martes, 16 de enero de 2024

De ponchos e identidades. Nota 4 - Tucumán

El primer "poncho oficial"

Esta es la cuarta nota de la serie “De ponchos e identidades”, la nómina y los accesos a las previas se encuentran al final. 

Primeras palabras

Prestigia a este Blog difundir el estudio que el Dr. Félix Montilla Zavalía[1] dedicó al poncho tucumano. Hago constar mi personal agradecimiento para este prolífico colega, quien asombra por su versación en diversas temáticas, pero más destaca por su generosidad intelectual, como lo pueden testimoniar los miles de personas que siguen sus redes sociales.

A esto sumo otras referencias sobre el poncho oficial de Tucumán, que constan en la segunda parte de este trabajo y en todas las notas realizadas al pie.

Texto del Dr. Montilla Zavalía:

El poncho tucumano "de ley"

El poncho que identifica a la provincia de Tucumán, y que los tucumanos festejan todos los 15 de julio, es una magnífica obra textil creada en los años '70 procurando que fuera una prenda identitaria, similar a la creada por los salteños, y que unificara la vestimenta en los desfiles gauchescos. Se impuso por ley provincial Nº7.400.

Pero, en realidad, el poncho tucumano o “del Tucumán” - pues era similar desde La Rioja, pasando por Catamarca e incluyendo a Salta y a nuestra tierra, es decir el "poncho criollo del Norte"-, carece de diseño uniforme y sus colores característicos son de la gama del colorado/naranja que se obtenía del uso de una planta llamada socondo[2], con tonalidades beige/marrón, producto del uso de la cáscara de la nuez silvestre. En los recónditos lugares del cerro todavía se pueden ver aquellos viejos ponchos tucumanos. Las ilustraciones de los pintores costumbristas los muestran. Ver las obras del eximio artista local Alfredo Gramajo Gutiérrez (1893-1961), realizadas en las primeras décadas del siglo XX.

“Día de elecciones en el Norte”, Alfredo Gramajo Gutiérrez (fragmento), 1940

Museo Nacional de Bellas Artes[3]

En otros casos, las pinturas post independentistas nos muestran ponchos gruesos, sin flecos y adornados con guardas florales o con listones horizontales en verde, azul, marrón, beige o blanco.

Gauchos (Rustics) of Tucuman”, obra de Emeric Essex Vidal[4], ca. 1816/1817
(ilustra gauchos originarios del Tucumán, en las cercanías de la ciudad de Bs. Aires, como lo demuestra el perfil de las construcciones sobre el horizonte)

El "poncho nuevo"

Las fiestas de los bicentenarios que los argentinos festejaron, con mucha modestia, pero con profundo patriotismo –de 1812, 1816 y 1820- nos hicieron sentir un inusitado sentimiento de tucumanidad. Sí, una mezcla de orgullo por el rol de nuestros ancestros en la gesta independentista y de pasión por la cultura local, una suerte de sano nacionalismo vernáculo.

Una de esas manifestaciones puede advertirse en el valor que se le ha dado al poncho tucumano. Intrigado por sus colores y diseños, emprendí hace algunos años una pesquisa para rastrear su historia, y gran fue mi sorpresa al no poder retrotraerme a más allá de los años `60 del siglo XX. Es decir, que solo pude corroborar que nuestro poncho apenas tiene cinco décadas.

Hacia 1960 Guillermo Leopoldo Cúneo Quiroga, dueño de una gran tienda de artículos regionales cercana a la “Casa Histórica[5]” y apasionado por las artesanías tucumanas, sugirió en base a sus conocimientos de las manufacturas textiles de la zona de los Valles Calchaquíes, que el poncho que se usaba en estas tierras era de color “tirando a vicuña” y que tenía guardas bordó.

Su sugerencia fue receptada por el gobierno tucumano que, mediante Resolución de la Secretaría de Turismo Nº2.988/1 de 1975[6], oficializó el diseño propuesto por el investigador. El 15 de julio de ese año, en la “5ta. Feria Artesanal de Tucumán”, el poncho fue presentado y bendecido por el padre Alfredo Posadas. Lo tenía puesto en esa ocasión Don Victoriano Caro[7], quien fue presidente durante muchos años de la Agrupación Tradicionalista “Gregorio Aráoz de La Madrid[8]”. Paralelamente el citado hizo tejer a su costa numerosas unidades que sabía regalar como particular testimonio.

