sábado, 6 de diciembre de 2025

¿Dónde va la estrellita?

… y ¿por qué no, el cometa?

 

Por Miguel Carrillo Bascary 

En estos días, a lo largo de todo el mundo se arman los arbolitos de Navidad, un elemento definitivamente entronizado en las tradiciones de múltiples culturas, aunque en algunas regiones jamás haya crecido un abeto.

Hoy me limitaré a contestar la pregunta que abre esta nota, en otras ya me detuve en diferentes aspectos de la ambientación navideña, refiriéndome a las tradiciones y fantasías de este tiempo[1], sin perjuicio de tener presente el 25 de diciembre recordamos nada más ni nada menos que el nacimiento de quien es verdadero hombre y verdadero dios al que reconocemos con el nombre de Jesús, Nuestro Señor.

Y, hablando de tradiciones, cuando se termina de decorar el árbol navideño con cintas, luces, regalitos y demás parafernalia, llega el momento cúlmine, cuando el pequeñín de la familia coloca “la Estrella”, figurando ser aquella que condujo a los Reyes Magos hasta el pequeño poblado de Belén, cuna del Niño Dios. La razón de la preferencia etárea radica en la percepción de los niños en cuya primera infancia ( hasta los 6 años) se enlazan la realidad y la fantasía, siendo así una etapa de su vida en que se establecen las bases de su desarrollo emotivo, cognitivo y social, lo que será capital para su futuro.


En la historia de la Astronomía se solía atribuir a los cometas, estrellas caudadas (con cola) la revelación de un prodigio o el anuncio de un hecho trascendental, tanto de buen augurio como de padecimientos.

Las interpretaciones del astro y su calificación sustancial difieren, con lo que se demuestra que este tipo de signos no son lo más importantes, sino que expresan un simbolismo trascendente, inmaterial, que supera la forma con que se nos presentan arropados por la Cultura.

Para algunos lo que se coloca en la cima del árbol es una gran estrella, de volumen superior a todas las que se pudieron haber colocado entre las ramas. Convencionalmente se trata de un astro de cinco puntas. También habrá quienes prefieran un perfil de mayor cantidad de vértices, destacándola así en forma particular. 

Su color es cambiante, las habrá plateadas y doradas, pero también de cambiantes luces.

Otros preferirán acogerse a la tradición más acendrada y optarán por un cometa, cuya cauda representará el astro viajero al que siguieron los Magos recortando su particular brillo sobre las oscuras noches de Oriente. Igualmente se colocará en la punta del árbol, pero también se admite hacerlo unos centímetros por debajo, para que la cola se destaque netamente sobre el verde.

Los artesanos nos ofrecen desde antiguo una alternativa que más se acerca a la estrella que al cometa. Estaba bastante extendida en tiempos donde los adornos navideños se confeccionaban con vidrio soplado. Se trataba de un pico estilizado que surgía de una esfera, uno de cuyos lados aparecía aplanada, formando una estrella en su interior. 

Tras una somera investigación en los mercados on line no encontré más que unos pocos con esta forma, lo que indicarían que las preferencias de los públicos se inclinan a decididamente por las estrellas de cinco puntas. En lo que sí se advierte variedad es en el empleo de estos picos, formados por dos o más globos superpuestos, terminados en punta.

La voz de la Heráldica

Esta ancestral disciplina modeló en el inconsciente colectivo la forma que le atribuimos a las estrellas y cometas, lo que define las imágenes que colocamos en los arbolitos de Navidad.

Se las representa mayormente planas, dotadas de cinco rayos, y se las llama “pentáculo” (si se inscriben en un círculo). La figura se apoya sobre dos de ellos, de manera que el superior se perfila solitario y los dos restantes hacia los lados. Si se analiza bien esta forma es indudable que nos remite al “Hombre de Vitrubio”, que concibió Leonardo Da Vinci hacia el 1490, para representar la proporción aurea aplicada al cuerpo humano, como una relación matemática perfecta. 

