miércoles, 21 de diciembre de 2022

“Vexilos fotográficos”, una nueva especie

Geneseo y una preocupante tendencia


Vexilo que identifica a Geneseo, Kansas 

Por Miguel Carrillo Bascary

Navegando en la Red accedí a la nota publicada por El Confidencial” que reproduzco en forma sumaria. José Manuel Erbez, también lo hizo en Vexilología-Vexillology (Facebook, el 20 de noviembre 2022).

Más allá de la curiosidad de que da cuenta, mi interés profesional analiza un caso que deja de ser anecdótico y pasa a ejemplificar una tendencia que todavía es afortunadamente incipiente.

Este verdadero “virus” que detecta la Vexilología consiste en utilizar imágenes fotográficas, tanto analógicas como digitales, como si fueran banderas o de aplicarlas en partes de sus diseños.

El caso tratado puede parecer extremo ¡y lo es!, pero no es original, ni único. Hace pocos meses en este Blog daba a conocer otro similar, el de la “bandera de los Jinetes[1]” usada como vexilo cultural en una región de Argentina.

Más abajo identifico otros, y señalo que, contando con la ayuda de mis lectores podría sumarse mayor cantidad. Pero, antes de volver a lo fáctico, es necesario puntualizar algunos conceptos.

Geneseo, Kansas

He aquí la nota referenciada[2] difundida por “El Confidencial” del 19/12/2022:


“CURIOSIDAD VEXILOLÓGICA

El extraño caso de Geneseo: así es la bandera más surrealista del mundo

(la nota se ilustraba con la imagen que encabeza la presente)

Si alguna vez, realizamos un roadtrip por el centro de EEUU, puede ser que nos encontremos en el pequeño pueblo de Geneseo, en el estado de Kansas, puro centro geográfico de EEUU.

En esta población que en 2020 no tenía más de 240 habitantes, situada donde comienza el 'Oeste' de EEUU, podremos encontrar poca cosa en realidad: una iglesia metodista, una biblioteca diminuta y un supermercado, todo rodeado por amplias casas al más puro estilo estadounidense. Está bautizada en honor a su pueblo hermano, el Geneseo de Illinois, al Norte del país (que tiene 30 veces su población).

Pero lo que pone a esta pequeñísima aldea de Kansas en el mapa no es otra cosa que su bandera. Mientras que el resto de pueblos, ciudades, provincias, estados, países... del mundo utilizan modelos reconocibles (diferentes formas y colores), Geneseo usa una fotografía de un auténtico 'cowboy' montado a caballo aproximándose a un rebaño de vacas”.

El principio de la abstracción

En su origen los vexilos procuraron captar determinados elementos de la realidad que se reproducían conforme a las técnicas y materiales propios de cada cultura, bien fueran piezas rígidas, como textiles o elaboradas en otros materiales.

Obviamente la tarea era conceptual, sus caracteres los determinaba la subjetividad del artesano que los confeccionaba.

Para facilitar su identificación con referencia a un colectivo social determinado, se establecieron pautas de colores y trazos que de alguna manera codificaron las representaciones elegidas, todas estaban connotadas por factores culturales. Tomemos como ejemplo una carga muy común a lo largo de los siglos, el águila, que aparece con diversos caracteres en los vexilos de Roma, el imperio germano, en Polonia o en los Estados Unidos.

No fue sino hasta tiempos recientes, podríamos señalar la segunda mitad del siglo XX, en que la Vexilología advirtió la necesidad de unificar los caracteres usados estableciendo el uso de modelos patrones que aseguraran la fiel reproducción de la/las imagen/es adoptadas oficialmente.

La abstracción se constituyó así en un carácter esencial a los vexilos, que llegó a su máxima expresión en aquellos de materialidad textil, los más difundidos a nivel universal.

La aparición de avances tecnológicos permitió multiplicar los tonos a partir de nuevas tinturas y a la estabilidad cromática lo que alentó la riqueza de las representaciones. Con los medios digitales la potencialidad referenciada alcanzó niveles jamás vistos.

La intervención artística

Es un carácter de la cultura que las vivencias sociales y aún las personales se trasladen a los productos elaborados por el hombre.

Es también un dato de la realidad que cada ser humano es único en la inmensidad de la Historia, con lo que sus percepciones inciden en sus elaboraciones.

Llevados estos criterios al universo de la Vexilología, las propuestas de banderas captadas por la normativa y las costumbres definen un conjunto de formas y colores como símbolos de una determinada comunidad, con lo que su combinación se constituye en una pauta de identidad.

