miércoles, 30 de abril de 2025

El primer haka en Buenos Aires

Orgulloso legado del pasado rioplatense

Imagen referencial

Por Miguel Carrillo Bascary

Quienes gustan del rugby saben con lujo de detalles que el haka es una danza ritual que antecede a las presentaciones del seleccionado de Nueva Zelandia. Una muestra de identidad que es una señal de respeto, al contrario, a quien se valora digno de la puja, por esto también es un desafío a confrontar en buena lid. Paralelamente es un reto que celebra la vida y la comunidad con la naturaleza.

Es propio de las culturas polinesias y existen varios tipos que, con algunas diferencias coreográficas, plasman las herencias regionales, de Fidji, Tonga y Samoa.

En particular se destaca la antigüedad del haka, aunque solo en las últimas décadas fue captado por el deporte.

Clarificados estos conceptos podría citarse que el primer haka anterior a un partido entre los Al Blacks y Los Pumas ocurrió el 30 de octubre de 1976 (cualquier diferencia al respecto será bienvenida[1]).

Hasta acá lo que guarda la crónica deportiva, pero recorriendo polvorientos anaqueles de libros aparece el que puede considerarse el primer haka que se representó en el Buenos Aires de 1824. Sí, ¡1824!”

No se trata de una oscura referencia, está documentalmente comprobado por un testigo de aquellos lejanos tiempos el fundados del “British Packet and Argentine News” que se editó en Buenos Aires entre 1826 y 1859 bajo responsabilidad de Thomas George Love, quien escribió un relato de viaje por el país titulado “Cinco años en Bs. Aires”[2], de él tomo la cita.

Ahí se explica que el ejecutor del haka fuera el jefe maorí Tipahee Cupa, quien con su rostro cubierto de “mokos”, nombre con que habitualmente se mal traduce como “tatuaje” sorprendió notablemente a la sociedad porteña.

Refiere la crónica que:

“… al serle solicitado interpretaba danzas guerrearas neozelandesas

“Tiene unos 40 años y una extraordinaria fuerza; su extravagante aspecto y rostro tatuado le hacían seguir de mucha gente por las calles de Buenos Aires”.

Quedan documentados así los primeros hakas que hubo en la capital argentina.

No se trataba de un nativo isleño capturado, sino de la experiencia de un jefe maorí que arrostró con inusitado valor la aventura de viajar a la capital de Imperio inglés para requerir armas modernas que compensaran la desigualdad de fuerzas que implicaba que una tribu cercana las poseyera.

El relato contiene otras jugosas referencias por lo que los invito a leerlo. Como se observará destaca el respeto que la crónica destaca al jefe nativo algo realmente poco habitual en el periodismo británico del siglo XIX.

domingo, 27 de abril de 2025

Significativo aniversario

Bandera Nacional de la Libertad Civil, símbolo patrio histórico

Imagen del modelo patrón, confeccionado por Francisco Gregoric

Hace ya diez años, el 29 de abril del año 2015 se aprobó la Ley 27.134[1] que reconoció a la Bandera Nacional de la Libertad Civil como “símbolo patrio histórico” de la República Argentina.

La enseña fue entregada por el general Manuel Belgrano como reconocimiento al pueblo jujeño por el sacrificio y méritos de guerra en las batallas de Tucumán y Salta, tal como lo expresó el prócer. El acontecimiento se dio en la solemne ceremonia cumplida en la ciudad de San Salvador de Jujuy, el 25 de mayo de 1813, así quedó asentado en el libro capitular y en las comunicaciones con que Belgrano informó al Gobierno. Otros numerosos documentos avalan su autenticidad.

Esta es la única enseña que ha llegado hasta el presente que probadamente estuvo en manos del prócer. Por esto es una reliquia cívica de primera magnitud, digna de la veneración de los argentinos. En virtud de la ley que se cita, es el cuarto símbolo de la Nación argentina, sumándose a la nómina que integra junto a la Bandera, el Escudo y el Himno.

Interesa señalar que la “libertad civil” a la que alude su designación equivale al moderno concepto del “estado de derecho”, un principio básico de la democracia. Implica que las autoridades deben cumplir su gestión conforme a la Constitución y a las leyes, respetando los derechos fundamentales de las personas (los llamados “derechos humanos”).