Para contribuir a divulgar su diseño, la Caja Popular de Ahorros emitió un billete de lotería en agosto de ese año, con la figura de un gaucho que lucía la prenda recientemente institucionalizada. El tiempo fue pasando y el poncho concebido diseñado por Cúneo Quiroga quedó en el olvido, mientras que el denominado poncho salteño, rojo con franjas negras, fue cobrando importancia al punto de ser adoptado por los tucumanos como propio.

Esa situación determinó que, en julio de 2004, la Federación Gaucha de Tucumán[9] propusiera a la Legislatura local la creación de un poncho, retomando el diseño de Cúneo Quiroga. El indudable respaldo institucional que implicó el protagonismo de la entidad fue fundamental para persuadir a los legisladores de la factibilidad de instituir oficialmente el “Poncho Tucumano”.

Esto se concretó mediante la sanción de la Ley Nº7.400 que estableció que la prenda debía ser:

- De forma rectangular con una abertura longitudinal en el centro y con flecos en su alrededor.

- Su color será castaño, con una franja gruesa y dos finas bordó a sus costados, al igual que el cuello y la fina franja alrededor de la prenda.

Además, ordenó al Poder Ejecutivo que lo divulgara “en el orden internacional y nacional”.

Según las investigaciones de Cúneo Quiroga, reproducidas por la Federación Gaucha de Tucumán, la explicación de los tonos del poncho obedece a que el color predominante de la lana que se tenía para confeccionarlo era de vicuña, guanaco y llamas, lo que le da el tono castaño. En cuanto al bordó, se inspiraría en la cerámica indígena y en ser el color principal de la tejeduría colonial.

El Poncho Tucumano según los testimonios de los siglos XIX y XX

El rojo como color preponderante

El botánico alemán Jorge Hieronymus, al describir la flora provincial tucumana en 1875[10], remarcaba que en las sierras del Oeste existían especies de umbelíferas, tales como la bowlesia actangula, galium hirtutum y richardianum,yerbas que llaman los nativos del cerro tucumano “soconder” y que se puede usar […] en la tintorería”. Agregaba que, “los habitantes de la sierra las usan principalmente para teñir la lana empleada en la fabricación de ponchos”.

Inocencio Liberani (1849-1921) en 1881, afirmaba que la tintorería en Tucumán, era una “industria algo desarrollada, especialmente entre la gente del campo, pero de una manera muy embrionaria”, y luego detallaba los elementos animales y vegetales que se aplicaban para tales fines. Afirmaba[11] que:

“[…] el socondo es una planta del género gullium, que crece muy abundante en la serranía, y de la cual se hace bastante comercio por sus excelentes calidades como planta tintórea, pues con ella puede teñirse sin mordiente y de un modo muy firme, especialmente los tejidos de lana. Por decocción se saca de ella una tinta, desde el rosado hasta el rojo oscuro. El socondo es una de las plantas tintóreas más empleadas en el país para teñir ponchos, frazadas, etc.”

La visita del geólogo Penk

El geólogo Walter Penk 1888-1923), regresando en 1915 de un viaje por los Valles Calchaquíes y dirigiéndose por el Valle de Tafí hacia Tucumán, describe su arribo diciendo sobre este último:

“[…] rebosando de verde esmeralda está frente a nosotros. Imponentes conos detritos, revestidos por prados se separan en los muy erosionados faldeos con pastizales y quebradas boscosas. Aisladas cabañas se halan esparcidas allá. En el fondo del valle hileras de coposos sauces deslindan los prados y potreros. Casas blancas se vislumbran entre ellos […] Atrayentes casas de campos con galerías y hamacas, las casas veraniegas de los tucumanos. Las gentes todas con ponchos colorados, nos miran asombrados”.

El poncho tafinisto

Finalmente, la geógrafa tucumana, Estela Barbieri de Santamarina, haciendo un relevamiento de Tafí del Valle en la década de 1940, describía la vida campesina y manifestaba que allí “existe un determinado tipo de poncho “tafinisto”, particular en tamaño y colorido (azul y rojo oscuro)”.

