Importante comerciante rioplatense
Referencias sobre esta nota
Por ley de la vida, la trayectoria del general Manuel Belgrano
en la Historia patria enmarca en la biografía de quienes fueron sus padres. Este
vínculo biológico implica ejemples e interacciones que, por lógica influencian
la vida de nuestro prócer. Por esto resulta oportuno incluir en este Blog un
desarrollo que acerque a los lectores la figura de Don Domingo Belgrano Peri, en
la pluma de la Dra. Norma Ledesma quien viene a prestigiar este medio. Próximamente
se hará lo propia con Misia María Josefa González Casero, madre del creador de
nuestra Bandera nacional.
M. C.B.
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Por la Dra. Norma Noemí Ledesma[1]
Don Domingo Belgrano Peri (castellanizado Pérez), fue un
importante comerciante nacido en Oneglia (Italia), que luego de pasar por
España se radicó en Buenos Aires en 1759, donde al tiempo contrajo nupcias con
María Josefa González Casero, dama de una familia tradicional de Buenos Aires,
con sólidas raíces en Santiago del Estero.
Más allá de ser el padre de nuestro prócer, el General Manuel
Belgrano, es muy interesante estudiar su actividad comercial, dado que manejaba
un amplio circuito, que abarcaba el territorio del Virreinato del Río de
La correspondencia de Belgrano Pérez abarca desde 1765 hasta
1794 y no solo se ocupa sobre temas comerciales, sino también particulares,
etc. Esta correspondencia nos aporta muchos datos acerca de la vida cotidiana.
Nosotros nos hemos de ocupar solamente de su actividad como comerciante. A
través del análisis de la misma, procuraremos identificar los circuitos
comerciales utilizados, las mercaderías y algunas prácticas comerciales, entre
otras cosas [2].
Los Borbones consideraban a América como colonia, debiendo ser
proveedora de materias primas y consumidora de productos elaborados
provenientes de
El Reglamento de Libre Comercio entre España e Indias de 1778
favoreció el comercio hispanoamericano con
Con la habilitación del puerto de Buenos Aires esta ciudad,
que tradicionalmente había sido la vía del contrabando anglolusitano, se
convirtió en una de las vías del comercio legal hispano-colonial para esta
parte de
Tenemos que tener en cuenta que las más grandes fortunas en el
Río de
Si bien es un tema que excede este trabajo, debemos mencionar
que el 10 de septiembre de 1788 a raíz de la quiebra de la Real Aduana de
Buenos Aires, el Virrey Nicolás Felipe Cristóbal del Campo, Marqués de Loreto,
ordenó el arresto de su administrador Francisco Ximénez de Mesa y el de Domingo
Belgrano Pérez [3].
(…) procede
de la íntima amistad que tuvo con el Administrador Jiménez y de haber hecho a
su nombre y por su mano varios comercios y negociaciones mercantiles a Indias y
España, graduándole por consecuencia noticioso y encubridor del manejo y
malversación que dicho administrador hizo de los caudales de Vuestra Majestad
abusando Belgrano de la misma amistad y usando de moratorias dilatadas en la
paga de los derechos Reales adeudados por él en aquella Aduana, sobre cuyos
cargos se le formó causa embargándole todos sus bienes y acciones y se le
arrestó en su casa con prohibición de toda comunicación.
Finalmente, el Virrey Manuel Antonio de Arredondo y Pelegrín,
Marqués de San Juan de Nepomuceno, lo absolvió “de todos los cargos criminales
que le han hecho” y el Consejo de Indias aprobó el 23 de noviembre de 1793 esta
sentencia.
Libre de culpa y cargo, Domingo Belgrano Pérez intentó
reencauzar el giro de sus negocios y recobrar su buen nombre y crédito y del
“particular resentimiento” con que fueron tratados él y su familia. Esta
situación le significó el quebranto de su salud y finalmente falleció el 24 de
septiembre de 1795 [4].