Pocos días antes de aquella histórica jornada, el Cabildo de Jujuy solicitó a Belgrano que le facilitara la bandera de su Ejército para conmemorar con mayor lucimiento el tercer aniversario de la formación del Primer Gobierno Patrio. El prócer accedió y, paralelamente, mandó componer una segunda enseña, de paño totalmente blanco, con las armas que usaba la Asamblea General Constituyente pintadas en su centro. En el Archivo de la provincia de Tucumán se conservan los recibos de lo que se pagó por la tela y la pintura, en ambos casos con la firma de Belgrano que autorizó las erogaciones. Aquel 25 de mayo de 1813 el paño fue bendecido y paseado por la ciudad, recibiendo un total reconocimiento popular. Había nacido la bandera Nacional de la Libertad Civil, como se consignó en el acta capitular en donde se hizo constar la conación.

Recibo por la compra de la tela

El pueblo de Jujuy atesoró la pieza hasta el presente. Inicialmente se conservó en el Cabildo, luego pasó a la iglesia matriz, de allí a la Legislatura y al despacho de los gobernadores. En 1927 se la depositó en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno y desde el año 2021 se preserva con las debidas condiciones técnicas en el centro de interpretación que le está dedicado, donde la visitan miles de argentinos. El histórico Regimiento de Infantería de Montaña 20 “Cazadores de los Andes” le presta simbólica custodia. Las penurias por las que debió pasar el símbolo en sus primeros años afectaron los extremos del paño, por eso se lo recortó en algún momento no precisado, entre el fin del siglo XIX y comienzos del XX.

La pieza histórica tal como luce hoy

En el año 2021 finalizó el complejo proceso de intervención que permitió estabilizar la estructura de la pieza para minimizar los efectos del paso del tiempo; estuvo a cargo de la Lic. Patricia Lissa y de su equipo de expertas. La tarea verificó que el escudo está pintado al temple de caseína, sin ninguna capa de preparación previa; la tela mide 135 cm de alto por 141,5 cm de ancho. Es de raso de seda blanco que, con el paso del tiempo, se muestra de un tono marfileño. Lo componen tres franjas de género cosidas entre sí, en paralelo al eje del blasón. Para su debida conservación se la colocó sobre otra tela que le aporta un soporte material adicional. El gorro de la Libertad del blasón termina en una mascaypacha, emblema de poder del Inca; en la actualidad cabe interpretar que simboliza el aporte de las culturas originarias a la construcción de la gran Patria Americana. Mientras que el lemnisco, que cierra los gajos vegetales, es de color rojo. El Sol muestra un rostro humanizado que esboza una sonrisa, único caso de entre los cientos de representaciones tempranas del símbolo, lo que podría interpretarse como un gesto de optimismo en el alba de la nueva nación.

Interesa señalar que la Ley 27.134 surgió de un proceso participativo plural. El anteproyecto fue elaborado y presentado al Congreso Nacional por el Dr. Miguel Carrillo Bascary, vexilólogo e historiador, miembro de número del Instituto Nacional Belgraniano que, por decisión de su titular, el Lic. Manuel Belgrano, auspició su trámite, con el apoyo de sus filiales de Jujuy, de Rosario y de otras entidades. Más de 5.000 firmas de particulares se sumaron al pedido. Los entonces senadores por Jujuy, Liliana Fellner, Gerardo Morales y Walter Barrionuevo, promovieron la media sanción de la ley, mientras que los representantes de esa provincia hicieron lo propio en la Cámara de Diputados, con lo que la iniciativa quedó sancionada.

La bandera se presentó oficialmente en la provincia de Jujuy el día 23 de agosto de 2015, durante el gran desfile cívico militar con que habitualmente se conmemora el Éxodo Jujeño. En la oportunidad unos 4.300 gauchos y gauchas desfilaron montados en su homenaje.

La Ley 27.134 determina que la Bandera de la Libertad Civil acompañe con carácter optativo a la Enseña Nacional y que merece los mismos honores que esta, a la que reconoce precedencia. En la versión de ceremonia el escudo que la caracteriza puede estar indistintamente bordado o impreso en el anverso, lleva una corbata con los colores nacionales, evidenciando su condición. La norma define un modelo patrón para el diseño de todas sus reproducciones; la imagen vectorial fue elaborada a partir de la pieza original por el experto Francisco Gregoric, también miembro de número del Instituto Nacional Belgraniano.