Esto no implica de por sí una inalterabilidad del vexilo.

Es factible que el diseño de una bandera puede evolucionar con los años, acorde a los procesos sociales por los que atraviesa el grupo humano al que caracteriza. Esta mutabilidad es una característica común a todos los vexilos, diría que connatural. Las variaciones pueden ser de menor o mayor entidad, pero la esencia que resulta del acto creador persistirá. En ocasiones los cambios radicales señalan algún quiebre en la continuidad histórica del sujeto, que se expresa en su bandera.

Precisamente, las sutiles variaciones de facto que pueden encontrarse comparando las representaciones de una determinada bandera. Pueden surgir en los matices de sus colores o en sus trazos, lo que expresa la acción subjetiva del artífice que las confecciona o las consigna en alguna publicación.

La Vexilología se ha ocupado de llamar la atención sobre este fenómeno, ha señalado su desvalor ya que es de suponer que un elemento identitario, como son las banderas, no debe cambiarse.

En la década de 1930 surgieron las técnicas que permitieron fijar con absoluta fidelidad un momento de la realidad a un soporte material, lo que ocurrió con la fotografía analógica en color, que se universalizó en los años ’60. Sin embargo, no se pensó utilizar esta potencialidad en la elaboración de banderas.

La constante evolución de la tecnología nos ofrece hoy la posibilidad de trasladar una imagen directamente de la realidad a un textil, de tal forma que un rostro o un paisaje, por ejemplo, pueden estamparse en forma de bandera. La prueba está en la enseña de Geneseo y en las otras que relevaré seguidamente.

Otros casos

a) La bandera de la Tierra (Earth flag)

Su actual versión parte de la que propuso el pacifista norteamericano Johnn McConnell[3], la que reproduce la foto del planeta que tomó la tripulación de Apolo 17 el día 7 de diciembre de 1972.

En este caso no existe ninguna decisión normativa que le de validez, pero no puede desconocerse la alta aceptación que ha recogido desde entonces. Convengamos que en su caso la reproducción demanda tecnología fotográfica, indefectiblemente. En sí misma consiste de una toma de la Tierra aplicada sobrfe un fondo azul oscuro, un imposible en realidad, ya que el espacio que rodea al planeta se percibe a la vista en el espacio como negro.

b) La bandera de los Jinetes

Es indicativa de la clásica actividad rural convertida en espectáculo ecuestre que se propuso en la provincia de Entre Ríos (Argentina) hacia el año 2007. La compone un collage de cuatro fotografías, un fondo, el jinete y su caballo y dos banderas argentinas ondeantes. 

c) Ejemplos híbridos

Como se observa, en los diseños de los vexilos seleccionados hay detalles que son verdaderas fotografías aplicadas. Se ignora la razón que pudo inspirar estos procederes pero resultan fácilmente imaginables.

c. 1. Bandera de la etnia Moqoit

Bandera Moqoit con tres fotografías aplicadas 

La misma habita predominantemente en la región Nor Este de Argentina, como parte del proceso de recuperación de su identidad, una importante fracción de este pueblo se ha dado la bandera que observamos.

En su franja inferior incorpora imágenes fotográficas del ñandú (mañik: animal que es parte de los mitos de la etnia), de una vasija típica de uso doméstico (no'xona), una porción de la inflorescencia del Garabato (vacqaic, Senegalia praecox), tipo de acacia, cuya aparición indica la llegada del año nuevo. Fue reconocida como enseña oficial de la etnia por la Resolución Nº22/ 2010 del municipio de Villa Ángela, la propuesta de que sea aceptada por la provincia del Chaco, aún no ha prosperado.

c. 2) Ciudad de Comandante Andresito

 

La enseña de esta municipalidad de la provincia de Misiones (Argentina) se definió a fines del año 2022 a partir de un concurso. En el detalle se aprecia que las hojas de yerba mate, principal producción de la región, es una fotografía aplicada. (Foto base: La Voz de Cataratas)

Un dilema esencial

Ante la potencialidad de las actuales tecnologías cabe preguntarse: en los casos como el de Geneseo y sus émulos ¿estamos en presencia de verdaderas banderas? He aquí la cuestión.

Como hipótesis de trabajo les propongo dejar de lado la categorización de lindo-feo, centrémonos en lo sustancial.

Ya en esta dimensión la respuesta será netamente subjetiva. Ciertamente que muchos lo admitirán sin mayores objeciones. Algunos quedarán pasmados ante la novedad, pero la aceptarán como una rareza más de la modernidad. A otros nos cuestionará desde lo ontológico. Aquellos más conservadores negarán en forma absoluta que puedan ser llamadas “banderas”.