Circuitos comerciales
Procuraremos reconstruir los circuitos comerciales a través de
la correspondencia de Belgrano Pérez. En primer lugar, advertimos una verdadera
red que unía a Belgrano Pérez con comerciantes ubicados en las distintas
ciudades o bien, cuando la importancia del comercio lo exigía, como en el caso
de Potosí, José Gregorio, uno de sus hijos, era quien se ocupaba junto a un consignatario.
Además. las distintas mercaderías que circulaban en este
espacio nos remiten a la economía regional. Al tiempo, que nos ofrecen un
panorama de la vida cotidiana de la época, a través de los productos que
consumían.
Advertimos diversos circuitos en el ámbito del virreinato:
Litoral, Paraguay y Banda Oriental; Cuyo y de allí a Chile; Córdoba y las “Provincias
de Arriba” (Tucumán, Santiago del Estero, Salta y Jujuy) y Potosí en el Alto
Perú. En el caso de Buenos Aires, no solo introducía las mercaderías
provenientes de
Del Litoral recibía cueros, lana y jerga entre otros
artículos. Pedro Tuella en carta a Belgrano Pérez, fechada en Rosario el 2 de
octubre de 1784, se refería al envío de trescientos veinte cueros, quinientas
noventa varas de jerga y tres fanegas de lentejas. Por su parte, le solicitaba
dos piezas de lino, una de bramante, una de ruan, una docena de bretañas,
alguna pieza de camellón de buen color o dos piezas de calamacos, angaripolas,
listonería en colores enteros, pañuelos de colores de seda, hilo y algodón (menos
azules porque tenía bastantes), etc. Le comunicaba que, si bien no se
encontraba con dinero por haber comprado 50 tercios de yerba, se comprometía a
abonarle lo más pronto posible[5]. Esta correspondencia es
muy interesante, no solo porque nos permite conocer cuáles eran los artículos
que circulaban, sino también las prácticas comerciales.
Una carta de Isidro Fernández a Belgrano Pérez, fechada en San
Nicolás el 8 de octubre de 1787, se refería a la compra por parte de Cortina,
de algunos cueros y lana siguiendo sus instrucciones y esperaba a fin de mes o
a principios del próximo mandar una carretada de cueros y alguna lana.
Asimismo, le solicitaba que le enviara la imagen de
Por otra parte, contaba con estancias en
Córdoba funcionaba, por su ubicación geográfica, como centro
redistribuidor para las “Provincias de Arriba” y la zona de Cuyo de los
productos provenientes del Litoral. Como dato curioso, el Doctor Pedro Joseph
Gutiérrez en carta del 8 de enero de
Uno de los productos americanos más preciados en Europa era la
lana de vicuña. Belgrano Pérez la traía de Jujuy. En carta de Andrés Surlin a
Belgrano Pérez, fechada en Jujuy el 23 de noviembre de 1777, le informaba que
se ocuparía de registrar vellón por vellón y examinar su color y calidad, para
que este no perdiera plata ni tiempo. Otras veces recibía la lana de vicuña de
Córdoba, donde su contacto comercial la traía de las provincias “de arriba”,
según consta en carta de Manuel Antonio de Arze a Belgrano Pérez y su socio
Bernardo Gregorio de las Heras, fechada en Córdoba el 6 de febrero de 1778.
Recibía de Córdoba carretadas de cal, cueros de novillo y de vaca y artículos
textiles.
Dentro de los artículos textiles provenientes de Córdoba, que
aparecen en la correspondencia, encontramos fundamentalmente “telas de lana” y
ponchos: “frezadas” ordinarias, de mejor calidad y de caracol; cortes de sayal
de cordoncillo; cortes de rayalete; pellones ordinarios (negros y azules),
ponchos ordinarios (caris, negros, azules y colorados); ponchos de mejor
calidad de laborcitas (negros, azules, caris); ponchos santiagueños “de palo”,
sobrecamas ordinarias y chuze grande. También figuran rollos de lienzo[9].
A modo de ejemplo, en carta fechada en Córdoba el 6 de
noviembre de 1779, Bernabé Gregorio de las Heras le informaba que José Antonio
Therán le envió de una testamentaría cuarenta y tres fardos de a treinta
ponchillos ordinarios surtidos y doscientos de los de “a pala” santiagueños,
los cuales remitiría no bien resolviera algunas dificultades con el flete, que
se realizaba a través de carretas. El carretero Almada no podía salir debido a
las excesivas lluvias[10].