Desde la aprobación de la Ley el uso de la Bandera Nacional de la Libertad Civil se fue extendiendo a lo largo y ancho del país, como que en el año 2019 se izó en la Base Decepción (islas Orcadas del Sur) y el 29 de enero del 2020 en la Base Belgrano II (Antártida Argentina). Su presencia destaca en los recintos de sesiones de la Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, en el Salón de Acuerdos de la Corte Suprema, despachos oficiales, entidades de similar naturaleza, asociaciones civiles, escuelas, agrupaciones gauchas, universidades y muchas otras. Por iniciativa del diputado Dr. Miguel Tito, las provincias reunidas en el Parlamento del NOA (Nor Oeste Argentino), por Resolución LR 091 del año 2012, la reconocieron como “símbolo patrio histórico”, anticipando lo que luego dispuso la ley nacional. En este proceso, el Instituto Nacional Belgraniano, el de Jujuy y otras muchas de sus filiales se distinguen como activos difusores de la historia, del ceremonial y del uso de esta histórica bandera.

Senado, recinto de sesiones

En 1994, la enseña legada había sido reconocida como bandera oficial de la provincia de Jujuy mediante la Ley 4.816[2], aprobada a partir de la iniciativa del Dr. Miguel Carrillo Bascary. Su versión de ceremonia tiene una corbata, celeste, blanca y celeste, lleva bordado: “23 de agosto de 1813”, en alusión al Éxodo Jujeño, y “18 de noviembre de 1834”, fecha en que la provincia de Jujuy asumió su autonomía en plenitud. La normativa prevé que los escolares de la provincia le presten promesa de fidelidad al llegar cada 25 de mayo. En el año 2013 la Ley 5.772[3], fijó su modelo patrón, que luego adoptó la ley nacional, y estableció pautas para su Ceremonial.

Versión como bandera provincial de ceremonia

En definitiva, al cumplirse una década de la vigencia de la Ley 27.134, bien vale traer a la memoria que lo ordena su Artículo 6º: 

        La Nación Argentina reconoce con gratitud los esfuerzos del pueblo de la provincia de Jujuy, que cumplió cabalmente con el legado belgraniano, preservando hasta la actualidad la bandera que el prócer le confió en la histórica jornada del 25 de mayo de 1813”.

sábado, 26 de abril de 2025

Vaticano: ¿bandera de transición?

Sede Apostólica vacante

Teórica bandera de la Sede Vacante (2025)[1]

Por Miguel Carrillo Bascary

Fallecido el Papa Francisco, titular del Estado de la Ciudad del Vaticano, es factible inferior del concepto de su identidad que teóricamente cambia la bandera que identifica oficialmente a esta entidad política hasta que sea designado un nuevo pontífice.

Es así que la tradicional enseña amarilla y blanca con el emblema aplicado dejaría su lugar durante el interregno, por el sello de la “Sede Vacante” (Sedes vacans, lat.) con las dos “Llaves del Reino” cruzadas, del que se quita la tiara (también llamada triregno o corona pontificia) y se aplica el umbráculo semi abierto, elementos que se explicarán seguidamente.

Sello para lacre de la Sede Vacante, 2025

A título de ejemplo, la siguiente imagen, difundida recientemente por la cadena BBC compara ambos emblemas, según la visión de su producción. Como se verá más adelante el estilo de las llaves es totalmente aleatorio. Otras fuentes las representan de otra manera.

Emblema del Vaticano y de la Sede Vacante

Las llaves

Tradicionalmente, desde que se empezaron a usar como símbolo de la Iglesia Católica en el siglo XIV, representan al poder papal, imagen de las que figuradamente confió Jesús a Pedro cuando lo instituyó como su sucesor en la tierra. Así lo refleja el Evangelio de Mateo, en su capítulo 16, versículos 18-19. Van decusadas (simétricas, a 90 grados entre sí[2]), con las paletas hacia abajo y en alto, habitualmente perforadas con forma de cruz latina, lo que por supuesto no se corresponde con el mecanismo que acciona la hipotética cerradura, solo es un símbolo que remite al significado de ambas piezas. Sus ojos pueden mostrar estilos variables, generalmente gótico o románico, conforme al gusto del artista; aunque en la “Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano” la imagen que ilustra el vexilo muestra ojos de tipo románico.

La llave de oro, ubicada a la derecha, alude la potestad del papado de franquear el acceso al Reino de los Cielos; la de plata, trasunta su poder en la tierra. Los paletones están dirigidos arriba, hacia el cielo, mientras las empuñaduras quedan abajo, es decir, en las manos del Vicario de Cristo.

El umbracullum[3]

Este atributo tiene una larga tradición en la Iglesia desde Alejandro VI (1492-1503), el primer papa que lo adoptó.  Se lo denomina indistintamente como: umbráculo (forma españolizada, como se usará de aquí en más), ombrellone, umbrelino, umbrela (anglicismo), umbela, conopeo, padiglione, o, simplemente, como sombrilla, en el español coloquial.