En lo personal creo que no resulta necesario dar una respuesta categórica.

El quid de la cuestión está en la decisión que haya adoptado un estado o el grupo social que tomó el diseño como pauta de identidad. El acto se inscribe en el amplísimo marco de la libertad de elección. Una simple recorrida por la Red nos aportará diseños literalmente espantosos que representan a comunidades que se identifican con ellos. Nada puede objetarse, pero nada disimulará que confronten con todas las pautas vexilográficas.

En consecuencia, el observador es impotente para calificar la imagen, por cuanto la decisión que le dio origen no le pertenece, pero sí es factible señalar si esta cumple con los principios de la Vexilología o si los contradice.

Llevando estas reflexiones al caso de Geneseo y similares, nada puede objetarse a la legitimidad de elección que realizaron sus habitantes cuando la adoptaron como su símbolo, pero esto no significa que el resto de los mortales aceptemos ese criterio o lo descalifiquemos.

Quien observe composiciones de su tipo, donde se aplica la técnica fotográfica llevada a un textil al que se atribuye carácter de bandera, tiene todo el derecho del mundo de manifestar su disconformidad por entender que este procedimiento implica “hacer trampa”, ya que en tales vexilos ha desaparecido el principio de abstracción artística que supone la intervención humana y que es propio del proceso de definición de un vexilo.


Vayamos a una vivencia personal, que algunos de los lectores compartiremos, aunque es toda una antigüedad, pero que conserva su impronta ideática: cuando la maestra señalaba como tarea dibujar una determinada figura en el cuaderno de clases tácitamente se entendía que estaba vedado calcarla.


El “Diccionario de la Real Academia Española” informa que Calcar es “sacar copia de un dibujo o un texto escrito reproduciendo su contorno sobre un papel o una tela transparente que se ponen encima”.


Lo ocurrido en los casos de Geneseo y demás, es “trampear”, ya que consiste en un procedimiento tecnológico que prescinde de la subjetividad del artífice del vexilo y aherroja la originalidad de la reproducción. Esto es lo que confronta, falta la chispa de la creatividad humana, la calidez del proceso creativo, la mano y la mente del artesano. Podrá coincidirse o no con mi apreciación, lógicamente.

Pero, ¿qué son entonces?

Obviamente que a las banderas de Geneseo y la de los Jinestes no puede negárseles el carácter de vexilos, aunque para destacar su tipicidad estimo que cabrá adjetivarlos con lo que resulta factible caracterizarlos como “vexilos fotográficos”, en inglés “photo-vexils” o también "vexilos serigráficos" (serigraphic-vexils)

En cuanto a los casos híbridos, a mi juicio no merecen una nominación en particular, si un voto de confianza para que se reemplacen las fotografías empleadas por un delineado que supere su desafortunada formulación. 

Adenda

Analizando los antecedentes en la Red cabe reconocer que quien dio cuenta del extraño caso de Geneseo fue Masao Okazaki[4] (el 15 octubre 2020)/FOTW, quien tuvo la precaución de citar su fuente[5].

El diseño, según consta en Wikipedia, se basa en una fotografía monocroma que dio origen a una preparación estereoscopia, registrada por B. L. Lingley, referenciada por el título: “Panorámica del rancho Sherman, Genesee, Kansas. Vaquero con lazo listo mira más allá de la manada en el campo abierto a sus compañeros vaqueros que esperan en el horizonte[6]. Se la ha datado hacia 1902 y se preserva en el “Archivo Nacional de College Park”, Maryland, Estados Unidos[7].

Banderas de: Geneseo, estado de Kansas y de los Estados Unidos
(foto: City of Geneseo/Facebook)

Otras objeciones

Los colores asignados a la bandera genesaica son artificiales ya que la imagen original era monocroma.

Solo es fiel al modelo si se la reproduce en el anverso del textil, no admite una doble lectura.

Además, la inscripción que contiene el nombre de la localidad y, en este caso, también del estado en que se encuentra, es una tautología contraria a las pautas de la Vexilografía, una realidad lamentablemente muy habitual en las banderas de los Estados Unidos. 

Imagen original (recortada) y el vexilo analizado



[6] La fotografía en sepia está tomada de The New York Public Library, Colecciones Digitales: https://digitalcollections.nypl.org/items/510d47e0-630e-a3d9-e040-e00a18064a99

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