viernes, 12 de septiembre de 2025

Un día de gloria: Rosario ciudad autónoma

Historia, actualidad y proyección

Escudo y bandera de Rosario

Por Miguel Carrillo Bascary

El presente, avizorando el futuro

Aunque pocos rosarinos lo hayan tenido presente hoy, el 12 de septiembre del 2025 es una jornada histórica para Rosario. La nueva Constitución de Santa Fe finalmente consagró la autonomía plena de la ciudad, un objetivo que nuestros antecesores se prometieron hacia fines del siglo XIX. El proyecto se frustró repetidas veces, generalmente por la mezquindad política de algunos que buscaron mantener a Rosario bajo la dependencia de un poder centralizado.

Quizás convenga recordar que, en definitva, la autonomía que buscó Rosario se plasmará cuando dicte su propia constitución local, lo que el Derecho Comparado denomina “carta orgánica”. Esto implicará que los propios rosarinos, reunidos en una convención particular, definirán cómo se organizará el gobierno local, sin más marco que los principios que establecen la Constitución Nacional y la de Santa Fe. Surgirá así un gobierno diseñado a la medida de las aspiraciones y realidades de Rosario; o sea, la forma en que el pueblo protagonizará su futuro.

De hecho, el reconocimiento de este nivel de autonomía da cumplimiento a lo que estableció en 1994 la reforma de la Constitución Nacional, que en su artículo 123 consagró el mandato y que desde entonces algunos grupos políticos obstruyeron obstinadamente para no perder ciertos privilegios y negar la posibilidad de reelección a los gobernadores. ¡Nada menos que 31 años pasaron desde entonces, en que la provincia de Santa Fe venía incumpliendo la Ley Fundamental de la Nación! Hoy termina la privación del derecho básico que esa misma gran norma otorga a los municipios.

La tarea inmediata será que, a la brevedad posible, seguramente en el curso del 2026, mediando comicios locales, se elija a un grupo de rosarinos quienes tendrán la responsabilidad de acuñar la manera en que se organizará nuestro gobierno con vistas a su futuro, inmediato y mediato.

Por ahora, sin perjuicio de celebrar la gran noticia, los rosarinos tenemos la enorme tarea de pensar en ese órgano que definirá nuestro porvenir. Para concretar ideales que tendrán que ponerse en acto y definirse por escrito, como guía de un mañana trascendente. Una tarea que demandará la participación activa, comprometida, plenamente responsable, de los distintos actores sociales, grupos de interés y de todo conjunto humano que tenga legitimidad para hacerlo. Desde el actual gobierno municipal, tanto el oficialismo como los sectores de la llamada oposición, deben dar el marco necesario para el debate y la libertad para decidir con amplitud, sería inaceptable que la carta orgánica termine redactándose en los recovecos del poder y de los grupos vinculados a su ejercicio o, lo que es igual, de espaldas al pueblo, a sus necesidades y aspiraciones.

¿Cómo llegamos hasta acá?

Haciendo rápida memoria podrían señalarse diversos hitos en este trayecto que hoy termina su etapa fundacional. Como método prescindiré de nombres propios, que los hay y muy valiosos, el logro es de los rosarinos en conjunto. Es necesario retroceder en el tiempo y meritar que cuando Rosario fue reconocida como ciudad, en 1852, eran 3.000 sus habitantes. En 1895 eran unos 90.000 y en 1914 sumaban 222.000; doce años después llegaban a 407.000. Estas cifras evidencian el progreso marcado, sin necesidad de acudir a más abstractos conceptos como el producto bruto y otras referencias económico sociales. Prácticamente no existía del desempleo y la urbanización crecía año a año, al par que se vivenciaban enormes carencias en materia de salud pública, seguridad, educación y de otros rubros esenciales, así como los condicionamientos en materia judicial y registral, que las autoridades de la provincia no conseguían atender, excedida ampliamente las posibilidades locales ya que en este nivel prácticamente no existían medios ni materiales ni, sobre todo, institucionales para hacerlo. La concepción era clara “la riqueza generada en Rosario debía subsidiar al Norte provincial”, un axioma dicho por lo bajo que trascendió gobiernos y que se transformó en una constante a lo largo del siglo XX. Fue entonces que comenzó un activismo que forjó la identidad rosarina “hija de su propio esfuerzo”, que ya se venía perfilando desde varias décadas atrás.

Para males, a ese florecer de la rosarinidad se respondió sin piedad desde el poder constituido. En diciembre de 1890 se quitó a Rosario la posibilidad de elegir su intendente y se negó el voto a los extranjeros, que por entonces eran más de un tercio de la población. También ese año se subdividió el territorio provincial en 18 departamentos (7 en el Sur y 11 en el Norte), se restó participación a Rosario en el Senado y con ello se disminuyó su potencial político

En 1898 los rosarinos y muchos habitantes de la zona aledaña demandaron al gobierno provincial la autonomía, hoy felizmente reconocida. Fue entonces que se fundó la “Liga del Sur” un nucleamiento informal ampliamente pluralista, en todo sentido. Sus dirigentes eran los protagonistas de aquel presente pujante de Rosario que, sin distinción de ideologías, sector social e intereses económicos, buscaban un mejor futuro para la región a partir de obtener el marco político que potenciara la vida institucional de aquel entonces.

Así, en el diario “La República[1]”, en su edición del 29 de diciembre de 1898, se llegó a leer: “En vista de la campaña contra la prosperidad de esta ciudad emprendida por el gobierno [provincial] “La República” discute la conveniencia de crear un nuevo estado federal [o sea, una nueva provincia] con el Rosario y los departamentos del Sur”.