Ponchos del Tucumán antiguo

El poncho, como prenda de abrigo, poco a poco tiende a desaparecer por el auge de las fibras sintéticas. Sin embargo, todavía pueden encontrarse cerro adentro, algunos ejemplares de ponchos centenarios fabricados artesanalmente en telares.

La gente los suele utilizar como mantas y denominan “frezada” a los ponchos más pesados de trama compacta y casi apelmazada, cuya característica principal es que impiden el paso del agua de lluvia y les permite a los criollos taparse, en el supuesto de tener que pernoctar al aire libre, en el cerro o en el llano. En algunos casos los ponchos no tenían flecos y eran adornados por guardas bordadas con sencillos diseños de flores.

Adolfo Rodríguez, músico de Las Carreras, Tafí del Valle. (Foto: E. Hosmann)

Casi todas las personas criollas, de edad mayor, coinciden en la gruesa y compacta trama, en las amplias medidas y, por, sobre todo, en el color rojo como color principal, con listones horizontales en verde, azul, marrón, beige, blanco o negro. Durante el siglo XIX la fabricación de ponchos y frazadas fue una importante industria en Tucumán, y era fuente de ingreso de las mujeres del campo.

Lógicamente esos mismos colores y diseños fueron comunes en todo el Noroeste argentino, el viejo Tucumán del período indiano, pues comparten la geografía cultural y la flora que permitía teñir las lanas.

Renacer de las tejedoras

Los avances tecnológicos y la modernidad acabaron con la industria textil artesanal, sin embargo, todavía perviven algunas tejedoras que mantienen los centenarios procedimientos de confección de ponchos y frazadas, especialmente en Amaicha y en el Valle de Tafí”.

Félix Montilla Zavalía

Notas sobre el poncho tucumano

Por Miguel Carrillo Bascary

1) Su vigencia actual

Desde que se aprobó la ley que oficializó al poncho tucumano su uso se ha divulgado en forma extraordinaria, de manera que la aspiración inicial de que pudiera distinguir a la provincia es hoy toda una realidad. El proceso permitió fortalecer la identidad local, la tucumanidad, hasta el punto en que su origen es inmediatamente reconocido, cuando sus portadores se presentan revestidos con él en los múltiples escenarios costumbristas y culturales del país.

Paralelamente la producción y la comercialización del textil es fuente de recursos para centenares de tucumanos, con lo que constituye un recuerdo válido para los miles de turistas que visitan la Provincia y gustan llevarlo hasta sus lugares de procedencia. Cabe señalar que en el 2016, año del bicentenario de la Independencia, las existencias de ponchos tucumanos se agotó por la gran demanda del turismo[12]. El gobierno de la Provincia viene cumpliendo con la comisión que le asigna la Ley en procura de popularizar a este poncho como imagen de la misma. En tal sentido se acuñó la siguiente infografía que sintetiza sus principales elementos:

Como observación se consigna que en los ejemplares realizados de manera industrial el color base tiende al canela, debido a los pigmentos que se utilizan.

2) Quién inspiró el poncho tucumano

Con toda justicia puede señalarse con este carácter a Guillermo Leopoldo Cúneo Quiroga como quien concibió la oportunidad de identificar a Tucumán con un diseño determinado de poncho. Su hija, Lía Cúneo Quiroga[13], poeta, investigadora y escritora, hace saber que[14]:

El Poncho Tucumano resurgió de una investigación que hizo mi padre, Guillermo Leopoldo Cúneo, en los Valles Calchaquíes. El primer poncho tucumano lo encargó él a tejedoras de los Valles Calchaquíes entre fines de la década del ‘60 y principios de la década del ‘70. Se presentó el proyecto por aquellas épocas. Fue puesto a la venta, por primera vez, en Regionales "El Coyuyo[15]" [ya desaparecida], de su propiedad, frente a la Casa Histórica. Todo dato que presenta la Federación Gaucha es el resultado de la ardua investigación que realizó mi padre, fallecido en el año 1984. Anteriormente ya había ingresado como proyecto a la Legislatura de Tucumán. Su investigación, y la foto de mi padre mostrando el primer poncho tucumano fue publicado, en aquellas épocas, en el diario “La Gaceta” [Tucumán].