Pero no siempre es así, también puede concebirse la estrella ranversada, que se apoya sobre un solo rayo, lo que suele verse particularmente en las figuras octópodas.

Al respecto se asigna a la estrella de cinco brazos un origen celta-británico; a las de ocho se las hace germánicas, mientras que la representación itálica utilizaría tanto las de seis como las de ocho vértices. Hay también estrellas de cuatro brazos, a las que se atribuye representar al Lucero (Venus), que destaca en el cielo nocturno por ser el astro que más brilla luego de la Luna, lo que la simbología cristiana señala como imagen de la Cruz.

La Ciencia del Blasón describe numerosas variantes de la figura esencial, la decoración navideña las admite en su totalidad, veamos algunas. La caudada, donde uno de los rayos es de mayor extensión, sea recto u ondulante, en cuyo caso también puede interpretare como un cometa. La flamulada, donde todos los rayos tienen forma de ondas. La realzada, que evidencia un relieve a partir de desprender un vector sede cada vértice que se reúnen en el centro de la figura, lo que le otorga una apariencia tridimensional.

Todavía podrían citarse a otras muchas formas de este mueble heráldico que recogieron diversas culturas y que, a su vez, se les atribuyen significados particulares: la moleta (con el centro perforado), el hexagrama, referenciado con el profeta David (magen), con el rey Salomón, (hexagonal), los pitagóricos y el Majzén marroquí.

En cuanto a su aspecto referenciado en los blasones, el típico las hace conformadas por un metal heráldico, el plata (argent), lo que se traduce a los ojos del profano como “blanco”; pero también se las admite en cualquier otro color, incluso en dorado (oro).

Respecto al simbolismo de las estrellas ya se ha visto que remite a la que vieron los Magos, pero la Cristiandad ve un ángel en cada una. También son imagen de la espiritualidad, que se ve exacerbada durante la noche, y de lo eterno. Nuestra Señora, bajo su advocación de la Inmaculada Concepción, lleva una corona de doce estrellas, también se la venera como "Stella Maris", "Estrella de los Mares".


En cuanto al cometa, la Heráldica suele representarlo como una estrella octogonal, con su brazo inferior extendido aproximadamente hasta un largo triple, ya sea en punta como terminando en un haz de trazos, en cuyo caso será cabellado. Pero si este brazo cuenta con una serie de trazos que surgen de su centro el cometa será crinado.

Pero, en concreto la Heráldica define como “Estrella de Belén” a la que lleva una cola, desplegada desde la izquierda (Oriente) a la derecha (Occidente), recreando el trayecto de los Sabios desde sus lejanos países, que transitaron hacia el Oeste, para ir a detenerse en su percepción sobre la región de Palestina, más concretamente sobre la localidad de Belén. Su representación más propia es en plata y tanto de ocho como de cinco rayos.

La simbología cristiana la considera como el anuncio universal del nacimiento de Jesús, como imagen de la gracia divina, de la búsqueda de Dios, del cumplimiento de la promesa que Él le hizo a Adán y a Eva, cuando merecieron ser expulsados del Paraíso, por no abundar.

Concluyendo

De esta forma queda contestado el interrogante que titula esta nota. Además, se enriquece su consideración con algunas explicaciones sobre el simbolismo y las formas que nos aporta la estrella que corona el “Árbol de Navidad”.