Precisamente adopta la forma de una sombrilla, compuesta por gajos de tela, en donde se alternan el rojo y el amarillo, que originalmente eran de color amaranto y dorado. Técnicamente es un vexilo, es decir que comparte naturaleza con las banderas y estandartes. La explicación de su simbolismo demandaría una completa exposición que prometo proporcionar en fecha cercan. De momento es suficiente señalar que simboliza al mismo papa.

En sí mismo el umbráculo es una forma reducida del palio de que solían servirse los monarcas en la antigüedad, una suerte de tienda que portaban al menos cuatro servidores mediante sendas varas. En el caso del umbráculo basta un solo portador. Tenía la misma función que el palio y por esto se identificó con su dignidad hasta el punto de que, donde estaba este implemento, se hallaba el papa. Hoy es una forma de hacerlo presente en las basílicas dispersas por el mundo, se colocan en el presbiterio de los templos que tengan este carácter, como atributo de la especial preferencia que gozan del pontífice[3]. Cabe precisar que el símbolo solo se conserva como una tradición ya que no tiene ninguna función eclesial.

El asta que soporta el umbráculo es amarilla, con un regatón aguzado que facilita clavarlo en la tierra. Su vértice se inserta en una esfera, que representa al orbe, coronado de una cruz latina. Esto señala que el poder de Cristo prevalece sobre los poderes mundanos en todo el planeta. El estilo de la cruz remite al rito occidental, con sede en Roma, en contraste con el rito oriental, con sede en Constantinopla.

El umbráculo se presenta parcialmente abierto, como manifestación de la inminente aparición del Papa, ya que correspondería desplegarla cuando él se haga presente.

El umbráculo se usó por primera vez como emblema del interregno en las monedas acuñadas en 1521, entre los pontificados de León X y Adriano VI.

El lemnisco

Es el cordón que une las llaves, indica el vínculo indisoluble de los dos poderes que estas expresan. Una implícita alusión que excluye al cesaropapismo, es decir, la pretensión del Emperador romano de los monarcas de influir en la Iglesia. El significado del color rojo no está determinado, pero en la simbología religiosa expresa el sacrificio que conlleva el testimonio del mensaje de Cristo, cuya máxima expresión es el martirio. Empero, hay contadas representaciones donde contra toda tradición, el lemnisco es azul. De hecho, en la “Ley Fundamental” del Vaticano, que contiene una imagen-tipo, el lemnisco no llega a distinguirse si es blanco o plateado. De la misma fuente resultaría que los extremos del lemnisco llevan pompones y caen perpendicularmente del punto en que se cruzan las varas de las llaves, sin embargo, otras representaciones los muestran de diferentes maneras, aún sin terminaciones. 

Emblema del Camarlengo

Este alto funcionario vaticano, además de constatar y de anunciar al mundo el fallecimiento de un pontífice durante el interregno asume la jefatura del Estado, es decir de su administración, con competencias sumamente acotadas. A tal fin, el blasón que haya adoptado cuando fue creado cardenal suma el emblema de la Sede Vacante.

Blasón de Kevin Farrel, actual camarlengo

Observación: de lo expuesto resulta que el Vaticano no demuestra mucha prolijidad en cuanto a los diseños de este tipo de símbolos. La siguiente es una imagen actual difundida en la web oficial: vatican.va

Mayor información en este Blog:

Uso práctico de la “bandera papal”- Un conjunto de notas al alcance de la mano; https://banderasargentinas.blogspot.com/2024/07/uso-practico-de-la-bandera-papal.html



[1] Imagen compuesta por el autor de la nota empleando el sello de la Sede Vacante difundido por el Estado Vaticano. El colega Francisco Gregoric recuerda a este autor que en https://www.hubert-herald.nl/PapalState.htm se referencia el vexilo que a mediados del siglo XIX empleó el "Servicio di Finanzi" de los Estados Pontificios, con una estructura similar a la que abre esta nota, sumando las siglas R.(Reverenda) C.(Camera) A (Apostolica). Abundando puede verse: Vatican Flags de W. Becker en Raven Nº25; https://s3.amazonaws.com/ClubExpressClubFiles/622278/documents/Raven_v25_2018_p001-034_chapter1_779871827.pdf?AWSAccessKeyId=AKIA6MYUE6DNNJ6ROIH3&Expires=1745787416&response-content-disposition=inline%3B%20filename%3DRaven_v25_2018_p001-034_chapter1.pdf&Signature=5LkIUb47saadjtM0pbz1%2Fc4kBKs%3D

[2] Igualmente, hay diseños donde el ángulo tiene diversas variables.

