Como si hubiera un designio
Por Miguel Carrillo Bascary
Este post procura señalar una curiosa circunstancia que expone una coincidencia impensada, como se verá.
Rosario, tercera ciudad en población de Argentina fue reconocida como tal en 1852. Diez años más tarde adoptó un escudo cívico que la identificó a lo largo de las décadas y se plasmó generosamente en su papelería, oficinas y en sus sistemas de comunicación pública.
En 1890 durante la intendencia de Agustín Mazza (1890) se registró una fugaz bandera local.
Para que surgiera un nuevo vexilo rosarino hubo que esperar hasta 1994, un diseño que se oficializó recién en el 2009. Esto se relata y fundamenta en la nota de mi autoría[1] “La bandera de Rosario (Argentina)”. Ahí se expone que su paño siempre fue blanco.
Hace pocos días analicé[2] los emblemas que implementaron diversos gobiernos de la ciudad para identificar su accionar, para mayor información remito a esa fuente[3].
En síntesis, si observamos la evolución de los diseños de gestión empleados como vexilos, se verá que coinciden en el color blanco de la bandera oficial de la ciudad de Rosario. Lo curioso es que se trata de una coincidencia, ya que no hubo un designio expreso para mantener esta referencia en una secuencia que abarcó varios gobiernos.
Veamos la secuencia:
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