[1] En este Blog hay muchas notas sobre la Navidad, te comparto un par de links que te permitirán conocerlas: “Juguetes y dulces en el árbol de Navidad” - https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/11/juguetes-y-dulces-en-el-arbol-de-navidad.html y “Navidad, historias y leyendas” https://banderasargentinas.blogspot.com/2024/12/la-navidad-historias-y-leyendas.html Te invito a explorarlas.

viernes, 5 de diciembre de 2025

El ceremonial y el juramento de los legisladores

Ocasión escandalosa

Por Miguel Carrillo Bascary

Introducción

Los argentinos miramos embargados por sensaciones encontradas la asunción de los diputados y senadores electos al Congreso Nacional. En algunos casos lo visto nos deparó un genuino despecho por el bochornoso espectáculo que dieron algunos de los nuevos diputados/as y senadores/as, a los que también se sumó el entorno de las bancadas y tribunas en la Cámara Baja, ya que en el Senado las conductas fueron infinitamente más correctas.

Por fortuna aquellos que desentonaron del clima institucional y de respeto mutuo fueron los menos, pero en ellos se cumple el principio de que cuando ocurre un comportamiento soez, payasesco, sectario o violento, seguramente eclipsará el correcto desempeño de la mayoría, plenamente sustanciada con la alta misión que asumen como genuinos representantes del pueblo. Planteo la cuestión de esta forma porque no debería generalizarse sobre la base del accionar de gritones, desubicados y de otra sarta de apelativos, al cual más descalificador.

No vale la pena que me extienda al respecto, todos pudimos verlos y, quien no ,lo haya hecho, puede flagelarse desde https://www.youtube.com/watch?v=pn8CjEWJHwU (Cam. de Diputados) y https://www.youtube.com/watch?v=wP45OcjThSc (Cam. de Senadores)

La demanda popular

Ante las manifestaciones improcedente surge espontáneamente una pregunta: ¿Esto se puede hacer así? El interrogante lo plantea la calle, lisa y llanamente. Me lo preguntado también, conociendo mi pasado como docente en Derecho Consticional.

No responderá por mí mismo. Simplemente mostraré los reglamentos que regulan el accionar de cada Cámara. Su sola lectura bastará para satisfacer el interrogante.

Prevé el de la Cámara de Diputados[1] (Nota: lo consignado entre corchetes se introdujo para mejor apreciación de los lectores no formados en Derecho]:

Artículo 10. Los diputados serán recibidos por la Cámara después de prestar juramento de acuerdo con una de las siguientes fórmulas, a su elección:

[Fórmula] 1. «¿Juráis desempeñar fielmente el cargo de diputado y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?» [Se responderá] «Sí, juro.»

[Fórmula] 2. «¿Juráis por Dios, por la Patria y estos Santos Evangelios desempeñar fielmente el cargo de diputado y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?» [Se responderá] «Sí, juro.» [Mientras que el presidente expresará:] «Si así lo hicierais, Dios os ayude; y si no, Él y la Patria os lo demanden.»

[Fórmula] 3. «¿Juráis por Dios y la Patria desempeñar fiel-mente el cargo de diputado y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?» [Se responderá] «Sí, juro.» [Mientras que el presidente expresará:] «Si así lo hicierais, Dios os ayude; y si no, Él y la Patria os lo demanden.»

[Fórmula] 4. «¿Juráis por la Patria desempeñar fielmente el cargo de diputado y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?» [Se responderá] «Sí, juro.» [Mientras que el presidente expresará:] «Si así no lo hicierais, la Patria os lo demande.»

Comentarios

En la Constitución Nacional hay escasa referencia sobre el juramento de los legisladores:

Artículo 67.- Los senadores y diputados prestarán, en el acto de su incorporación, juramento de desempeñar debidamente el cargo, y de obrar en todo en conformidad a lo que prescribe esta Constitución”.

Acá corresponde explicar que tanto la Cámara de Diputados como el Senado son órganos políticos autónomos y en este carácter desde su misma composición en el siglo XIX establecieron sendos reglamentos que regulan todas sus actuaciones formales. Entre ellas destacan: la manera en que se debate y vota, los requisitos respecto de la presentación de proyectos, los detalles en cuanto a dinámica de la formación de las leyes, disponen desde sus debates, votaciones, autoridades internas, superintendencia, acción de las comisiones, archivo, etc. Por esto, la temática sobre el juramento de los legisladores está expresamente prevista en dichas regulaciones.