[3] Término que en español equivalente a un pequeño paragua o quitasol.

[4] Otro de los emblemas basilicales es el campanile o tintinábulo, pequeña campana sostenía en un asta que portaba un servidor para hacer conocer a los transeúntes que se acercaba el cortejo papal. Habitualmente acompaña a la umbrela en los presbiterios de esos templos.

lunes, 21 de abril de 2025

El fallecimiento del Papa y el Ceremonial local

Un profundo pesar

Jorge Berboglio, presbítero y papa, Francisco I

Por Miguel Carrillo Bascary

Sean estas primeras líneas para agradecer a Dios habernos dado al Papa Francisco y a su ejemplo de una vocación religiosa cabalmente encarnada en la cotidianeidad, trasuntando su servicio como Sumo Pontífice en clave de la misericordia, virtud que eligió como divisa.

"Por misericordia y elección"

Es así que apenas comenzada la Pascua de este año jubilar, partió a la casa del Padre Eterno, quien en esta ida terrenal fue Jorge Bergoglio, un papa argentino, que dejó su marca en la Historia, por quien debemos rezar, como por todos y cada uno de nosotros.

Sean los siguientes párrafos rápidos apuntes sobre diversas formas destinadas a canalizar los sentimientos expresados, volcados en el Ceremonial oficial a institucional. Con esto aspiro a responder las variadas consultas que recibí en las últimas horas. Se sabrá disculpar la desprolijidad de mis conceptos, atento la urgencia que los inspiran.

Duelo nacional. Desde esta perspectiva es elemental partir del decreto por el que el Presidente de la nación dispuso esta medida por el término de siete días continuos desde la fecha. Para esto el poder ejecutivo adelantó la medida que al momento de escribir estas líneas aún se aguarda que se formalizar mediante el respectivo decreto, el que será publicado en el boletín oficial durante el día de mañana.

La medida rige para todo el territorio nacional y en las zonas marinas sujetas a la jurisdicción argentino, también se manifestará en las embajadas y delegaciones diplomáticas dispersas por el mundo. El “duelo nacional” se aplica de por sí. En consecuencia, no es imprescindible que cada gobierno provincial o municipal y de la ciudad de Bs. Aires hagan lo propio. Empero es válido que dichos estamentos adhieran a la disposición presidencial o dicten respectivos decretos locales, con prescindencia del primero. También es usual que la Corte Suprema de Justicia y las de provincias elaboren acordadas en igual sentido, lo que tendrá efecto en los ámbitos tribunalicios. Mientras que el Congreso, legislaturas provinciales, de la CABA seguiré este camino.

Al respecto el término de siete días parece escaso si se considera que las ceremonias luctuosas se prolongarán hasta la novena jornada, como se anunció desde el vaticano. En este punto correspondería que el Gobierno nacional considere extender el período hasta el día de la inhumación.

Esto se evidencia colocando la Bandera nacional izada a media asta, mientras que a las de ceremonia, las llamadas “de sitio” y las colocadas en astiles se les adicionará un crespón negro en la base de la moharra o terminal. No corresponde colocar estos tipos de vexilos a media asta, tampoco adosarles moños o cintas, ni crespones adheridos a los paños. Sobre esto es oportuno recordar que la enseña se izará cada día hasta el tope e inmediatamente se lo hará descender hasta la mitad del mástil o, cuando menos, hasta el equivalente del espacio que esta ocupa en la vertical; para el arrío se ha de elevará hasta el tope, para hacerla descender posteriormente. Es obvio que también la bandera papal deberá colocarse a media asta.

Suspensión de actividades oficiales. También corresponde por imperium del duelo nacional. Esto ocurrirá con todas las que no sean imprescindibles y regirá hasta que se haya consumado la inhumación de los restos del fallecido o, al menos, hasta que finalice el periodo del duelo nacional

Sin perjuicio de lo expuesto, es de esperar que numerosas instituciones de todo tipo expresen su sentimiento de pesar y acompañen las medidas de duelo. Esto se manifestará de diversas maneras en las próximas horas y días a cuyo efecto podrán arbitrarse algunas de las acciones que seguidamente se exponen.

Cabe reproducir lo dicho con respecto a las banderas que se encuentren en los espacios de cada institución y a la suspensión de actividades programadas, particularmente las que tengan carácter festivo o lúdico.

