Reivindicando su identidad
Por Miguel Carrillo Bascary
Culminando esta serie de notas dedicadas a las
banderas de los pueblos y naciones preexistentes de Chile, agruparé a varios de
ellos que, si bien hoy carecen de reconocimiento oficial, potencialmente pueden
alcanzar esta condición, como lo prevé el párrafo que destaco en negrita que
está contenido en el Proyecto de Constitución
para Chile que fue rechazado en el plebiscito de hace unos días, pero que
mantiene su vigencia con vistas a su futuro análisis. Efectivamente, su ítem “#5,
Artículo 4 dispone:
(…) Son pueblos
y naciones indígenas preexistentes los Mapuche, Aymara, Rapa Nui, Lickanantay,
Quechua, Colla, Diaguita, Chango, Kawashkar, Yaghan, Selk'nam y otros que puedan ser reconocidos en la
forma que establezca la ley”.
Entre los que por ahora no gozan de tal status legal se encuentran dos, cuyos símbolos se analizarán seguidamente sin perjuicio que, reitero, en un futuro puedan ser reconocidos otros.
El pueblo aónikenk
Algunos
estudios indican que en Chile existen también nucleamientos de este pueblo, llamado
también tehuelches del Sur (chewelche, gente nómade), a quienes los
navegantes españoles nominaron impropiamente como “patagones”. En Chile hay pequeños
grupos en el interior de la región de Aysén, extendidos en ambos lados
de la frontera internacional. Carecen de actual reconocimiento oficial por
parte de ese estado. Otra rama de esta familia son los poyas o ténesch.
En la actualidad los procesos de trasculturización los ha amalgamado con los mapuches, hasta el punto que los que moran en la provincia de Chubut (Argentina), se reconocen como mapuches-tehuelches quienes se identifican desde 1991 con una bandera azul (calfuhuenu), aludiendo a los cielos, blanca (plancahuel), referencia a la nieve y amarilla (choyantu), simbolizando la feracidad de la tierra fecundada por el Sol, con el perfil de una punta de flecha (queupü) de piedra azul en el centro, símbolo de la lucha por la supervivencia. Ese mismo año fue oficialmente reconocida por el gobierno de la provincia por iniciativa del señor Julio Antieco, residente en la localidad de Cerro Centinela, que la concibió en el año 1987. Existen diversas formas de representar la forma de la flecha. Como nota particular, en su origen la franja inferior era celeste y la flecha fue amarilla, también hubo ejemplares que la llevaron de color negro.
Cuando se conoció
la propuesta una referente de la etnia, que llegó a ser diputada argentina, planteó
el uso de una bandera enteramente blanca,
como la que vio un viajero el siglo XIX que usaba un grupo tehuelche en el
valle del río Chubut. La idea no prosperó y hoy se usa ampliamente la que
concibió Antieco.
En algunos casos
suele verse en conjunto con la wuenufoye
mapuche, pero otros grupos la rechazan con todo énfasis y reivindican su
diferente identidad.
Cabe señalar que, en concreto, no tengo referencias sobre el uso de esta bandera en territorio chileno, si bien existen algunas personas que podría llegar a identificarse como mapuches-tehuelches.
Evaluación vexilológica: el diseño responde a las tendencias americanistas, la combinación cromática es bien contrastante, fácilmente interpretable y su carga (la flecha) posee una expresividad que emana de sus orígenes históricos. Además, es fácilmente reproducible. Se apunta sí, la liberalidad con que se reproduce la flecha, pero esto no obsta a la calidad del diseño.
Los tehuelches meridionales que habitan en la provincia de Santa Cruz (Argentina), que forman las comunidades Camusu Aike y Copolque, unas cincuenta familias en total, se dieron una bandera propia que fue reconocida por el gobierno local como “símbolo y emblema de las comunidades originarias de la provincia” (Decreto Nº1.108/ 2012[1]). En su diseño el blanco se representa a la integridad, la flecha es la herencia cultural y la igualdad; el negro, es la sangre vertida en contacto con el suelo; el marrón simboliza las tierras ancestrales; el azul, la justicia y la lealtad; mientras que la Cruz del Sur indica la ubicación geográfica y la guía en el devenir de estas comunidades. Tampoco en este caso conozco que haya en cCile algunas familias que puedan caracterizarse como tehuelches meridionales, pero dado la permeabilidad social de la frontera y el fenómeno inmigratorio que se registra en Argentina, podría ser factible que en el futuro cercano algunos de ellas puedan plantearse obtener su reconocimiento en el país trasandino.