La Constitución y la Biblia

Considerando la libertad de conciencia reconocida en la Constitución, los reglamentos prevén varias fórmulas de juramento, como ha quedado expresado. Con total libertad, cada legislador elegirá la que prefiera y lo comunicará previamente. Iniciado el procedimiento en lo particular, por Secretaría se nombra al diputado electo, quien se adelanta hasta colocarse frente al estrado de Presidencia. Allí sobre una mesa está un ejemplar de la Constitución Nacional y, de acuerdo a la fórmula elegida también podrá haber una Biblia o eventualmente el libro sagrado de otra religión. Quien presida la Cámara nombrará e invitará al diputado/a a que preste juramento y le leerá la fórmula elegida. En la oportunidad, quien vaya a asumir extenderá su mano hasta posarla sobre el/los libro/s citados o a colocarla sobre ellos, aunque esto último puede suprimirse. Lo usual es que se concrete con el brazo derecho extendido, pero quienes son zurdos lo hacen con el izquierdo.

Es en este instante en concreto, cuando algunos de los electos aprovecharon la ocasión para efectuar todo tipo de manifestaciones, al par que ellos y otros agregaron gestos de la más variada estofa, hasta el punto que uno llegó a sonar sus narices mirando hacia las autoridades en un absurdo gesto de mala educación. En algunos casos se reivindicó a un régimen tiránico y genocida, a estados extranjeros, a una exfuncionaria con condena firme por corrupción, a infinidad de causas sectoriales (algunas francamente opinables), también hubo otro tipo de agresiones. Esto originó reacciones de algunas bancadas igualmente repudiables.

Hubo casos sí, donde los que asumían agregaron moniciones dentro del pluralismo ideológico democrático. Entre estos se puede citar que una diputada neuquina agregó la mención a su provincia; un diputado salteño expresó hacerlo por “por la familia salteña y un país más federal”; algunos más consignaron hacerlo “por el pueblo de mi querida provincia”, “por la memoria de mis padres” y “por la opción preferencial por los pobres”. Destacó al ex vocero ministro de Defensa, Luis Petri, electo diputado por Mendoza, quien manifestó jurar también por “la libertad de todos los argentinos y por la Virgen del Carmen de Cuyo, patrona del Ejército de los Andes[2]”. Seguramente hubo otros agregados, pero confieso que la extensión de la ceremonia (más de tres horas) me consideré relevado de escuchar todos los juramentos.

Con posterioridad, los interpelados manifiestan el pertinente “¡Sí juro!” La mayoría lo hizo en un tono coloquial, pero otros prefirieron hacerlo con todo énfasis. Esta exaltación es respetable, pero formalmente innecesaria. El estilo sería un reflejo del “sí, juro” que prestan los militares en la ceremonia que cumplen para las Fiestas Patrias, pero, si la persona así lo considera, no hay nada que se lo impida.

Como vemos, en principio los juramentos se prestaron conforme a lo establecido, lo improcedente se dio en algunas expresiones agregadas, algo que la democracia no se lo merece.

Naturaleza del juramento

El que prestan los legisladores es un procedimiento ritual por el que el /la juramentado/a se compromete a desempeñar el cargo para el que fue electo poniendo por testigo, según la fórmula elegida, a Dios, a la Patria, a la Constitución y al pueblo de la Nación, actuando conforme lo prescripto por el ordenamiento jurídico y, en su caso, por la doctrina que emana de la Biblia o de otro libro sagrado.

Tras jurar, los nuevos legisladores quedan de hecho incorporados al cuerpo a partir de la fecha prevista para su asunción.

Por último, se reseña que las manifestaciones ideológicas se generalizaron a partir del año 1973, desde entonces arrecian conforme a la volatilidad política de cada momento.