Así como lo hizo el gobierno nacional y ocurrirá en otras esferas oficiales, es perfectamente factible que las instituciones civiles comuniquen a la Nunciatura Apostólica las decisiones que adopten con relación al fallecimiento del Papa Francisco. Esto se concretará mediante nota u otro medio de comunicación, incluso a las formas más recientes como: X, Instagram y similares. Es una elemental medida.

Sesión especial de organismos colegiados. Es tradicional que tanto las legislaturas como los concejos municipales, convoquen a este tipo de actividades, en donde se rendirá homenaje al fallecido. Como opción se dedicará un término especial de los encuentros cotidianos, en los que se testimoniarán los sentimientos pertinentes. Asimismo, los jefes de bloques podrían promover una declaración formal al respecto.

Puertas entornadas. Otra forma de evidenciar el duelo es disponer que las puertas principales de los edificios permanezcan entornadas.

Minuto de silencio. Cabrá que se guarde en las reuniones de todo tipo, si es factible encontrándose de pie aquellos que lo tributan. Eventualmente se dejará constancia en los libros de actas donde se vuelquen las deliberaciones.

Cita negra en las comunicaciones institucionales, es procedente aplicarla en la correspondencia y en otros medios, incluyendo páginas webs, publicaciones de redes sociales y similares. La creatividad artística da amplias posibilidades sobre la forma. En los portales se podría incluir una fotografía del papa fallecido, una semblanza o alguna frase destacada que hubiera pronunciado.

Pequeña cinta negra en las solapas. Es una medida a considerar, según sea el perfil de la institución. La misma sería portada por sus directivos y el personal de atención al público.

Posteos. Aunque la noticia es de alcance universal resulta de estilo apelar a estas acciones para manifestar la adhesión al luto generalizado.

Ofrenda floral. Considerando el perfil social del difunto pontífice sería improcedente que una entidad envíe este tipo de presentes a una iglesia. Eventualmente cabría destinar ese dinero a una obra caritativa u otro fin similar, si se desea evidenciar el donativo se enviará una nota al titular de la diócesis del caso. Vale lo mismo para aquellas personas físicas que eventualmente piensen llevar flores a un templo. Un detalle, estas donaciones son deducibles de impuestos.

Misa votiva. Ya con un perfil netamente confesional la entidad de que se trate bien podría invitar a participar de una eucaristía en sufragio del fallecido, bien sea alguna que convoque la autoridad religiosa del lugar o a una de carácter especial encargada por la propia institución. En tal caso es de esperar que los directivos se hagan presente y que no se olvide de hacer extensiva la invitación al personal y a sus familiares.

Nota: en el Boletín Oficial del 22 de abril, 2025 se publicó el Decreto Nº277/ 2025 que declara el duelo nacional, contiene extensos fundamento. Texto en:  https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/324222/20250422

miércoles, 16 de abril de 2025

El segundo Manuel Belgrano

Contemporáneo del que conocemos


Manuel Belgrano Pérez [1] - Manuel Belgrano Cabral (1802-1839)[2]]

Por Miguel Carrillo Bascary

El relato de viajes titulado “Cinco años en Buenos Aires. 1820-1825”, es una jugosa crónica que pinta la vida en el Río de la Plata en la segunda década del siglo XIX. Debemos esta obra a quien solo se identifica como “Un Inglés”. No sería otro que George Thomas Love, editor del periódico "The British Packet and Argentine News" que circuló en idioma inglés en esa ciudad desde 1826. Con este antecedente extraemos de sus páginas la referencia a un Manuel Belgrano, que no es el prócer a quien debemos la creación de la Bandera nacional, pero que registra un estrecho vínculo familiar con su distinguido pariente. La cita es la siguiente:

En el Colegio de Buenos Aires, los alumnos reciben clases de todas las ramas de los clásicos. No tienen la ventaja de contar con profesores, como en Oxford, Cambridge, Eton, Westminster y el resto de nuestras escuelas públicas; profesores cuyo talento no solo honra a su país, sino a la humanidad en general. Algunos estudiantes han desarrollado un talento considerable.

Un miembro más joven de la familia Belgrano, Manuel, escribió una obra de teatro basada en ‘La Virgen del Sol’, que se representó con éxito; también ha adquirido conocimientos de inglés y actualmente trabaja en la oficina del Cónsul Británico”.