Evaluación vexilológica: El diseño es difícil de reproducir con la exactitud que sería de esperar. La confección material de la pieza demanda numerosos cortes para componer el paño. Mientras que los colores no son contrastantes entre sí por lo que, al menos sujetivamente, se me presenta carente de la vitalidad que hubiera valorado. En cuanto a la Cruz del Sur, sus estrellas son tan pequeñas que pasan inadvertidas cuando se iza la bandera, lo que confronta con el protagonismo que poseen las constelaciones en la claridad nocturna de los cielos patagónico. Lógicamente, nada puede objetarse a la legitimidad de la elección.
Los günün
a küna o puelches (pwelches)
Esta es la designación que recibe el conjunto en
lengua mapuche (mapudungun), indicativo geográfico de su radicación en los valles cordilleranos de ambas laderas de
los Andes, por lo que puede traducirse como "gente del este",
desde la perspectiva chilena. La mayor parte de los puelches hoy la encontramos
en Argentina
El nombre más propio es el de günün a küna[2] o genna kenk, aunque también se los llamó "tehuelches septentrionales" o "pampas antiguos" y en la actualidad admiten el término de “pueblo paisano” (günün, paisano, y küna, pueblo). Otras designaciones son: querandíes, chiquillanes, morcoyanes, jorjona, saquirguer, sequelquian e, impropiamente quizás, pampas. Sufrieron desde antiguo proceso de transculturación con los mapuches que los dominaron en su momento, para después asimilarse. Hoy protagonizan su reivindicación en busca de un perfil propio y por ende reniegan de otros vínculos.
La misma se
definió el 22 de septiembre de 2018 cuando se formó la “Organización del
Pueblo Günün a Küna” en un parlamento realizado en Rincón de los Sauces, ciudad
del departamento Peuenches, provincia del Neuquén (Argentina). En el año 2016
obtuvo reconocimiento oficial mediando ordenanza en la provincia de Chubut.
El paño se
divide en un sector superior, representativo del ajwü, el
espacio exterior o de arriba, donde viven los paanü a küna, la “gente de antes” (los antepasados), la yaajmauk, la “Anciana” y el shaatrü, el “Anciano”, la Luna y el Sol,
las fuerzas masculina y femenina del cosmos. Las constelaciones de Orión y la
cola de Escorpio, remiten a las ceremonias colectivas de curación. Los günün explican
que estos astros alguna vez fueron gigantes y se los considera como
benefactores, en ellos radica el saber ancestral. El atük, es el espacio
territorial donde viven los günün, su desarrollo se traduce en la sierra verde emblema
de la producción, y el triángulo blanco que representa a los cerros sagrados,
mientras que el arcoíris es la llave de acceso al mundo espiritual, trae la
calma y sujeta las tormentas.
Por su parte,
los triángulos en azul, el
espacio interior llamado jalkürrü, el
mundo de los muertos o antepasados representado por el mar, que es el acceso o
río ancestral por donde se llega a ese mundo, por el cual van los espíritus a
reencontrarse con su familia ancestral. Una fuente günün expresa:
“El
significado general de la bandera es el de propiciar la restitución de la salud
espiritual de los humanos. Cada vez que se enarbola nuestro símbolo evocamos a
la curación del espíritu enfermo y a la restitución del conocimiento ancestral
para andar en el camino de la paz y el buen vivir”.
Evaluación vexilológica: También en este caso la
valoración propia de la disciplina no puede ser favorable. La complejidad del
diseño es evidente y se dificulta retenerla en la memoria lo que conspira
contra la identificación de este pueblo. Por lo demás la frialdad de los
colores, sin bien puede coincidir con las bajas temperaturas de las tierras
ancestrales no atraen particularmente al observador. Obviamente, que la
reproducción material de la pieza es de elevado costo, otro factor que obsta al
afianzamiento popular del diseño.
Advertencia. Compuse esta nota en base a fuentes heterogéneas.
Algunas de ellas son evidentemente parciales, también podría deslizarse un
eventual error de información o de interpretación y, seguramente, omisiones
significativas. La premisa fue no “hacer política” ni permear alguna ideología,
por lo que se puso todo el esfuerzo para practicar las comprobaciones
necesarias. Reitero, en Vexilología se estudian las banderas sin formular
juicio respecto de las realidades y valores que expresan.
Agradeceré cualquier información que permita avanzar en el análisis o completar las referencias consignadas, en cuyo caso sería pertinente expresar su origen a fin de considerar incorporarlo a una segunda versión del estudio.
Notas sobre la temática publicadas anteriormente:
Los pueblos canoeros: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/08/banderas-indigenas-de-chile-5-los.html
Introducción a las
banderas de los pueblos indígenas de Chile: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/07/banderas-indigenas-de-chile-1.html
Los pueblos del Norte: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/07/banderas-indigenas-de-chile-2-los.html
Los pueblos de la
ancestralidad mapuche: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/08/banderas-indigenas-de-chile-3-los.html
Los rapanui: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/08/banderas-indigenas-de-chile-4-los.html
Los pueblos canoeros: http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/08/banderas-indigenas-de-chile-5-los.html
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