Como bien lo recuerda su hija, Cúneo Quiroga comerciaba artículos regionales por lo que recorría el interior profundo del Noroeste en búsqueda de mercaderías, tarea que inevitablemente lo puso en contacto con teleras que seguían trabajando con técnicas ancestrales. Así, pudo adentrarse en las tradiciones vernáculas que iluminaron la vida de su abuelo materno, Adán Quiroga (1863-1904). Este fue un abogado, arqueólogo, periodista, estudioso del folcklore norteño y del pasado indígena de la región. Se lo considera uno de los iniciadores de la investigación antropológica y arqueológica en la Argentina. En su obra más divulgada. “La cruz en América[16]”, estudió la difusión de este símbolo en diversas culturas anteriores a la llegada de los españoles y su posterior evolución.   

   
Portada de la primera edición de la obra (1901) y de la editada en 1977

Se ilustra con un suri (ñandú), cultura Santa María (1000 d.C. a 1480 d.C.)

Pero la publicación que más interesa a la temática de esta nota es “Folklore calchaquí[17]”, donde Quiroga describe con lujo de detalles sus vivencias como observador de los vestigios culturales relacionados con las tejedurías autóctonas del Noroeste a fines del siglo XIX, herederas de los usos y costumbres ancestrales. En su obra nos descubre[18] que el tejido en telar tenía ribetes de un acto religioso, que se trasuntaba en el uso de los materiales, diseños y colores. Por esto es muy recomendable su lectura a quienes se apasionen por los ponchos, en la nota pertinente se consigna el link que permitirá acceder a la publicación en forma íntegra.         

Portada del libro aludido y retrato de Adán Quiroga

De entre sus líneas se extrae el siguiente párrafo:

La última de las prendas de vestir de la enumeración que dejo hecha, y la más importante de todas, es el poncho, universalmente usado por los campesinos y paisanos en general de estas provincias del Norte. […] El poncho es generalmente grueso, de distintos colores, en rayas generalmente punzó, amarillas, cáscaras y negra; su tejido no es fino como el de las mantas y chales; pues el poncho, a más de servir para cubrir el cuerpo cuando se lo lleva puesto, es usado como colcha en la cama para taparse. El ‘puhuyo’ o puyo, como se le llama vulgarmente, no es sino un poncho más largo, más confortable, grueso, ordinario y peludo”.

Hilando

3) ¿Cuándo nació el poncho tucumano?

La pregunta es muy válida. Recordemos acá que el Dr. Montilla Zavalía y otras fuentes consultadas recuerdan que la iniciativa de Cúneo Quiroga fue avalada por el Gobierno de la Provincia en el año 1975. Esto se documentó con el dictado de la Resolución Nº2.988/1 de la Secretaría de Turismo, ésta es en consecuencia la partida o acta de nacimiento del poncho/ símbolo. Veamos, la Secretaría es un órgano oficial y, como tal, actuando en una materia de su competencia, oficializó el diseño propuesto por el citado investigador. Para más, su confección y posterior uso en eventos públicos fueron resultados directos de la vigencia de lo dispuesto. En lo personal lamento mucho no haber podido dar con la publicación oficial de dicha Resolución que debió aparecer por aquellas fechas en el “Boletín Oficial de la Provincia[19]”.

En cuanto a la Ley Nº7.400, recordemos que data del 2004 o sea, que es posterior en ¡29 años! a la Resolución, un lapso más que considerable. Es evidente que luego del impulso inicial la difusión de la prendano se desarrolló con la amplitud que hubiera sido deseable, al menos como producto o atractivo para el turismo. Empero, nada afectó a su vigencia oficial, la resolución nunca se derogó, pero al parecer en la práctica solo se mantuvo en el respetable ámbito de las entidades tradicionalistas. Fue entonces que en el 2004 se dispuso repotenciar la iniciativa original y, para darle un mayor empuje se optó por hacerlo con la Ley mencionada.

De esta forma, queda indubitable explicado que el poncho tucumano es el primero oficialmente reconocido por la norma de 1975. Un significativo honor y que de esta manera constituye el primero que identifica formalmente a una provincia.