El citado es Manuel Belgrano Cabral, sobrino de su ilustre homónimo. Nació en la ciudad de Buenos Aires, aunque no hay precisión sobre el año, en cierta fuente se dice que en 1803, en otra que al año siguiente y hay quien consignan que en 1808.

Al practicar las verificaciones del caso se halló que el portal Family Search[3] da como fecha de nacimiento el año 1803, sin otro dato. Empero, en el asiento correspondiente a su padre, se reproduce el empadronamiento de la familia practicado en 1809[4], en el que Manuel acusa 7 años de edad, de lo que cabe deducir que habría visto la luz en 1802.

 

Este segundo Manuel Belgrano fue abogado y literato de vasta cultura, pero también se comprometió activamente con la realidad política de su tiempo.

Sin embargo, antes de referirnos a él interesa aludir al autor de sus días, el coronel José Gregorio Belgrano (1762-1823)[5], hermano del general Belgrano, quien manifestó una temprana vocación militar, ya que ingresó muy joven como cadete (portaestandarte) en el cuerpo de milicias de caballería de Buenos Aires. Adquiridos los conocimientos básicos tuvo que abandonar las filas para encargarse de los negocios familiares en Potosí; no olvidemos que su progenitor, Domingo Belgrano, era un fuerte comerciante con intereses en todo el Virreinato del Río de la Plata. En 1786 volvió a su ciudad natal y se reincorporó a la misma unidad. En 1803 alcanzó el grado de capitán graduado, al par que se lo promovió al Estado Mayor de Buenos Aires (1804). Combatió en las Invasiones Inglesas (1806-1807). Participó del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 y votó por la deposición del virrey. En 1811 fue ascendido a teniente coronel graduado y se lo nombró segundo sargento mayor de la guarnición. Intervino en la represión de los “Patricios[6]”, en lo que se conoce como el “Motín de las Trenzas” ocurrido el 6 de diciembre de ese año. En 1815 se lo confirmó en esa comisión, donde se mantuvo hasta 1819, cuando se lo ascendió a coronel graduado. En 1823 enfermó, debió apartarse del servicio y falleció el 27 de diciembre de ese mismo año. En 1801 José Gregorio se había casado con Casiana Cabral y Gutiérrez de la Bárcena, quince años menor, con la que tuvo 9 hijos. Justamente Manuel, a quien se dedica esta nota, fue su primogénito.

Casiana Cabral, con dos de sus nietos (Imagen: AGN) 

Como su ilustre tío, Manuel Belgrano Cabral aprendió las primeras letras en el Real Colegio de San Carlos de Bs. Aires. Posteriormente estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde accedió al título de abogado. Vicente Cutolo[7] nos dice que ejerció la abogacía en el foro porteño “adquiriendo reputación por su honradez en el manejo de las causas confiadas a su patrocinio”. Paralelamente, su excelente inglés le permitió trabajar para el consulado del Reino Unido y enseñar el idioma, en la citada universidad.

Además de esta faceta profesional, puede decirse que el espíritu de este Manuel Belgrano era muy inquieto, particularmente con referencia a las letras. El 6 de noviembre de 1821 se contó entre los fundadores de una sociedad literaria secreta, que tomó el nombre “Valeper” y que se fundó en el domicilio de Manuel. Se discute si la asociación tenía carácter masónico o si adoptó la metodología propia de las logias como una medida de prudencia, atento las convulsiones de la época. Para referenciar la inserción social de nuestro referenciado vale citar a otros de los miembros iniciales de la entidad, entre los que se contó su propio cuñado, Martín Diego Alcorta (médico, filósofo y docente; 1801-1842) que estaba casado con María Josefa Belgrano y Cabral (1810-1887). También: Valentín Alsina (jurista y literato; 1802-1869), Juan Crisóstomo Lafinur (educador y poeta; 1791-1824), quien presidió la entidad; Ireneo Portela (médico; 1802-1861); Ruperto Godoy (más tarde constituyente en 1853 y gobernador de San Juan, su provincia; 1803-1873) y Francisco Pico (hijo del militar que colaboró activamente con el general Belgrano durante su campaña al Alto Perú; 1805-1875). Esta pléyade se inscribió dentro de los primeros románticos que actuaron en nuestro país, un movimiento que eclosionará en la llamada “Generación del 37”.

Manuel escribió la tragedia en cinco actos “Molina”, ambientada en los primeros años de la conquista hispana. Sus personajes son “Ataliva”, rey de Quito; “Molina”, oficial español, quien se enamora de “Cora”, virgen del Sol. Su género es una transición entre el pseudo clasicismo y el romanticismo[8].