Belgrano Pérez enviaba “artículos de ultramar” a Córdoba. A
modo de ejemplo, José Domingo Frías en carta fechada en Córdoba el 28 de abril
de 1778, le solicitaba a la mayor brevedad posible que le enviara diez varas de
terciopelo negro de Italia “el mejor de tres pelos” y diez varas de tafetán
doble morado[11].
Las “Provincias de Arriba” estaban en estrecha relación entre
ellas y también con Potosí. Prueba de ello, es una carta de Manuel Toribio de
Taviedes, fechada en Salta el 24 de abril de 1778, dirigida a Belgrano Pérez.
Le informaba que su patrón, Josef Pérez, se encontraba en Potosí con treinta y
más varas de “ropa de la tierra” azul y no la podía vender por la abundancia
que había en ese mercado, por lo cual le preguntaba si podía enviársela a
Belgrano Pérez[12].
Francisco Iñares, en carta, fechada en Salta el 24 de
diciembre de 1778, le comunicaba, entre otros asuntos, acerca del cobro a
varios deudores por transacciones comerciales. Inclusive mencionaba que Domingo
Rodríguez había pagado los 600 pesos según le informaba Miguel Viana, desde
Tucumán. Existía una comunicación epistolar entre las diferentes ciudades. Por
otra parte, también le manifestaba que había enviado a Bernardo de las Heras,
ocho tercios cuyo precio era de 4 reales. Se comprometía a enviarle en el
próximo año doce mil o más varas de lienzo fino[13].
Mantuvo correspondencia con Pedro Espínola de Mendoza, a quien
le enviaba yerba y “efectos de Castilla” y recibía a cambio fruta (peras y
membrillo) y botijas de vino. El comercio con Chile en esa época era fluido, a
pesar de los inconvenientes que representaba el paso de
Belgrano Pérez tenía uno de sus hijos, José Gregorio,
establecido en Potosí, encargado de comerciar siguiendo las instrucciones de su
padre. Recordemos que Potosí fue el centro minero por excelencia, donde se
extraía la plata, que se enviaba a
Retomando el hilo de nuestra exposición, Potosí fue en los
siglos XVI y XVII el eje de un amplio circuito comercial, que se extendía desde
Quito hasta el Río de
La correspondencia que mantenía José Gregorio con su padre es
muy interesante, entre otras cosas, porque aporta datos de su hermano Manuel y
de su primo Juan José Castelli. En carta fechada en Potosí el 16 de agosto de
1784, le informaba que le había enviado los seis pañuelos de vicuña que le
había pedido su hermano Manuelito desde España, les puso granos de pimienta
para que no se apolillaran, con un costo de flete de 50 pesos. Este es un dato
curioso que demuestra el interés de Manuel Belgrano, por entonces un joven
estudiante en España, por tener pañuelos de vicuña. Su precio eran tan elevado
en Europa que solamente estaban al alcance de la realeza y la nobleza[16].
En carta de José Gregorio a su padre, fechada en Plata, 16 de
noviembre de 1786, además de informarle que le iba a enviar 1.750 pesos en esos
días por libramiento que le remitiera Martín Marquiegui, le manifestaba que no
podía informarle sobre los negocios porque Zavalía no lo tenía al tanto. Por
otra parte, le comunicaba que se quedaría unos pocos días en
En carta, fechada en Potosí el 16 de enero de 1787, se quejaba
por su mal estado de salud debido a lo mal que le sentaba la sierra, lo que
hacía que deseara salir de esos países antes de dejar sus huesos allí. Acerca
de Castelli mencionaba que había salido con todo lucimiento en sus exámenes,
siendo aplaudido por su gran talento[18]. En otra carta, que
analizaremos luego, le brindaba más noticias acerca de su primo.
Lima y Chile
José Gregorio y Pedro Antonio de Zavalía no solo se ocupaban
del comercio en el Alto Perú, sino que también tenían tratos con comerciantes
que vendían la mercadería en Lima.