4) El poncho del general Roca

Como se sabe, Julio Argentino Roca[20], quien fue dos veces presidente de la Nación[21], el general más joven de la Nación (grado al que llegó en el campo de batalla) y factótum del desarrollo del país a fines del siglo XIX, hasta el punto que el actual primer mandatario, Javier Milei, lo presenta como paradigma del gobernante progresista a seguir, nació en 1843, en la estancia familiar de ”El Vizcacheral” (departamento Leales) y cursó su escuela primaria en Tucumán. Esto supuso que llegó a conocer visceralmente sus costumbres rurales. Luego continuó con sus estudios en el Colegio nacional de Concepción del Uruguay (Entre Rios)

En el ”Museo Roca e Instituto de Investigaciones Históricas[22]”, barrio de La Recoleta, ciudad de Bs. Aires,  establecido en 1964, se atesoran dos ponchos a los que se atribuye haber pertenecido al expresidente.


Poncho “de Roca” comparado con un moderno poncho tucumano

Verán que éste[23], es notoriamente coincidente con el poncho oficial de Tucumán, lo que constituye un argumento más que otorga legitimidad de origen al diseño consagrado como emblema local. Su ficha museológica consigna que está:

[…] tejido de algodón mercerizado beige y morado, todo decoración [sic], dos guardas longitudinales y guía central de moscas bordadas, escote terminación, trencilla y dos moños aplicados, borde con trencilla”.

Podrá cuestionarse la subjetiva apreciación de la ficha museológica, que sindica como “moradas” a las guardas que lo ornamentan, pero la visión de la pieza lo asimila netamente a la gama del rojo del hoy poncho provincial.

Como dato complementario, les presento el otro poncho que se referencia con Roca[24]. Posee rasgos notoriamente diferentes al anterior, se trata de un pocho pesado y de menor calidad. El Museo lo describe así: “Poncho de lana color rojo, decoración de tres guardas rayadas longitudinales, escote y borde con trencilla rayada colores diversos”.



5) Texto comentado de la Ley Nº7.400[25]

Tema: Poncho oficial de la provincia de Tucumán.

Sancionada por la Legislatura de Tucumán, el 15 de julio de 2004.

Advertencia: la normativa se expresa en cursiva, los comentarios en azul.

Artículo 1º.- Institúyese como "Poncho Tucumano" a la prenda cuyas características se detallan:

- De forma rectangular con una abertura longitudinal en el centro y con flecos en su alrededor.

Comentario: deja libertad en cuanto a las dimensiones

- Su color será castaño, con una franja gruesa y dos finas de color bordó a sus costados, al igual que el cuello y la fina franja alrededor de la prenda.

Comentarios:

El concepto de “castaño” no es objetivo, por lo que corresponderá interpretar que corresponde a una amplia gama de todos de lo que comúnmente se considera como color “marrón”; parecida circunstancia se da en cuanto al término “bordó”, comúnmente llamado “borra vino”, “sangre de toro” u otras expresiones similares.

Como la ley no expresa ninguna dimensión esto implica dar amplia libertad a quienes lo fabrican. Lo propio vale respecto del ancho de las franjas. Se advierte que no cabe suprimir la franja que circunda la prenda.

Artículo 2º.- Sera instituida como "Día del Poncho Tucumano", la fecha en la que el Poder Ejecutivo promulgue la presente ley.

Comentario: La promulgación de una ley la realizó el Poder Ejecutivo (gobernador) en forma expresa mediante decreto del 2 de agosto de 2004 (véase imagen al final de este apartado), fecha en que debería ser reconocida como “día del poncho tucumano”. Por el contrario, se conmemora cuando la Legislatura sancionó la Ley, el 15 de julio, lo que implica una evidente violación a lo ordenado.

Artículo 3º. - La Honorable Legislatura exhibirá como poncho modelo al "Poncho Tucumano" donado por la Federación Gaucha de Tucumán.

Comentario: La entidad agrupa a más de 40 instituciones.

Artículo 4º.- El Poder Ejecutivo deberá realizar, en el orden internacional y nacional, la divulgación de lo establecido en la presente ley.

Comentario: La disposición es imperativa y deja un amplio campo de acción al Gobierno de Tucumán.