En la Cámara Alta

El Reglamento del Senado ordena[3]:

Artículo 10.- Los senadores son incorporados por acto del juramento que prestan, siendo interrogados en los términos siguientes:

[Fórmula 1] “¿Juráis a la Patria, por Dios y estos Santos Evangelios, desempeñar debidamente el cargo de senador que ella os ha confiado para el Congreso Legislativo Federal de la Nación Argentina, y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?”, o en estos otros:

[Fórmula 2] “¿Juráis a la Patria, por Dios, desempeñar debidamente el cargo de senador que ella os ha confiado para el Congreso Legislativo Federal de la Nación Argentina, y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?”, o en los siguientes:

[Fórmula 3] “¿Juráis a la Patria desempeñar debidamente el cargo de senador que ella os ha confiado para el Congreso Legislativo Federal de la Nación Argentina, y obrar en todo de conformidad con lo que prescribe la Constitución Nacional?”.

Practicado el juramento, en los dos primeros casos el presidente señalará: “Si así no lo hiciereis, Dios y la Patria os lo demanden”. En el último de los casos la indicación será: “Si así no lo hiciereis, la Patria os lo demande”.

Art. 11.- Este juramento es recibido por el presidente del Senado, en voz alta, estando todos de pie.”

La asunción de los nuevos senadores se desenvolvió en términos muchísimo más democráticos y, si no cordial, al menos fue con mayor respeto, aunque también hubo algunas expresiones en línea con lo improcedente que ocurrió en Diputados.

Las banderas
Acotando los sitiales de las presidencias se observa a la Bandera Nacional y a la "Bandera Nacional de la Libertad Civil", en el Senado. No son meros decorados, como muchos pueden pensar. Ambas materializan a su modo y en silencio la presencia de todo el pueblo argentino, actor titular de la soberanía consustanciada con la forma democrática de gobierno.

[1] La fuente de la normativa transcriptaes https://www.hcdn.gob.ar/institucional/reglamento.html, advirtiendo que el texto obrante en https://www.congreso.gob.ar/reglamentoDiputados.pdf no es el vigente.

[2] Es sabido que el general San Martín, cuando formó el Ejército de los Andes, lo puso bajo la protección de tal advocación mariana, a la que después se reconoció como “patrona del Ejército Argentino” (Decreto Nº9.471/ 1943. https://www.calir.org.ar/legislacion/NormasParticulares/947143.doc)

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Rosario, símbolos y prospectiva

Un día histórico, por donde se lo mire

El Intendente Dr. Pablo Javkin muestra el decreto que acaba de firmar

Por Miguel Carrillo Bascary

Ya en la última década del siglo XIX la ciudad de Rosario venía luchando por su autonomía institucional que le permitiera romper con injustos lazos que obstaculizaban su explosivo desarrollo. Hasta se llegó a planear dividir de provincia de Santa Fe para darle realidad, por tres veces había sido declarada capital federal de la República y por otras tantas esas leyes fueron vetadas.

Un poco de Historia

Recordemos que Rosario no tuvo fundador pero que ya registraba pobladores en la zona 1825, fecha en que se nombró a un alcalde para todo el Sur de la actual provincia de Santa Fe y el Norte de Bs. Aires, aunque en esta extensa zona no hubiera ningún núcleo urbanizado.

En 1730 se creó una parroquia que poco más tarde se puso bajo la advocación de Nuestra señora del Rosario, a quien originalmente se veneró en un humildísimo rancho. En su derredor se comenzaron a radicar pobladores y así, se construyó una capilla de paredes de adobe y techo de paja que levantaron unos 250 vecinos, quienes el 3 de mayo de 1773 recibieron a la imagen histórica de Nuestra Señora que habían encargado en la ciudad de Cádiz. Es la misma ante la que oró el prócer Manuel Belgrano en sus repetidas visitas al poblado, la que todavía se reverencia en la Catedral local. Ya por 1814 la comunidad sumaba poco más de 700 personas.