José Gregorio y Pedro Antonio de Zavalía escribieron una carta
a Belgrano Pérez, fechada en Potosí el 16 de enero de 1787, acerca de diversos
asuntos de negocios. Habían vendido a Francisco Sánchez por dictamen de Ozamiz,
17.964 pesos 7/8 reales, que habría de pagar a los 18 meses de la fecha. Si
bien el plazo era largo, no podía ser menor porque obtendría el dinero al
vender la mercadería en Potosí. Sánchez era un mozo de
Además de informarle de manera detallada sobre diferentes
cuentas, le comunicaban que consideraron que los efectos existentes en Lima
sería mejor venderlos en Potosí, por la abundancia de mercadería que había en
aquella capital. Por lo cual ordenaron a Juan Bauptista Garatte que remitiera a
Arica a poder de Paulino Tapia, para que este a su vez los dirigiera a Potosí.
Los gastos serían de 8 pesos o quizá menos, incluso con los Reales Derechos.
Como detalle de color mencionamos que le solicitaron que les enviara medias de
lana de segunda, punto de aguja de rayas negras y blancas, dado que se vendían a 2
reales el par.
Esta carta nos brinda una gran cantidad de datos, porque nos
habla del alcance del circuito textil. Buenos Aires era la entrada de la “ropa
de Castilla”, que no solamente se vendía en el Virreinato del Río de
En la misma carta también se refería acerca de los gastos que
tuvo Juan José Castelli en esa villa de Potosí. Advertía a Joaquín Terreros,
esposo de su madre, quien se hacía cargo de sus gastos, que las personas a
quienes había encargado asistirlo con dinero no lo hicieron, manejándose con
suma frialdad. Por lo cual ellos se vieron obligados a pedirle a Ignacio de
Arontegui, (deducimos que era un comerciante local), que se ocupara de los
mismos y por ello le remitieron la cuenta correspondiente. Advertimos que, a
través de esta correspondencia y de la personal de Belgrano Pérez, cuando los
jóvenes de la élite se encontraban solos en destinos alejados, los amigos o
conocidos de sus padres los asistían en sus necesidades y se comunicaban con
ellos refiriéndose a aspectos puntuales, tales como su conducta.
Por otra parte, Belgrano Pérez no solo tenía contactos con
Lima, a través de su hijo y su apoderado en Potosí, como mencionáramos ut
supra. En otras ocasiones se comunicaba directamente con comerciantes
altoperuanos o con el comerciante limeño Juan Bautista de Garate. En carta de
Ramón Ballivián a Belgrano Pérez, fechada en
Le solicitaba que fueran enfardados para evitar deterioros.
Los debía entregar en Potosí a Phelipe Porsel, Administrador de Correos, y de
allí a
En carta de Juan Bautista de Garate a Belgrano Pérez, fechada
en Lima el 16 de julio de 1786. Le informaba acerca de las dificultades para
vender los efectos que este le había remitido, debido a la abundancia de los
mismos en ese mercado. Incluía libramiento de 3.000 pesos dado por el Real
Tribunal del Consulado de Lima contra su apoderado, Thomas Peña, a favor suyo.
Este dinero iba a cuenta de las mercaderías que había vendido y cobrado de sus
pertenencias. Se los dejó cargados en cuenta con más del 1% que tuvo que pagar.
Este envío incluía el importe de las hojas de lata y consideraba que poco
quedaba para cobrar del resto de lo vendido[21].
Hacía referencia a los acreedores de la quiebra de Antonio
Estapar, en que estaba interesado José Gregorio. Los acreedores habían
convenido en seguir juicios. Por otra parte, José Gregorio le había vendido
tres pares de vuelos de encajes, dos a 35 pesos y uno a 25 pesos, y un pedazo
de encaje de sobre puesto a 4 pesos por 9 varas.
Asimismo, le informaba que habían llegado seis navíos de los
que salieron de Cádiz, a fin del año anterior, siendo el último
También mantenía correspondencia con comerciantes chilenos. Justo
de los Ríos, en carta fechada en Santiago de Chile el 12 de septiembre de 1785,
se refería a una cantidad de dinero que le adeudaba y que pronto saldaría.