Más tarde, al no encontrar ámbito para satisfacer sus demandas, la Liga se transformó en un partido político que, como tal, tomó algunas de las banderas primigenias, por sobre todo la autonomía cívica. Este espíritu original de coincidencia, cooperación y promoción de Rosario persistió en muchas instituciones señalando una evolución en el tiempo que sería complejo intentar siquiera referenciar en pocas palabras. En este panorama surge como paradigma las repetidas veces que se negó a Rosario tener una casa de altos estudios, lo que parcialmente se revirtió, parcialmente, en 1919 cuando se creó la “Universidad del Litoral”. Por entonces dos tercios de las rentas provinciales se generaban en el Sur.

En el año 1921 una reforma constitucional permitió la autonomía plena, tanto a Rosario como a Santa Fe. La meta añorada parecía alcanzada, pero un formalismo legal permitió que el gobernador la declarara inválida. En 1931 la coyuntura política la rehabilitó y Rosario pudo dictar su carta orgánica en 1933, aunque su vigencia fue efímera.  Cuando el Gobierno nacional intervino la provincia en 1935, se volvió al régimen anterior donde, de hecho, el voto de un habitante del Norte valía tres veces más que uno del Sur.

Cuando en 1962 se dictó una nueva constitución provincial, tampoco tuvo cabida la autonomía municipal. Más aún, el artículo 107 dispuso: “Queda facultada la Legislatura para cambiar con carácter general el sistema de elección de los intendentes por cualquier otro modo de designación” o, lo que es igual ¡se previó la posibilidad de que una simple ley quitara a las ciudades la elección de sus intendentes! Una verdadera espada de Damocles sobre el régimen municipal que persistió hasta el día de ayer, literalmente.

Fue así que, negada la posibilidad de una autonomía municipal plena, en distintos momentos se llegó a pensar en formar una nueva provincia que abarcara desde el río Barrancas hacia el Sur. Una idea que afloró con los años una y otra vez y que llegó a la dimensión del delirio geopolítico planteando que esa provincia abarcara Rosario, Venado Tuerto y San Nicolás, junto a las poblaciones intermedias. Incluso, se sugfirió ponerle un nombre; para algunos sería la provincia “Del Rosario” o “General Belgrano”, para otros “Rosafé”.  Ciertos criterios también postularon trasladar la capital a Rosario. No se piense que estas perspectivas son anécdotas anticuadas. En el año 1982 renacieron con renovado ímpetu, como lo testimonian entre otros medios las páginas del principal diario rosarino.

Restaurada la democracia a fines de 1983 hubo sucesivos intentos de consagrar la autonomía de Rosario y, eventualmente, de otras grandes ciudades santafesinas. Diversos sectores del amplio arco político coincidían en esto, al menos en teoría. Se debatía si era imprescindible la reforma constitucional o podía ser por ley. En las sombras, los egoísmos de siempre y las ecuaciones electorales lo impidieron. Así fue hasta el presente año, donde la confluencia política permitió elaborar una nueva constitución que, en Justicia, habilita la autonomía municipal plena, dando tardío cumplimiento a la Constitución argentina de 1994, como se dijo.

En esta fecha venturosa, en que la posibilidad autonómica augura una nueva era en la institucionalidad de Rosario y, también de la provincia, saludemos a todos aquellos que soñaron con el logro y bregaron por conseguirlo. Ahora se abre un nuevo tiempo, el de las realizaciones, quiera Dios iluminar las mentes de nuestros dirigentes, quieran sus voluntades seguir los caminos que generen una autonomía operativa, concreta, que supere las declamaciones y atienda a las necesidades del pueblo.

Terminando:

En este panorama el escudo de Rosario y la bandera que inspiró, son testimonios válidos de la identidad de nuestra ciudad, emblemas de su ser y de su porvenir. En ambos destaca otra impronta del ser rosarino, la creación de la Enseña patria, hasta el punto de que la ciudad es considerada como "cuna de la Bandera nacional". 

Nota - Para los que buscan profundizar en la identidad rosarina y para los docentes, formadores de los rosarinos de hoy y del mañana, les aporto algunas de las publicaciones que este autor volcó en su blog. www.banderasargentinas.blogspot.com:

- El escudo de Rosario en un soporte de uso cotidiano - http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/08/el-escudo-de-rosario-en-unsoporte-de.html

- El Escudo oficial de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/02/el-escudo-oficial-de-rosario-por-miguel.html

- La bandera de la ciudad de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/02/la-bandera-de-la-ciudad-de-rosario.html

- El nacimiento de un símbolo. Genealogía de la Bandera Municipal de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2020/08/el-nacimiento-de-un-simbolo.html

- Hitos institucionales de Rosario. Así se definió su identidad - http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/02/hitos-institucionales-de-rosario.html

- Documentos sobre el escudo de Rosario. Una curiosa y muy accidentada trayectoria -http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/01/documentos-sobre-el-escudo-de-rosario.html

- Ciudad de Rosario Historia de su bandera - http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/09/ciudad-de-rosario-historia-de-su.html

- Rosario, banderas coincidentes. Como si hubiera un designio -https://banderasargentinas.blogspot.com/2024/10/rosario-banderas-coincidentes_21.html

- “Rosario, Cuna de la Bandera” - https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/04/rosario-cuna-de-la-bandera.html

- 7 de Octubre: Nuestra Señora del Rosario y el General de la Bandera -http://banderasargentinas.blogspot.com/2015/10/7-de-octubre-senora-del-rosario-y-el-de.html

[1] Diario rosarino de filiación radical que se editó hasta mediados de la década de 1980, siendo su último editor Luis Felipe San Miguel, uno de los fundadores de la Junta de Historia de Rosario, descendiente de quien estuviera al frente del periódico en 1898.

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