Volvamos a vivirlo: el Primer Izamiento de la
Bandera nacional argentina
Por Miguel Carrillo Bascary
Introducción
En el campamento de “El
Plumerillo” un herrero forja una lanza sobre el yunque, mientras que el
“Ejército de Los Andes” se prepara para libertar Chile y Perú. En la “Plaza de
Mayo”, Beresford rinde su espada ante el pueblo de Bs. Aires, reconquistador.
Los Granaderos de San Martín lanzan otra vez su fulminante carga, en el “Campo
de la Gloria ”
de San Lorenzo. En la lejana Chubut los galeses desembarcan; comienzan a
cumplir sus sueños de libertad y confraternizan con los vernáculos tehuelches.
Y todo, en pleno siglo XXI.
Estas son algunas de las
tantas “recreaciones históricas” que año tras año se representan en diversos
lugares de nuestro país, actualizando vívidamente acontecimientos de nuestro
rico pasado común.
¿Qué son las recreaciones históricas?
Su práctica nació en Europa y hoy hacen verdadero furor entre los
herederos de aquellos que protagonizaron los hechos representados. Además, son
un irresistible imán turístico, como lo demuestra la “Carrera del Palio”, en
Siena (Italia) que por varios días moviliza la economía de la ciudad. Desde el
Viejo Mundo se extendieron al Japón y luego a Norteamérica.
Estas recreaciones sintetizan la espectacularidad de una cuidada puesta
en escena y la investigación histórica, para reproducir los personajes, el
vestuario, la coreografía, los diálogos y el ambiente, que existía cuando
ocurrió el hecho original.
La idea es muy simple, pero tiene una enorme fuerza. Consiste en recrear
las condiciones físicas y sociales en que tuvo lugar un hecho de alto
significado de la historia de un pueblo. Se concreta en los lugares naturales
donde ocurrió, cuando ello es posible; caso contrario, se puede adecuar algún
ámbito de sus cercanías.
Los participantes se cuentan por decenas; frecuentemente, por cientos.
La inmensa mayoría son personas comunes que abandonan circunstancialmente sus
ocupaciones y participan voluntariamente. Todos ellos llegan a un grado de
compromiso ejemplar, hasta el punto que los organizadores se ven forzados a
rechazar la gran cantidad de candidatos deseosos de sumarse. Unos pocos actores
profesionales o vocacionales asumen los principales papeles, solo los
imprescindibles.
A lo largo del año y a manera de las scolas
do samba obreros, profesionales, amas de casas, desocupados, niños y
ancianos en diversos grupos ensayan sus roles en algunas pocas ocasiones. En
nuestro país hay importantes grupos de recreación histórica que aportan
importantes referencias para que Rosario encare una realización similar. Días
antes de la fecha histórica se reúnen en un ensayo general y luego tienen la
gran posibilidad de lucirse ante toda la comunidad. Sus trajes, armas y equipos
son confeccionados por ellos mismos, siguiendo escrupulosamente los detalles
propios de la época señalados por los investigadores. Quién no tiene dinero
recibe la ayuda de instituciones o personas pudientes que colaboran de esta
manera con el proyecto general. Estos últimos también aportan para la
escenografía, que es de mínimo costo y que se amortiza con los años.
Las autoridades brindan las autorizaciones necesarias para usar el
espacio público, la seguridad, los equipos de sonido y aquellos elementos
necesarios para comodidad del público; también se encargan de la promoción,
pues este tipo de eventos interesa a la localidad en su conjunto. Siempre será factible interesar a sponsors del sector privado.
El director y su equipo son factores fundamentales y también suelen ser
del lugar. Sobre ellos recae la principal responsabilidad del proyecto. En caso de ser profesionales es
usual que reduzcan sus honorarios al mínimo, viéndose compensados por la
nombradía que implica llevar a cabo la puesta en escena y la posibilidad de
identificarse con la comunidad, lo que les abre otras propuestas profesionales.
Así planteadas las recreaciones históricas son experiencias verdaderamente
plurales y hondamente comunitarias, donde sus protagonistas evidencian con
legítimo orgullo ser dignos herederos de sus ancestros.
¿Por qué no en Rosario?
Rosario tiene la honra de ser
el lugar de la creación de la
Enseña patria y de su primer izamiento ¡Nada menos! Las
características del hecho, la protagónica presencia del pueblo rosarino, la
intervención de aquél gran hombre que fue el general Belgrano, lo que identifica
a Rosario como “Cuna de la
Bandera ”. Todos los rosarinos se ven reflejados en esta
condición.
Convencidos del enorme acierto
que sería la recreación histórica de ese primer flameo de nuestra Bandera la Junta de Historia de Rosario
llevó adelante la investigación que ha permitido diseñar la representación
identificar a los personajes; reconstruir con detalle los diálogos, los usos y
costumbres, la indumentaria y el ambiente de aquel 27 de febrero de 1812; hasta
la música militar que se ejecutó en ese entonces. La representación podría
repetirse los días 20 de Junio, en forma complementaria al acto oficial
tradicional.
De concretarse esta propuesta se
podrá vivenciar la historia, con todos sus aspectos épicos, pero también con la
humanidad de los pequeños detalles de la vida cotidiana de aquél lejano tiempo.
Así, los argentinos nos
veremos transportados al sencillo caserío del Rosario, que en su humildad dio
marco a uno de los acontecimientos señeros del pasado argentino.
Experiencia previa
En el año 2008 la
Municipalidad de Rosario concretó una experiencia embrionara pero de sumo interés
para concretar la recreación del Primer Izamiento. Fueron unos 125
participantes, con la sumatoria de la banda del Regimiento “Patricios”. A su
finalización los miembros de una entidad gaucha protagonizaron una inédita
carrera de sortijas frente al mismísimo Monumento a la Bandera.
Lamentablemente el evento no
mantuvo continuidad.
Una advertencia final
La recreación histórica no es
una representación teatralizada, donde el director puede tomarse marcadas
licencias para transmitir su peculiar visión de los acontecimientos. En una
recreación lo histórico es primordial que el aspecto teatral se subordina
netamente a las circunstancias históricas resultantes de una investigación
serie; de no ser así el evento pierde su misma esencia.
Nota: las fotografías corresponden a la primera reconstrucción histórica de la creación de la Bandera nacional, concretada en el año 2008.
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