Además, mencionaba un dato que nos resulta curioso. Le comunicaba que los
elementos de botica que Belgrano Pérez le había remitido, no los había podido
vender debido a que todos los boticarios estaban bien provistos y además muchos
medicamentos no se adaptaban a ese país. A lo cual se sumaba el hecho que otros
se producían en ese reino, por lo cual eran más baratos que los que provenían
de España[22].
En una carta de Matheo Díaz Saravia, fechada en Santiago de
Chile el 5 de mayo de 1786, le comentaba, entre otros asuntos, que el giro en
esa plaza era miserable y peor en Lima, donde había quiebras todos los días y
que todo ello se debía a la situación problemática de Cádiz. Le hacía mención
de la llegada de los negros que este le enviara a su cuñado, entre los cuales
estaba una negrita remitida por Calderón, yerno de Belgrano Pérez, con destino
a Lima. Se iba a poner a hacer las diligencias necesarias para gestionar su
viaje a Lima[23].
En una carta posterior, del 11 de agosto del mismo año, le
comunicaba que Calderón le había escrito despidiéndose de él dado que
emprendería viaje a España con sus “cuñaditos” (Manuel y Francisco). También le
informaba que la “negrita” Teresa había viajado hasta Lima, para ser recibida
por Antonio Calonge y le informaba que significó un gasto de 8 pesos, 3 y medio
reales del derecho de salida cobrado en esa aduana.[24] Por otra parte, sabemos a
cuánto se vendió esta esclava en Lima, por la carta de Juan Bautista de Garate
a Belgrano Pérez, del 16 de julio de 1786, que anteriormente citáramos. En
ella, acompañaba un libramiento dado por el Real Tribunal del Consulado de 343
pesos 6 reales a favor de su yerno, José María Calderón de
Nos sorprende el itinerario de esta esclava, que vía Buenos
Aires llegó hasta Lima. Más allá de esto son muy pocas las referencias que
encontramos en su correspondencia acerca de este tipo de tráfico, por lo cual
deducimos que lo hacía circunstancialmente. Posteriores investigaciones podrán
aclarar su verdadera dimensión.
Comercio de ultramar
El comercio de ultramar que desarrolló Belgrano Pérez
comprendía como destino fundamentalmente a
Con respecto al comercio que mantenía con Cádiz, una carta de
Nicolás Moreau, fechada en Cádiz el 23 de mayo de 1785, nos proporciona datos
de interés. Le informaba que según sus órdenes había empleado el neto producto
de la lana de vicuña en la compra de géneros. Es decir, que el producto de la
venta de la lana de vicuña que llegaba a
Gracias al Reglamento de Comercio Libre entre España e Indias,
sancionado en 1778, que permitió la apertura de puertos en España y América,
Belgrano Pérez pudo comerciar con
Por otra parte, encontramos cuentas de efectos remitidos por
Hananel y Jacob Méndez Da Costa a Belgrano Pérez, desde Londres en 1784. Uno de
esos envíos del 20 de septiembre de ese año constaba de: 3 fardos con 50 piezas
sempiternas, 40 piezas de anascotes y 30 granillas, cargadas en el navío inglés
San Carlos del Capitán Thomas, que pasó a Cádiz a consignar a los señores Viene
Larue e hijo y Desbartez, como consignatario de Belgrano Pérez. Los colores de
estas telas eran variados: rosa seco, celeste Japón, celeste claro, azul Japón,
azul turquí, canario, verde pino, verde manzana, príncipe, vede esmeralda,
negro, grano, carmesí y clavelina[27].
Con respecto al Brasil, en carta de Joseph de Molina a Domingo
Pérez, fechada en Río Grande el 22 de abril de 1767, le devolvía una libranza
de 903 pesos a través de Francisco Fá. Dado que este hombre había llegado a esa
ciudad con muy pocos objetos, diciendo que los había vendido todos en
Montevideo y Maldonado. Advertimos que existía familiaridad entre Joseph de
Molina y Belgrano Pérez, dado que lo trata de compadre y envía saludos para su
comadre. Este es el único testimonio que encontramos del comercio con Río
Grande[28]. Recordemos que Río Grande
fue un territorio en disputa entre
Con respecto a Río de Janeiro, en una carta de Bruno Francisco
Pereyra a Belgrano Pérez, fechada en Río de Janeiro el 14 de enero de 1781, le
narraba los contratiempos que tenía para realizar negocios en Brasil, por lo
cual le solicitaba cancelar la escritura y poderes que este le había otorgado.
