Mito
y actualidad
Por Miguel Carrillo Bascary
Lindera a las Tierras Altas pero formando para de
aquel mítico espacio de duendes,
hadas, gaitas y leyendas se encuentra la isla
de Skye, la segunda más grande de Escocia (1.656 km2) que
integra el archipiélago de las Hébridas interiores del Norte. “The Skye Boat Song[1]”,
es el dulce tema que identifica a una exitosa serie televisiva “Outlander”
donde se menciona a la isla.
Posee una geografía extremadamente quebrada, repleta de fiordos, altos acantilados, montes redondeados y otros anfractuosos, laderas de mil tonos de verde recubiertas de césped matizado con afloramientos rocosos y campos de musgo. Su cambiante clima marítimo parece dialogar con las luces y sombras de las nubes, una relación frecuentemente interrumpida por violentas tormentas, con lo que las perspectivas visuales son verdaderamente maravillosas.
Hay quienes sugieren que es una porción de la “Tierra Media” en donde se ambienta la conocida obra de J. R. R. Tolkien, “El Señor de los Anillos”.
El Quiraing
es el paisaje natural que identifica a
la isla, se trata de un conjunto de agujas rocosas sobre una pradera donde
existen vestigios antiquísimos. Más al sur se encuentra el pilar rocoso del Old Man Storr.
Portree es el poblado mayor, con unos 2.300 habitantes, otras aldeas albergan en conjunto a unos 7.000 lugareños.
La “bandera de las hadas”
Se cuenta que en el castillo de Dunvegan, sede
ancestral del clan MacLeod, se preserva la “bandera de las hadas” (Fairy Flag)[2].
Existen varias
versiones de la leyenda que la tiene como centro, intentaré sintetizarlas.
El cuarto jefe del clan MacLeod, Iain Ciar, se distinguía por su
apostura pero no parecía decidirse por ninguna de sus enamoradas. En una
travesía por un bosque encontró una casa donde habitaban hadas y se prendó de
una de ellas que inmediatamente le correspondió. Era la princesa Titania, hija preferida del rey de las hadas y elfos (Oberón/Auberon)
a quien pidió permiso para casarse. En primera instancia su padre se lo negó ya
que el matrimonio produciría una profunda pena en su hija, ocurre que las hadas
no mueren y si se relacionan con los humanos estos envejecen aceleradamente y
su existencia llega al fin.
Conmovido por sus lágrimas de amor el rey dio su
consentimiento a condición de que al cabo de un año y un día el hada volviera
entre los suyos. Así ocurrió, pero en el ínterin dio a luz a un hijo. Al
terminar la vida en común los esposos se despidieron en el antiquísimo[3]
“puente de las Hadas”. Consumada la separación el niño quedó al
cuidado de una nodriza. Una noche comenzó a llorar y como nadie lo escuchaba, su
afligida su madre se hizo presente y comenzó a cantarle una dulce canción al
par que lo abrigó con su manto. Atraídos por su melodiosa voz el padre llegó
junto a la cuna, pero no vio a su amada, poco después el pequeño se durmió.
Cuando el niño creció pudo contar lo ocurrido y
explicó que por revelación de su madre el chal con que lo arropó tenía como
propiedad mágica que, de ser ondeado por tres veces, a manera de una bandera por
un miembro del clan éste recibiría la ayuda de los genios y las hadas. Una variante de la leyenda informa que
cuando el hada dejó a su esposo le entregó una bandera que en una desgracia
debería ondearse invocando la protección de los seres de luz. Según otro relato
MacLeod conoció a su amada cuando la salvó de un duende maligno.
Algunas versiones de la saga afirman que la bandera mágica solo puede usarse tres
veces antes de que pierda su poder. La primera ocurrió cuando los MacLeod
fueron atacados por sorpresa por un clan rival l que vencieron gracias a la intervención
de las hadas en la batalla consecuente, Bloody
Bay, en 1480. La segunda, cuando una plaga mató
a todo el ganado del clan y con la llegada del invierno estuvo en peligro de
perecer por hambre. También se considera que su
exposición otorga fertilidad y aumenta la pesca de arenque en el lago inmediato
a Dunvengan.
Otra explicación, también con toques épicos, afirma que la bandera mágica se vincula con Harald Sigurdsson, conocido también como Hardrada, "el Despiadado" (rey noruego entre 1046 y 1066), un antiguo capitán de la Guardia Varega en la corte del emperador bizantino en Constantinopla.
Harald habría
traído de Oriente una bandera milagrosa llamada Landoda (‘La que
asola la tierra”) con la que esperaba no ser vencido en batalla. Los británicos
emboscaron a los noruegos tan sorpresivamente que Harald no tuvo tiempo de
desplegar el vexilo, fue derrotado en Stamford Bridge (1066) y perdió la vida cuando una flecha atravesó su cuello. Uno de sus jefes sobrevivientes, Godred Crovan,
“Manos Blancas”, consiguió rescató la bandera y la llevó hasta la isla de Mann,
donde lo amparó su rey, Godred Sigtryggsson. Más tarde Crovan se proclamó rey
de Mann en el año 1079, y de él descenderían los MacLeod, quienes llevaron la
enseña hasta su castillo en Dunvegan
(isla de Skye), donde se preserva hasta hoy.