Imagen histórica de Ntra. Señora del Rosario

En 1823 una ley de la provincia designó a Rosario como pueblo, en el que habitaban unas 1.000 almas. Las circunstancias históricas determinaron que el 5 de agosto de 1852 la provincia de Santa Fe reconoció a Rosario como ciudad, que ya contaba con unos 3.000 avecinados. Desde entonces el desarrollo socioeconómico fue realmente explosivo, hasta el punto que en 1895 había más de 90.000 rosarinos, que en 1914 fueran 222.000 y que, en 1926, superaran los 400.000[1].

Pese a esta realidad Rosario se vio limitada por diversos motivos externos y por algunas contradicciones propias.  Por unos pocos meses, entre 1933 y 1935 contó como autonomía plena y llegó a dictar una carta orgánica, pero la intervención federal a la provincia canceló la experiencia.

Sin embargo, la llama de las aspiraciones autonómicas continuó encendida. Desde diversos sectores se cumplió con este cometido, pero fue en los claustros universitarios donde brilló a despecho de los vendavales políticos. No pudo darse con la reforma constitucional santafesina en 1962, se creyó llegada la oportunidad con el recupero de la democracia en 1983, aunque la coyuntura no lo posibilitó. Cuando la reforma de la Constitución Nacional de 1994 incluyó en su texto el artículo 123 que reconocía la plenitud de la autonomía a todos los municipios, con lo que pareció el fin del calvario para Rosario. Fuera de los lindes provinciales hubo municipios que no llegaban a sumar 10.000 y, que iniciaron su vida autónoma.  Sin embargo, el egoísmo de algunos sectores políticos, empeñados en preservar sus privilegios, frustró una y otra vez la legítima demanda de las ciudades santafesinas, a despecho del ineludible mandato de la Constitución que languideció por tres décadas.

Los intendentes de Rosario, Horacio Usandizaga, Héctor Cavallero, Hermes Binner, A. Bonfatti, Miguel Lifschitz, Mónica Fein y Pablo Javkin asumieron el rol de paladines de la causa. En igual sentido, muchos integrantes de la dirigencia local también asumieron su protagonismo.  Finalmente, la reforma de la Constitución Provincial que operó en el curso del 2025 abrió la puerta a la plenitud autonómica.

En la fecha de hoy, 3 de diciembre de 2025, el Intendente municipal, Dr. Pablo Javkin, promulgó la Ordenanza Nº10.850 que proclama y reafirma la plena autonomía que desde 1994 se venía demorado y que el pasado 28 de noviembre sancionó el Concejo Municipal en pleno. De esta forma Rosario comenzó a ejercerla en lo institucional, en lo político, en lo administrativo y en lo económico-financiero.

Una perspectiva más amplia del momento

En el acto cumplido, el Dr. Javkin recordó a varios de los muchos rosarinos (de alma y de nacimiento) que bregaron por el objetivo que toda la ciudad reclamaba. Así, se mencionó a Nicasio Oroño, Lisandro de la Torre, Luis Lamas, Miguel Culaciati y Luis C. Carballo, aunque la nómina puede extenderse a varias decenas.

Lo acompañaron una apreciable cantidad de políticos y referentes sociales de la mayor parte del arco ideológico (no de todo), en un conjunto pluralista que aunó a representantes del trabajo, la empresa, el comercio, de la Iglesia Católica y de otras confesiones religiosas. También de la educación, la vida cultural, servidores públicos, fuerzas de seguridad e instituciones del tercer sector, con el acompañamiento del cuerpo consular y de algunos herederos de las asociaciones que testimonian el intenso aporte de las colectividades extranjeras que dieron lo suyo para formar el Rosario de hoy. Entre los presentes pudo verse a caracterizados cultores de la historia de la ciudad y miembros de instituciones que cultivan su legado cívico.