El Virrey del Brasil impidió que pudieran concretarse los negocios y ni
siquiera permitió que él y el apoderado de Belgrano Pérez, Juan Peña, pudieran
pasar a Bahía. Por lo cual, le entregó todo el dinero que Belgrano Pérez le
había otorgado a Francisco Peña y canceló la escritura de compañía que tenía
con este. Frente a esta situación desfavorable decidió trasladarse a Lisboa[29].
En una carta de Joseph de Molina a Belgrano Pérez, fechada en
Montevideo el 29 de septiembre de 1781, le comunicaba que había partido su
dependiente Francisco de
A modo de conclusión
Este trabajo nos muestra la actividad de Don Domingo Belgrano
Pérez, un importante comerciante de fines del Siglo XVIII, particularmente destacado
por haber sido el padre de nuestro prócer, el General Manuel Belgrano. Al
margen de ello, consideramos relevante el análisis de su correspondencia comercial
porque se trataba de uno de los principales comerciantes de Buenos Aires, que
manejaba todo el circuito comercial del Virreinato del Río de
La crisis del Imperio Hispanoamericano, que dio lugar al
proceso de Revolución e Independencia, en el cual el General Manuel Belgrano se
destacó como uno de los Grandes Próceres de
El papel del puerto de Buenos Aires, como puerta de entrada de
la mercadería de Castilla y salida de los productos regionales, se ve
claramente en este trabajo a través de la actividad de Don Domingo Belgrano
Pérez.
Manuel Belgrano en su Autobiografía
hizo referencia a la actividad de su padre en estos términos: “La ocupación
de mi padre fue la de comerciante y como le tocó el tiempo del monopolio,
adquirió riquezas para vivir cómodamente y dar a sus hijos la mejor educación
de aquella época”[31]. En su actuación, como
Secretario Perpetuo del Real Consulado de Buenos Aires (1794-1810), se ocupó de
fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio (interno y
externo). Enemigo del monopolio, nos transmitió su impresión con respecto a los
miembros del Consulado:[32]
No puedo
decir bastante mi sorpresa cuando conocí a los hombres nombrados por el rey
para
Más allá de ello, consideramos necesario destacar que toda
esta información que manejaba Domingo Belgrano Pérez acerca de la economía del
Virreinato del Río de
Recordemos que, obedeciendo al requerimiento del Secretario de
Hacienda, Diego de Gardoqui, de mayo de 1795, se puso en contacto con los
diputados del Consulado en las distintas ciudades virreinales, solicitándoles información
acerca de la geografía, población, actividades económicas, etc. En base a ello,
elaboró informes que envió a
[1] Doctora en Historia por la Univ. del Salvador. Ejerció la docencia en esta casa. Investigadora y miembro de número del Instituto Nacional Belgraniano y el Inst. Belgraniano de la Rep. Argentina. Integró el equipo que elaboró: Documentos para la Historia del General Don Manuel Belgrano, (tomo III.2 al VIII). Autora de la obra institucional Manuel Belgrano. Vigencia de un hombre ilustrado y revolucionario y del fascículo Manuel Belgrano. Prócer de la Independencia Americana. Entre otras publicaciones colaboró, en cuatro tomos de Historia de Tarija (Corpus Documental) y con Ponchos de las tierras del Plata.
[2] La
correspondencia personal y comercial de Domingo Belgrano Pérez se encuentra en
el Archivo General de la Nación, Sala
VII, Documentación Donada, Legajos
2318, 2319 y 2320. Parte de este material se puede consultar en Instituto Nac.