Artículo 5º.-El Poder Ejecutivo procederá a reglamentar la presente ley dentro de los sesenta (60) días a partir de su promulgación.

Comentario: Verificada la compulsa en la base de datos normativos de la provincia, hasta el momento de (enero de 2024) el Poder Ejecutivo no ha cumplido lo ordenado por la ley, lo que resulta significativo ya que la norma registra VEINTE AÑOS de vigencia.

Artículo 6º- [De forma]”

Decreto por el que el Gobernador de Tucumán promulgó la Ley

6) Evaluación para el lector (Prueba para obtener un “felicitado”)

Consigna: detecta porqué razón el ejemplar que se muestra NO ES UN LEGÍTIMO PONCHO TUCUMANO (respuesta al final de esta nota)

Fuentes de la nota firmada por el Dr. Montilla Zavalía:

- BARBIERI DE SANTAMARINA, Estela. Notas a la Antropogeografía del Valle de Tafí. Universidad Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán. 1945.

- HIERONYMUS, Jorge. Observaciones sobre la vegetación de la Provincia de Tucumán. Universidad Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán. 1875: https://bibdigital.rjb.csic.es/viewer/1756674/?offset=#page=1&viewer=picture&o=bookmarks&n=0&q=

- LIBERANDI, Inocencio, quien tuvo a su cargo el capítulo VII “Productos naturales”, en la obra conjunta que elaboró con otros eruditos, bajo dirección de Paul GROUSSAC: Memoria Histórica y Descriptiva de la Provincia de Tucumán. M. Biedma. Bs. Aires. 1882: https://www.cervantesvirtual.com/obra/memoria-historica-y-descriptiva-de-la-prov-de-tucuman--por-pablo-groussac-et-al/

- MONTILLA DE ZAVALIA, Félix. Entrevistas a: Jacinto Moreno (La Ovejería, Tafí del Valle, 2017); Aurelio Tolaba (El Churqui, Tafí del Valle, 2015); Ercilia Cruz (La Ovejería, Tafí del Valle, 2016) y otros.

- MONTILLA DE ZAVALIA, Félix. En Junta de Estudios Históricos de Tucumán (Facebook), 17 de julio 2020: https://www.facebook.com/profile/100066377986219/search/?q=poncho%20tucumano y en el Facebook del autor: https://www.facebook.com/felixalberto.montillazavalia?__cft__[0]=AZUTIFpCfXmjnGW0HPImnor8nX6A8QgWFb6z0KL4ATPTcYjpaStKXwrYb-2f56TZ-VCWS4cU-6ibnsLzTM39xydiRecUeaFKOZxgJR13dQHtbEv0tom2wjv-z2iZu8QG0L7B-3nTAHyQLyLiWs3jLpp_KLlGHzWJ5vq1YC8BoYoudQ&__tn__=-UC%2CP-R

- PENK, Walter. Puna de Atacama: bergfahrten und jagden in der cordillere von Südamerika (Puna de Atacama: viajes de montaña y cacerías en la Cordillera de Sudamérica) Academia de Ciencias. Leipzig. 1920: https://digital.slub-dresden.de/data/kitodo/sudrdepud_303857056/sudrdepud_303857056_tif/jpegs/sudrdepud_303857056.pdf

Respuesta a la prueba: ¡Felicitaciones! No es un legítimo poncho tucumano ya que le falta el borde rojo, tal como lo requiere el Artículo 1º, parte final, de la Ley Nº7.400. ¡OJO!

Juana Sánchez Barot[26] (“Juanita de Tucumán”), abanderada, Carlos Gerez y Gustavo Ayala, todos revisten el poncho tucumano[27]Atrio de la basílica de Ntra. Señora de La Merced (San Miguel de Tucumán)

Acceso a las notas de la Serie "De Ponchos e identidades" publicadas en otros segmentos de este Blog:

Ponchos provinciales”:

https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/12/de-ponchos-e-identidades-nota-1.html

Salta, el primer poncho/ bandera”: https://banderasargentinas.blogspot.com/2024/01/de-ponchos-e-identidades-nota-2.html

El poncho santafesino, nuevo símbolo provincial

https://banderasargentinas.blogspot.com/2024/01/de-ponchos-e-identidades-nota-3.html



Notas y referencias

[1] Abogado y escribano. Es miembro de número de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán y del Instituto Argentino de Historia Militar. Relator del Ministerio Fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Tucumán. Investigador. Publicista.