En lo personal tuve bien presente a mis mentores en la docencia universitaria, los doctores Adolfo Rouzaut, René Balestra y Norberto Martínez Delfa quienes predicaron la autonomía de Rosario desde la Facultad de Derecho de la Univ. Nacional de Rosario. De ellos recibí la posta que, en mi hora y por más de treinta años, sostuve en la cátedra que me honra haber ocupado en esa Casa de altos estudios, la que oportunamente me había formado como abogado y docente, hoy devenido en historiador.

De símbolos y presencias

El acto tuvo una dimensión concreta en el esbozo que se reseñó, pero también contó con una perspectiva simbólica de hondo significado. Me detengo en este punto atento a la naturaleza semiótica de este Blog.

El ámbito resultó inmejorable ya que se concretó al pie del Mástil Mayor del Monumento Nacional a la Bandera, que señala el preciso lugar en que se izó por primera vez nuestra Enseña Patria, nacida en el entonces poblado de la capilla del Rosario, el 27 de febrero de 1812, nada menos que por decisión de uno de los próceres paradigmáticos de la argentinidad, Manuel Belgrano.

El izamiento de nuestra Bandera nacional, plasmó en lo alto el manto celeste y blanco de Nuestra Señora, patrona y fundadora de la hoy ciudad autónoma, como lo reconocieron una ley provincial y varias normas municipales.

Al decreto de promulgación de la ordenanza lo suscribió el Intendente Javkin utilizando un bolígrafo que desde hace tres décadas se utiliza en ocasiones solemnes en la “Galería de Honor de las Banderas de América”. El folio estaba depositado sobre una mesa tallada con motivos prehispánicos[2] plasmados por el arquitecto Ángel Guido, preclaro hijo de esta ciudad y creador del Monumento a la Bandera.

A su lado se hallaba el sencillo tintero que supo usar el gobernador provincial Nicasio Oroño[3].

Un texto original de la tesis doctoral que escribiera Lisandro de la Torre[4] propiciando la autonomía de los municipios.

El ejemplar auténtico de la carta orgánica que se dio Rosario en 1933, que se conserva en el Museo Histórico Provincial “Dr. Julio Marc”; a su lado la lapicera indicada.

También se hallaban dos medallas alusivas al bicentenario y al tricentenario de Rosario[5]. 

1925

2025

A un lado se hallaba una enorme reproducción del encabezamiento de la Ordenanza. A su pie se veían las rúbricas de numerosas autoridades y, al terminar el acto se invitó a todos los presentes a sumar su firma, conformando así un testimonio único que se preservará para las futuras generaciones de rosarinos.

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Como queda expuesto el pasado de Rosario estuvo presente, realzando la proyección a un futuro que labrarán los rosarinos, para ellos, para la provincia y para la Nación.

 

Escudo cívico y bandera de la ciudad



[1] El Censo Nacional 2022 contabilizó para Rosario 1.020.000 habitantes.

[2] Fue construida para exhibir el libro de visitantes ilustres al Monumento a la Bandera, habilitado el 20 de junio de 1957, cuando se inauguró el memorial.

[3] Pertenece al patrimonio del “Museo de la Ciudad”, fue donado en 1981 por Elsa Vionnet de Vergara Oroño y Gregorio Vergara Oroño. Es de hierro fundido y vidrio, su propietario original lo utilizaba en su estancia “La Joaquina” (Entre Ríos). Oroño gobernó la provincia entre 1865 y 1868.

[4] Se tituló “El Régimen Municipal” y se presentó en 1888. Con ella su autor se doctoró en la Universidad de Buenos Aires.

[5] La más antigua fue elaborada pot el Taller. La más reciente, las hizo acuñar el “Círculo Numismático de Rosario”, segun diseño de Jorge Motta, Fernando López y el diseñador gráfico Tux. 

martes, 2 de diciembre de 2025

A la derecha de la derecha

Variantes de posición

Observar la inusual posición de la escarapela

Detalle

Por Miguel Carrillo Bascary

Lo usual, tanto en Argentina como en la inmensa mayoría de las naciones la escarapela, o emblema que eventualmente la sustituye, la llevan los civiles sobre la izquierda del pecho, a la altura del corazón o en la solapa.