Belgraniano, Documentos para
[3] Archivo General
de Indias, ES.41901/23.1//BUENOS AIRES, 510 (1789-1805): Causa sobre desfalco de caudales seguida al Administrador de Aduana y
otros varios empleados. Secretaría de Estado y del Despacho de Hacienda de
Indias, pp. Nº238-241, Consejo de Indias, 2 de septiembre de 1790, en Roberto Colimodio y Alejandro Maddonni, Manuel Belgrano. La verdadera historia de su casa familiar en Buenos
Aires, Bs. Aires, 2022, p. 84.
[4] Colimodio,
R. y Maddonni, A. ob. cit., p. 103. En estos cinco años que duró el proceso resulta
relevante la actuación de su esposa, Doña María Josefa González Casero, quien
envió cartas al Virrey Marqués de Loreto y a los Reyes Carlos III y Carlos IV,
denunciando la situación que vivía ella al igual que sus hijos. Por otra parte,
Manuel Belgrano, quien se encontraba realizando sus estudios en la Metrópoli,
cuando el expediente pasó a la Corte, contactó abogados y procuró acelerar los
trámites. Las cartas enviadas a sus padres son un fiel testimonio de los
avatares que debió sortear.
[5] A.G.N., Sala VII, 2319, en Instituto Nac. Belgraniano, Documentos..., ob. cit., pp. 233-234.
[6] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., pp. 262-263.
[7] A.G.N., Sala VII, 2320, Documentos… ob. cit., pp. 265-268.
[8] A.G.N., Sala VII, 2319. Documentos..., ob.
cit., pp. 165-166.
[9] Carta de Antonio
Arze a Domingo Belgrano Pérez y Bernardo Gregorio de las Heras, Córdoba, 6 de
abril de 1778, en A.G.N., Sala
VII, 2319, en Documentos …, ob. cit., pp. 174-177.
[10] A.G.N., Sala VII, 2319. Véase también:
Instituto Nac. Belgraniano, Documentos
…, ob. cit., pp. 196-197. Existe una diferencia entre los ponchos
cordobeses “a peine” y los santiagueños “a pala”. Utilizan diferentes
instrumentos para afianzar el tejido. El peine es un instrumento traído por los
españoles y constituye un elemento básico del telar criollo o de pisaderas. La
pala tiene un origen indígena. Es una pieza de madera que suele tener
[11] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., pp. 177-178.
[12] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., p. 177.
[13] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., p.
190-192.
[14] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos …, , pp. 149-151.
[15] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos
… , pp. 227-228.
[16] A.G.N., Sala VII, 2318, Documentos..., ob. cit., pp. 229-230.
[17] A.G.N., Sala VII,
2318, Documentos..., ob. cit., pp. 255-256.
[18] A.G.N., Sala VII,
2318, Documentos para la historia..., ob. cit., pp.
258-259.
[19] A.G.N., Sala VII,
2318, Documentos..., ob. cit., pp. 259-261.
[20] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., pp.
227-228.
[21] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., pp.
251-252.
[22] A.G.N., Sala VII, 2319, en INSTITUTO
….,, Documentos..., ob. cit., pp.
245-246.
[23] A.G.N., Sala VII, 2319, en INSTITUTO
….,, Documentos..., ob. cit., pp.
249-251.
[24] A.G.N., Sala VII, 2319, en INSTITUTO ….,, Documentos..., ob. cit., pp. 252-254.
[25] A.G.N., Sala VII, 2319, en INSTITUTO
….,, Documentos..., ob. cit., pp.
242-244.
[26] A.G.N., Sala VII, 2318, Documentos..., ob. cit., pp.
228-229.
[27] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., pp. 232-233.
[28] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., p.
148.
[29] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., pp.
206-207.
[30] A.G.N., Sala VII, 2319, Documentos..., ob. cit., p.
208.
[31] “Autobiografía
del General Don Manuel Belgrano, que comprende desde sus primeros años (1770)
hasta
[32] “Autobiografía del General
Don Manuel Belgrano, que comprende desde sus primeros años (1770) hasta
Constancia: esta nota se publicó por primera vez en la Revista digital de la Asociación Belgraniana de C.A.B.A. Acceso al portal donde se publican todos sus números: https://belgranianoscaba.blogspot.com/p/revista-belgranianos.html