[2] Bowlesia actangula, galium hirtutum, y rebulnium richardianu, también se lo llama “raíz de teñir” o “raíz barranquera”.

[5] El autor se refiere a la casa donde se declaró la independencia argentina, el 9 de julio de 1816. Los tucumanos la llaman así “Casa Histórica”, mientras que el resto de los argentinos la designa como la “Casa de Tucumán”.

[6] Por entonces se encontraba a su frente el Lic. Miguel Ángel Cosiansi.

[7] Este reconocido ciudadano fue distinguido como primer “Gaucho Ilustre de Tucumán” (Decreto Nº1.454 SG/ 1996). La prenda se exhibía regularmente en el Museo Folclórico de Tucumán, al que Caro la solicitaba cuando consideraba oportuno lucirla en algún evento donde representaba a la Provincia, finalmente, como un reconocimiento a su labor, le fue regalada. Don Victoriano falleció el 8 de abril de 2007.

[8] Institución fundada en el año 1943.

[9] Fue fundada el 25 de noviembre de 1955, por lo que ese día se conmemora en la Provincia el “Día del Gaucho Tucumano”.

[11] LIBERANI, Inocencio, en Memoria Histórica y Descriptiva de la Provincia de Tucumán. GROUSSAC, Paul (coordinador). M. Biedma. Buenos Aires. 1882, p. 367: https://www.cervantesvirtual.com/obra/memoria-historica-y-descriptiva-de-la-prov-de-tucuman--por-pablo-groussac-et-al/

[13] Autora de Mujeres destacadas de Tucumán (2016) y de Vida, obra y alma del Dr. Adán Quiroga (2014), entre otras producciones.

[14] Referencia divulgada en la fanpage del Ministerio de Educación de la provincia de Tucumán el día 15 de julio de 2021: https://www.facebook.com/educaciontuc/photos/a.10152376856031534/10157640287426534/?type=3

[15] No por casualidad, se denomina coyuyo a la cigarra gigante (quesada gigas), insecto hemíptero de la familia cicadidae, su capullo permite elaborar lo que se conoce como “seda del monte”, mediante una técnica que estuvo bien extendida en el Noroeste argentino hasta mediados del siglo XX. Con la misma era usual bordar decoraciones a los tejidos en telar.

[16] Quiroga, Adán. La cruz en América. Castañeda. Bs. As. 1977. Puede descargarse libremente desde: https://ia801607.us.archive.org/13/items/lacruzenamerica00quiriala/lacruzenamerica00quiriala.pdf

[17] Quiroga, Adán. Folklore Calchaquí. Fundación de Historia Natural “Félix de Azara”. Bs. Aires. 2017, puede descargarse libremente desde: https://fundacionazara.org.ar/img/libros/Folklore-Calchaqui.pdf

[18] Quiroga, A. Ob. cit. pp. 303 a 315.

[19] Como resido en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, me ha resultado imposible ya que las ediciones de este medio de aquellas fechas no se encuentran disponibles on-line. Eventualmente no pierdo la esperanza de que algún amigo pueda conseguirme su texto para adjuntarlo al presente estudio.  Lo agradeceré mucho.

[20] Es profusa y hasta contradictoria las biografías sobre Roca. Me permito sugerir una de síntesis, la escrita por Rodolfo SALA. El general del desierto. La Historia de Julio Argentino Roca, protagonista de la Generación del 80. Edición del autor. Bs. Aires. 2013. Accesible en forma íntegra desde el portal: https://www.academia.edu/34022438/EL_GENERAL_del_desierto_La_Historia_de_Julio_Argentino_Roca_protagonista_de_la_generaci%C3%B3n_del_80

[21] Primer mandato, 1880-1886. Segundo, 1898-1904.

[26] El autor de este Blog cumple con agradecer los aportes de la Señora Juana Sánchez Barot le hiciera llegar para componer esta nota.

[27] La primera y el último representaron a la Agrupación Gaucha “Gral. Manuel Belgrano”; el segundo a la Agrupación Gaucha “Sagrada Familia”, de la localidad de Alderetes.

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