En la foto que abre esta nota se observa al gobernador de la provincia de Formosa y a Victoria Eugenia Villarruel, quien es una persona conocida por todos los argentinos, ya que desde diciembre del año 2023 es la vicepresidenta de la República, magistratura a la que accedió compartiendo fórmula con el actual presidente, Javier Milei. Es de público y notorio la ideología libertaria de ambos, con lo que puede afirmarse que la Doctora Villarruel es “de derecha”.

La Vicepresidenta se había hecho presente en Formosa para rendir homenaje a los 13 soldados conscriptos y 3 civiles que fueron asesinados por un pelotón de guerrilleros de izquierda (Montoneros) en el ataque al cuartel del Regimiento de Infantería de Monte 29. Un día nefasto, del cual se cumplían cincuenta años y concretado durante el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.

Lo curioso radica en la posición de la escarapela que lleva la Vicepresidenta, ubicada a la derecha de su pecho como se ve en las primeras fotos.

También llamo la atención que durante otra actividad conmemorativa se vio a la funcionaria con el mismo traje oscuro que había lucido en el acto central, pero en esta ocasión la escarapela se vio en el centro de su pecho.

Estos posicionamientos son anecdóticos, ya que cuando desempeña su función frente a la Cámara de Senadores la Vicepresidenta no deja de presentarse con escarapelas o broches sobre la izquierda de su pecho

Cabe aclarar para los lectores que no son argentinos que la escarapela no es un símbolo nacional y que, por ende, su uso no está regulado por ninguna norma. Esto permite lucirla o no, a gusto de cada persona y que también puede emplearse con diversas formas y en variadas posiciones.

Sea como fuera, queda justificado el título de la nota: “a la derecha de la derecha”.

domingo, 30 de noviembre de 2025

La foto explicada 1

No todo es como se ve

Por Miguel Carrillo Bascary

Los idiomas dextro versos, que se escriben de izquierda a derecho, establecen un parámetro inverso en materia de precedencias protocolares.

La foto que se muestra corresponde al interior de la embajada de Arabia Saudita en Bs. Aires, por lo que su bandera ocupa el lugar de honor, como anfitriona de la argentina.

En consecuencia, el orden de precedencias es el correcto, con la enseña saudí a la izquierda. Como una deferencia hacia el visitante, el ex presidente argentino Mauricio Macri, el embajador saudí le ha cedido el lugar de honor. Se trata de una visita no oficial, ya que como es de dominio público Macri no posee actualmente ningún cargo de gobierno, quizás esto explique lo poco formal de su atuendo, que contrasta vívidamente con la que presenta el diplomático.

El tamaño de los paños, ambas astas y sus bases son idénticas por lo que el principio de igualdad jurídica de los estados se cumple perfectamente. Llama la atención a los ojos latinos el complejo terminal.

Las enseñas no están armadas con expansores, por lo que se ven escuálidas.

Sabido es que la Bandera argentina debe tener una corbata, atento lo determinado por el Decreto Nº1.650/210, pero la representativa de Arabia Saudita no utiliza este aditamento. La oficina de Ceremonial de la embajada resolvió la cuestión de manera muy práctica. Como a los ojos de los profanos el contraste entre ambas banderas hubiera mostrado una mayor formalidad en favor de la Argentina, se optó por cumplir la reglamentación y presentarla con su corbata pero esta quedó oculta al ojo de la cámara. Obvio que no es una "solución" académica, pero el recurso es ciertamente muy diplomático.

Como detalle negativo se observa que el paño saudí demandaba ser planchado, el argentino se presentó en óptimas condiciones.