martes, 2 de enero de 2018

“Banderas en crisis”, según Fernando Savater




Reproducimos este breve comentario del conocido filósofo que fue difundido en diferentes medios a mediados de noviembre de 2017. Lo hacemos por considerarlo sumamente adecuado para un Blog que trata de banderas y de Historia. 
Los invitamos a leerlo con atención. Si compartimos algunos puntos de la visión de Savater tendremos la satisfacción de decir: coincido con tan encumbrado intelectual, al menos en parte. Si no lo hacemos, la satisfacción será decir: ¡ni Savater me convence! Sea cual sea la postura,
nos quedará un resultado: en el acuerdo y en el disenso podemos enriquecernos, la democracia lo hace posible.
Por respeto al autor no destacamos ninguno de sus conceptos ya que él no consigna negritas ni subrayados.



"Uno de los efectos colaterales del intento de golpe de estado contra la democracia del separatismo catalán y de las grandes manifestaciones de repulsa que provocó en Barcelona [se refiere a los sucesos de octubre y noviembre 2017] ha sido que se vuelva a discutir sobre banderas en España. Los separatistas se envuelven en la bandera estelada, provocativa porque no es oficial, mientras que los constitucionalistas ondean la española y la Senyera, que es la reconocida como catalana dentro de España.

Inmediatamente han surgido voces de alarma. Cada una de las enseñas despierta los recelos de un sector, pero sobre todo es la española, la bandera de todos, lo que resulta chocante. Y es que los españoles no tenemos una relación familiar y cómplice con ella, como los norteamericanos con la suya, o los franceses y los ingleses (éstos últimos llegan a vender como souvenir rollos de papel higiénico decorado con la Union Jack).

Entre nosotros, el pendón rojigualda es soportado a regañadientes y apreciado con culpabilidad, como si todavía estuviese contaminado por el uso hipertrófico que el franquismo hizo de sus colores. Las banderas de las regiones autonómicas, la Ikurriña vasca, la Senyera, la andaluza, etc.... son valoradas con menos escrúpulos y mejor conciencia. Como ya apuntó Ortega en “La redención de las provincias”, al español le enorgullece ser de su pueblo y le avergüenza ser de su país.

El actual y polémico paisaje de banderas contrapuestas ha despertado la repulsión de algunas almas bellas, cuya exquisitez (y sobre todo su deseo de evitar incómodos compromisos) les ha llevado a decir que ellos detestan todos los estandartes por igual.

¡Hombre, tampoco es eso! La bandera a fin de cuentas es una señal: odiarlas es como sentir antipatía por los semáforos. Desde luego, tampoco es sano llevarse el semáforo a casa para poder abrazarlo por las noches, pero aborrecerlos en general no resulta mucho más cuerdo. No hay nada de malo, al contrario, en la estima que profesamos a la bandera porque representa sin pompa nuestros derechos y libertades, las leyes que nos amparan y también nuestras obligaciones para los conciudadanos.

Últimamente hemos visto a muchos antes apáticos recurrir con entusiasmo a la bandera como quien se aferra a un bote salvavidas o quien hace señales de peligro. Desde luego, es muy cierto que el verdadero patriotismo, el más limpio y decente, el que mantiene el progreso equilibrado de una nación, no se acaba en agitar banderas. Pero cuando las ambiciones depredadoras de unos cuantos amenazan contra toda legalidad lo que tenemos en común, como es ahora el caso en España, no viene mal comenzar por desahogarse un poco mostrando el símbolo de los derechos y deberes que a mucha honra compartimos.

La bandera no es un sudario para envolverse en ella, ni tampoco un manto imperial; no abriga en la intemperie de la Historia ni sirve como escudo frente a enemigos de fuera ni los facciosos de dentro. Pero llama a los compañeros, para que volvamos a estar juntos."

Fernando Savater







Referencias sobre Fernando Savater

Nació en San Sebastián, Guipúzcoa, País Vasco, España; el 21 de junio de 1947). Filósofo e intelectual; novelista y ensayista que se desenvuelve con toda comodidad en el ámbito del periodismo.

Su pensamiento evolucionó desde una posición libertaria al individualismo democrático, a la vez socialdemócrata y liberal; con una visión universalista.
Savater se opone a quienes “hacen de la exaltación patriótica su seña principal de identidad”. Como vasco que se reconoce en esta identidad, auspició en su momento la corriente política radical de la etnica pero hoy es un crítico tenaz de este perfil. También se enrola en la asociaciónCiudadanos de Cataluña”.





1 comentario:

  1. Muy interesante lo comentado por el Sr.Savater. Viniendo de una personalidad tan políticamente correcta sorprende su última expresión:"...llama a los compañeros para que volvamos a estar juntos" pero, desde luego la bandera es mucho mas que eso, como dijera el P.Castellani: "debemos proclamar como cristianos que la Bandera azul y blanca es santa, puede ser santa y debe ser para nosotros santa". Y, desde luego es mortaja, como decía la canción que se canta (¿cantaba?) en las escuelas de ambas orillas del Plata: "No ambiciono otra fortuna, otra fortuna, ni reclamo mas honor, mas honor, que morir por mi bandera, la bandera bicolor".

    ResponderEliminar