noviembre de 1850, en donde dice seguir instrucciones de Rosas quien lamenta el deceso del prócer y, en consecuencia expresa la "viva expresión de su sentimiento de dolor, por tan inmensa pérdida". 

Como lo señalan estos autores llama la atención "no solo la ausencia de la respuesta de Roas en forma personal sino la falta de alusión al legado del sable y, sobre todo, la falta de disposiciones que tendieran a honrar la memoria del argentino más grande". Además, los citados apuntan que en la prensa de Bs. Aires solo se hizo mención al deceso en el que de hecho era órgano oficial del gobierno, la "Gaceta Mercantil", del día 2 de noviembre. (Texto completo reproducido en Colimodio y Blanco; págs. 35 y 36) 

Conclusión

El "Diario de Avisos" fue el medio por medio del cual la opinión pública de Bs. Aires tuvo conocimiento de la noticia llegada pocos días antes; tal como lo referencia Beruti.

El gobierno encarnado en J. M. de Rosas no dispuso ningún acto de homenaje al ilustre fallecido; solo dio cuentas de pesar por medio de una nota, ciertamente protocolar, enviada a los deudos, en la que se limitó a expresar su pesar. 

La provincia de Bs. Aires y las interiores tampoco exteriorizaron demostración alguna; los opositores al régimen federal rasgaron sus vestiduras e hicieron de esta actitud una "piedra de escándalo", pero esto, no será materia de nuestra análisis.

Las repúblicas de Perú y Chile volcaron su dolor y su gratitud por la libertad recibida en solemnes homenajes que contrastan vivamente con lo ocurrido en la Confederación Argentina. Periódicos de otras latitudes destacaron laudatoriamente la personalidad del fallecido.

Este silencio, rayano en el desprecio, será una pesada deuda en la memoria de todos los argentinos. Más aún cuando se conocen de los lutos oficiales que el gobierno de entonces dispuso en honor del presidente de Estados Unidos y del Duque de Cambridge. Cruel paradoja. 

Una muestra más de de la desmemoria de muchos argentinos para con sus connacionales. Afortunadamente, muchos más tienen  la honra de recordarlos con emocionada gratitud.

      Notas:

1.- Única representación de San Martín anciano en uniforme, debida al artista genovés Epaminondas Chiama (1844 – 1921) la obra está datada en 1871, se corresponde con el daguerrotipo del prócer impreso en París en 1848.


2.- Eugenio Santa Coloma fue un diplomático argentino y padre de Manuel, quien años más tarde tendría a cargo el caballo que compone el monumento del general Belgrano que se levantó por suscripción popular y que desde 1876 luce en la “Plaza de Mayo” de la ciudad de Bs. Aires.

3.- Tampoco consta ninguna norma dictada a igual efecto en la “Nueva recopilaciones de leyes y decretos promulgados en la provincia de Bs. Aires. 1810 – 1876”, tomo IV: 1832/ 1852; compilados por Aurelio Prado y Rojas. Entre los biógrafos no encontré ninguna referencia al respecto en "Historia del Libertador Don José de San Martín" (Pacífico Otero); "San Martín. la fuerza de la misión y la soledad de la gloria" (Patricia Pasquali); ni "José de San Martín, Libertador de América" (Instituto Nacional Sanmartiniano); que son las que he tenido a mi alcance atento la emergencia sanitaria.

4.- En esta original obra los interesados podrán encontrar una completa relación de los últimos momentos del prócer y del proceso que determinó la repatriación de sus restos. El binomio es autor otras obras sobre el Libertador: "San Martín, más allá del bronce" y "Soldados de San Martín en San Lorenzo". 

2 comentarios:

  1. De casualidad me encontré con este blog. Me interesa mucho poder tratar un tema o iniciativa o idea que tengo en mente desde hace tiempo en relación al trato que suele recibir nuestra bandera.
    ¿Tiene un correo electrónico al cual escribirle? El mío es tochimoreno45@gmail.com
    Atentos saludos desde San Luis

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  2. Le he cursado un ecorreo en la fecha. Cordial saludo.

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