A. J. B. Wace experto del Museo “Victoria y Alberto” considera que la bandera es de seda cruda originaria, quizás de Siria o de la isla de Rodas, y que podría datarse entre los siglos IV y VII. La datación contradice que haya sido traída a Skye por algún MacLeod que participó de una cruzada, ya que la primera ocurrió en el 1095, aunque no puede descartarse que eventualmente se haya tomado un paño muy antiguo de por sí, esto implica una tercera hipótesis sobre su origen. También se asevera que esta bandera pudo ser alguna penda que había pertenecido a un santo o santa de Oriente y que fuera venerada como una reliquia.
Hoy es imposible distinguir algún trazo en su paño que, por efecto del tiempo, luce amarronado; mide unos 46 cm de largo y sin dudas debió ser mucho más grande en su tiempo, también presenta algunos zurcidos con los que se intentó minimizar ciertos desgarros. A mediados del siglo XIX se la describió conteniendo varias “manchas o puntos de duendes” (sic) rojos y con numerosas cruces labradas con hilos de oro, de una forma que recuerda a las empleadas por los cruzados y que se representan en los estandartes del Reino Latino de Jerusalén (cruz patté, con patas)
De todas maneras, las evidencias de estos bordados son
cuestionadas. Aun así, se han propuesto varias hipótesis sobre su aspecto,
subjetivamente ninguna me parece afortunada:
Toda leyenda contiene vestigios de verdades pero con los siglos resulta imposible distinguirlas y ni siquiera ordenarlas con alguna lógica, Justamente esto es lo que hace a la leyenda, justamente[4].
Sobre el castillo de Duvengan hoy ondea el estandarte personal de su actual señor,
cuartelado con el triskelion representativo de la isla de Mann y una fortaleza
en plata (Duvengon):
A despecho de la “Fairy
Flag” la isla de Skye se identifica
desde el año 2020 con una bandera propia que se debe a la inspiración de un
jovencísimo[5]
Calum Alasdair Munro, del poblado de Kilmuir (ver inicio de esta nota). Fue seleccionada por un jurado local bajo supervisión
del prestigioso “Flag Institute” sobre
un total de 369 propuestas. La elección final versó sobre 6 diseños, que se reproducen al finalizar esta nota.
Como lo señala su autor, el diseño sintetiza las herencias nórdicas (vikinga) y celtas que
dan identidad a la isla. En el cantón hay un birlinn de oro, embarcación típica de la zona, cuyos cinco remos
representan las penínsulas que dan forma a Skye: Trotternish, Waternish,
Duirinish, Minginish y Sleat.
Diseño originalmente presentado por
En la propuesta
original de Calum el paño era verde pero el jurado optó por sustituir este
color por el celeste. El amarillo representa al clan de los MacLeod y celeste a los de MacDonald, habitantes
ancestrales del lugar.
Diseños
finalistas
Bandera A – Obra
de Stanley Bird, residente en Edimburgo. Se inspira en el mar, mientras que el
ala estilizada refleja una representación de la isla, ya que a Skye se la llama
la “isla alada” por el contorno de su perímetro.
Bandera B
– Combina las iniciativas de dos alumnos de la primaria Broadford, Alex
McKinstray y Roslyn MacPherson. El azul representa el mar y el blanco la
naturaleza pacífica de la isla. También incluye un ala.
Bandera C
– Es obra de Rory Flyn habitante de la península Sleat. Consiste en una cruz
nórdica en celeste y blanco que se asemeja a la urdimbre y la trama de un tejido
y representa el espíritu de los clanes y la comunidad. Los colores se inspiran
en “los usados por el “Skye Camanachd.” El más popular club de shinty[6],
un deporte gaélico parecido al huley.
Bandera D –
Diseño ganador cuyas referencias se aportan más arriba.
Bandera E –
Presentada por Kyle Arnot, de Glasgow, intenta reproducir las Montañas Oscuras
de Cuillin, la niebla blanca de la "isla brumosa", como también se
denominó a Skye, y a su cielo celeste.
Bandera F
– Confeccionada por alumnas de la Primaria Elgol, Isabel Adams y Bethany
Macintosh, representa a dos paisajes icónicos de Skye, las Black Cuillin y las Colinas
Rojas, sobre un fondo azul y blanco.
Algunas otras propuestas:
[1] Compuesta por Bear McCreary interpretada por Kathryn Jones y Raya Yarbrough puede reproducirse desde: https://www.youtube.com/watch?v=_O5pZh3yLe0, de Kathryn Jones y Raya Yarbrough, https://www.youtube.com/watch?v=-zQoQ1ckFxI o Meghan Davis y Alex Keller https://www.youtube.com/watch?v=_nPS6cm5Na0
[2] Otros tesoros guardados en el castillo es la “Copa de Dunvegan”, que dataría
de fines del siglo XV, y el “Cuerno de Sir Rory Mor”, referenciado en el siglo
XVI. En esta fotografía obtenida hacia 1927 se observan las tres reliquias
juntas:
[3] De neta estructura románica.
[4] Quienes
tengo curiosidad por conocer más sobre el tema, quizás desde una perspectiva
menos fantasiosa, podrán recurrir a https://en.wikipedia.org/wiki/Fairy_Flag
[5] Contaba con 9 años cuando presentó su propuesta, lo que destaca su
mérito.
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