Escrita en versos endecasílabos, fue impresa en 1823 con dedicatoria a Bernardino Rivadavia, por entonces ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores del gobernador bonaerense Martín Rodríguez (1820 y 1824), lo que no sorprende dado que recién arribado de Europa estaba profundamente influido por el liberalismo y el movimiento de la Ilustración. Por esto fomentó la actividad de la sociedad “Valeper”, la que no integró posiblemente por ser de una generación mayor a la del resto de sus miembros. Además, no olvidemos que Rivadavia era gran amigo del general Belgrano, pese a las notorias diferencias que mantuvo con este, de manera que parece natural que apoyara a un joven tan prometedor. Por otra parte, dedicar una obra a un poderoso siempre fue buen recurso para cimentar un esperado éxito en las Artes. Seguidamente consta el tenor de esa dedicatoria:

 

La pieza se estrenó en medio de gran expectativa el 25 de mayo de 1824, lo cual es muy significativo. Evidentemente ayudó la naturaleza de su temática; la crónica indica que alcanzó un gran éxito. Como pieza literaria sus méritos pueden ser relativos, pero bien lo destaca Ricardo Rojas, “Molina” fue una de las primeras tragedias de la cultura argentina.

Portada de la obra

Manuel cultivó la veta dramática no solo bajo el formato teatral, también lo hizo en la poesía y en la sátira, lo como era habitual tendencia por entonces, por la que los intelectuales buscaban acercarse el pueblo llano.

Comprometido con sus ideales liberales y unitarios, advirtiendo Manuel el cariz tiránico que encarnaba Juan Manuel de Rosas desde la gobernación de Bs. Aires, tuvo una activa participación en el complot que procuró desalojarlo del poder. Se trató de lo que la historiografía llama la “conspiración de Maza”, con referencia a uno de sus cabecillas, el coronel Ramón Maza; otra de las figuras enroladas en el intento fue Juan Galo de Lavalle. Descubierto, el complot Maza fue asesinado por la Mazorca[9] y Belgrano se internó en la provincia de Bs. Aires para no ser apresado; algo más tarde, en un barco francés pudo exilarse en Montevideo. Fiel a sus ideas retronó a Bs. Aires y formó parte de la revolución de los “Libres del Sur” que procuró derrocar a Rosas, pero que fue ahogada en sangre. Belgrano se había enrolado como oficial de la “Legión Argentina” que estuvo al mando del general Martín Rodríguez; sin embargo, no llegó a combatir ya que no se encontraba en Dolores donde estalló (7 de noviembre de 1839), partió hacia allí pero todo había terminado cuando llegó a esa ciudad. Temiendo ser tomado por los rosistas Manuel retornó a Montevideo, ya estaba enfermo, y falleció catorce días más tarde, el 26 de diciembre de 1839.

Queda así reseñada la vida y los antecedentes de este otro Manuel Belgrano. Tuvo en común con su destacado homónimo: haber cursado la carrera en Derecho, poseer un notable nivel cultural, su decisión por impulsar los valores del liberalismo y la promoción humana; también su compromiso con la realidad política, hasta el punto de arriesgar la vida por sus ideales. Su existencia quedó trunca cuando aproximadamente contaba unos 35 años, mucho había dado en tan corto espacio temporal.

Sin dudas que, al llegar a la casa de nuestro Padre común, el otro Belgrano, Manuel Joaquín del Corazón de Jesús, le habrá salido a su encuentro para estrecharlo en un gran abrazo.


[1] Litografía de Solá, Sesé y Cia. La Plata. Imagen tomada de: https://buenosaires.gob.ar/noticias/aniversario-del-nacimiento-de-manuel-belgrano

[6] Se referencia su biografía a partir de: “Belgrano”, Mario Belgrano. Inst. Nacional Belgraniano. Bs. Aires. 2006; accesible desde: https://inbelgraniano.cultura.gob.ar/media/uploads/site-40/multimedia/biografia_de_belgrano.pdf

[7] Era comandante del regimiento su hermano Manuel, posteriormente brigadier y reconocida como "padre de la Patria".

[8] “Nuevo diccionario biográfico argentino”. Ed. Elche. Tomo 1, p. 395. Bs. Aires, 1968.

[10] Se trataba de la “Sociedad Popular Restauradora”, una agrupación de incondicionales y fanáticos rosistas, el brazo clandestino del gobierno. Se caracterizó por perseguir a los opositores. En la actualidad calificaríamos a sus miembros como parapoliciales.